Capítulo 67: Aventuras en la noche
El joven Díaz examinaba con la mirada la habitación de Star de arriba a abajo, pensativo. Esta estaba echa un desorden, lo que más le llamaba la atención, es que no le encontraba una explicación lógica a todo aquello.
- Y? Qué piensas? - preguntó Star, esperando que su amigo y escudero tuviese la respuesta.
Marco volvió a dar una mirada rápida a la habitación, luego miró a la chica.
- Si, tenemos un problema. - sentenció tras pensar.
- Eso ya lo sabía, Sherlock.
- Es que no tengo mucha información sobre esto. No parece que los destrozos y los objetos que hay aquí guarden relación alguna. Más bien parece un sinsentido.
Los árboles más próximos a la habitación de Star eran los que había en el jardín. Se hallaban a varios metros de la ventana, por lo que, si alguien se hubiese tomado la molestia de cortarlos y llevarlos hasta allí, los guardias lo habrían visto. Además, de haber sido así, faltarían árboles en el jardín y habría signos de destrozos, más este permanecía igual de intacto que ayer. Eso solamente le daba la idea de que quien hubiese sido, tenía que tener la fuerza, o la capacidad, para transportar árboles de fuera del reino hasta adentro. También tenía que ser alguien realmente sigiloso para que los guardias no lo vieran. O si no, alguien capaz de llevar los trozos de árbol por aire.
Cuanto más lo pensaba menos sentido le encontraba a la situación, por lo que decidió montar una pequeña escolta esa misma noche. Llamó a Tom para que le echara una mano. Este se mostraría encantado de ayudar a su novia, quería comenzar a formar parte de este tipo de actividades en las que Marco y ella participaban. Las consideraba divertidas. Tom vigilaría la parte externa a la habitación de Star desde el tejado. Mientras que el humano se encargaría de hacer guardia por los pasillos, así ninguno molestaría a Star para que pudiese dormir. Utilizarían un par de transmisores para comunicarse entre ellos y reportar cualquier tipo de actividad sospechosa. Una vez que Star limpió su habitación con su magia, el plan dio comienzo.
El muchacho del inframundo miraba el reino desde lo alto del tejado, en la torre dónde estaba la habitación de la pequeña Butterfly. Al principio se sintió emocionado porque pensó que ocurriría algo interesante. Luego fue contando las estrellas para matar el tiempo, pero no importaba cuántas veces lo intentase, siempre se movían, desaparecían y aparecían más. Por lo que, la tarea que en un principio debía mantenerlo entretenido, comenzaba a molestarlo. Casi sin darse cuenta se envolvió en llamas, producto de la ira. Apretó sus puños con fuerza y también los dientes, casi a punto de gritar. Pero se detuvo un momento, respiró hondo y fue notando como las llamas desaparecían.
- Oh, parece que esto es un pequeño progreso para mí. - mencionó al ver que se había contenido para no estallar en rabia.
Por su parte, Marco deambulaba por el pasillo que daba a la habitación de Star. Caminaba sigilosamente para no hacer ruido y despertar a la chica. Aunque le resultó un poco innecesario teniendo en cuenta que, después del desastre que hubo ayer, no se hubiese despertado en el mismo momento que sucedió aquello. Se entretenía caminando en círculos, yendo hasta el final del pasillo y luego volviendo de regreso. Lo había hecho treinta y siete veces, y ahora se hallaba de camino a la trigésimo octava vez. Ya había contado las baldosas del pasillo, tres veces para asegurarse de que no se había equivocado. Conocía hasta el patrón de las figuras de cada baldosa, y por ello, había reconocido las que habían sido puestas al revés, o las que tenían alguna imperfección. Decidió llamar a Tom a través del transmisor para ver cómo le iba.
- Tom, aquí Marco. No he visto movimiento alguno por esta parte. Que hay de ti? Cambio.
- Aquí Tom. No reporto ningún movimiento - soltó un bostezo - Cambio.
Después de aquel mensaje, ninguno de los dos volvió a decir nada, quedándose en un pequeño silencio incómodo que duró varios segundos.
- Estás seguro de esto? - preguntó el joven Lucitor - Son más de las tres y aún no hemos visto nada que nos diga que es lo que ha ocurrido. Cambio.
