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Capítulo 59: Los caballeros de la orden armada

Por las calles de los barrios bajos en Mewni, los ciudadanos se ocultaban en sus casas con terror en sus corazones. Una bestia de seis patas se arrastraba delante de sus viviendas, buscando una presa a la que devorar. Medía cinco metros de largo y dos de alto. Su cola era alargada como la de un cocodrilo y su piel marrón estaba cubierta por una coraza que acababa en pinchos en múltiples puntos de esta. Los dientes le crecían por fuera, lo cual le daba un aspecto más aterrador. Y, por último, sus ojos, verdes y apagados como el agua de un sucio pantano. Todos los habitantes rezaban porque alguien viniese en su ayuda, y sus plegarias tendrían respuesta. Encima de los tejados se hallaba de pie, expectante, un hombre que portaba un enorme espadón en su espalda. Se trataba de Marco, que se encontraba allí para eliminar a la criatura. Este se preparó desatando la espada de su enganche y tomándola firmemente con su mano derecha. Estaba listo para lanzarse a la bestia en cualquier momento, pero para entender como el muchacho había llegado a esa situación, es necesario retroceder varios días.

Marco se encontraba rodeado de guardias, al parecer, estos formaban partes de los caballeros de la orden armada, al menos eso era lo que Hekapoo había evidenciado. Tras de ella apareció un tipo de altura similar a la del humano, llevaba un parche en el ojo, su pelo era rebelde y de color castaño claro. Su armadura, igual que el resto de guardias, exceptuando a unos pocos, era de cuero con partes de malla, se veía bastante versátil. Este llevaba un mandoble en su espalda. En su rostro se veía un semblante serio que inspiraba respeto y fuerza.

- Se bienvenido, humano, a los caballeros de la orden armada. - anunció este con una voz sonora y radiante - Mi nombre es Talux, líder de esta guardia. Te preguntarás quienes somos y qué hacemos. Pues la verdad es que nosotros somos aquellos que, tras las sombras, defienden a los ciudadanos del reino de los peligros que la guardia normal y la real ignoran. Como el monstruo que has visto en aquel campo. - dijo, mostrando que este era conocedor de la bestia que había atravesado la barrera mágica del reino - Nuestro trabajo consiste en mantener la calma en el reino, y para ello tenemos que ser la élite que defiende a los ciudadanos. Somos rápidos, fuertes y, sobre todo, sigilosos. Hemos que acabar con el peligro cuanto antes se nos presente la oportunidad, y evitar, en la medida de lo posible, ser reconocidos por los ciudadanos. Cuánto menos sepa el reino de nosotros, y de los peligros que logran superar nuestras defensas, mejor.

Cada palabra que salía de la boca del líder era escuchada con atención y euforia. Todo lo que ese tipo le estaba explicando era lo contrario a lo que había visto en las otras guardias. Estos caballeros eran serios y decididos, dispuestos a enfrentar cualquier peligro que se acercase con tal de defender el reino. Era precisamente lo que estaba buscando, pero todo aquello lo tomaba por sorpresa, por lo que aún había ciertas cosas que quería aclarar antes de preguntar por una posible incorporación a a su guardia.

- Si ustedes son la élite, porque ocultarse en las sombras? Seguramente los caballeros de las otras guardias se llevan el crédito de aquellas hazañas que no hayan podido llevar a cabo en completa discreción.

- Si, tienes razón, en alguna ocasión se han llevado la gloria cuando está no les pertenecía, pero no es algo que nos importe. Nosotros solo buscamos defender el reino. Nos ocultamos en las sombras y somos discretos porque nosotros somos el factor sorpresa de Mewni, aquellos que aparecerán en los momentos críticos, la falta de conocimiento del enemigo acerca de nosotros nos convierte en un arma letal, la cual no esperan. Además, nuestro afán por ser discretos y sigilosos, nos obliga a ser mejores guerreros, tenemos que ser más rápidos para que nadie nos vea, más fuertes para detener a la amenaza lo antes posible, y todo eso siendo tan silenciosos como podamos.

Las palabras de Talux acabaron por confirmarle al tipo sus sospechas, esta era la guardia que estaba buscando, y esta era la clase de caballero en la que quería convertirse. Si los argumentos y las aclaraciones del líder no hubiesen sido suficientes para convencerlo, el tono alentador y motivado con el que lo explicaba todo lo habría hecho. Estaba decidido, quería unirse a ellos. Quiso decir algo, pero Talux se le adelantó.

