Capítulo 60: Un viejo enemigo
La confianza en sus gobernantes estaba rota, la inseguridad invadió a la gente, una situación de incerteza se apodero del reino de Mewni. Quienes estaban más disgustados con la situación, eran los miembros de la alta comisión mágica. Glossaryck, aquel que guiaba al portador del libro de hechizos, había sido secuestrado. En las manos equivocadas, aquello podría representar una catástrofe, y precisamente Ludo no era un portador que les inspirase seguridad. Coincidieron en que lo indicado era buscar a Ludo lo más pronto posible y recuperar a Glossaryck antes de que algo ocurriese. Según los reportes que consiguieron los guardias de la orden armada mediante sus halcones, había surgido un cambio en noreste. Al parecer, se habían visto a varias zarigüeyas entrar y salir de un antiguo templo de monstruos abandonado. No estaban seguros de que fuese ese el escondite de Ludo, pero por el momento era la mejor opción que tenían. Solo irían de expedición los miembros de la alta comisión junto con la reina. Siendo un grupo reducido pero capaz, no llamarían la atención y podrían escabullirse entre las sombras.
El lugar estaba oscuro, probablemente ningún Mewmano lo habitaría, pero un grupo de zarigüeyas en cambio, si lo haría. Estás en particular estaban disfrutando de ver a uno de sus compañeros comer maíz hasta que prácticamente quedase desmayado. El pobre tenía la mirada perdida ya, pero, aun así, no dudaba en continuar con tal de superarse a sí mismo. Todo el maíz que habían conseguido había sido robado de los campos de Mewni. La barrera era a prueba de monstruos, aparentemente, pero no a prueba de zarigüeyas.
Repentinamente Rhombulus entró de golpe y comenzó a lanzar disparos cristalizantes, los cuales encerraban a las zarigüeyas en prisiones hechas de cristal. Todas y cada una de ellas fueron atrapadas, incluso aquella que comía hasta reventar. Se cristalizó con el maíz entre sus dientes. Una vez fueron neutralizadas, el resto de miembros apareció junto con Moon. Avanzaron hasta una habitación en la que encontraron a un águila gigante dándole de comer golosinas a una araña gigante. Todos soltaron una expresión de asco y desconformidad. La pareja de animales, la cual resguardaba a Ludo, atacó a los miembros. Hekapoo realizó un corte con las hojas de sus tijeras, abriendo un portal y enviando a estos hasta el autoservicio de un restaurante. Tomaron a Ludo y lo echaron de su cama. Rhombulus comenzó a lanzarle un rayo cristalizador de las piernas a la cintura, dejándolo anclado al suelo. El ahora prisionero, abrió sus ojos pesarosamente y comenzó a despejar su mirada hasta que reconoció a las figuras borrosas.
- Ah, que están haciendo aquí?
- Devuélvenos el libro de hechizos, Ludo. - exigió Moon.
Aún seguía algo aturdido por el repentino despertar, pero entendió perfectamente las palabras de sus intrusos, y no le gustaban nada.
- Te refieres a mí libro?
- No es tu libro de hechizos, es nuestro, tú se lo robaste a la familia Butterfly. Al igual que esta varita. - dijo ella arrancándole la varita hecha con una mano de esqueleto a la cual le faltaba el dedo del medio, esta sujetaba una roca en la cual habia una media estrella verde, justamente la opuesta a la que Star poseía.
- Glossaryck dijo que el libro es mío ahora, que me pertenece, además, ya saben que Glossaryck va más allá de nuestras reglas y leyes, él hace lo que quiere.
Los miembros de la alta comisión, que escuchaban atentamente al villano, murmuraron entre ellos aprobando las palabras que decía Ludo, ellos sabían que Glossaryck era como un alma libre, nada lo ataba a las leyes de este mundo.
- En cuanto a la varita, eres libre de quedártela si quieres, después de todo, no funciona.
Esto había confundido un poco a la reina, Ludo no parecía estar planeando nada malévolo o atroz. Había creído que este estaba tramándose algo entre manos, pero lo que parecía ser algo que pondría en jaque a todo el reino, no era más que otra de las artimañas básicas de Ludo, las cuales, por efecto colateral, crearon una pequeña conmoción en el reino.
- Pero, yo...
