Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 58: La guardia real

Tras la boda de la ahora pareja oficial, Marco y Hekapoo se tomaron unos días de descanso que realmente eran innecesarios para ellos, pero era tradición después de casarse. Aceptaron estar ausenten tres días, no más, pues ambos tenían ganas de retomar su vida cotidiana. Para la mujer esto resultaba bastante simple, pues ella ya tenía su puesto como miembro de la alta comisión y además era la forjadora de tijeras dimensionales, sabía perfectamente qué tenía que hacer pasados esos días de descanso. Sin embargo, el muchacho no tenía nada que hacer en específico, pero sí que sabía a donde acudir para encontrar un nuevo oficio.

Una vez acabado el descanso, nuestro aventurero se aproximó a los reyes de Mewni para hacerles una petición.

- Quieres formar parte de la guardia real? - preguntó River, quien estaba sentado en su trono con un trozo de pavo en su mano, este le dio un mordisco a la pieza tras hacerle la pregunta al chico.

- Si mi rey, quiero pertenecer a un noble grupo de caballeros que luchen con bravura y defiendan el reino sin temor a lo que pueda acontecer. - respondió Marco, arrodillado ante River y levantando el rostro para mirarlo a la cara.

- Bien, primero, levanta. No me gustan las formalidades reales, son muy... formales. Tú me entiendes. Me desagrada esa bazofia de "oh mi señor, rey mío, su alteza". Solo dime River. - el muchacho asintió y se puso de pie - Y, en cuanto a tu petición, busca al guardia llamado Creg, él es el capitán de los guardias del reino, dile que vas de mi parte y seguro que te acepta entre los suyo.

- Muchas gracias re... River.

- De nada muchacho. - soltó levantándose y dándole una palmada en la espalda - Ve por ellos y demuéstrales tu talento.

River siguió devorando el pavo que tenía entre manos en cuanto Marco se fue. El muchacho sabía en donde se ubicaba la guardia real, Hekapoo le había hablado de ello porque suponía que este se querría unir a estos en algún momento. Marco ya se encontraba golpeando la puerta de para entrar a la sala de los guardias. Una escotilla a la altura de su rostro se deslizó y tras de esta un par de ojos lo miraron con curiosidad.

- Contraseña. - se oyó tras la puerta.

Esto descolocó un poco al tipo, River no le había dicho nada de ninguna contraseña, tal vez se hubiese olvidado de ello.

- Eh, quiero unirme a la guardia real, vengo de parte de River.

De pronto la escotilla se cerró presurosamente y sonidos de cerraduras abriéndose se oyeron tras la puerta. Esta se abrió de golpe y un tipo con armadura y una cabeza de altura más pequeño que Marco, lo recibió. Este tenía la cabeza rapada y una barba que le llegaba hasta la mitad del cuello.

- Porque no lo dijiste antes? Pasa, pasa. - dijo cordial y enérgicamente. El muchacho entró e inmediatamente la puerta se cerró tras él - Te presentaré a los demás. Yo me llamo Willy, por cierto.

- Marco, mucho gusto.

- He, yo he oído hablar de ti, eres el que se casó con la forjadora, verdad?

- Así es.

- Que me cuelguen de la horca. No esperaba encontrarme contigo. Así que Hekapoo, buen partido eh? - insinuó este golpeándole un poco con el codo. Marco se sintió indignado ante lo que este decía, estuvo a punto de quejarse, pero el tipo habló antes - Es una buena mujer, seria y dedicada en su trabajo, por eso es miembro de la alta comisión, espero que también sea una buena esposa. - dichas estas palabras, el muchacho decidió pasar por alto el comentario anterior, al menos por esta vez.

- Lo es.

- Me alegro por ti, ven, aún te tengo que presentar al resto.

Willy llevó al muchacho hasta una sala en donde se ubicaba el resto de guardias. Allí estaban sentados jugando a las cartas, Jeff, Kevin, Trent, Jimmy, Roberto y Olivia (antes era Oliver). Todos saludaron al muchacho cordialmente y este los saludó a ellos. Parecían personas agradables, y lo eran, pero había algo que no acababa de cuadrarle en su cabeza sobre aquellos guardias.

