Final alternativo (no canon)
Varias semanas después de la guerra contra la reina oscura, la gente del reino de Mewni tuvo que volver a reestablecer sus vidas, esta vez, en compañía de los monstruos. No sería una tarea fácil, pero, con perseverancia, alcanzarían la meta de una convivencia juntos.
Mientras tanto, en un plano diferente, se encontraba Glossaryk mirando los ingredientes que utilizaría para preparar un estofado. A su lado flotaba una mota ígnea, la misma que había aparecido junto a él hace un par de semanas. Él la miraba, esperando que le ayudase a escoger los ingredientes.
- Tú qué opinas, es mejor la calabaza o el zapallo? – preguntó, esperando una respuesta que nunca vino.
Se giró un momento para mirar a la mota directamente, la cual, como era de esperarse, no hizo nada más que permanecer flotando en el aire. Respiró profundo y luego exhaló.
- Mira, creo que esto no está funcionando. Ha sido divertido tenerte aquí conmigo, pero si te soy sincero, creo que no te soporto. – respondió sin más – No me lo tomes a mal, es que prefiero estar solo. Lo entiendes, no? – su oyente no dijo nada – Así me gusta.
Tomó a la mota ígnea con sus manos y le dio un empuje hacia arriba. La mota comenzó a elevarse hacia el infinito sin control alguno, hasta que no fue más que un minúsculo punto en un cuadro negro y oscuro, cuando, finalmente, desapareció.
- Ugh, por fin un poco de paz. – declaró al hallarse solo otra vez.
Tomó tanto la calabaza como el zapallo y los metió en una olla.
- Ahora es momento de encender el fuego. – proclamó – Solo necesito una cerilla.
Buscó por toda su vestimenta, esperando encontrar algo con lo que encender el fuego, sin resultado alguno.
- Creo que debería haberme despedido de esa cosa después de encender el fuego. – se encogió de hombros y tomó dos de los troncos que había debajo de la olla para encender el fuego – Ni modo, habrá que hacerlo a la antigua.
El tipo comenzó a frotar ambos maderos de forma enérgica.
- Esto llevará un rato, será mejor que busquen algo con lo que entretenerse.
En otro lugar, encima de un banco de piedra, delante de un abrevadero de lava seca, reposaban dormidas dos figuras. Una de ellas sentada en el banco, y la otra siendo sostenida en brazos por la figura sentada. Ambos tenían prácticamente el mismo tamaño.
La somnolencia se fue disipando para uno de los dos, la figura que estaba sentada. Abrió los ojos lentamente. Se veía borroso, necesitó pestañear varias veces para poder ver bien, aun así, no abrió los ojos del todo, los parpados aún le pesaban. Se pasó los dedos por encima de sus parpados. Al sentir su propio tacto, alejó sus manos unos pocos centímetros y las vio detenidamente. Se preguntó por qué era capaz de verse las manos, se preguntó también porque era capaz de ver siquiera. Su atención se desvió por completo cuando vio a la mujer que descansaba en su regazo. Una señorita de piel de marfil, blanca como las nubes. Estaba desnuda, pero no fue algo que le importase, pues, él también lo estaba.
Un pequeño temblor comenzó a recorrerle el cuerpo, a la par que su mente tomaba conciencia de la situación. Abrió la boca con incredulidad y sus ojos se ensancharon al darse cuenta de lo que ocurría. Posó su mano sobre la mejilla de la blanca mujer y la acarició con delicadeza.
- Hekapoo. – pronunció el joven de forma suave.
Los ojos de la mujer comenzaron a reaccionar ante el estímulo externo. Uno de ellos estaba cubierto por la mitad de su flequillo, el derecho, para ser precisos. Esta comenzó a despegar sus parpados y vislumbrar lo que había delante de ella. Era un chico, no lo veía muy bien. Quiso llevarse la mano hasta sus ojos para limpiárselos, pero en su camino se encontró con la mano del muchacho, la cual estaba posada en su mejilla. Casi por inercia, ella tomó la mano de este y comenzó a acariciarla con su dedo pulgar. Aun no sabía ni porqué lo hacía. Parpadeó un par de veces más hasta que la vista se le aclaró lo suficiente como para identificar la figura delante de ella.
- Marco? – preguntó entre confundida y perdida – Dónde estamos?
Este sintió como el corazón se le encogía de la incredulidad al ver a su mujer delante de él, recostada entre sus brazos.
- Vivos. – anunció con la voz temblorosa – Estamos vivos, cariño.
Los recuerdos la azotaron de golpe, como una marea embravecida, haciéndola situarse y comprender lo que estaba ocurriendo. Abrió más los ojos y posó su mano en la mejilla del chico. Notó como una de las lagrimas de su cara resbalaba por su mano, provocando que ella también humedeciera sus ojos.