- Acéptalo Moon. Has enterado aquí como si nada, te has desecho de mis guardias y me atacan así de repente. Y realmente, no tienes nada contra mí, no hay nada por lo que me puedas acusar.
Un pequeño sentimiento de culpa se germinó en el interior de Moon y comenzó a consumirla por dentro.
- Vamos a buscar el libro. - le dijo Hekapoo al resto de miembros, dejando a Ludo y Moon a solas.
- Oye, Ludo. Lo siento. Escucha, he hablado con tu familia.
- Mi familia? - preguntó con un tono cargado de desprecio - Déjame decirte algo acerca de mi familia.
Ludo comenzó a explicarle a la mujer todas las experiencias difíciles por las que pasó cuando vivía con su familia. Un continuo tormento vivido día a día. Hasta que un día su castillo se quemó por ciertas razones y tuvieron que mudarse al bosque. La reina pudo notar el dolor y la rabia que cargaba cada una de aquellas palabras.
- Ludo, tu familia te extraña.
- Mi familia no me extraña. - dijo dándole la espalda y cruzándose de brazos.
- Dennis lo hace.
El tipo movió sus ojos, pensativo. Dennis, probablemente el único miembro de la familia que no lo odiaba, no dijo nada, pero lo echaba de menos.
- Que tal está él?
- Preocupado por su hermano. Igual que yo.
Al oír aquellas palabras de compasión, Ludo se giró bruscamente hacia la reina.
- Para ya, Moon. No necesito tu compasión. Que, no lo ves? Lo he perdido todo, mis secuaces, mi castillo y mi ropa. Pero aquí sigo, aún de pie. - expresó dándose un golpe en el pecho para reafirmar sus palabras.
- Pero por cuánto tiempo? - la sombra de la duda se cernió sobre el rostro del monstruo - Déjame ayudarte, por favor. - él no quería confiar en ella, pero en su interior sentía que podría ser de ayuda dejar que alguien más arrastrase su carga con él.
Mientras tanto, Marco permanecía en su casa junto a Nachos, había decidieron salir a dar un paseo y jugar con la pelota.
- Ve, chico. - decía el tipo mientras lanzaba la bola.
En su cabeza se repetían las palabras de su amada, antes de partir. Esta le había dicho que ella y la alta comisión saldrían en la búsqueda del libro. Él se ofreció a ayudarles, pero Hekapoo dijo que estaba bien, ellos mismos podrían hacerlo, además de que aquel era un asunto real. No se preocupaba por ella, pues sabía que podía defenderse mejor que nadie que conociera, y si se trataba de Ludo, había más razones para no preocuparse. La otra cosa que rondaba su cabeza, y que parecía hacer más hincapié en su mente, era lo que había pasado la otra noche en Mewni, aquello de que Star estaba enamorada de él. Pensaba en su interior si aquello era verdad, y en caso de serlo, como ayudarla.
Nachos volvió volando con la pelota entre sus dientes, este la soltó justo delante del muchacho. El humano se agachó a recogerla y acarició al dragón motocicleta.
- Buen chico.
En la tierra, en casa de los Díaz, se estaba celebrando la fiesta de inicio de verano, cómo solían hacer cada año. Muchos jóvenes del colegio asistieron, se lo pasaban bien allí, y los señores Díaz se sentían más jóvenes al estar rodeado de adolescentes.
Star, por su parte, estaba encerrada en su cuarto, no se sentía con ánimos de fiesta. Los señores Díaz le dijeron que bajase a divertirse un rato, pero ella les dijo que no estaba con ánimos, lo entendieron, y decidieron dejarle su espacio, pero no sin antes decirle que, si necesitaba algo, no duda se en llamar. Y fue exactamente eso lo que hizo Star, llamar, pero a sus amigas, necesitaba desquitarse. Ponyhead, Janna, Kelly y Star fan número trece, acudieron a la llamada. Ella les explicó la situación.
- Y por eso ahora Marco debe pensar que estoy enamorada de él. - sus amigas se miraron entre ellas un tanto dudosas. Star pudo percibir eso en sus rostros - Que?
- Amiga, pero, no es eso verdad? Acaso no te gusta Marco? - inquirió Ponyhead.
