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Capítulo 69: Todo sea por un amigo

Tom finalmente había acabado de seguir a Star. Esta se había acostado en su cama tras volver a su forma mewmana. La cubrió con su manta y después sonrió al verla tan tranquila luego de otra noche de aventuras. Se fijó en que su compañero aún no había regresado. Decidió sentarse en el sofá y esperar hasta que esté volviese. Paso un rato hasta que por fin lo vio salir de aquel portal, una vez lo hizo, cerró este tras de sí.

- Por fin has vuelto. - exclamó este sin levantar la voz - Como te ha ido con...? - quiso saber, pero al ver el rostro del muchacho notó que no se veía muy animado.

- No muy bien, a decir verdad. - soltó, desganado.

- Quieres hablar de ello? - preguntó de forma suave, pero solo obtuvo como respuesta una negación de cabeza. Se le acercó y le puso su mano en el hombro - Vamos, creo que necesitas un hotdog.

Después de aquella noche movida, Marco volvió a su casa, apareció en el medio del recibidor sin causar ruido alguno, estuvo a punto de subir las escaleras apoyando su pie sobre el primer escalón para ir a su habitación, estaba cansado, pero en ese momento un rápido pensamiento pasó por su cabeza; "Estoy muy enojada contigo, no quiero hablar", recordó las palabras de Hekapoo. Deshizo el paso que había dado y volvió hacia atrás, imaginó que lo mejor sería dormir en el sofá por un tiempo hasta que se aliviase un poco la tensión. Sobre el sofá del living, había una almohada y unas sabanas, tal parece que su mujer ya tenía pensado enviarlo allí. Se recostó en este y se cubrió con las sabanas. A la derecha del sofá vio a Nachos, quien estaba durmiendo tranquilamente. Le dio una pequeña caricia en su cabeza, sin despertarlo y luego se dispuso a dormir.

Por más que lo intentaba, no conseguía conciliar el sueño. En su cabeza se reproducía una y otra vez aquella discusión que tuvo con su mujer. Los problemas que este le había causado. Comenzó a pensar en las personas que había puesto en peligro por mantener su promesa con Star, a cuántos tuvo que proteger Hekapoo, sola. Pensó que tal vez habría sido mejor Haberle dicho la verdad a su mujer. De verdad, no sabía que pensar en ese momento. Pero, al final, acabó por dormirse debido al cansancio, más su sueño no fue para nada reparador.

Llegada la mañana, los lametones de su compañero dragón lo hicieron abrir los ojos de forma pesada. Sentía que le ardían los ojos, también sentía su cuerpo carente de energía, podía moverse y gesticular con normalidad, pero sentía que no se encontraba en condiciones de generar fuerza. Se levantó del sofá y miró por la ventana del living. Por lo menos serían las once, su mujer ya se había levantado y se había ido, siempre se hallaba fuera para esas horas. Fue hacia la cocina para desayunar algo, pero tan pronto abrió la nevera y vio la comida, notó que no tenía el apetito para comer nada. Al menos se hizo un café para estar más despierto. Mientras acababa de hacerlo y daba su primer trago, su espejo de bolsillo empezó a sonar. Lo abrió para ver de quién se trataba, era Tom.

- Oye, Marco, como te encuentras...? - quiso preguntar, pero al ver el rostro del muchacho no pudo evitar reaccionar dando un pequeño brinco debido a la sorpresa.

Marco tenía los ojos enrojecidos y debajo de esto tenía dos bolsas de ojeras muy notorias, y su expresión, esta era un mapa que indicaba el camino hacia una tierra desolada y llena de desesperación.

- Hola, Tom. - saludó este con voz apagada.

- Has dormido? - preguntó atribuyendo su aspecto a una posible falta de sueño.

- Si. Pero no bien.

- Sabes, si quieres podemos dejar la aventura de esta noche para otro día, yo solo puedo seguir a Star sin problemas. - recomendó Tom.

- No, tenemos que hablar con ella, tengo este mapa que nos indica el patrón que ha estado siguiendo hasta ahora. Si se lo mostramos, tal vez consigamos obtener una pista clave para terminar con esto.

- Donde conseguiste eso?

- Me lo dio Heka antes de irse.

Tom guardó silencio por un momento, tenía varias preguntas que hacerle al chico, como qué había ocurrido anoche con Hekapoo, y porqué ella tenía un mapa que mostraba los a patrones de los portales de Star, pero guardó silencio y evitó hacerlas debido al estado en el que se hallaba el muchacho. Así que preguntó otra cosa.

