CAPÍTULO 4
La tensión y la atracción sexual que surgió entre ellos desde el primer momento en el que se vieron vuelven a aparecer como lo hace cada vez que están cerca el uno del otro. Y aumenta por momentos.
La situación que ambos protagonizan no pasa desapercibida para los viandantes.
El manager de Marcus los observa sin entender nada.
¿Quién será esa desconocida joven que está frente al Top Model y que él mira fijamente con ganas de besarla?
Porque es evidente que está a punto de besarla.
Pero ¿De dónde salió esa mujer? ¿Quién es? ¿Por qué él parece morirse por besarla? ¿Por qué ha puesto a Marcus en esa situación?
Nunca le ha visto así con una mujer de esa forma y no será porque el chico no esté acostumbrado a rodearse de mujeres hermosas. Es uno de los mejores y más calientes modelos masculinos del mundo y allí está Marcus frente a no se sabe quien, totalmente ajeno al mundo que le rodea.
El modelo toma la cara de la morena con sus manos y acerca su boca a la de ella, pero cuando sus labios apenas se están tocando el chico que tomó a Sofía para bailar la aleja de Marcus y seguir bailando con ella. Al muchacho no le ha gustado nada que Sofía se aleje de él como evidencia su rostro contrariado, aunque mientras baila Sofía mira al nórdico.
—¿Quién es? —pregunta el agente del sueco cuando llega junto a él.
Sin embargo, el chico de la melena, que no se ha dado cuenta que su representante se encuentra junto a él, sigue pendiente de cada movimiento y gesto de la chica con la que posó hace apenas unas horas de manera tan sugerente.
Aún recuerda esos momentos. Todavía su cuerpo se altera al rememorar lo que sintió posando con esa mujer, tocando su piel. Lo que aún siente teniéndola cerca.
—¡Marcus! —exclama el hombre.
—¿Qué? —responde el Top Model sin dejar de mirar a a Sofía.
—¿Quién es..? La chica. —insiste el agente del sueco.
—Ella. —responde Schenkenberg.
—¿Ella?
—La chica de la que te hablé hace un rato. —se sincera el chico de Suecia.
—Ahora lo entiendo todo. Con razón estabas tan embobado. —responde el hombre de unos cincuenta años.
—Podría decirte que no, que no es para tanto, que no me tiene embobado pero, ¿para qué? Te estaría mintiendo y lo más importante me engañaría a mi mismo. Y sí, me vuelve loco como ninguna otra mujer me ha vuelto jamás. —responde el modelo con honestidad.
—Entiendo. —dice su agente. —Me gustaría verla y darle el visto bueno.
—¿El visto bueno? —pregunta Marcus al hombre mirándole por un instante. —¿De qué estás hablando?
—Veamos si está a tu altura y es conveniente para tu carrera e imagen.
—Lo es, no te quepa duda. Además es mi vida y yo decido con quien quiero estar o de quien me enamoro.
—¿Enamorarte? No me digas que estás enamorado de esa mujer.
—No lo estoy, apenas hace unas horas que la conozco pero podría enamorarme de ella fácilmente. —se sincera el chico de la melena castaña volviendo a mirar en dirección a la latina.
Sin embargo, Sofía ya no está allí, ha desaparecido de la vista del modelo y las personas que estaban bailando en la calle ya comienzan a alejarse del lugar.
El modelo se aleja de allí con su manager y vuelven al interior de la cafetería.
Sofía acude a ver a su amiga que acaba de conseguir trabajo en una agencia de modelos de la ciudad. La muchacha sonríe en cuanto ve a la morena.
Cuando los trabajadores del lugar ven a Sofía se la quedan mirando unos instantes.
En ese momento el dueño de la agencia llega a la oficina donde le presentan a la nueva recepcionista. El hombre la saluda y enseguida posa su mirada sobre Sofía.