Tras las presentaciones, Willy les explicó que el muchacho quería ingresar en el cuerpo de guardias, a todos les pareció bien, así que procedieron a hacerle las pruebas de ingreso. Marco estaba decidido, pasaría la prueba que fuese necesaria para entrar. Pero tan pronto empezaron las pruebas, la sensación de que había algo extraño allí se hizo más grande en su interior.

La primera prueba fue atrapar a un perro. Pensó que se trataría de un perro bravo que corriese como ningún otro y, además, escurridizo. Pero resultó ser todo lo contrario. Cuando la prueba comenzó, el tipo tuvo que estar diez segundos parado, dándole tiempo al perro de moverse, pero este solo se quedó quieto en su sitio con la lengua colgándole de la mandíbula y sonriendo. Los diez segundos pasaron, y lejos de huir, lo que el perro hizo, fue correr hacia Marco, se apoyó sobre las piernas de él y comenzó a mover la cola.

- Prueba superada. - dijo Willy. El resto de guardias celebró con euforia el logro del muchacho

La siguiente prueba consistía en liberar a un compañero de unas ataduras tan rápido como le fuese posible. Pensó que está prueba sería más seria que la anterior, pero cuando llegó al árbol en donde Olivia estaba atada, se percató de que las ataduras eran solamente de cuerdas, y que el nudo de esta era muy pobre, solo tuvo que tirar de un extremo para liberar a la mujer.

- Mi héroe. - dijo esta, echándose al cuello del tipo y dándole un abrazo - Prueba superada. - exclamó con una voz fuerte y masculina.

La tercera y última prueba consistía en identificar el peligro antes de que este llegase a producirse. Llevaron al tipo a un edificio en donde realizarían está prueba. pusieron a Marco en medio de un patio, a su alrededor había varios escenarios hechos con madera, como casas o viviendas de varios tipos. Cuando Willy realizó un gesto, la prueba comenzó. No sabía exactamente qué era lo que tenía que hallar, pero imaginó que eso sería parte de la prueba en sí. A su derecha vio algo moverse. Era uno de los guardias con un traje de monstruo y un hacha, simulaba atacar a una anciana que estaba de espaldas a él, una anciana de madera, pero el guardia se movía muy lento, casi ni lo hacía. Confundido, Marco intento imaginar cómo resolver esa situación.

- Eh tu... detente ahí - hizo una pausa - monstruo.

- Oh no, me descubrieron. - dijo el guardia simulando sorpresa y huyendo estrepitosamente.

Definitivamente no sabía cómo interpretar eso. Pero no tuvo tiempo a pensar porque otra cosa estaba sucediendo mientras el intentaba entender lo ocurrido. Un silbido comenzó a producirse, venía desde arriba, cuando giró la cabeza para ver lo que era, se percató de que quien hacia ese ruido era un guardia que estaba sosteniendo una piedra falsa con una cuerda, el silbido simulaba ser el sonido de caída de la piedra. En el suelo, y debajo de esta piedra, se hallaba un guardia vestido de madre con un carrito, quien estaba convenientemente parado debajo de aquella roca que caía lentamente.

- Señora, tenga cuidado. - dijo el muchacho, aún sin saber porque les seguía la corriente.

Aquel actor miró hacia arriba, y sin salirse de su papel, simuló sorpresa y horror.

- Oh, auxilio, una enorme roca va a aplastarme, que alguien me ayude!

Marco simplemente se acercó y los movió dos pasos más a la derecha. De repente, el guardia que sostenía la piedra, la dejó caer. Curioso, el muchacho se acercó para tocarla. Era de cartón. Sin darle mucha importancia al "elemento de peligro", quiso decirle a la señora que fuese más atenta al caminar. Pero cuando se giró, solo vio a un anciano a su lado.

- Disculpe, joven, sabe dónde queda la salida de este sitio?

- Si, está por allá. - dijo señalando a la salida del edificio.

- Muchas gracias, jovencito.