- Calma, Tom. Sería mucha coincidencia que el responsable apareciese a la siguiente noche después de realizar su golpe. Sabes, yo ya he estado en una situación similar cuando estuve en la dimensión de Hekapoo. Tuvimos que hacer guardia por las noches porque estábamos esperando encontrar a un asesino. Pasaron varias semanas hasta dar con un tipo. - explicó este - Así que lo mejor que puedes hacer es acostumbrarte a tu lugar en el techo y tomarle cariño. Cambio.
- Y yo que pensé que esto sería algo mucho más entretenido. - respondió a modo de queja - Cambio. Odio esto del cambio.
Marco se rio un poco. Al menos así le daría algo de alegría a la noche, sino acabaría por dormirse. Aunque no le dio tiempo, pues, sin previo aviso, de la habitación de Star comenzó a salir una luz brillante que se escapó por la ventana y por las rendijas de la puerta de su habitación. De inmediato, Marco llamó a Tom por el transmisor.
- Estás viendo lo mismo que yo? - preguntó rápido.
- Si, lo veo.
- No has visto a nadie entrar por ningún lado?
- No.
- Joder, yo tampoco. - la luz cesó - Entremos. - indicó este.
Abrió la puerta de la habitación de una patada. En cuanto entró, lo primero que vio fue a Tom entrando por la ventana. Ambos intercambiaron miradas y luego las dirigieron a la cama de Star; no estaba allí. En su lugar había un portal amarillo, al cual no sabían a donde conducía.
- Oh dios mío. Crees que la hayan secuestrado? - preguntó el joven Díaz.
- Solo hay un modo de saberlo. - respondió este, corriendo directamente hacia la cama de Star.
Tom se subió a la cama y de un salto atravesó el portal sin miramientos. Mientras que Marco se quedó un pequeño momento mirando el portal, se encogió de hombros y luego siguió a Tom a través de este. Apareció en el medio de un lugar totalmente abierto, en lo alto o de un barranco, donde había muchos árboles creciendo por todas partes. Amplias llanuras se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Un paisaje digno de admirar, de no ser por el hecho de que se estaba cayendo. El portal había sido abierto en el medio de una caída. Más abajo, vio a Tom, también cayendo. Pensó rápido y de su bolsillo sacó sus tijeras dimensionales. Abrió un portal debajo de él, el cual lo dirigió a otro portal que apuntaba hacia arriba, haciéndolo ascender. Cuando la fuerza con la que subía llegó a su límite, abrió otro portal sobre su cabeza, este apuntaba hacia arriba. El otro portal apareció debajo de Tom, haciendo que este, al igual que Marco, se elevase. Una vez que Tom se encontró fuera de peligro, el humano cerró el portal que el demonio había atravezado, solo con cerrar sus tijeras. Sin embargo, el que había abierto para sí, aún seguía debajo de él, por lo que volvió a atravesarlo y a impulsarse hacia arriba, esta vez con menos fuerza. El impulso comenzó a acabarse, pero, tal y como este lo había esperado, Tom salió de debajo y se elevó con mayor velocidad que el muchacho, debido a que este había caído de mayor altura. Se dirigía directamente hacia donde estaba Marco.
- Ten cuidado con los cuernos. - gritó el humano.
Tom maniobró hábilmente y tomó a Marco en brazos, y llevándolo hacia arriba consigo. Más su impulso se estaba a punto de acabar, por lo que el humano abrió un portal encima de ellos, el cual los llevo a la habitación de Star. Salieron disparados de este sin mucha fuerza, la suficiente como para salir por el suelo y caer sobre este sin recibir daño alguno, más que un pequeño golpe en el trasero de Tom, que cayó sentado en el suelo y con Marco en brazos. Ambos tenían los ojos abiertos debido a la conmoción del momento.
- Gracias. - dijo Marco después de un momento en el que ninguno dijo nada.
- De nada.
Se quitó de encima para dejar de aplastar al demonio y luego lo ayudó a levantarse.
- Bueno, creo que mejor nos lo pensamos detenidamente antes de meternos así como así en un portal desconocido. - sugirió Marco.
- Hecho. - respondió este.