- Sabes que Star se enterará de que la hemos estado siguiendo durante sus viajes si le mostramos el mapa, verdad? - le recordó el demonio.

- Todo sea por ayudarla a terminar con su problema.

Aceptó las palabras del muchacho y decidió dejarlo continuar ayudando a su amiga a pesar de su estado emocional.

- De acuerdo. Nos veremos allí a las doce y media. Tómatelo con calma, va enserio. - dijo este antes de cortar la llamada.

Marco cerró su espejo de bolsillo y se dispuso a dar un sorbo de su café, tan pronto saboreó una pequeña parte en su boca, miró la taza con expresión de disgusto. Se le había enfriado.

En la habitación de Star, de nuevo se habían juntado los tres amigos. Los chicos le habían dicho a Star que había algo importante que tenían que mostrarle. Sin problema alguno ella había aceptado. Más, cuando vio el rostro de Marco, esta se preocupó en demasía.

- Dios mío, que te ha ocurrido? - preguntó horrorizada.

- Es una larga historia. Te la contaré, pero antes quiero mostrarte aquello de lo que te habíamos hablado. - respondió el humano.

Oculto en su sudadera, Marco sacó un mapa en el cual había dibujado varios trazos. Eran trazos muy similares unos de otros, todos comenzaban en un punto similar, tomaban un camino recto y luego giraban en otra dirección, pero todos lo hacían siguiendo el mismo patrón en puntos muy similares. Acababan en las mismas direcciones, pero en puntos distintos.

- Ves estos trazos? - preguntó sin esperar respuesta - Son los caminos que tomaste todas las noches que te fuiste a varios sitios siendo sonámbula. Todos acaban de la misma forma. Tal vez signifique algo. - dijo levantando la vista y mirando a su compañera, la cual no quitaba la mirada del mapa.

La chica miraba el mapa con curiosidad y a su vez con cierta incredulidad. En su mente ella estaba teniendo sus propias conclusiones acerca de lo que estaba viendo.

- Cómo conseguiste esto? Lo hiciste tú? Cómo lo hiciste?

- No, no lo hice yo, fue Hekapoo quien lo hizo. Ella me dio el mapa.

Las palabras del joven no hacían más que confundir a la princesa de Mewni. No sabía porque Hekapoo tenía un mapa con esos trazados, ni porque se lo había dado a Marco. Además, estaba intrigada por saber que era el causante del estado anímico del muchacho.

- Chicos, estoy muy confundida. Explíquenme que está ocurriendo.

A sabiendas de que ese momento llegaría, los chicos se miraron el uno al otro. Fue Tom quien, con su mirada, le indicó a Marco que se encargaría de explicarlo.

- Star, verás, la noche que nos dijiste que nos fuéramos a nuestras casas porque seguirías experimentando esos episodios de sonambulismo sin la intención de detenerlos, no te hicimos caso. Nos quedamos aquí y te seguimos apenas cambiaste a tu forma Butterfly. Y no solo te seguimos esa noche, sino todas las noches a partir de esa.

- Porque hicieron eso?

- Queríamos asegurarnos de que no te ocurriese nada durante sus viajes nocturnos.

- Awww. - soltó esta y se acercó a abrazarlos.

Estos correspondieron el gesto de la chica, luego volvieron a sus respectivas posiciones.

- No hacía falta. - comenzó ella - Pero, eso no explica lo del mapa con los patrones de mi viaje.

- Creo que yo puedo explicarte eso. - dijo Marco de forma apagada.

La atención de Tom se centró totalmente en el muchacho. Quería saber que había ocurrido aquel día que dejó a Marco a solas con su mujer mientras este seguía a Star.

- Al parecer los portales que fuiste abriendo en tu forma Butterfly quedaron se quedaron abiertos. Hekapoo se dio cuenta de esta anomalía y comenzó a cerrarlos, uno por uno. Decidió marcar los puntos en los que estos portales aparecían en un mapa, y más pronto que tarde descubrió que había un patrón en la apertura de portales. - respiró profundo para proseguir - Un día descubrió donde aparecería el siguiente portal, por lo que decidió detener a aquello que estaba abriéndolos de una vez por todas. Eso sucedió ayer por la noche. Ella consiguió atraparte. Tom y yo bajamos para resolver la situación. Tom te liberó y continuó siguiéndote, mientras, yo me quedé con Hekapoo para explicarle lo que estaba pasando. - volvió a tomar aire - Tuvimos una discusión, no terminó bien. – hizo una pausa - Al final me dio este mapa, diciendo que ella no lo necesitaría más. No sé si le dirá algo acerca de esto a tus padres o a la alta comisión, o si ya lo ha hecho. Solo sé que ahora tenemos este mapa.