Cuando el anciano se giró, dispuesto a marcharse, se pudo ver en su espalda una nota pegada a ella, en la cual ponía "patéame". Sin que esté se dé cuenta, Marco acercó su mano y le quitó el papel. Tan pronto lo hizo, todos los guardias salieron de sus escondites, joviales y célebres.

- Lo has hecho, Marco. - decía Jeff, quien estaba vestido de la madre con el carro.

- Así se hace. - comentaba Olivia que se acercaba por la izquierda.

- Has superado todas las pruebas muchacho. - pronunció el bebé en el carro, quien resultó ser Willy, aunque era evidente por su barba - Gracias a todos por ayudar. También a ti, viejo Grumbel. - dio refiriéndose al anciano con el cartel - Marco, ese hombre es Grumbel, nuestro compañero más antiguo.

- Llevo setenta y seis años aquí y aún no consiguen librarse de mí. - rio este enseñando una sonrisa a la cual le faltaba algún que otro diente.

Lo situación de por sí sola era peculiar, aún no conseguía entender como encajaba todo lo que había hecho con la imagen que él tenía acerca de la guardia real. Pensó que tal vez no sería tan relevante teniendo en cuenta que había conseguido entrar. Sin embargo, ese pequeño sentimiento de que en esa guardia había algo extraño, no malo, solo extraño, no dejaba de incordiarlo. Además, recordó que un tal Creg, el líder de la guardia, era con quién él tenía que hablar, más no lo vio en todo el día, ni tan siquiera oyó hablar de él por parte de sus compañeros.

- Perdonen, no debería conocer a un tal Creg?

- Oh sí, nuestro capitán. - exclamó Willy, aún en el carrito, era complicado tomarlo enserio estando vestido de bebé. El biberón le sobraba, pensó Marco - Debería de llegar pronto a la guardia. Vamos, así podrás conocerlo.

Tal y como Willy había dicho, cuando llegaron a la guardia, Creg se encontraba allí sentado en un banco. Era un tipo alto y corpulento. Su piel morena junto con su aspecto le daban un aire poderoso, uno a tener en cuenta. Tenía el cabello largo, negro y despeinado, le llegaba hasta el cuello, a este le acompañaba una barba de la cual se formaban dos trenzas. Se giró al oír a sus compañeros entrar, los saludó debidamente, pero el tipo que venía con ellos le llamó la atención.

- Quien es ese muchacho? - pronunció con voz grave y sería, se puso de pie, este se veía más alto de lo que Marco hubiese esperado, más no sé sintió intimidado, pero si impresionado.

- Él es nuestro nuevo integrante, se llama Marco, y ha pasado todas las pruebas con éxito. - informó Willy.

- Ah, sí? Pues entonces bienvenido sea, señor Marco. - dijo cambiando su tono de voz por uno más alegre, haciendo que cualquier oportunidad de pensar que ese podría ser un tipo serio, se esfumara.

- Gracias. River me habló de ti, dijo que eras el líder de la guardia real. - expuso este.

- Capitán, más bien. Pero sí, soy quien dirige la guardia real. Si River te habló de mí, ya debes saber que este será un trabajo duro, no cualquiera podría aguantarlo. Así que dime, Marco, te sientes preparado?

Esas palabras le dieron un atisbo de esperanza al muchacho, esperanza de que aquella fuera la verdadera cara de los guardias, gente seria y dedicada a su trabajo, sin miedo a enfrentar los peligros más grandes o a realizar las hazañas más arriesgadas con tal de salvar a los civiles, esperanza que se esfumó la primera semana de servicio. Este había pensado que Mewni, al ser un castillo en medio de una zona llena de peligros, estaría constantemente acechado por bestias o algún monstruo con malas intenciones. Pero la realidad era que lo más emocionante que podía pasar en aquel sitio era ver como el panadero le gritaba a un niño que se escabullía entre las piernas de los clientes para tomar un trozo de pan, o si le era posible, una barra entera. No hacían más que patrullar por la ciudad, siempre dentro de los muros, nunca pasaban por las viviendas externas al castillo, pero cercanas a este, por lo cual, también formaban parte de Mewni, no entendía por qué. Willy le había comentado que los guardias que defendían el castillo estaban más tranquilos que los que había por las calles, eso hizo temblar un poco antes el pensamiento de que podría ser enviado allí a patrullar, la idea no le gustaba en lo más mínimo, espero por lo que más quería, no tener que formar parte de la guardia real y permanecer como un simple guardia en las calles.