- Yo? bah, nggh. - expresó cruzándose de brazos. Pero sus amigas permanecían a la espera de una respuesta - Bueno, está bien, alguna vez me gustó. - Star fan número trece se emocionó al oír eso - Pero solo en el pasado. - y la emocionada suspiró para ahora estar desilusionada. - Es solo que yo...
- Mira, Star, te creemos. - se acercó a decirle Janna - Solo necesitas no pensar en ello. Ven con nosotras a una fiesta que hay en la otra parte de la ciudad. Te vendrá bien.
En el templo donde se ubicaba Ludo, los miembros de la alta comisión buscaban a Glossaryck. Buscaban bajo escombros, moviendo alfombras, heno e incluso gritaban su nombre. Fue el Canciller quien, tras buscar bajo un montón de maíz, encontró el libro de hechizos. Inmediatamente llamó al resto de miembros, los cuales acudieron de inmediato. Tomaron el libro y buscaron a Moon para irse. Cuando volvieron a la habitación donde Moon y Ludo se encontraban, se llevaron una horrible sorpresa. Moon yacía en el suelo con los ojos totalmente negros, mientras que Ludo permanecía parado con los ojos brillando en tono verde fluorescente y mirando a los miembros de la alta comisión. Este sostenía la varita en su mano, la punta de esta comenzó a brillar y algo siniestro ocurrió. La piel de Ludo comenzó a extenderse por toda la varita, convirtiéndose en una extensión más de él.
- Ludo? - preguntó Hekapoo, un poco perturbada por la escena.
- Ludo no está, pero si quieren puedo dejarle un mensaje. - respondió este con una voz que a todos les resultó desagradablemente familiar.
- Toffee!!! - dijo ahora con desagradable sorpresa.
Omnitraxus Prime se colocó delante de Toffee golpeándose la mano con el puño a modo de intimidación.
- Oh, desearás no haber hecho eso, colega. - amenazó.
De poco sirvió aquel intento de intimidación hacia el lagarto, quien ahora poseía el cuerpo de Ludo. Sin que el hombre del espacio y el tiempo pudiese reaccionar, Toffee le disparó un rayo que lo inutilizó, dejando nada más que un cráneo vacío en las manos del villano. Usando la mano fusionada con la varita robo la esencia de Omnitraxus, haciéndola suya. Hekapoo se lanzó al aire girando como un torbellino en dirección a Toffee. Este lanzó el cráneo de Omnitraxus y creó un escudo mágico de color verde usando su mano derecha, este bloqueó por completo las hojas de Hekapoo y la lanzó por los aires. Ella abrió un portal detrás de sí y apareció por la espalda de Toffee, dándole una patada doble. Salió lanzado debido a aquel ataque, utilizó su magia para detener el impulso y sonrió con malicia.
- Eso, hagan que sea entretenido.
Se giró para avistar a su contrincante, la cual corría rápidamente hacia él. Este levantó su mano y preparó un rayo verde para atacarla. Pero esta reaccionó rápido y abrió un portal en el cual desaparecido. Tras la espalda del monstruo apareció ella, lista para atacarlo, pero no se esperaba que Toffee apuntase su mano hacia atrás y le disparase el rayo que había cargado. La forjadora salió disparada por los aires y cayó junto a sus compañeros. Toffee levantó su mano y absorbió la esencia de la mujer derrotada.
- No caigo dos veces en la misma trampa, sabes.
Los ojos de Hekapoo se tornaron negros y vacíos. Furioso, fue Rhombulus fue el siguiente en atacar. Comenzó lanzando una gran cantidad de disparos cristalizantes. Como si estos no fuesen nada, Toffee se cubrió de ellos y los anuló usando su mano derecha. Concentró energía en su palma y le lanzó un fuerte rayo al tipo grande. El canciller aprovechó para acercarse a Hekapoo y devolverle su esencia usando su magia. Esta brilló con luz dorada y se elevó levemente del suelo, el color volvió a sus ojos, junto con su esencia. Lo primero que vio fue a Toffee robando la esencia de Rhombulus, esta gritó llena de rabia y saltó hacia él. De nuevo, el canciller tuvo que aproximarse a sus compañeros, esta vez, para salvar a Rhombulus. Al igual que Hekapoo, este se elevó levemente del suelo y se recuperó.