- Te seré sincero, Marco, Hekapoo nos ha hablado muy bien de ti, y confío en las palabras de la forjadora y miembro que nos proporciona nuestro amplio número de armas. Pero, sin menospreciarte del resto, debo hacerte una serie de pruebas antes de que puedas entrar, si es que tienes interés en unírtenos.

- Sí que quiero. - dijo muy presurosamente - Quiero decir. - mencionó, intentando recuperar la compostura - Sería un gusto formar parte de su guardia.

- En ese caso, podemos comenzar cuando estés listo.

Minutos después de aquella presentación, comenzaron las pruebas. Estás se evaluarían todas a la vez mediante un ejercicio. Uno de los caballeros se había disfrazado de monstruo, pero no con un absurdo disfraz, sino que este se disfrazó utilizando la piel de una antigua presa. El caballero en cuestión portaba una pechera de la piel de la criatura, quijotes y grebas de piel, las grebas portaban las garras de la criatura capturada, al igual que los brazales, y por último, un caso hecho con la cabeza de la bestia. A todo el conjunto se le añadió un aroma salvaje para que simulará ser un monstruo real. Soltarían a este soldado para que rondara por la ciudad y Marco lo hallase. La simulación comenzó cinco minutos después de soltar al caballero.

- Tenemos informes de que por el barrio de los perros rabioso se ha visto una criatura extraña, encuéntrala y capturarla con vida, intenta que nadie te vea. - ordenó Talux.

Marco partió en búsqueda de la criatura usando sus tijeras y apareciendo en el barrio indicado. Para su suerte, este había visto al guardia antes de que la prueba comenzase, y pudo captar su aroma. Un hilo de la esencia de la bestia guio al muchacho hasta su ubicación, se movió por los tejados para que nadie lo viese. Oculto en un callejón, se hallaba el guardia vestido de monstruo, este no se había percatado de la presencia del muchacho. El humano aprovechó para saltar desde los edificios e intentó capturar al objetivo usando una red. Cuál fue su sorpresa que cuando estuvo casi encima de él, este se movió rápidamente para evitar la red. Inmediatamente saltó entre los muros y se impulsó hacia arriba, subiendo a los tejados. El muchacho tuvo que recoger la cuerda para luego perseguir al objetivo, fue rápido. Comenzó la persecución entre el humano y aquel guardia disfrazado, se movía bastante bien para llevar encima tan aquella vestimenta, pero Marco era más rápido. La distancia entre ellos se acortó lo suficiente como para que el humano intentase atraparlo usando su brazo. A pocos centímetros de tomarlo por la muñeca, lo atacó con una patada ates de que siquiera lo tocase. El golpe le había dado en la mano, marcando distancia entre ambos. Marco entorno los ojos y le dio una mirada inquisidora al caballero.

- Entiendo. - dijo sin más, comprendiendo que no solo tendría que perseguirlo, también tendría que abatirlo.

En un abrir y cerrar de ojos, el muchacho sacó a keepsake de su funda y atacó a su enemigo con el canto no cortante de la espada, pero para su sorpresa, este había detenido el ataque usando las garras en su disfraz. Rápidamente aprovechó esa apertura para darle una patada en el estómago, la cual envió al caballero hacia atrás. Sin darle tiempo a respirar volvió a atacarle con la katana, pero este volvió a defenderse con sus garras, esto llevó a ambos a una serie de ataques continuos en los que, en cada movimiento, se decidía si uno de los dos sería herido o no. El sonido del metal y de las garras crepitaba en el ambiente, casi haciendo que saltan chispas con cada roce. Marco sentía la emoción de la batalla en su ser, le hubiese encantado seguir luchando con aquel guardia disfrazado, luchaba como una verdadera bestia, pero conservando su capacidad de predicción y lectura del oponente. Lamentablemente, la pelea debía terminar, pues la intención era reducir a la criatura lo más rápido posible y evitar llamar la atención. El muchacho entonó la mirada y vio a través del siguiente zarpazo del guardia y contraatacó de forma letal. Como si de una serpiente se tratase, el brazo de Marco pasó por el del guardia, evitando ser herido por sus garras, enroscándolo. Con su otro brazo fue directo cuello de su enemigo, tuvo que soltar la espada para hacerlo. Lo atrapó con fuerza y lo lanzó al suelo. El guardia intento liberarse rápidamente, pero Marco ya se esperaba algún tipo de resistencia, esta sería inútil. Mediante un rápido movimiento, el humano puso a su enemigo de cara al suelo, volvió a sacar la red para atraparlo, esta vez lo consiguió. Revisó que nadie lo hubiese visto, aparentemente no había moros en la costa, por lo que abrió un portal y volvió a la guarida, apareció justo delante de Talux, quien esperaba sentado.