Star oyó consternada las palabras del muchacho, que sus padres o la alta comisión supieran acerca de sus viajes nocturnos ya no le preocupaba tanto, lo que realmente la atormentaba era saber que por su culpa Marco había tenido problemas con su mujer.

- Marco, yo... lo siento. Por mi culpa ahora estás pasando por una mala situación con Hekapoo. - decía apenada.

- No es tu culpa, Star.

- Sí, sí que lo es. Por mi culpa se abrieron todos esos portales, y le guardaste el secreto a Hekapoo.

- Soy tu escudero, debería haber sido más atento y haber cerrado los portales mientras te seguíamos. Y soy yo quien prometió guardar el secreto, tú no tienes la culpa de nada. - dijo con seriedad, pero aún se notaba el desgano en su voz.

Prefiero no decirle nada a la chica acerca de los monstruos que salían de los portales. Eso sólo la haría sentir más culpable y entorpecería su objetivo por encontrar aquello que la llevaba a realizar aquellos viajes.

A pesar de los intentos por aligerar la culpa de la chica, esta sentía que de no haber sido por ella Marco no se encontraría en ese estado de depresión. Solo por eso pudo adivinar que Hekapoo seguía enfadada con él. Sintió que, a sabiendas de todo lo que había hecho por ella, merecían saber algo acerca de sus viajes de lo que no tenían conocimiento alguno.

- Chicos, hay algo que quiero contarles. – dijo, ocasionando que estos se volteasen a mirarla, atentos - Durante el tiempo que he estado teniendo estos viajes nocturnos comencé a notar algo. - de pronto, los rostros de ambos mostraron con evidencia la atención que les había generado al decir aquellas palabras - Hay una voz, una voz que resuena cada ver qué me duermo y me transformo, recuerdo seguir esa voz por caminos desconocidos, clama por mí. Pero siempre que estoy cerca de llegar hasta ella, mi viaje termina, lo siguiente que recuerdo después de eso es que despierto en mi cama. - hizo una pausa - Que creen que signifique? - preguntó pensando que a lo mejor alguno de los chicos averiguaría algo.

- Es algo nuevo a tener en cuenta. Pero de buenas a primeras no sé qué debe significar. - dijo Tom - Tu qué opinas Marco? - se giró al muchacho para esperar la respuesta de este.

Cuando ambos miraron al humano, se sorprendieron por la escena. Marco miraba fijamente al mapa con detenimiento, se notaba que estaba profundizando en algún pensamiento, algo se le había ocurrido. No quisieron interrumpirlo mientras este se perdía en sus pensamientos. Se sonrieron el uno al otro al ver que el chico había dejado su melancolía de lado por un momento.

- Ahora le veo el sentido. - exclamó este - Antes no teníamos ninguna pista del porque Star sufría esos episodios de sonambulismo, pero ahora sabemos que hay un motivo. Star ha estado siguiendo una voz todas las noches, estos trazados representan el camino que tomó cada noche, y como ya dije, todos son iguales y toman las mismas direcciones. Saben lo que eso significa? - preguntó, casi como si la respuesta fuese evidente. Pero solo obtuvo como respuesta una mirada confusa por parte de ambos - Star nunca consigue llegar al final de su trayecto. Si el motivo de estos episodios de sonambulismo es encontrar a aquella cosa que llama a Star, lo único que tenemos que hacer es acercarla lo máximo posible al lugar más lejano hasta el que haya llegado, así, si comienza desde ese punto, es seguro que le tomara menos tiempo llegar al responsable de estas "llamadas".

Los dos oyentes miraron al muchacho sorprendidos de su rápida y clara deducción. Aquello tenía bastante sentido para ambos, así que decidieron probar con su teoría.

Durante la noche, decidieron hacer una pequeña acampada en uno de los últimos puntos a los que la chica había llegado en sus viajes nocturnos. Se llevaron consigo a Nachos para que les hiciese compañía. El objetivo principal era descubrir al causante de los episodios de sonambulismo de Star, es decir, a la voz que la llamaba cada noche. Pero había un objetivo secundario por conseguir, y este era distraer un poco al humano para que no pensara en su discusión con Hekapoo.