—Eres muy bonita. ¿Nadie te ha propuesto nunca ser modelo? —le pregunta el hombre mostrando una gran sonrisa.
Ella que no esperaba escuchar algo como aquello permanece unos segundos en silencio.
—No, nunca y la verdad es que por el momento no me interesa. —asegura ella. —Pero gracias.
Amanda intenta aguantar la risa y no hablar. Su impulsividad a veces la hace meter la pata y no quiere "cagarla" en su primer día de trabajo.
«No dijiste que no cuando posaste para esas fotos con Marcus Schenkenberg.» piensa la amiga de Sofía recordando esos momentos con una ligera sonrisa pícara en el rostro. «En ese momento no te importó posar como modelo aunque yo tuviera que empujarte un poquito» sigue con su sonrisa picarona Amanda.
—Piénselo bien. Puede tener mucho éxito como modelo y ser muy cotizada. —le insiste el hombre. —Le voy a dejar mi tarjeta de visita con mi número de teléfono. Espero que cambie de opinión y me llame. —dice el director de la agencia que apenas lleva una semana trabajando allí marchándose después.
Sofía mira la tarjeta y se la guarda en el bolso negro que lleva con ella, luego vuelve a mirar a Amanda que la observa.
—No hace falta que me digas nada. Sé lo que has estado pensando. —dice la Morena a su amiga.
—¿Por qué no aceptas la propuesta? —le dice su amiga.
—Porque no soy modelo, ni tengo físico para ello. Además no tengo la estatura. Yo soy actriz, no modelo.
—Aquí no eres tan conocida como en Venezuela y puede ser un paso. Una entrada de dinero en lo que te vas dando a conocer como actriz en este país. Ya tienes el permiso de trabajo y residencia. No es necesario que te dediques a esto toda la vida y puede facilitarte las cosas en el mundo de la interpretación.. Además, cuando esas fotos con Marcus salgan a la luz serás famosa y la gente querrá saber quién eres. Estoy convencida que el mundo de la moda va a querer saber de ti. —se sincera su amiga.
—Solo son unas fotos para las que posé. —se sincera Sofía encogiendose de hombros.
—No son unas simples fotos. Son muy sensuales. Y si a los que estábamos viendo esas fotos nos parecían eróticas...Marcus es un profesional que ha posado así con muchas modelos femeninas pero esas foros no desprenden...¡Fuego! como las que se hizo contigo. Supongo lo que le costó tenerte tan cerca teniendo en cuenta como reacciona su cuerpo y como te mira cuando te tiene tan próxima a él. —responde Amanda con una sonrisa picara en el rostro. —Igual que te pasa a ti con él. —le guiña un ojo la americana a la venezolana.
—¿Marcus? —pregunta Sofía. —¿Quién es...Marcus?
—Marcus Schenkenberg, el chico con el que posaste. Es un modelo muy famoso. El primer Top Model Masculino de la historia y el primer modelo masculino en posar para la revista femenina Harper's Bazar. —le cuenta su amiga.
—¡Qué informada estás! —se sorprende la morena.
—Desde que me comentaron quien era el día de la sesión de fotos busqué información sobre él en revistas y preguntando a la gente. Así fue como me enteré. —se sincera su amiga.
—¡Qué buena detective eres! —dice su amiga sonriendo. —Bueno, ahora te dejo. No quiero entretenerte más y darte problemas en tu trabajo. Nos vemos, amiga. Luego te cuento como me fue en el casting. —dice Sofía abandonando la oficina.
Minutos después, la venezolana, llama el ascensor que conduce al piso inferior, cuando la puerta de abre Sofía entra y la puerta se cierra tras de si. Instantes después, la puerta del elevador de al lado se abre y de su interior salen Marcus y su agente. Ambos se dirigen a la agencia de modelos.
Amanda no da crédito cuando ve a Marcus allá. Esa es la agencia que le representa y si hubiera llegado dos minutos antes se habría encontrado de nuevo con Sofía.
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