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Capítulo 5: El bosque de las bestias

Marco estaba temblando y sudando de terror. Era incapaz de decir nada.

- QUIEN TU SER??? – volvió a decir el individuo tensando más el arco.

- Ahhh, M-M-Marco, soy Marco – dijo totalmente asustado.

- QUE HACER TU AQUÍ?

- Quiero ir a la ciudad.

- CUIDAD? – dijo un poco desconcertado. Destenso el arco y lo miró fijamente. – Tu no llegar ciudad. Tu morir antes de llegar ciudad. Tu débil.

Marco intento tranquilizarse un poco. Miró al individuo a los ojos.

- Q-que?

- Tu no llegar ciudad, demasiado débil para llegar.

- Y-yo no soy débil – dijo nervioso.

- Si serlo – dijo acercando su rostro a el – poder oler miedo en ti, tu tener miedo de mí, tu tener miedo del bosque.

Marco sentía vergüenza, pues sabía que las palabras de aquel extraño eran ciertas.

- Tu volver de donde venir.

- Y-yo no puedo. Necesito ir a la ciudad, necesito encontrar a alguien.

- Tu no llegar ciudad. Tu volver.

- No puedo volver, hay algo que debo hacer, y para eso tengo que cruzar este bosque.

- Tu no entender. Yo no repetir más.

El extraño guardó su extraño arco en su espalda y de un salto volvió a los arboles desapareciendo de la vista de Marco.

- Tara, ven conmigo. – dijo de entre los árboles.

La criatura, que al parecer se llamaba Tara, miró a Marco con tristeza un momento, y se fue corriendo, perdiéndose entre los árboles.

Marco escuchaba como poco a poco el sonido que hacia Tara desaparecía. Hasta que el ambiente se quedó en completo silencio.

Se sentía un poco decaído por las palabras de aquel extraño simio. Pero no tenía tiempo que perder para sentirse mal consigo mismo.

Según las indicaciones de Nerph para llegar al castillo tendría que seguir un camino totalmente recto. Sin más tardar continuo con su camino.

Durante el viaje estaba totalmente atento a su alrededor, los pequeños ruidos lo ponían nervioso, y en ocasiones llegaba a ver alguna sombra por el rabillo del ojo. A estas alturas sabía que podía tratarse de un efecto producido por el miedo que le provocaba el bosque. Aun así no podía arriesgarse a ignorar un posible peligro. No por nada el bosque tenía la fama que tenía.

Entre tanto caminaba escucho algo, *rggrrhh* .

- ... oh no, esta vez sé que eres tu señor estómago. No volverás a tomarme por sorpresa.

Decide tomar un pequeño descanso para Comer algo. Con un par de ramas que encuentra cerca de él crea una pequeña fogata improvisada. La cual utiliza para cocinar los pescados. Al cabo de unos 20 minutos los pescados ya estaban cocinados.

- Perfecto – dijo antes de dar un bocado – ummm, quo buono eshta. – dijo con la boca llena y volvió a dar otro mordisco.

*rggrrhh* escucho otra vez.

- Pferdo qufe? – tragó lo que tenía en la boca. – pero si estoy comiendo.

Pero esta vez el sonido no provenía de su estómago. Se sintió desconcertado por un momento. De pronto vio algo en los arbustos.

Poco a poco acerco su mano a la lanza que traía a su espalda y se preparó en posición de defensa. Veía como el arbusto se temblaba, apretó más la lanza. Respiro hondo y comenzó a acercarse muy lentamente. Arrastraba los pies intentado no producir ruido. Cuando se encontraba a unos 2 metros de distancia algo salto de él. Solo fue capaz de ver una sombra, pues del susto golpeo rápidamente a esa cosa enviándola lejos de él. Cuando esta cayó se paró delante de Marco. Una criatura que parecía un tigre, esta tenía unas patas delanteras más grandes que cualquier felino que haya visto, unos dientes que sobresalían de su mandíbula, y una capa de largas espinas que sobresalía de su espalda y de una parte de sus patas. Una criatura como esa podría matarlo en cualquier momento. Marco intento mantener la calma y aumentar poco a poco la distancia que había entre ambos. El problema era que su mochila estaba en un árbol cercano al animal. Si huía perdería su comida y no sabría cuando volvería a conseguir más, si se quedaba para intentar recuperarla es muy probable que tuviese que luchar contra esa horrible criatura. Tenía que elegir rápido, pues la bestia no le daría tiempo de pensar.

Estaba a punto de seguir retrocediendo pero recordó lo que ese tipo extraño le había dicho.

"tu ser débil". Endureció un poco su expresión, se preparó para atacar, y espero que su enemigo hiciera su movimiento.

El felino animal cargo contra el a toda velocidad, Marco se quedó inmóvil viendo como el animal se acercaba cada vez más y más. Ya estaba a pocos metros de él, a solo unos pocos pasos.