Pusieron en el suelo varios sacos de dormir e hicieron una fogata en la que asaron malvaviscos y alguna que otra zarigüeya para el dragón motocicleta. Este tomaba al animal entre los pinchos de sus ruedas y luego le daba mordiscos con los que le arrancaba la piel a trozos.

El joven humano no se veía muy contento, más bien, se le veía absorto, absorto en las llamas de la fogata. Se podía ver el fuego bailando en el reflejo de sus ojos. Sus parpados se veían pesados, los mantenía por encima de su pupila, pero lo hacía a duras penas. Era evidente su cansancio, se le notaba por su expresión y por las ojeras en sus párpados inferiores.

- Marco. - llamó el joven Lucitor, provocando que el muchacho saliese de su trance y volviese a la realidad, se giró para ver a Tom al notar que le hablaba - Estás seguro de poder continuar?

- Si, no te preocupes, recuerda que no sería la primera vez que he trasnochado. - dijo para calma al chico.

Mas Tom no se tranquilizaba, Marco no estaba pasando por su mejor momento y temía que estuviese sobre esforzándose. Aunque reaccionó cuando vio a este levantarse.

- Star está dormida. - mencionó el humano - Será mejor prepararnos.

Su compañero giró la cabeza para comprobarlo, efectivamente, la chica ya se había dormido. Este extinguió las llamas de la fogata y se quedó expectante al momento en el que la chica se transformase. Marco se subió encima de Nachos y este se preparó para hacer rugir su motor en cualquier momento. Cómo si de un presagio se tratara, a los pocos minutos de prepararse para la acción, la chica se transformó en su forma Butterfly. Al principio se mostró algo desconcertada al no estar ubicada en su lugar de partida habitual, pero enseguida se orientó siguiendo la voz en su cabeza, abriendo su primer portal de la noche y desapareciendo en él.

- Vamos. - le dijo Tom al humano.

Mientras tanto, en la casa cercana al bosque de la muerte segura, la mujer de cabello carmesí se hallaba en su forja haciendo nuevas herramientas. Su mirada se veía pesada, no había conseguido dormir bien ayer, mas no iría a la cama aún, era de noche y tenía estar atenta para cuando se abriese uno de los portales provocados por Star. Un clon bajó por la escalera y saludó a la original.

- Que ocurre? - quiso saber esta - Ya han comenzado a abrirse los portales?

- Si, ya han comenzado. - explicó esta.

La original dejó el martillo y la pieza de metal con la que estaba trabajando en el yunque y luego dio un suspiro.

- Bueno, supongo que tendré que encargarme de esto.

- No, hay una cosa más. - dijo el clon, haciendo que la atención de esta se dirigiera a ella - Los portales han comenzado a abrirse, pero a los pocos segundos después de abrirse uno, se cierra.

Confundida por las palabras de su clon, se concentró un momento en sentir la distorsión de la magia de los portales ajena a la suya. Pudo notar un portal abrirse, pero, tal como le había dicho su clon, al poco tiempo de abrirse se cerró.

- Que está ocurriendo? - se preguntó a sí misma.

La travesía había comenzado y los chicos ya se hallaban persiguiendo a su amiga. Marco se tardaba un poco más, pues a cada portal que atravesaban, este se detenía un momento para usar sus tijeras y cerrarlo. Lo hizo expresamente para no causarle más molestias a su mujer, pues ya le había causado bastantes.

A pesar de que en esta ocasión habían comenzado por un punto que, por lógica, debería estar más próximo al final del viaje que hacia Star, estuvieron volando por un rato considerable. Temían que el lugar estuviese más lejos de lo que hubiesen esperado, tal vez no llegarían hasta el final en aquella noche. Si no lo conseguían, tendrían que probar a la siguiente noche, pero Tom dudaba que Marco de encontrase en un mejor estado del que estaba ahora, y con lo terco que era, no permitiría que fuese Tom quien se encargase de ayudar a Star. Aquellas preocupaciones se disolvieron cuando llegaron hasta un lugar que nunca antes habían visto, un lugar que había provocado que Star se detuviese. Se encontraban en una zona similar a un cielo oscuro repleto de estrellas y destellos luminosos a su alrededor, auroras de colores y nubes repletas de rayos. Todo esto era lo que adornaba aquel espacio negro. Pero, justo al frente de ellos se hallaba un enorme portal negro, este mostraba un destello amarillo en su centro, no sabían de qué se trataba, pero la chica parecía absorta ante aquella cosa. Pasados unos segundos estiró su brazo en señal de quererlo. Esta sería la primera vez que atravesarían un portal como ese, por lo que ambos se prepararon para lo que fuera.