Ambos muchachos asomaron sus cabezas por el portal que había sobre la cama de Star. De nuevo, lo que vieron fue aquel paisaje enrome y vasto que se pintaba de llanuras y árboles donde quiera que mirasen. Pero no veían a Star por ninguna parte, al menos no desde aquel portal. De pronto, a Marco le vino un recuerdo a la mente. Se giró para ver a Tom, el cual también se giró al notar el gesto del humano.
- Tú no podías volar? - preguntó levantando una ceja.
- Sí, sí que puedo. Pero tú no puedes, o sí?
- Tengo mis medios.
Tras un rato ambos se hallaban sobrevolando aquel lugar. Tom se propulsaba usando las llamas de su cuerpo. Mientras que Marco iba montado a espaldas de Nachos, no quiso tener que despertarlo para ello, pero necesitaba ayuda. Aunque en el fondo sabía que Nachos lo acompañaba porque quería, y que no le molestaba ayudarlo, más a allá del pequeño disgusto que se llevaría cualquiera al ser despertado.
- Oye. - gritó Marco para llamar la atención del joven demonio - Si podías volar, porque no lo hiciste la primera vez que caímos?
- Era la primera cosa emocionante en toda la noche, acaso crees que la arruinaría salvándome desde el primer momento?
Le devolvió una mirada de reproche al joven Lucitor por el descuido que este había demostrado. Puesto que un humano no tenía la habilidad de volar y de no ser por su astucia, habría muerto.
Continuaron su búsqueda sin ningún fruto. Pareciera como si Star hubiese desaparecido, aunque esas eran las conclusiones obtenidas buscando solo por aire, porque si el portal estaba en el medio del aire, significaría que el secuestrador podía volar. Pero si la chica se encontraba en tierra, era seguro que no la hallarían. Las copas de los árboles eran demasiado frondosas como para dejarles ver nada, por lo que seguirían buscando por aire hasta confirmar que definitivamente no había rastro de ella ahí arriba.
Tras varios minutos vagando por el aire, Tom halló otro portal. Se detuvo delante de este y apuntó hacia arriba con su dedo índice, como si este fuese una pistola, y disparó una pequeña bola de fuego que estalló en el aire simulando ser un petardo. Aquella fue la señal que indicó a Marco que su aliado había encontrado algo. Cuando llegó allí, fueron lo suficientemente precavidos como para mirar en el portal esta vez antes de cruzar. Pudieron ver a su alrededor un paisaje enorme, lleno de césped amarillo y seco. A lo lejos, asomaba un sol naranja, el cual iluminaba toda la zona con su luz, dándole al paisaje un tono ocre.
- Mira, allá adelante. - dijo Marco apuntando con su dedo.
Tom dirigió su mirada a donde el muchacho estaba apuntando y pudo comprobar que allí había otro portal más.
- Otro portal, deberíamos seguir? - preguntó Tom.
- Dudo mucho que hubiese otro portal si este no hubiese sido usado. Creo que lo mejor que podemos hacer es atravesarlo.
Los dos fueron raudos a atravesar el portal, esta vez, ignoraron cualquier tipo de situación adversa en la que pudieran encontrarse, entrando de golpe. No hallaron nada más que una cueva detrás de aquel portal. Esta estaba iluminada por ciertos hongos que producían una luz púrpura y fluorescente. Pero más adentro de la cueva vieron una luz destellante en tonos blancos y amarillos. Sabían de lo que se trataba. Al acercarse a ver, encontraron otro portal. Tan solo bastó una simple mirada entre ambos para darse cuenta de que debían cruzarlo. Estuvieron así al menos durante siete portales más, hasta que, al cruzar uno de ellos, vieron a Star. Esta se mostraba en su forma de mariposa.
- Star! - gritaron los dos para llamar su atención. Pero esta no reaccionaba - Star! - volvieron a gritar, de nuevo, sin obtener respuesta de ella.
La chica se puso en movimiento, alejándose de los chicos.
- No nos escucha. - mencionó Tom.
- Es sonámbula. - adivinó el humano.
Star se detuvo de golpe y comenzó a abrir un portal, el cual cruzó apenas acabo de abrirlo.
- Sonámbula y con portales. - añadió Tom.