- Objetivo capturado. - dijo el muchacho, casi sintiéndose como espía realizando una misión en cubierto, le gustaba aquel tipo películas.

- Bien hecho. Te hemos estado mirando de cerca a través de un espejo, uno de nuestros halcones entrenados te siguió con el otro espejo, para que así te pudiésemos ver. Debo admitir que hay sido rápido. Roger, el guardia que se vistió de esa criatura, es uno de nuestros integrantes más rápidos, se mueve fácilmente por los tejados, pero aun así has podido alcanzarlo. Prácticamente nadie se dio cuenta de tu presencia, quitando algún que otro ciudadano que se giró al oír los golpes de espada, pero conseguiste evitar que nadie lo viese. Marco, tienes las cualidades necesarias para convertirte en un guardia de los nuestros. Se bienvenido.

Aquella fue su prueba para ingresar a los caballeros de la orden armada, ahora este se encontraba en su primera misión. Desafortunadamente, la bestia ya se había mostrado ante los ciudadanos, por lo que la discreción era un punto que se había echado a perder. No tuvo más opción que bajar a luchar cara a cara contra ella. Se colocó una máscara en forma de calavera, similar a la que llevaba en su boda, para mantener oculta su identidad y bajó a luchar contra aquella bestia.

La sed de sangre y su afán por devorar carne irritaban a la criatura, la cual buscaba incansable alguna cosa que comer, pero se estaba exasperado, por lo que atacaría a la primera cosa que se encontrase. A sus espaldas, se oyó el sonido de algo caer, se giró desesperadamente para atacar. Pero esta no se esperaba chocar con aquello que lo esperaba allí. Una pequeña parte de su cráneo, se encontró con el filo de una enorme espada, la cual era portada por un muchacho vestido en armadura de cuero y acero. El portador de aquella arma tiro de ella y la arranco del cráneo de la bestia, la cual dio un chillido de dolor y furia hacia el muchacho, este solo recostó el espadón en su hombro en espera del ataque de la criatura. Arrebatadamente, la bestia lo atacó con un zarpazo, Marco solo hubo de girarse un poco para evitar que aquella garra y aprovecho para darle una patada debajo del hombro. Esto hizo tambalear a la bestia. La cual giró su cabeza para ver a su enemigo, estaba a escasos centímetros de él, abrió la boca tanto como pudo y se lanzó en busca de un bocado. Solo halló entre sus dientes un metal frío y duro, era la espada que había sido interpuesta entre sus fauces y el humano. Un fuerte empujón la echó hacia atrás, soltando la espada y rompiéndole algunos dientes debido a la brusquedad del movimiento. Marco se acercó hacia ella de golpe y le dio una patada en la quijada, haciendo que esta levantase su cabeza. Seguidamente, dio un salto y aprovecho el impulso para girarse en el aire y darle una patada de lado en la cabeza. Le había dado en la zona en la que había recibido el corte, se tambaleó y cayó al suelo. Quiso levantarse, pero no le dio tiempo, una espada cayó encima de su cuello como una guillotina, acabando con su vida.

Algunos de los ciudadanos ocultos habían espetado la batalla entre el desconocido y la bestia. Fueron pocos los que presenciaron aquel espectáculo, pues la gran mayoría estaba sellando puertas y ventanas. Aquellos que lo habían visto, salieron para agradecer al misterioso guerrero, pero no tuvieron tiempo, Marco abrió rápidamente un portal en el suelo y se llevó consigo el cadáver de la bestia. Los ciudadanos comenzaron a salir de sus casas, tranquilos ahora que el peligro había pasado, solo unos pocos se sintieron agradecidos por aquel que los protegió, estos extenderían la voz, y así aquel misterioso guerrero se daría a conocer.

Talux se hallaba esperando pacientemente la llegada del humano. Apareció igual que siempre, con una caída y de forma repentina.

- Lo has conseguido. - se limitó a decir.

- No del todo. - soltó tras quitarse la máscara - Hubo gente que me vio, salieron de sus casas para decirme algo, pero me fui lo antes posible.