- Canciller, no puede seguir haciendo esto. – advirtió Rhombulus, preocupado por el estado de su compañero.
El señor con aspecto de cabra no se veía nada bien, temblaba y se le veía con pocas energías.
Hekapoo creó varios clones para que la ayudasen con Toffee. Este se movía muy bien, bloqueando todos los golpes de sus enemigos. Rhombulus eligió quedarse al lado del canciller y protegerlo, este yacía en el suelo, estaba débil. Las Hekapoos tenían rodeado al villano, cuando vieron el momento, todas saltaron por él y comenzaron a atacar. Pero Toffee rodeó todo su cuerpo con un campo de energía pequeño, el cual hizo estallar, enviando a todos los clones, junto con la original, por los aires. Varios de los clones salieron disparados en dirección, al canciller. Rhombulus se colocó enfrente para protegerlo, pero este recibió todo el daño de los clones que le fueron lanzados. Abatidos, se desmayaron en el suelo. Toffee comenzó a sustraer la esencia de los caídos. El canciller, solo y abatido, se arrastró con sus últimos esfuerzos hasta llegar al cuerpo de Moon y realizó su magia por última vez. Moon se elevó hasta abrir los ojos, tosió un poco por la sensación repentino de volver a la vida. Para su desgracia lo primero que vio fue a su compañero agonizando en sus últimos momentos.
- Canciller?
Este mostró una pesada sonrisa, en su interior se sentía feliz por haber podido servir a la reina por última vez. Estiró la mano para poder tocarla antes de irse, pero sus dedos se convirtieron en polvo, junto con el resto de su cuerpo, hasta desvanecerse y no dejar nada más que su ropa, uno de sus cuernos, y un montón de polvo. Moon se apresuró a recoger las cenizas del canciller y a meterlas dentro de su cuerno. Pero tras ella se presentó un antiguo conocido.
- Hola, reina Moon. Hace tiempo que no nos vemos.
Ella se giró entre incrédula y furiosa por reconocer la voz de quien la llamaba.
- Toffee. – dijo al verle la mano derecha a la cual le faltaba en dedo de en medio.
Inmediatamente lanzó un rayo de energía hacia él, este lo contrarrestó usando sus propios rayos de energía. Con ellos creó ondas verdes, las cuales lanzó hacia su enemiga. Moon saltó hacia arriba y liberó su forma de mariposa, esta tenía alas similares a las de una mariposa, piel azul, antenas, y seis brazos. Comenzó a atacar sin piedad a su antiguo enemigo. Este se defendía con pericia. Aprovechó un hueco para atrapar a Moon con unas enredaderas que salieron de la varita que era ahora su mano. Lanzó a la reina contra un muro y la estampó allí. Ella se liberó creando una espada de energía y cortando las enredaderas. Inmediatamente se lanzó por su enemigo, el cual tomó aquella idea y también generó una espada de energía para luchar contra ella. Los dos se enzarzaron en una batalla en donde la magia se desprendía a cada golpe. Pero tristemente para Moon, Toffee era quien estaba en su mejor momento. Un fuerte espadazo destruyo la espada de energía de la reina. El estallido de energía la mando a volar, y chocó contra una columna. Su enemigo se acercaba a ella, flotando en el aire, debido a que sus piernas aún seguían cristalizadas. En vista de que no tenía nada que hacer contra él, decidió optar por una retirada. Concentró una gran cantidad de energía con sus seis brazos y la lanzó hacia su enemigo, haciendo estallar una gran parte del templo en el que se encontraban. Polvo y escombros nublaban el ambiente, ella aprovechó para recoger a sus compañeros y llevarlos consigo. Pero no se esperaba que, bajo los escombros, Toffee resurgiera sin rasguño alguno. Rápidamente, Moon disparó un rayo al techo para alejar al villano. Tomó las tijeras de Hekapoo y abrió un portal para llevarse a sus compañeros lejos de allí.
- Moon. – dijo este para llamar su atención. La reina se giró por última vez para ver a su enemigo antes de irse – Dile a Star que volveré por mi dedo. – advirtió enseñando su mano sin dedo.
Moon desapareció de allí para ponerse a sí misma y lo que quedaba de sus compañeros.