- Estamos vivos. – repitió, aún sin poder créelo.
Hekapoo no dijo nada, solo saltó bruscamente para rodear a su amado con sus brazos y abrazarlo con fuerza. Este correspondió el gesto. Ambos comenzaron a derramar lágrimas de alegría.
- No puedo créelo. – dijo ella.
- Estamos vivos. – respondió él.
- No puede creerlo.
- De verdad, estamos vivos.
- Pero, cómo? – quiso saber la mujer alejándose un poco del muchacho.
- No lo sé. Lo ultimó que recuerdo fue entrar contigo al abrevadero de lava y perder el conocimiento.
- Que hiciste qué?
Se giró de forma violenta para ver el abrevadero a su espalda. Allí, en la parte de su guarida por donde antes corría lava, ahora había un montó de roca negra seca. Se podía apreciar como en el medió de esta se mostraba el espacio que habían dejado dos figuras que ya no estaban ahí.
- Acaso estás loco? Porqué hiciste eso?
Marco sonrió algo incómodo por la situación, estaba claro que ella no lo sabía.
- Sabes, tu cuerpo siempre está caliente, más que el de una persona normal. Eso siempre fue algo que te caracterizó mucho, a mi parecer. – comenzó a explicar – Y resulta que cuando mueres, ese calor se esfuma. – confesó – Tú nunca dejas de estar caliente, y la simple sensación de notar tu piel fría, pues... simplemente... no puedo con ella. Es una sensación horrible, una sensación que me dice que lo que más quiero desaparece, que la luz en mi oscuridad se desvanece, que la llama de mi vida se apaga. Yo sabía que iba a morir, y no quería irme sintiendo ese horrible frío. Me metí en la lava para morir ardiendo junto a ti.
Levantó la mirada para ver la expresión de su mujer, la cual no sabía como interpretar. Una mezcla de alegría, incredulidad y algo que decía "estás loco".
- Estás loco, Marco Díaz. – respondió sonriendo.
- Pero si estaba a punto de mo...
No pudo terminar la frase, pues Hekapoo se había lanzado hacia el para darle un beso. Fue un beso fuerte y apasionado, cargado de sentimientos, de alegría, de nostalgia, de conmoción, pero, sobre todo, de amor. El amor de volver a ver a la persona que hacía girar su mundo, aquella persona que les hacía sentirse vivos, aquella persona por la que darían todo, incluso la vida.
Se separaron lentamente mientras sonreían.
- Te dije que te esperaría hasta que te despiertes.
- Oh calla. – se rio ella – Te habría matado de no ser así.
Ambos se levantaron del banco, dando sus primeros pasos por la guarida de Hekapoo.
- Bueno, supongo que deberíamos volver a Mewni y recuperar nuestras vidas. – propuso la mujer – Será extraño tener que explicarles a todos lo ocurrido.
- Sí, aunque primero estaría bien ponernos algo de ropa. – sugirió Marco – Espero que haya algo en los armarios de por aquí.
- Seguro que lo habrá.
Se miraron mutuamente mientras sonreían, todavía, confundidos por lo ocurrido, pero agradecidos. Se tomaron de la mano y bajaron las escaleras para conseguir algo de vestir y luego volver a sus vidas. Tendrían mucho que explicar, aunque ninguno sabría cómo. Pues nunca llegaron a descubrir cómo habían vuelto a la vida. Aunque no fue algo que les importara mientras pudiesen seguir juntos, compartiendo emociones, alegrías y momentos inolvidables.
Entretanto, en un lugar desconocido, alejado de cualquier mundo o plano dimensional, alguien o algo hacía repiquetear su martillo sin imagen en un yunque invisible. Siendo este ser el único que sabía lo que había ocurrido.
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Bueno, sé que dije que esperaría hasta el domingo 17/02 para que la gente pueda votar y luego ver cuando publicar hacer lo que salga, pero, la verdad es que se veía que el final alternativo de Marco y Hekapoo con vida era el que iba a ganar, y no tenía ganas de esperar.
Debo aclarar, que este final no es canon en mi arco histórico, sino que solo lo hice como algo especial a petición del público. Mi historia acaba con el final trágico de Marco y Hekapoo, si alguien prefiere tomar este final alternativo como su final propio, es libre de hacerlo, solo quiero dejar en claro cual es, para mí como el escritor, el final auténtico.
En cualquier caso, espero que lo hayan disfrutado. Finalmente podré poner esta historia como completa de una ves por todas XD.
Hasta la próxima historia.
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