- Si, eso es un pequeño problema, pero la criatura ya había aparecido delante de los ojos de los ciudadanos, no era tarea sencilla evitar que lo vieran a uno. Lo importante es que has acabado con ella y evitado que la situación fuese a peor.

- Agradezco tu comprensión, Talux.

- Descuida, somos profesionales, pero también somos personas, tenemos límites. Vamos, ve a casa, tu turno termina por hoy.

Marco se fue de la habitación y se despidió cordialmente de Talux, dejando el cadáver de la criatura allí, ya le habían dicho que ellos se encargaban de los restos de las batallas contra bestias, por lo cual no se preocupaba por ello.

En casa parecía no haber nadie más que dos clones de Hekapoo, este no les había preguntado si alguna era la original o algo similar que evidenciara su identidad, sino que con el tiempo el muchacho había aprendido a diferenciar entre ella y sus clones, no eras diferencias corporales o de personalidad, simplemente, había percibido, a lo largo de los años, ciertos matices imperceptibles para alguien normal.

- Hola. - saludó este al entrar a la cocina, ellas estaban preparando la cena, una estaba removiendo lo que había en una olla y la otra cortaba varios vegetales.

- Saludos. - respondieron ambas a la vez.

- Saben dónde se encuentra la original? - preguntó a pesar de saber dónde ella, muy seguramente, estaría.

- Está realizando encargos de tijeras, dijo que volvería para la cena, o antes. - tal y como el muchacho sospecha.

- De acuerdo. Díganle que ya llegué. Me iré a dar un baño por el momento. - sabía que en realidad no era necesario decirle eso a sus clones, pues en el momento en el que ellos desaparecieran, Hekapoo sabría lo que ellos sabían, por lo que ya se enteraría de su llegada.

Se dio un baño con calma, no había sido un día ajetreado para él, pero sí que quería un pequeño rato para sí. Pensaba en la guardia en la que se hallaba ahora, era una más seria, más dedicada, uno que no duda en ir a defender a sus ciudadanos por peligrosa que sea la situación. Realmente estaba contento de habérseles unido, aunque no le agradó mucho tener que abandonar la otra guardia, lo habían acogido con gusto, pero lamentablemente, no era lo que buscaba en una guardia. Ellos lo entendieron, se despidieron de él de la misma forma que lo recibieron, con una sonrisa.

Marco ya había acabado de bañarse y estaba a punto de salir. Cuando abrió la puerta se encontró de cara con su amada.

- Buenas. Llegaste a tiempo, te he dejado la bañera lista. - dijo señalando hacia atrás con su pulgar. Pero Hekapoo solo lo empujó hacia adentro suavemente.

Llegó y lo primero que vio fue a Marco con una toalla por la cintura y otra por el cuello, además de que su pelo estaba húmedo y la caía por el rostro, eso le encanta. Sin darse cuenta había dibujado en su rostro una sonrisa llena de intenciones lascivas.

- Si, he llegado justo a tiempo. - respondió ella llevándolo hacia adentro.

- Pero yo... - estuvo a punto de protestar, pero la puesta se cerró de golpe.

Pasado un rato, ambos salieron del baño, ya vestidos.

- Sabes, yo ya me había bañado. - le reprochó marchó a la forjadora de forma bromista.

- Bueno, te he dado motivos para volver a bañarte, y creo poder decir, con toda seguridad, que han sido unos motivos más que justificados.

- Pues sí, han sido unos excelentes motivos.

- Entonces no te quejes.

- Si no me quejo pensarás que eres perfecta.

- Acaso no lo soy? - inquirió ella levantando una ceja.

- Lo eres para mí. - respondió este acercándose a ella y dándole un beso en la frente - Pero no quiero que el ego se te suba a la cabeza.

- No me dejas ser mala. Te voy a tener esto en cuenta. - dijo con una sonrisa mientras se iba a la cocina.

- Sabes que siempre te dejo ser mala. - se defendió este siguiéndola hacia la cocina también.

Los clones ya se habían ido, dejaron preparado un estofado de pollo con maíz. Ambos se sentaron y disfrutaron de la comida. Al terminar, salieron a dar un paseo con Nachos.

- Que te parece la orden armada?

- Me encanta, es justamente lo que buscaba en una guardia.

- Me alegro que te agrade.