Mientras tanto en la tierra, la fiesta seguía en casa de los Diaz. Star y sus amigas habían vuelto de la otra fiesta que había en la ciudad, fue un asco. Aquella era la primera vez que Star había estado tan cerca de Oscar, y la primera vez que había hablado tanto con él. Ya hacia un tiempo que su interés por ese chico se había comenzado a desvanecer, pero después de aquella noche, tenía claro que no quería saber acerca de él. Sus amigas se quedaron en casa de los Diaz para festejar junto al resto de jóvenes. Star por su parte, se fue un momento al tejado a mirar las estrellas, resultaba increíble que con el jaleo que había en casa, se pudiese respirar una paz inmensa allí arriba. Miró a las estrellas esperando distraerse un poco y no pensar en Marco, pero el efecto fue justo el contrario. Mirar al cielo le recordó aquellas ocasiones en las que ella y Marco se sentaban juntos a charlar un rato de cosas y reírse juntos.
- Ay Marco, te extraño tanto. – suspiró ella.
Justo allí arriba, se abrió un portal, ella se giró al instante para ver de quien se trataba. Por este salió nada más ni nada menos que su mejor amigo.
- Marco?! Que haces aquí?
- Hey, Star. Vine porque quería saber cómo estabas.
Esto le alegró un poco el corazón a la chica, pero seguía sintiéndose algo extraña por todo lo que había ocurrido junto con la canción y eso.
- Estoy bien. – masculló, girándose y dándole la espalda al chico.
Marco notó claramente que ella no se encontraba bien, y sabía perfectamente que era lo suficientemente testaruda como para no querer admitirlo, pero él no se daría por vencido, no con su amiga.
- Puedo sentarme?
Ella no respondió, simplemente soltó un pequeño murmullo inaudible.
- Tomaré eso como un sí. – dijo mientras se sentaba a su lado a mirar las estrellas junto a ella. Aquello le traía viejos recuerdos – Se que no estás bien. Eres muy mala mintiendo. También sé que después de todo eso de la canción estarás algo rara con respecto a mí. La verdad es que yo también estoy algo raro, pero no pasa nada. El problema es que me gustaría ayudarte, de verdad, pero necesito que seas sincera conmigo. – este apoyo su mano en el hombro de Star en señal de afecto – Star, soy tu mejor amigo, por favor, se sincera conmigo. Quiero poder ayudarte en la medida de lo posible. – los ojos de ella brillaban, como si estuviesen a punto de llorar – Star, estás enamorada de mí?
Esa pregunta la hizo pensar muchas cosas en una sola fracción de segundo, lo incomodo que resultaba, lo atemorizante que era y lo extrañamente liberador que parecía ser poder tener la oportunidad de decirle a su mejor amigo la verdad. Resultaba difícil de poder creer lo fácil que sería, pero a la vez lo difícil que era. Apartó la mirada del muchacho, dirigiéndola a sus piernas, y pesarosamente, asintió a la pregunta que este le hizo. Marco comprendió la reacción de Star, él esperaba que la respuesta fuese afirmativa, y pensaba que le podría decirle, pero estar en la situación, hacia las cosas más difíciles.
- Entiendo. Star, sé que no es nada bonito escuchar esto, pero yo no me siento así, además de que ahora soy un adulto, ya ni siquiera estamos en el mismo rango de edad.
Si Marco estaba intentando consolar a Star, lo estaba haciendo de pena, cada palabra no hacía más que aumentar el dolor en el pecho de la chica, pero por algún motivo ella seguía allí, escuchando, solo porque quería estar con él, con su amigo.
- Aun así, tu eres mi amiga, la mejor que tengo en el mundo, y te quiero, no de la misma forma que tú lo haces, pero eres una persona realmente importante para mí y no quiero que esto arruine las cosas entre nosotros. Yo seguiré siendo tu amigo pase lo que pase. – le dijo mirándola a los ojos con toda la ternura que tenía hacia ella – Espero haberte ayudado, aunque sea un poco. Si me necesitas, ya sabes. – el tipo hizo ademan de levantarse, pero Star lo tomó de la mano para que este no lo hiciera. En un momento saltó hacia él y lo abrazó. Marco sentía el temblor de ella, estaba llorando. Correspondió su abrazo y le comenzó a acariciar la cabeza para calmarla.