- Ahora – clavo la lanza en el estómago del animal cuando este salto para atraparlo. Aprovechando la inercia de la carga se dejó caer en la hierba y lanzo al animal hacia atrás.

Tan pronto despego su lanza de el en el aire se levantó tan rápido como pudo y echo a correr directamente a su mochila. La tomo corriendo y acelero el paso sin mirar atrás. Pero sabía que esa bestia no lo dejaría tranquilo tan fácilmente. Podía escucharla, era ágil, y estaba enfadada. A diferencia Tara, esta criatura sí que podría sortear fácilmente los árboles, así que era cuestión de tiempo para que lo atrapara. Las opciones eran pocas y el tiempo era cada vez menos. Así que decidió hacer una jugada arriesgada.

Se colocó detrás de un árbol y espero el momento justo a que la bestia apareciera para lanzar una estocada. Fue todo muy rápido, la bestia había saltado esquivando el ataque. Marco recogió su arma tan rápido como pudo antes de que el animal se le echase encima. Cayó al suelo de espaldas y su mochila salió despedida. El animal abrió sus fauces para dar un mordisco, pero Marco consiguió interponer su lanza entre ambos. La poca distancia que separaba las armas naturales del animal de Marco le produjo una desesperación indescriptible. Aun con lo grave de la situación se fijó en algo que solo consiguió reducir sus esperanzas de salir vivo de allí. En sitio en donde le había clavado antes la lanza estaba intacto, al parecer este animal tenía un pecho con una piel lo suficientemente gruesa como para no se atravesada tan fácilmente. Las garras y las fauces de la bestia estaban empujando contra él. No conseguía soportar el peso y la fuerza del animal con sus brazos, así que dio un grito y con todas sus fuerzas se giró la lanza hacia la izquierda lanzando al animal a pocos metros de distancia.

Como pudo se levantó y se apoyó en un árbol con la lanza en posición de defensa. El animal se puso en pie, sacudió su cabeza y miro a su enemigo enseñando sus dientes. Tenía los ojos llenos de furia. Marco estaba temblando pero estaba preparada para contraatacar. El felino corrió hacia el dando un nuevo salto, Marco apoyo la lanza en el árbol y la sostuvo apuntando a la bestia. Sin embargo esta dio un zarpazo detrayendo el arma de su enemigo. Ahora mismo no tenía más que un trozo de madera roto entre las manos.

Desesperadamente le lanzo el palo a la cara de la bestia y aprovecho la distracción para salir corriendo, pero el animal era demasiado rápido. Marco tropezó con una raíz, la bestia aprovecho para finalmente atrapar a su presa, dio un último salto para acabar con esto. Marco sabía lo que estaba a punto de pasar así por instinto se llevó las manos a la cabeza y cerró los ojos. Pero antes de morir algo paso... una flecha apareció de entre los árboles y atrapo a la bestia en el aire. La flecha fue lanzada con tal brutalidad y precisión que atravesó el cráneo de la bestia y dejo a esta clavada en un árbol.

Marco escuchó el sonido y se dio la vuelta para ver. Contemplo la escena con asombro y pavor, el animal tenía una flecha considerablemente gruesa atravesándole el cráneo y dejándola aprisionada al tronco de un árbol, pero eso no fue lo que más lo aterro, sino el hecho de que la bestia aún seguía viva. Esta intento mover la cabeza desesperadamente para librarse, pero su insistencia no duro mucho. Dos flechas más aparecieron clavándose en el cráneo de la bestia nuevamente, y esta dejo de moverse.

- Q-q-que fue eso – dijo Marco temblando.

Entonces el tipo con arco que había aparecido antes cayó de las alturas. Miró directamente a Marco a los ojos con una mirada condescendiente.

- Yo decir. Tu ser débil.

Marco estando en el suelo agachó la cabeza apretando los dientes y los puños de impotencia ante la inminente muerte que estuvo a punto de vivir. Y la aparición de ese tipo no hizo más que aumentar su frustración.

- Lo se... - dijo temblando de rabia – sé que soy débil, sé que no duraría mucho en este lugar. P-pero... - miró directamente al extraño con decisión en sus ojos - pero tengo que hacerlo, tengo que llegar a la ciudad como sea.

El tipo lo miró con un brillo de asombro en sus ojos.

- No importar cuanto querer llegar ciudad. Si ser débil, morir antes de llegar... pero tú... ser valiente.

Marco cambio su expresión por asombro ante las palabras del tipo.

- Si tu querer llegar a ciudad tu tener que ser más fuerte, tu tener que sobrevivir. Tú venir conmigo, y yo enseñar sobrevivir.

Este le extendió la mano a marco para que se levante. Marco se quedó mirando incrédulo. Pero cambio su expresión a un semblante serio y tomo la mano del extraño aceptando su ayuda y su propuesta. Se levantó.

- De acuerdo, aceptaré tus enseñanzas. Espero no molestarte. Por cierto... Cómo te llamas?

- Yo ser... Krun.

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Algo grande está a punto de comenzar.

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