Ambos la siguieron hasta llegar al portal y atravesarlo. No se habían dado cuenta, pero acababan de salir por la ventana de la habitación de Star. Dieron un frenazo de emergencia en el aire y luego volvieron a ver por la ventana. Star se hallaba durmiendo en su cama, como si nada hubiese ocurrido. Ambos chicos entraron de nuevo a la habitación a través de la ventana. Marco se despidió de Nachos, dándole un beso en la cabeza.
- Gracias, amigo. Descansa.
El dragón motocicleta le dio un pequeño lametón y se fue volando a casa.
- Deberíamos despertarla y contarle lo que vimos? - preguntó Tom en voz baja mientras se acercaba a ella para comprobar que estuviese bien.
- No, ya se lo contaremos por la mañana. Por ahora, dejémosla descansar, lo necesita. - dio un bostezo - Y creo que nosotros también.
- Concuerdo contigo.
Los muchachos se sentaron un momento y apoyaron sus espaldas en la pared. Cayeron dormidos al instante.
La luz del sol le dio a Star en la cara, provocando que la arrugase un poco al notar que se había despertado. Poco a poco se fue levantando hasta quedar sentada. Se pasó las manos por los ojos para limpiárselos. Luego se estiró un poco para desperezarse. Y finalmente se levantó de la cama. Examinó su habitación con la mirada, esta vez no parecía haber habido destrozos o estragos mientras dormía. Lo único que le llamó la atención, fue la imagen de los dos chicos durmiendo recostados en la pared y apoyados en uno sobre el otro. No pudo evitar el impulso de tomarles una foto usando su varita. El flash de la varita provocó que Marco se despertase y se echara adelante. Tom, que estaba apoyado sobre Marco, terminó por caerse después de que este se apartase.
- A, que? Ya es de día? - preguntó el demonio al despertarse de repente debido al golpe.
- Eso parece. - respondió el humano.
- Chicos, que hacen aquí? Que pasó anoche? - preguntaba Star.
- Espera, danos unos minutos y luego te lo contaremos.
Tras varios minutos en los que Marco y Tom tardaron en quitarse el sueño residual de encima, los tres se hallaron en el comedor del castillo, desayunando. Allí fue donde le explicaron a la muchacha lo que le había pasado por la noche.
- Sonámbula. - preguntó está, sorprendida.
Marco terminaba de darle un sorbo a su taza de té.
- Así es. Y, además - dio otro sorbo a su té, alargando la explicación - podías abrir portales estando en tu forma de mariposa.
- Oh, que basura. Tengo portales y ni siquiera soy consciente de ello. - protestó mientras removía la miel de sus pancakes con una cuchara.
- Al menos ahora sabemos que es lo que te ocurre. - les recordó Tom - Tenemos algún plan para detener esto?
- Yo creo que lo mejor sería hablar esto con la alta comisión mágica y tus padres. – sugirió Marco
- Oh, no, no, no, no, no. Conozco a mi madre. Desde lo que pasó con Toffee no quiere oír nada de mi forma de mariposa. Si se entera, es probable que me ponga en vigilancia las veinticuatro horas del día. Y si la alta comisión lo sabe, mi madre también lo sabrá. Así que por favor Marco, no digas nada. - suplico la chica – Ni siquiera a Hekapoo.
- Pero...
- Por favor, Marco. - volvió a suplicar.
- Bueno, está bien. - aceptó finalmente. Tomo su taza de té y volvió a darle otro sorbo, esta vez, algo resignado – Pero que sepas que no es de mi agrado ocultarle secretos a mi mujer.
- Entonces, tenemos otro plan? - volvió a preguntar Tom, interrumpiendo.
Marco levantó su dedo índice pidiendo un minuto mientras acababa de tomarse todo el té. Lo hacía con calma, alargando sus sorbos.
- Marco. - apresuró Star.
- Sí, sí. El plan es muy sencillo.
Llegada la noche, los jóvenes pusieron en marcha el plan de Marco. Habían atado cada extremidad de Star a cada una de las patas de su cama, así no se movería. Ajustaron las cuerdas lo suficiente para que no pudiera zafarse, pero no demasiado como para lastimarla.