- Entiendo que no me lo dijeras porque que ellos quisieran mantenerse ocultos, pero lo que no entiendo es porque no eres tú la líder.

- Ya me encargo de varias cosas en Mewni, no quiero ocuparme de más, a pesar de tener clones. La gente debe aprender a defenderse por sí misma, yo solo me encargo de proporcionarles las herramientas para hacerlo, en ellos depende el cómo las usarán.

- Pero a mí me entrenaste tú.

- Tú ya sabías defenderte por tu cuenta, yo solo te di un pequeño empujón.

- Empujas lento, porque te tardaste cien años. - mencionó burlón.

- Empujo lento, pero empujo bien.

Marco solamente se rio y abrazó a su amada.

- Oye, dentro de dos días será la ceremonia en donde se presenta la canción a la próxima reina de Mewni, verdad?

- Si, todo el reino asistirá.

- Me preguntó cómo se encontrará Star.

Mientras tanto en la tierra, Star intentaba dormir con su varita pegada a su pecho. Aquella mañana el trovador real le había visitado para saber cómo era ella y así poder hacer una canción fidedigna a quien es Star, el problema era que ella pensaba que él solo la seguía para saber unas pocas cosas y hacer una canción ideal para una princesa refinada y con modales, justo como la canción de su madre. Los ideales que tenia ella eran totalmente contrarios a la tradición que prevalecía dentro de las todas las generaciones de princesas pasadas en Mewni, ella consideraba que todas eran falsas. Cada una de ella hablaba de una princesa perfecta, y para ella, aquello estaba lejos de la realidad. Por lo que evitó durante todo el día a Ruberiot, el trovador. Además de que por si Star estaba pasando por una situación complicada por lo de Marco y por haber perdido a Glossaryck, lo último que necesitaba era contribuir involuntariamente a una canción falsa acerca de ella.

Fuera de la casa, y cerca de la ventana de su habitación se escuchó un ruido extraño, similar al de un mecanismo activándose. Se trataba de una trampa que ella había colocado por si el Ruberiot se acercaba a la casa, este terminó colgado de una cuerda en la rama de un árbol.

- Tranquila, imagino que estarás cansada y querrás ir a dormir, ya volveré mañana. – decía este – Si consigo bajar.

Star soltó un quejido y enterró la cabeza en su almohada. El espejo de bolsillo que se encontraba encima de su mesita de noche comenzó a sonar. Cuando lo abrió para ver quien era dio un pequeño brinco de sorpresa, Marco.

- Hola Star.

- Marco!

- Espero no haber interrumpido tu sueño, solo llamaba para saber como llevas el tema de la canción.

- Mal. El trovador ha estado intentando hablar conmigo durante todo el día mientras yo lo evitaba, y no se va, lo seguirá intentando hasta que hable con el y tenga su canción.

- Y porque no quieres hablarle?

- Porque hará una canción falsa acerca de mí, como se ha hecho con el resto de princesas todos estos años, todas son perfectas y refinadas. Esa no es la verdad, Marco. Si te soy sincera, no quiero tener nada que ver con este asunto de la canción. Yo no soy como las demás princesas, yo soy... yo, entiendes?

Marco se palpaba el labio inferior, pensativo.

- Te ha dicho el que haría eso. Han hablado siquiera?

- Ah, pues... no, pero así fue todos los años.

- Star, tal vez deberías hablar con el trovador y decirle quien eres realmente, que la canción sea fiel a Star Butterfly, tal vez puedas convencerlo para hacer una canción autentica esta vez.

- Mmm, tal vez tengas razón. Esta puede ser la oportunidad para que por fin haya una canción leal a quien es la princesa de Mewni. Gracias, Marco.

- De nada, que descanses. – se despidió este, y la transmisión terminó.

Aquel pequeño consejo que Marco le había dado a Star le sirvió más de lo que ella hubiese esperado. Cuando tuvo un tiempo a solas, habló con el trovador y le dijo lo que pensaba acerca de las canciones reales. Para su sorpresa, Ruberiot era algo similar a un artista torturado por su propio arte, el también odiaba las anteriores canciones, consideraba que todas eran falsas, y es por eso que él quería crear algo autentico. Eso alegró a Star en demasía, por fin Mewni tendría una canción realista, y no una farsa como el resto de canciones. Se pasaron toda la tarde componiendo la canción, hasta que, por fin, la noche llegó. Todo el reino estaba presente para escuchar la canción de la princesa Star Butterfly. La alta comisión mágica estaba sentada en sus respectivos sitios. Marco se situaba de pie al lado de los miembros de la alta comisión, siendo este un invitado especial por parte de Hekapoo. Le habían ofrecido darle una silla donde sentarse, pero el dijo que no hacia falta tomarse esas molestias. La reina Moon y el rey River llegaron un poco tarde, Moon había estado tratando con asuntos de suma importancia. Star llegó pocos segundos después de que sus padres lo hicieran.