Todo alrededor era extraño, se sentía como flotar, o más bien, estar sumergido en alguna especie de líquido. Notaba como un empuje la llevaba hacia arriba hasta sacar su rostro a la superficie. Abrió sus ojos lentamente hasta que finalmente vio el cielo que la cubría, este era totalmente rosa. Se veía extraño, pero por alguna razón le resultaba agradable. La vista que contemplaba se vio interrumpida por la intromisión de un pequeño amigo. Un unicornio de temprana edad se le había asomado desde su frente y le había dado un pequeño lametón.

- He, pequeño. - dijo Star mientras se levantaba para ver al unicornio.

Se fijó en que se hallaba en un sitio cubierto por agua amarilla, como si se tratase de un enorme mar. Varias cascadas de esa misma agua caían del cielo, todo brillaba y olía a caramelo. Era maravilloso e hipnotizante. Volvió a fijarse en el pequeño unicornio, el cual se había posado sobre su regazo y volvía a lamerle el rostro.

- Jaja, para. - decía al sentir las cosquillas que le producían el contacto con la lengua del equino.

Sin que se pudiera dar cuenta, y justo delante de ella, apareció un unicornio adulto. Este le resultaba algo familiar a la chica. La criatura miro fijamente a la chica, como si fuese a decirle algo.

- Has venido. - dijo el unicornio sin mover los labios. Su voz se oía en todas las direcciones, como un trasfondo, no emitía sonido desde donde se ubicaba, sino que hablaba a través de algo que hacía que todos a su alrededor pudiesen oírlo. Parecía ser alguien femenino.

- He venido. - dijo Star algo confundida y mirando a ambos lados con sus ojos, corroborando que era a ella a quien le hablaba.

Volvió a mirar fijamente al unicornio, de verdad había algo en este que le resultaba familiar. De pronto, una cascada de flashbacks inundó su mente por un segundo, y vio en el rostro de aquella criatura al pequeño unicornio que había creado en la olla de Glossaryck cuando pensaba que había muerto.

- Ah. - inspiró la chica de golpe al darse cuenta de quién se trataba - Yo te creé. - dijo saltando de golpe y tomando al unicornio por la cara, haciendo que el pequeño estaba en su regazo cayera al agua - Te hice bien. - concluyó tras mirarlo de arriba a abajo - Oye, porque me llamaste? - quiso saber.

- Yo solo llamó a aquel que desea ser llamado. - habló misteriosamente.

Palabras que confundían a la chica y no aclaraban sus dudas.

- Qué lugar es este?

- Este es el reino de la magia, tu reino, el reino al que pertenecen todas aquellas que han poseído la varita. Sígueme y descubre las maravillas del lugar de donde proviene tu poder. - pronunciaba apuntando hacia una dirección con su cuerno.

- Te lo agradezco, pero debería regresar. - mencionó apuntando hacia atrás con su pulgar.

- Deberías? - cuestionó la unicornio.

Esa pregunta confundió a Star, quien volvió a mirar a su alrededor, el paisaje, el sonido del agua al caer, todo resultaba bastante hipnotizante, más que antes. Sus ojos comenzaron a llenarse de brillos.

- Tal vez, pueda quedarme más tiempo. - pronunció siguiendo al unicornio, había sido maravillada por aquel sitio.

Momentos después, salieron del agua los compañeros la chica. A diferencia de ella, estos no estaban dormidos al salir del agua, sino que salieron buscando desesperadamente por un poco de aire. Por un momento llegaron a pensar que tendrían que nadar en aquel sitio, pero notaron que podían pararse, la marea era baja, lo cual les resultaba extraño sabiendo que habían venido de muy profundo.

- Star? - comenzó a preguntar Tom, mientras Marco ayudaba a Nachos a ponerse en pie, o en ruedas - Star! - pero nadie respondía.

De pronto, el agua bajo sus pies comenzó a levantarse y tomar forma, parecía un unicornio. La criatura los miro a ambos.

- Ustedes no pertenecen aquí. - musitó este.