Un día se halló patrullando por los muros que rodeaban el castillo junto a Willy, este le estaba contando una historia acerca de aquella vez que ganó un concurso de beber cerveza de maíz. Obviamente no era algo que le llamase la atención, por lo que este miraba lo que pasaba bajo los muros, allá por las chozas y viviendas fuera de los muros. A lo lejos pudo ver algo que le llamó bastante la atención. Había un monstruo que corría directamente hacia las viviendas en la lejanía. Pensó que aquello era un sinsentido, el campo mágico evitaría que esa cosa entrase. Entonces cayó en cuenta de que allí no obtendrá la sensación de aventura que el buscaba, había olvidado por completo el campo de fuerza que rodeaba Mewni, el cual evitaba que las amenazas se adentrasen en el reino. Con la desilusión continuó mirando a aquella bestia cuadrúpeda, llena de pelo, con una melena y dientes enormes. Se acercaba a una triste realidad, no podría atravesar el campo, pero para sorpresa del humano, esta se lanzó de clavado al campo y lo atravesó. Rápidamente le llamó la atención a Willy.

- Fue entonces que le dije a la camarera, tráeme otra ronda de cinco jarras grandes de...

- Oye Willy, no quiero interrumpir tu historia, pero un monstruo acaba de atravesar el campo de fuerza que rodea Mewni, y se dirige a los hogares de los campesinos.

- Ah eso, no te preocupes, pasa de vez en cuando, no es nada nuevo. No te preocupes por ello.

- Espera, me dices que no vamos a intentar detener a esa cosa. Que pasa con los civiles?

- A ellos no les pasa nada, muchas veces ha pasado algo similar pero nunca hay heridos, nunca hemos tenido reportes al respecto.

- Y no te parece extraño?

- Si, pero mientras no haya heridos no es algo que me preocupe.

Marco no se podía creer todo aquello que le decía Willy, además la despreocupación que mostraba ante aquella situación de grave peligro. El tipo continuó con su historia acerca de las cervezas. Sin que se diera cuenta, Marco se alejó de su compañero y saltó por el muro. Corrió directamente hacia la bestia, la cual se acercaba a gran velocidad a una casa con un campo fuera de esta, un anciano estaba arando la tierra, este no se dio cuenta del inminente peligro que se aproximaba había él. Nuestro aventurero llevaba consigo su katana y dagas arrojadizas, la gran espada la había dejado en su casa, ya que no era algo que pudiese llevar por la ciudad sin que nadie se alarmara. Pero eso daba igual, porque no iba a llegar a tiempo para salvar al anciano. Como si de un rayo se tratase, el recuerdo de que llevaba consigo las tijeras dimensionales lo golpeó de repente. Mientras seguía corriendo, las buscó en su ropa, pero delante de él vio algo que volvió a llamarle la atención. Un portal se abrió varios metros delante de la bestia, un caballero que no conocía de vista salió de este, portaba una lanza con una punta enorme. No tenía ni la más mínima idea de quién se trataba, pero parecía que iba a enfrentar a la bestia.

En animal dio un prodigioso salto en dirección al caballero, este portaba una armadura de malla, pero, por la postura que mantenía, no parecía que fuera pesada. Con rápido giró de cuerpo evito a la criatura, la se giró en el aire y clavó sus garras en la tierra para evitar desplazarse demasiado debido al impulso que había tomado. El desconocido hacía bailar la lanza en sus brazos a la par que adoptaba una nueva pose de batalla. Sin pausa, la bestia volvió a arremeter contra él, este la espero paciente hasta estar a la distancia indicada. Su lanza bailó de su brazo derecho al izquierdo y luego realizó un corte acompañado de un deslizamiento hacia adelante. La bestia sollozó por un momento, le había hecho un corte en el tendón del brazo, eso reduciría la movilidad de esta. El caballero volvió a posicionarse a la espera de un nuevo ataque por parte del animal, para su sorpresa, esta no se veía muy afectada por el corte, la adrenalina que fluía por sus venas la imbuía en un estado de éxtasis en el que no sentía dolor alguno. Nuevamente. Corrió hacia el lancero, quien estaba dispuesto a reducir a la criatura.