- G-gracias Marco, de verdad, significa mucho para mí. – sacó la cabeza del pecho del tipo para verlo a la cara – Yo tampoco quiero perderte Marco. – este la miró a los ojos y le sonrió.
- No vas a perderme Star, yo seguiré aquí para ayudarte cuando lo necesites, para eso son los amigos.
Star se separó del lentamente y se secó las lágrimas. Sonrió con alegría junto a su amigo.
- Oye, me has hecho pasar un momento muy embarazoso. – dijo ella dándole un golpecito en el hombro.
- Mira quien hablar, princesa rebelde.
- Rebelde tu pelo.
Marco se pasó las manos por la cabeza para palpar su propio pelo. Ambos se miraron un momento y luego se echaron a reír, justo como en los viejos tiempos. En tan solo unos pocos momentos el muchacho había conseguir aligerar sus penurias. Él era uno de los pocos que conseguía hacer que Star se sintiera libre junto a él.
- Hey, tus padres han hecho una fiesta aquí. Vamos un rato a divertirnos?
- Porque no? Así saludaré a los chicos.
Bajaron juntos por la ventana que daba con la habitación de Star para luego dirigirse abajo, donde estaba la fiesta. Pero en su camino se encontraron a alguien en la habitación de Star, la reina Moon.
- Mama? – preguntó ella sorprendida.
- Star.
- Qué haces aquí?
- Reina Moon. - saludó Marco.
- Marco, también estás aquí. He venido a llevarte a casa, Star.
- Que? Pero por qué? Es por lo del libro de hechizos? Puedo recuperarlo si es por eso.
- No Star, no es eso.
- Entonces que es, no quiero irme aún, tengo que aprender de este mundo, quiero seguir junto a los amigos y...
- Star!!! - alzó la voz, su hija simplemente guardó silencio - Toffee ha vuelto.
Aquella reveladora noticia la impacto como un rayo. Si las palabras de su madre eran ciertas, había motivos, grandes motivos por los cuales estar preocupado.
- Oh no. Oh no, no, no. Como es posible? Lo vi morir en aquella explosión en el castillo Avarius.
- Un momento. - dijo Marco - Toffee ha vuelto? Pero no se supone que ustedes fueron a buscar el libro de hechizos que había robado Ludo? En que parte de esta historia aparece Toffee?
Moon no quería perder mucho tiempo allí, pero sabía que si quería convencerlos necesitaba decirles la verdad, les contó brevemente que ahora Ludo tenía un ejército de zarigüeyas a su mando, que Toffee se había apoderado del cuerpo de este, y que, además, sabía usar la varita.
- Eso explica la armadura que lleva, y su aspecto. - hizo notar este, pero a la par que dijo estas palabras, cayó en cuenta de una cosa - Dónde está el resto? - preguntó refiriéndose a la alta comisión mágica. Moon había captado la pregunta, esta solo agachó la cabeza.
- Síganme. - dijo, ya sin ánimos de esperar más.
La reina abrió un portal y se adentró en él. Marco la siguió sin dudar. Star sabía que tenía que seguirlos también. Dio un último vistazo a su habitación antes de entrar en el portal. No sabía cuándo volvería por lo que guardó la imagen en su corazón. Al atravesarlo vio una escena escabrosa. Moon esperaba subida a un carruaje en donde estaban atados los cuerpos vacíos de los miembros de la alta comisión, estos flotaban debido a la falta de su esencia. Cuando Star los vio, pensó inmediatamente en Marco, se giró para verlo, este no decía nada.
Marco vio los ojos vacíos de su amada. Su llama estaba apagada. Se le acercó un poco y tiró de ella. Cuando tocó su mano, sintió algo que lo hizo temblar. Por primera vez, sintió fría la piel de su amada.
- H-poo? - preguntó sin esperar respuesta alguna - Que te hicieron?
- Toffee les robó la esencia. Debo llevarme a Star para ponerla a salvo de él y recuperar a los miembros de la alta comisión.
- Puedes hacerlo, recuperar la esencia de los miembros?
Moon miró seriamente a Marco y asintió con la cabeza. Este agachó la cabeza en señal de comprensión. Acercó para si aún más el cuerpo de su amada y le dio un beso en la frente.