- Ya estoy aquí. – dijo estar para todo el mundo.

Su amigo se giró y la saludó cordialmente, esta correspondió el saludo. Su madre se le acercó para decirle unas palabras.

- Star, sé que estos días no han sido fáciles para ti, también se lo mucho que te desagrada esto de la canción, y por eso quiero decirte que significa mucho para mi que a pesar de ello lo hayas hecho, estoy orgullosa de ti.

La princesa se quedo atónita, no se esperaba algo así de su madre. La hizo sentir bien por dentro. Pero a su vez algo culpable por la canción que habían hecho, la cual seria diferente a todas la anteriores.

- Gracias mama. También debo decirte una cosa, hemos decidido hacer una canción a nuestro estilo, así que no te asustes si ves alguna cosa extraña.

- No pasa nada Star, confío en que habrás hecho un buen trabajo.

Ella no dijo nada, solo se acomodó en su asiento y miró al escenario en donde aparecería Ruberiot. Y allí estaba, con su traje de trovador y su vihuela, sin ningún tipo de preámbulos, dio paso a la canción. Comenzó a tocar las cuerdas suavemente mientras un títere con la imagen de Star bajaba al escenario y se movía al son de la letra de la canción. Esta hablaba de una adorable y hermosa princesa, la melodía era suave y tranquila, pero esta se fue tornando mas alegre y fuerte, y con esta, la letra de la canción. Ruberiot rompió su ropa de trovador, mostrando que debajo de ella había un traje elegante de roquero. Cambio su vihuela por una guitarra. Pronto, la canción, comenzó a hablar de la princesa rebelde, de su capacidad como guerrera, y de cómo había luchado contra las fuerzas del mal. Moon mostró una sonrisa de aprobación ante aquella canción.

- Debo admitir que es una canción realmente bonita, buen trabajo Star.

- Si... aún no ha acabado.

Pronto la música se torno mas tétrica, junto con esta comenzó a salir humo del escenario, una figura de Ludo salió por todo lo alto. Ruberiot comenzó a relatar como Ludo había robado el libro de hechizos de la familia Butterfly, y junto con él, a Glossaryck, Tras la figura del villano, salieron otras dos, representando los reyes de Mewni, y de cómo estos habían guardado el secreto solo para ellos.

- Star... que es esto?

Star se sentía presionada y nerviosa, se había metido en una situación peliaguda.

- Que querías mama? le dije toda la verdad. Mira, se que ahora la cosa no se ve bien, pero al menos la canción ya acabó.

Pero lejos estaba ella de saber que eso no era verdad. La melodía volvió a tornarse tranquila, pero fluvial y alegre. Un títere de Marco apareció en el escenario, quedando solo este y el de Star. La letra hablaba de como Star se había enamorado del humano, pero esto no había tenido un bonito final.

En el terrícola ella se ha fijado,

Pero su amor no será correspondido,

Pues con otra dama él se ha casado.

La canción terminó junto con la figura de Hekapoo apareciendo en el escenario y besándose con la de Marco, mientras que Star yacía en un extremo, sola y triste. Ruberiot estaba esperando los gritos de adulación y los aplausos, pero solo hubo abucheos, pero no hacia él, sino a los reyes. La multitud estaba furiosa por que los reyes habían ocultado un secreto importante a todo el reino. Tanto los reyes como la alta comisión se fueron al palacio. Estos comenzaron a tener una discusión muy acalorada por lo que los reyes habían hecho. Star solo permanecía en un lado, un tanto apartada de ellos. Sin que ella se lo hubiese esperado, Marco se le acercó.

- Oye Star, estas bien?

- Ahora no Marco, no quiero hablar.

Star salió corriendo por el balcón e invoco a su compañera Nubi, se subió encima de ella, sin mirar atrás, desapareciendo en la noche.

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Saludos, peña. Lamento la tardanza, al meno he podido subirlo dentro de la misma semana.

Espero que les haya gustado. Saludos

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