- Esto debería bastar. - dijo Marco, ajustando la última cuerda - Volveremos por la mañana para ver cómo ha ido el plan. – terminó de explicar sacudiéndose las manos - Buenas noches. – se despidió saliendo por la puerta.
Tom se le acercó un momento a la chica y le dio un beso en la frente. Luego se despidió de ella y salió por la puerta junto con el humano.
A la mañana siguiente los chicos regresaron para ver qué tal había salido el plan. Cuando entraron por la puerta hallaron a la chica durmiendo en un sofá, a varios metros de su cama. Resoplaron profundamente al ver eso, y provocaron que Star se despertase. Se levantó pesadamente de su sitio y miró a los chicos, luego se miró a sí misma y en dónde se encontraba.
- Rayos. - se quejó esta.
- No pasa nada, el plan no funcionó. Yo tengo otro que podemos probar. – dijo Tom.
Esa misma noche volvieron a atar a Star, esta vez, con cadenas y grilletes.
- De dónde las sacaste, Tom? - preguntó la chica intrigada.
- Me sobraron del demonicismo.
- Ah. - respondió, comprendiendo.
Ataron a la chica y luego salieron de allí esperando que esta vez funcionase. Poco les duró la esperanza al llegar por la mañana y ver cómo esta se hallaba durmiendo encima del sofá de ayer con un montón de hotdogs encima y un puesto al lado. Se despertó algo mareada. Cuando miro hacia arriba , se encontró con los dos chicos comiendo hotdogs y mirándola fijamente.
- No funcionó, verdad? - preguntó con desdén.
Ambos negaron con la cabeza.
- Genial. Algún otro plan?
- Si. El de respaldo por si todo lo demás falla.
Era de madrugada, Marco y Tom se hallaban sentados en el sofá que había en la habitación de Star. El humano tenía un café en sus manos, mientras que el demonio se estaba bebiendo un refresco. Este último le alcanzó un hotdog al humano.
- Gracias, viejo. - contestó este al tomar el hotdog.
- No hay de qué. - correspondió. Le dio un gran mordisco a su hotdog - Oye, Marco. Porque has vuelto a ponerle los grilletes a Star?
- No te da curiosidad ver cómo se los ha quitado?
- Pues ahora que lo mencionas, sería algo interesante de ver. - pasaron varios segundos en los que ninguno dijo nada - Hekapoo y tú ya lo hicieron? - preguntó indiscreto.
- Jaja. Conque eso era lo que querías saber. Claro que lo hicimos, en muchas ocasiones, además.
- No, me refirieron a hacerlo, pero en el estado en el que te encuentras ahora.
Aquello le recordó a lo que había ocurrido hace un par de noches atrás. Nunca olvidaría la forma lasciva en la que Hekapoo se había comportado.
- Bueno, digamos que han ocurrido cosas.
- Y como se siente? - quiso saber, intrigado.
- Jeje. No hay nada que se pueda comparar a esa sensación.
Cuando Marco le estaba explicando a Tom lo más intrigante que había escuchado en su vida, percibieron un resplandor viniendo de la cama de Star. Ambos se giraron al momento para comprobar que la chica estaba transformándose. Esta intento moverse, pero los grilletes la detuvieron. Utilizó los dos brazos extra de cada lado para liberarse. Invocó llaves mágicas que se introdujeron en las ranuras de cada uno de los grilletes y la liberaron.
- Conque así lo hizo. - dijo Marco.
No tuvieron tiempo que perder, porque al momento de liberarse, la chica abrió un portal con sus manos y se metió en este. Rápido, comenzaron a seguirla. Tomaron una cuerda para intentar atraparla y que no se alejase de ellos, Marco se la colgó en el hombro derecho y luego entraron al portal. Aparecieron en medio del cielo, a varios pies por encima de las nubes. Tom atrapó al chico antes de que comenzase a caer.
- Uff, gracias. - le dijo el humano.
- De nada.
- Sigamos a esa Butterfly. - indicó y luego se rio un poco - Entiendes? Porque Butterfly es mariposa en inglés, y Star es una mariposa ahora y se apellida Butterfly.
No tuvo respuesta alguna por parte del demonio, más que puro silencio y una expresión desconforme.