- Volveré por ti. - se juró - Muy bien, yo iré a realizar unos preparativos, ya he vivido varias veces este tipo de situaciones. Una batalla de acerca. - miró a Star por última vez antes de partir - Cuídate.
- Tú también. - se acercó a él para darle un abrazo antes de subirse al carruaje que tenía su madre, y partieron.
Marco abrió un portal hacia la orden armada. Prácticamente no había nadie allí, era de noche, solo vio a Talux, quien era el más dedicado en su oficio. Puesto que este no tenía pareja ni hijos, dedicaba prácticamente todo su tiempo al trabajo.
- Marco, qué haces aquí? - quiso saber debido a la hora a la que este se presentaba.
- Talux, han ocurrido muchas cosas, debemos prepararnos.
El humano le contó a su líder todo lo ocurrido aquella noche. Pronto comenzaron a realizar los preparativos para la batalla que se aproximaría. Habrían de defender el reino hasta que Toffee decidiese atacar. Solo una vez superada la guerra podrían respirar con calma. El ejército de Toffee superaba en número a los caballeros, pero ellos los superaban en habilidad. Si preparaban una buena estrategia, lo conseguirían, defenderían al reino del ataque y derrotarían a Toffee.
Después de la batalla que Toffee había tenido con las miembros de la alta comisión, Ludo se había quedado a solas con el libro de hechizos, con Glossaryck. Este se había dignado a enseñarle, finalmente, un hechizo del libro, "levitato". Este hechizo tenía la capacidad de hacer levitar objetos y seres vivos. Ludo estuvo tan emocionado por haber aprendido su nuevo hechizo que acabo por obsesionarse por este, perfeccionándolo a altos niveles y usándolo en todas las tareas posibles. A medida que pasaba el tiempo, Ludo se comenzaba a sentir distante hacia Glossaryck, sentía como si él fuese un enemigo. Quiso saber acerca de lo que Star Butterfly había sido capaz de hacer usando el libro, tenía envidia, quería superarla. Glossaryck le contó todo, acerca del capítulo prohíbo, acerca de los propios hechizos que Star había creado y que Ludo era incapaz de dominar. Eso no hizo más que acrecentar la envidia que lo carcomía por dentro. Decidió que, si la princesa era lo suficientemente capaz como para poder escribir sus propios hechizos, entonces él también lo era. Quiso escribir en el libro, plasmar sus propias ideas, crear el capítulo de Ludo. Pero no pudo. En el momento en el que intento escribir algo, el libro se cerró de golpe, y por más que lo intentase, este no se abrió. Probó con fuerza, con magia, incluso lo lanzó contra una roca, pero nada sirvió. Comenzó a exasperarse. El libro estaba en su contra, Glossaryck también lo estaba, la voz de la varita se lo susurraba. Al final, el sentimiento de rabia pudo con él, tomó el libro y lo lanzó al fuego. Las llamas de la fogata se tornaron verdes mientras el libro se convertía poco a poco en cenizas. La sombra de Toffee se asomó por el rostro de Ludo, tomando el control. Este sonrió malévolamente. Glossaryck, que estaba flotando con rostro indiferente mientras intentaba darle forma al pudin usando un palo y las llamas de la fogata, se dignó a hablar.
- Parece que finalmente lo has hecho.
- De qué hablas? Yo no he quemado el libro, Ludo lo ha lanzado a las llamas por cuenta propia.
- Qué harás ahora?
- Preparar mi siguiente jugada. - dijo este en tono sombrío, acrecentado las la sonrisa en su rostro.
El libro ya casi se había consumido por completo, en los últimos momentos, Glossaryck consiguió darle forma finalmente al pudin en su palo.
- He, funcionó. - expresó con sus últimas palabras.
Las llamas acabaron por consumir el libro, desapareciendo en cenizas, y junto con él, Glossaryck. Toffee rio con gran euforia, las cosas estaban saliendo según lo planeado.
- Es hora de que el verdadero plan comience.
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Pero que es esto? Tenemos capitulo y no estamos a viernes ni es fin de semana?
No, gente, no estan soñando. Quería subir el capítulo hoy para que mañana el dia quedase libre para el stream por los 10.000 views. Espero que el capitulo les haya gustado.
Como siempre, hasta la proxima.
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