- Pero, si acabamos de llegar. - se defendió Marco.

El cuerno de la criatura comenzó a brillar con fuerza. Del cielo cayó un rayo que cubrió por completo al joven Lucitor. Cuando el rayo cesó, Tom ya no se hallaba allí. Marco miró con los ojos bien abiertos lo que aquel ser había causado, luego movió sus órbitas hasta ver de nuevo al unicornio de agua, solo para percatarse de como este volvía a hacer brillar su cuerno.

- Corre, Nachos. - gritó este.

Tanto el dragón como el chico corrieron en direcciones opuestas para así evitar que fuesen alcanzados a la vez por aquel rayo. Sin embargo, el destello era rápido, no les daba tiempo a reaccionar adecuadamente. Nachos fue el siguiente en ser alcanzado por ese haz de luz, haciendo que desapareciera de aquel sitio. Solo quedaba Marco, y no se sentía muy seguro de poder lograrlo, el cuerno de aquella aparición ya había vuelto a brillar. Intentó sacar sus tijeras para escapar de allí. En cuanto quiso abrir un portal como vía de escape, la luz consumió por completo al chico. Solo quedaron sus tijeras, las cuales cayeron al suelo.

- Los intrusos han sido expulsados. - dijo la figura de agua antes de desaparecer.

Caminando con alegría, ajeno a todo ello, el pequeño unicornio que estaba con Star metió su cabeza en el agua y sacó de esta las tijeras que Marco había dejado caer, solo para luego irse brincando en el agua.

Mientras tanto, Star se encontraba en una de las piedras que formaba una sucesión de cascadas junto a varios unicornios pequeños. Miraba al cielo absorta, pensando en que nombre darle al unicornio que había creado. Esta se hallaba detrás de ella, le estaba sirviendo de apoyo para su cabeza. De pronto, la conciencia del unicornio volvió, produciéndole un ligero estremecimiento en el cuerpo, lo cual le llamó la atención a Star.

- Jaja, tienes frío?

Le tomó un pequeño momento poder situarse a la criatura para luego responde a la chica.

- Aquello que no pertenece aquí será extirpado de raíces.

- Jaja, las raíces no se pueden extirpar, no son órganos. - decía Star con su mente pérdida en la magia de aquel lugar.

A sabiendas de los efectos provocados por el entorno que rodeaba a la chica, el unicornio no prestó atención a las palabras que salían de su boca.

Un pequeño chapoteo producido por otro pequeño unicornio que quería unírsele al resto y a la chica, llegó hasta ellos en pocos segundos. Este saltó directo hacia Star.

- Oh, pero que tienes aquí pequeño? - dijo al ver que este llevaba algo entre sus dientes, acercó su mano para tomarlo, el pequeño no opuso resistencia. Star se percató de que estas eran tijeras - Esto no es una zanahoria, no deberías correr por ahí con tijeras, es peligroso. - le reprochó al pequeño. Volvió a mirar las tijeras con curiosidad, había algo escrito en ellas. - Mar-co... - alcanzó a leer, pero ese nombre resonó en su mente, provocando una reacción violenta - Marco! - dijo tras salirse del estado estupefacción en el que se hallaba - Donde están? - se preguntó de pronto al caer en la cuenta de que ellos la estaban siguiendo. Se levantó de golpe para mirar en aquel lugar y probar a encontrarlos.

- Si lo que buscas es al par de chicos que estaban aquí, debes saber que los he expulsado.

- Expulsado? Porqué? - preguntó girándose para ver a la unicornio.

- Ellos no pertenecían a este sitio. - respondió de forma serena y sin expresión alguna en su voz.

Star resopló al escuchar esa respuesta. No lo dudo ni por un segundo y decidió saltar de la cascada para comenzar a buscar a los chicos. Para su sorpresa, la caída que debía venir después del salto, nunca se produjo. Se percató de que estaba volando, había conseguido transformarse en Butterfly. Sorprendida, pero no distraída por ello, abrió un portal usando sus manos; funcionaba, podía dominarlo. Antes de irse, una voz la detuvo.

- Espera, quédate, le dijo su unicornio.

- Lo siento. Ya me he quedado demasiado tiempo aquí. Adiós. - soltó sin más, metiéndose en el portal antes de que este se cerrara.