- Mejor concéntrate en atraparla.
Volaron tan rápido como pudieron. Consiguieron alcanzar a la chica antes de lo que se habían esperado, estaban a tan solo cinco metros de ella. Marco comenzó a girar su cuerda y se la lanzó a la chica. Tuvo la suerte de que esta se enganchase por el tobillo de la chica. Aprovechó esta oportunidad para tirar de ella y ajustarla, así no se escaparía. Con lo que no contaba el humano, era con que Star, al notar la cuerda, aumentara la velocidad y tirase de él. Tan repentino fue el tirón, que Tom no pudo evitar que se le escapase el chico de las manos. Casi de inmediato, este potenció sus llamas para perseguir a la chica.
- No te preocupes Marco, voy a salvarte. - le gritaba este a medida que se aproximaba.
- Tranquilo, tómatelo con calma. - respondió con sarcasmo.
A pesar de estar dormida, Star volaba a una velocidad envidiable, pero el demonio no se dejaba vencer. La perseguida dio un brusco descenso por las nubes y se perdió entre estas. Cuando Tom se metió en ellas para no perderla de vista durante mucho tiempo, notó como el agua de las nubes reducía la potencia de sus llamas, ralentizándolo. Descendió tanto como pudo para salir lo antes posible de estas y recuperar su potencia. Cuando lo hizo, divisó a la chica a sus doce, esta estaba a punto de atravesar una bandada de gaviotas.
- Oh, no. - se quejó Marco al ver a dónde se dirigían. Cerró los ojos y se aferró bien a la cuerda para no soltarse.
Notó como la chica se metía entre aquellas ratas voladoras y las evitaba maniobrando en el aire. Por desgracia para él, no hubo manera de esquivarlas, por lo que acabó por estrellarse contra varias de estas criaturas. Al salir de la bandada, Star no presentó ningún signo de haberse chocado con ninguna de las criaturas. En cambio, Marco se estaba quitando plumas del cabello y de la boca. Cuando el joven Lucitor fue él quien atravesó la bandada, solo pudo oírse a varios pájaros siendo rostizados en un santiamén. Aquello le trajo recuerdos al humano de sus días en la dimensión de Hekapoo. Después de aquel contratiempo, Tom pudo acortar distancias con Star, quien usaba sus alas para hacer piruetas, dar giros y provocar descensos.
- Ya no falta mucho. - musitaba el demonio estirando su brazo con esperanza de pronto alcanzar a Marco.
Tan concentrado estaba este último en su tarea, que no se dio cuenta de las copas de los árboles a los que se dirigían.
- Esto dolerá por mañana. – dijo sin muchos ánimos a sabiendas del golpe que se estaba por llevar.
Al día siguiente, Star se despertó en su cama, se estiró un poco con una sonrisa enorme en su rostro, colocó sus pies en las pantuflas que estaban al lado de su cama y luego se irguió y dio paso a la puerta para ir al comedor. Justo cuando estaba a punto de girar el pestillo, se percató de dos individuos que estaban a su derecha. Volvió la cabeza hacia ambos. Allí estaban Marco y Tom, sentados en el sofá con las piernas y los brazos cruzados. Sus rostros mostraban signos de haber sido arañados, además de las ramas y hojas que había en el cabello de ambos.
- No funcionó, verdad? – preguntó esta casi adivinando cual sería la respuesta.
Ambos chicos se miraron por un segundo, luego miraron a Star, y negaron con la cabeza, provocando que la chica soltase un suspiro de pesadez.
Pocas eran ya las opciones que le quedaban, por no decir ninguna. El caso la estaba poniendo de los nervios, no sabía lo que hacía ni porque, o como detenerlo. Saberlo le resultaba exasperante. Aquella tarde estuvo vagando por el castillo intentando encontrar la forma para detener todo aquello, pero cuanto más lo pensaba más difícil le resultaba encontrar una solución.
Sin darse cuenta, acabo por chocar con alguien, levantó la mirada debido a la sorpresa y se dio cuenta de que quien estaba delante era Eclipsa.
- Oh, lo siento, Eclipsa... un momento, que haces aquí en el castillo? Pensé que estaban encerrada en la torre abandonada. - recordó Star.
- Star. - saludó - Tenía que darme un baño, así que me pase por un momento por las duchas que hay aquí. - explicó ella, mostrándose vestida con su pijama.
- Ya veo. - respondió de forma un tanto apagada, pero inconsciente.
Eclipsa no pasó por alto aquella reacción. Después de haber pasado tiempo hablando a solas con Star, había aprendido a notar cuando ella estaba bien o mal. No era algo que le hubiese costado conseguir, pues la cuica mostrabas sus emociones sin vergüenza alguna, lo cual la hacía fácil de entender.
- Dime, que te sucede? - quiso saber.
- Tengo un problema. - respondió sin siquiera pensárselo un momento - Parece que mientras duermo me convierto en una mariposa mágica, mi transformación como Butterfly, quiero decir. Y, además, parece que abro portales y salgo volando por lugares que no conozco. Marco y Tom ya intentaron ayudarme a detener esto de varias formas, pero no hemos podido. Tú sabes que podría hacer?
- Mmm, tal vez deberías dejar que tus transformaciones sigan su curso, averiguar porque estás haciendo esto, al menos yo hacía eso cuando quería aprender algo.
Star escuchó aquellas palabras como algo en lo que no había caído ni por asomo. Dejar que su naturaleza continuase haciendo lo que tenía que hacer se escuchaba como algo revelador. Quiso hacer caso a Eclipsa y darse la oportunidad de dejarse llevar, algo que siempre hizo.
- Creo que tienes razón Eclipsa, tengo que averiguar porque hago esto. Gracias. - dijo acercándose a ella para darle un abrazo - Oye, cómo has entrado al castillo a todo esto?
- Ah, eso. - se acercó a una pared y empujó en ladrillo en específico, se abrió una puerta oculta mostrando un pasadizo detrás de ella - Pasadizos ocultos. - evidenció Eclipsa - Hay un par de cosas que no muchos saben acerca de este lugar. Guárdame el secreto, porfa. - dijo ella llevándose un dedo a los labios y desapareciendo por aquel pasadizo.
Antes de que se fuera, Star pensó que eso fue realmente genial.
Esa misma noche avisó a sus amigos que no hacía falta que la vigilasen, que había optado por continuar así y descubrir que ocurría. Se sintió libre, sin el peso de preocuparse de lo que pasaría. Simplemente, se dejaría llevar. A los pocos minutos de recostar la cabeza en su almohada se quedó dormida. Lo que ella no sabía, era que sus dos amigos estarían de nuevo en a y la habitación, vigilando que no le ocurriese nada malo, habían decidido que respetarían la decisión de Star de no ser detenida, pero la seguirían para asegurarse de que nada le ocurriese. Volvieron a sentarse en el sofá que aún no se habían llevado de la habitación de la chica y comieron un hotdog mientras entablaban una conversación.
- Tendremos que acostumbrarnos a esto. - dijo Tom con una sonrisa.
- Bueno, no sería la primera vez que lo hago. - expuso Marco, dándole un bocado a su hotdog, luego lo levantó como si se tratase de una copa - Es mi deber como escudero.
- Y el mío cómo novio. - añadió Tom levantando también su hotdog y chocándolo con el de Marco - Crees que vaya a quitar el sofá de aquí?
- Si han pasado tres días y esto aún sigue aquí, quiere decir que ya es parte de la habitación.
Una luz amarilla llamó la atención de los chicos, era la princesa, quien volvía a meterse en un portal para comenzar otro viaje. Ambos se miraron y asintieron con una sonrisa, caminando hacia el portal y esperando probar el dulce sabor de otra travesía.
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Bueno, bueno, otra semana mas en la que se vuelven a generar cuestiones.
Averiguará Star que es lo que le sucede? - Todos sabemos esa respuesta.
Podra Marco mantener oculto el secreto hasta que Star descubra que le ocurre? - Tambien sabemos esa respuesta.
Sera este el unico capítulo en el que haya algo de Tomco? - Eso es algo que nadie sabe, pero si, creo que este será el unico capítulo con momentos Tomco... creo. Solo durmieron el uno al lado del otro, tampoco es nada.
Dejando de lado mis momentos random postlectura, me despido, hasta la proxima.
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