- Si un corte no te detiene, entonces cinco lo harán.

El animal se lanzó esta vez con la boca abierta, buscando devorar al tipo, este volvió a esquivarlo y realizó una serie de cortes muy rápidos, más los efectos de la adrenalina seguían haciendo que a la criatura se mantuviese en pie. Pero esta vez el guerrero no esperó más. Corrió directamente hacia su enemigo con la lanza a sus espaldas, tiraba de ella como si fuese una cuerda. Salto hacia la criatura con la voluntad de derrotarla, más esta no se daría por vencida. Abrió los brazos y preparó sus garras para recibir al lancero, este no se podría mover en el aire. Cuando el primer zarpazo fue lanzado hacia este, uso la lanza como punto de apoyo y se movió en el aire con esta, evitando la garra del animal. Rápidamente volvió a realizar una serie de cortes que abarcaron toda la parte superior de la criatura. Esta se desplomó sobre el suelo sin poder mover sus brazos, el lancero había caído encima de su espalda, y este no permitiría que se volviese a levantar. Tomó la lanza con ambas manos y se la clavó en al animal, segándolo finalmente.

Desde la lejanía, Marco había visto la batalla con asombro. Rápidamente abrió un portal y se dirigió a donde este se encontraba el misterioso guerrero. Apareció a su derecha mientras este miraba a la criatura que había exterminado.

- Hola, he visto tu pelea a lo lejos... - comenzó a comentar el muchacho, pero este había alarmado al caballero.

Casi por instinto, el lancero hizo bailar su arma rápidamente y la colocó entre este y el muchacho que había aparecido de la nada, dejando el filo a escasos centímetros de su rostro, pero para su sorpresa, el recién aparecido había agarrado la punta con una mano sin siquiera haberlo visto.

- Oye, no soy tu enemigo, he venido porque quiero saber a qué guardia perteneces. No te he visto por la ciudad.

Pero el lancero hizo caso omiso a las palabras del muchacho. Rápidamente recogió la lanza, sintiéndose amenazado por este en vista de la facilidad con la que había parado su ataque, y buscó en su vestimenta las tijeras dimensionales. abrió un portal tras de sí y se metió rápidamente en él. Inmediatamente, el portal estuvo a punto de cerrarse, por lo que Marco se lanzó en picado al interior de este, intentando no perderle el rastro al extraño caballero. Así fue como ambos se perdieron en el portal antes de que este se cerrará.

- Oye, pichoncito, tenemos carne de monstruo para comer. - dijo en granjero anciano a su mujer, refiriéndose al cadáver del monstruo que el caballero había abatido.

- Haré un estofado buenísimo entonces.

Los dos hombres aparecieron en lo que parecía ser un estadio de pelea subterráneo. Marco se distrajo mirando a su alrededor, pero no tuvo tiempo de intentar averiguar dónde se encontraba, porque rápidamente fue atacado nuevamente por la lanza de a adversario. Con un rápido giró y un movimiento de muñeca, frenó la lanza golpeándola en el palo. Su enemigo giró por la misma trayectoria que tomaba la lanza y volvió a intentar golpearlo, esta vez por el otro lado. Otra vez Marco volvió a usar el canto de su mano para desviarla hacia abajo, con lo que el guardia se llevó la lanza hacia atrás e intento golpear al muchacho desde arriba. De un rápido y vistoso salto, el muchacho se colocó en una posición segura.

- Mira, no sé quién eres, pero si vuelves a intentar atacarme, tendré que defenderme. - advirtió este colocando su mano en la empuñadura de keepsake, su espada katana.