Apareció en medio del lugar del habían partido, el lugar en donde acamparon, comenzaría a buscarlos desde allí. Para su sorpresa, ellos se encontraban ahí, en sus bolsas de acampada, estaban dormidos encima de ellas. Emocionada se les acercó rápido a despertarlos, dándole un par de sacudidas.

- Chicos, despierten. - decía ella.

Poco a poco, ambos fueron abriendo sus ojos hasta recobrar la conciencia. Estaban algo aturdidos por aquel repentino viaje que les había dado aquel rayo que les había lanzado la figura de agua. Al cabo de unos segundos, pudieron ver con claridad.

- Star? - exclamó Tom, aún despejándose.

- Cuidado con el rayo! - gritó Marco sobresaltándose. Rápido comenzó a examinar su cuerpo palpándolo todo - Estamos vivos! - se alegró al decir - Y Star mariposa está con nosotros también.

Tanto la chica como el demonio comenzaron a reírse por la situación. Marco aún estaba algo aturdido, pero también comenzó a reírse.

- Hey, chicos, miren. - decía Star, quien comenzó a metamorfosearse en humana y luego en la forma Butterfly varias veces - Ya puedo controlarlo. - expuso alegre.

- Eso es genial Star. - indicó Tom.

- Si, finalmente lo conseguimos. - añadió Marco.

- Así es, y creo que después de esto ya no habrá más viajes nocturnos ni voces extrañas llamándome.

- Me alegro. - dijo Marco mientras se pasaba las manos por los ojos y bostezaba.

Tom miró a Star y esta le devolvió la mirada. Se sonrieron el uno al otro de forma cómplice y luego miraron al chico.

- Qué? - preguntó confuso al verlos a ambos de esa forma.

- Ahora es tu turno. - comenzó Tom.

- De qué?

- De ser ayudado. Ahora somos nosotros los que te ayudarán a animarte para superar la situación por la que estas pasando.

- Que? Nah, no hace falta. Soy un adulto perfectamente... - quiso decir.

- Marco. - interrumpió el demonio - No nos importa que realmente tengas más años que nosotros dos juntos. Tú me ayudaste a encontrar un método para controlar mi ira y demostrarle a Star que puedo cambiar. También fuiste a salvarme en aquel demonicismo cuando la cosa se puso fea. - explicaba Tom.

- Y a mí me ayudaste con mis problemas nocturnos. - continuó Star - Has hecho mucho por nosotros. Queremos devolverte el favor.

- Eres nuestro amigo, Marco. - seguía Tom - No nos gusta verte de esa forma. Así que te ayudaremos a superar este bache, quieras o no.

Aquellas palabras, aquella devoción, aquel cariño que ambos le tenían, Marco ya se sentía dolido por todo lo que había pasado con Hekapoo, la situación tampoco le ayudaba a mantener un buen estado anímico, así que cuando escuchó a sus amigos decir eso, no pudo evitar soltar unas lágrimas de gratitud. Quiso taparse los ojos para que no lo vieran llorar, pero sabía que era algo inútil, aun así, no dejaba de hacerlo. Sus amigos se sintieron conmovidos al ver que el joven finalmente estaba dejando salir sus emociones. Se le acercaron y lo abrazaron entre los dos. Este correspondió el gesto y se permitió llorar entre los hombros de sus amigos. Tras un rato en el que Marco acababa de desahogarse, Star quería ofrecerle otras palabras de apoyo.

- Siempre estaremos ahí para ti, Marco. Te queremos, ambos. - expresó ella. Pero no obtuvo respuesta alguna del joven.

Tom lo miró un momento para verificar que estuviese bien. Cuando vio la cara del chico, simplemente sonrió complacido con la escena. Después de permitirse llorar un rato, Marco había acabado por dormirse en el hombro de Star. Con ayuda del demonio, los dos dejaron al muchacho recostado en su dragón motocicleta.

- Deberíamos llevarlo al palacio y dejarlo en una cama, ha sido un día duro para él. - decía Star mientras lo miraba dormido.

- Si, el más que ninguno se merece descansar. - confirmó Tom.

Tras tanto estrés, tras tanta incertidumbre y tanta melancolía, el joven había acabado por dormirse del cansancio. Quizá aquella noche podría descansar un poco.

- Buenas noches, Marco. – susurraron los dos al unísono.

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Mientras los problemas de unos ser resuelven, los de los demás se desarrollan. Es casi poético.

Buenas como siempre estoy feliz de poder traerles un capítulo más esta semana. Espero que les halla gustado.

Hasta la proxima.

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