Como si sus palabras no hubiesen sido oídas por nadie, el caballero intentó atacar de nuevo, pero esta vez, recibiría una respuesta distinta por parte de Marco. Sin que el desconocido pudiera verlo, Marco había desenvainado su espada e interceptado el golpe del lancero, pero este había golpeado la punta de la lanza con tanta fuerza que la envío hacia atrás. Rápidamente el espadachín se acercó para atacar al lancero, pero este se retiró, soltando su arma y utilizado una daga para defenderse de la espada. Consiguió alejarse del tipo moreno, pero ahora su lanza se encontraba lejos de su alcance, pero, para su sorpresa, el propio tipo le devolvió su arma para que volviera a empuñarla, la atrapó en el aire y se quedó mirando a su oponente.

- La lanza es tu arma, no? Pelea con ella entonces. - anunció el tipo adaptando su posición de batalla y mostrando un semblante serio, había comprendido que el guardia no detendría su ataque, por lo que eligió luchar justamente.

- Veo que eres un guerrero con honor en su corazón. - apuntó este, dignándose a hablarle al muchacho - Cuál es tu nombre?

- Marco Díaz.

- Yo soy Ronnin Jarden, será un placer derrotar a alguien como tú, Marco Díaz. - expresó, guardando la daga en su ropa y tomando la lanza con ambas manos.

- Eso es lo que veremos.

Ronnin comenzó a hacer bailar su lanza entre sus brazos, la detuvo con rigidez en su brazo derecho y corrió directamente hacia el muchacho. El espadachín modificaba ligeramente su postura a medida que su enemigo se aproximaba, este dio un salto haciendo girar la lanza como si fuese un helicóptero y luego la descargó sobre el muchacho. Marco pudo ver el movimiento de lanza gracias al entrenamiento que había vivido, con su espada desvió el golpe de esta, llevándola al suelo, en ese momento llevo su espada hacia Ronnin, enviándolo hacia atrás y rondando en el suelo. Exhausto, el guardia se miró el estómago, estaba intacto, su enemigo lo había atacado con el dorso de la espada, sin embargo, el golpe había sido lo suficientemente fuerte como para que este no se levantase, aun así, hizo ademán de ello. El filo mortal de keepsake se cernía sobre su rostro, alzó la mirada y vio al muchacho sujetando firmemente la espada.

- Creo que he vencido justamente. - anunció este sin ningún tipo de egocentrismo o regodeo en su afirmación, solo como una afirmación cordial e incluso amigable.

- No vas a acabar conmigo, verdad?

- No, solo te seguí porque quería respuestas, ahora que te he derrotado, espero que puedas dármelas.

Ronnin entorno la mirada, no le gustaba admitir su derrota, era orgulloso, pero su honor como guerrero era mayor, tenía que ser conciso en la batalla, respetuoso en la victoria y sereno en la derrota. Más la frustración de haber sido derrotado acompañaría sus pensamientos durante varios días, pero ahora, era el momento de responder a la petición de su vencedor.

- Suficiente. - sentenció una voz femenina en las sobras, le resultaba familiar a Marco.

La persona que advirtió aquello chasqueó sus dedos y de pronto, varias antorchas se encendieron, iluminando el estadio y lo que había a su alrededor. Había unas pequeñas gradas en donde se hallaban sentados otros guardias con armaduras similares a la de Ronnin, todos los observaban fijamente, pero entre todos ellos, había alguien que le llamó la atención, una persona con una llama en la cabeza, alguien a quien conocía muy bien, Hekapoo.

- Qué haces aquí? - preguntó Marco a su amada, confundido.

- Seguramente vienes aquí buscando saber quién es el hombre al que acabas de derrotar, no es así?

- Pues sí, no lo he visto ninguna vez en la guardia de Mewni, ni en la guardia real. - Hekapoo solo lo miró con una amplia sonrisa en su rostro y una expresión desafiante.

- Eso es porque él no es un caballero que pertenezca a ninguna de las dos guardias que has mencionado. - Marco solo levantó una ceja, mostrando su incomprensión a pesar de aquella aclaración - Marco, te presento a los caballeros de la orden armada.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno gente, estamos  de vuelta en el asunto. Espero que no les haya molestado mi ausencia en la semana pasada.

Hoy no tengo mucho que decir, por lo cual pasare a saludarlo.

Hasta la semana que viene.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro