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Capítulo 29: Una amenaza desconocida

Pocos meses después del primer contacto que Marco tuvo con las sesiones de entrenamiento ocurrió algo en un día como cualquier otro. Los alumnos se encontraban practicando las artes mixtas con Raand. Este estaba parado delante de sus alumnos en posición de piernas separadas, como si estuviese sentado encima de un caballo, y dando puñetazos al aire, los alumnos habían de golpear al momento que su maestro y estos debían de mostrar espíritu en cada golpe. El maestro, después de mostrar, indicaba a los alumnos que continuasen, este pasaba entre ellos para controlar que lo hiciesen bien. Normalmente sólo indicaba a los alumnos que separan más sus piernas, que pudiesen su espalda recta, que bajaran más la cadera, que golpearan más alto y firme, entre otras cosas. Los jóvenes siempre habían de mostrar constancia y concentración, su vista debía mantenerse siempre al frente, y no debían de cambiar el ritmo de sus golpes, nada había de perturbarlos, ni siquiera la presencia examinante de su maestro. Más allá de enseñarles solo artes físicas estás siempre tenían connotaciones de una filosofía, una filosofía basada en la concentración, y eso era algo que Raand intentaba transmitir en sus enseñanzas. Era curioso que alguien que parecía transmitir una imagen de poder y fuerza fuese realmente firme en cuestiones relacionadas con el pensamiento y el comportamiento.

En un determinado momento en el que gran parte de los alumnos realizaba el ejercicio correctamente, fue uno de entre la multitud quien rompió el silencio.

- Maestro, que es eso? - pregunto un jovencito elfo apuntando a una figura en el cielo.

Raand sabía que había transmitido correctamente los valores de respeto y orden a sus alumnos. Por lo cual no pensó en momento alguno que la interrupción del chico fuese un intento de romper la concentración de la clase ni nada parecido. Así que dirigió su mirada hacia donde esté apuntaba. Pudo ver una figura extraña, no sabía exactamente que era, pero si sabía que iba hacia donde ellos se hallaban. La cosa era rápida pues su figura comenzaba a mostrarse con más claridad a medida que avanzaba. Parecía un tipo extraño de insecto. Este tenía un color naranja mezclado con marrón, tenía alas similares a las de los insectos, eran como las de las moscas pero más alargadas. Sus patas artrópodas se asemejaban a huesos, huesos recubiertos por una membrana sólida, así igualmente por sus seis patas. Pero al lado de su cabeza poseía unas membranas extras las cuales acababan lo que parecía ser un hueso afilado y con punta. Lo que resultaba más espeluznante era su rostro, este tenía unos ojos enormes y rojos en su totalidad, su boca abarcaba desde donde comenzaba su mandíbula hasta su otro extremo, y dentro de esta había una incontable cantidad de dientes pequeños y puntiagudos como agujas. Varios de los alumnos que comenzaron a distinguir a la criatura se espantaron un poco. Y más cuando está estaba ya a muy pocos metros de ellos, parecía que se dirigía directamente hacia uno de los alumnos para atacarlo, para ser más exactos, al elfo que había sido el primero en avistar a la criatura. Esta se lanzó con la boca bien abierta y los dientes apuntando hacia su presa. El pobre se cubrió lleno de espanto y cerró los ojos. Pero antes que la cosa pudiese siquiera tocar al chico esta recibió un fuerte puñetazo proporcionado por Raand, este golpe envió al bicho directo contra la pared, chocando y así cayendo en el suelo. Abatido, los alumnos aprovecharon para mirar con más curiosidad a la criatura. Era horrible, su tamaño era similar al de un ciervo. Rápidamente se levantó, los alumnos se echaron hacia atrás, el insecto intento arremeter contra aquel que lo atacó. Raand no se movió del sitio, solo se puso en una posición de batalla que los alumnos desconocían. Calculó rápidamente la distancia que había entre ellos y la velocidad a la cosa se le acercaba. Cuando vio el momento oportuno llevó su pie derecho hacia atrás, lo elevó a la altura de su cabeza y con su talón este cayó sobre la cabeza del bicho como un poderoso martillo. Su cabeza quedó destrozada en el suelo, varios alumnos hicieron un sonido de repugnancia al ver los sesos del bicho esparcidos en el suelo. Estos se asemejaban a un montón de carne blanda de color verde muy apagado. Alguno tuvo que irse para poder vomitar por el impacto de la imagen. Un inteligente de entre la multitud preguntó.

- Qué es esa cosa?

Raand se quedó mirando al bicho y medito sobre que decirles a los alumnos, pues estos tenían el derecho de conocer a estas criaturas, pues estas... bueno, él ya sabía lo que podía pasar.

- Se llama rjin. Y será mejor que no sientan asco por estas cosas, pues es muy probable que se deban enfrentar a alguna de ellas algún día.

Comenzó a haber un pequeño murmullo entre la multitud, el cual iba aumentando lentamente. De nuevo el mismo alumno volvió a hacer otra pregunta inteligente.

- Pero que son los rehjin o como se llamen?

Su maestro aún seguía mirando a la cosa, pensativo. Sabía que los alumnos comenzarían a tener curiosidad y comenzarían a preguntar más y más. Pero tenía que hacer algo más importante en ese momento.

- Se dice rjins, y quien quiera informarse sobre estas criaturas que vaya a la biblioteca, yo tengo que hablar con el resto de maestros. Tiene el resto del día libre hasta nuevo aviso. Han entendido?

Los alumnos aún dudosos asintieron. Raand les dio una mirada de confirmación y se fue dejándolos allí con dudas en la mente. Varios de los alumnos se miraron buscando que hacer, pues estos estaban desconcertados. Algunos se acercaron al cadáver del rjin para verlo más de cerca, incluso comenzaron a picarlo con un palo. Marco también se había acercado para verlo mejor, pero no lo miro durante mucho tiempo, pues su verdadera curiosidad estaba centrada en la biblioteca y en lo que podría encontrar allí. Primero preguntó al chico elfo, que fue el quien estuvo preguntando durante todo el rato sobre la criatura.

- Hey, perdona, soy Marco. Quería saber dónde está esa biblioteca que supuestamente tenemos aquí en el templo?

- Hola, yo me llamo Timoras, aunque muchos me dicen Tim. Y si, hay una biblioteca en el templo, de hecho, iré allí para informarme sobre esos rjins. Quieren acompañarme?

El joven asintió con seguridad. La idea de ver una biblioteca en el templo le emocionaba. No muchos chicos o chicas se emocionaban por ver una biblioteca. Pero Marco era un chico sencillo que era feliz con pequeñas cosas. Ambos partieron. Directamente a donde se hallaba la biblioteca del templo, la cual no era demasiado grande. Había cinco estanterías solamente. En ellas se hallaban varios libros y pergaminos. Cerca de estas había tres mesas con seis sillas en cada una. Allí se hallaban seis personas. Timoras tocó una pequeña campana que había en el mostrador para ser atendido por el bibliotecario. Detrás de una cortina que se hallaba más allá del mostrador salió alguien. Se mostró un elfo de cabello largo y gris, su complexión era delgada y tenía piel pálida. Una cosa muy característica era de él era que sus ojos estaban cubiertos por una venda, y a diferencia del resto este vestía una túnica azul pálido.

- Que desean jóvenes? - dijo con una voz suave.

- Buenos días Lawrence, queríamos saber sobre los rjins.

- Ah, los rjins, criaturas tan interesantes como agresivas. Síganme.

El elfo los estaba guiando a la estantería en donde se encontraba el manuscrito que ellos necesitarían. Marco lo miraba pensando en la venda que portaba, atribuyendo a que este sería ciego. Pero dudaba de la idea teniendo en cuenta que los estaba guiando con seguridad, eso y que él era el bibliotecario de allí, no creía que un bibliotecario fuese ciego. Pero entonces porque llevaría la venda esa en sus ojos. El elfo posó su mano sobre uno de los estantes, lo acariciaba mientras cambiaba, mas este se paró en seco al llegar delante de un libro específico.

- Ah, este debe ser – dijo tomando el libro. Este se lo acercó a Tim quien leyó su título.

"Criaturas mortales". Preguntó a Lawrence si era ese el libro al que él se refería. Este asintió con una sonrisa.

- Si necesitan algo más no tengan reparo en llamarme - exclamó antes de volver a su mostrador.

Ambos chicos se sentaron en una mesa para ojear el libro que Lawrence les había proporcionado. Marco aún con la duda en su mente se giró un momento mirando a Lawrence y luego volvió para ver a su compañero.

- Oye, el bibliotecario es ciego? - susurró al chico.

- Si, Lawrence no puede ver.

- Y como es que él es el bibliotecario?

- Es alguien muy sabio e inteligente. Y adelantándome a tu siguiente pregunta. Él tiene libros especiales que puede leer. Cada libro que hay en la biblioteca tiene una versión especial para que pueda leerlo el señor Lawrence. Ahora centremos en averiguar qué son esas criaturas.

El joven asintió una vez calmada su pequeña curiosidad y se centró en calmar la del elfo, quien estaba muy interesado en la criatura que habían visto. Comenzó a buscar en el libro hasta encontrar el apartado que pertenecía a los rjins. En este indicaban el origen de estos.

Los rjins son criaturas del tipo insecto. Su origen se remonta a un tiempo en el que los reptiles gigantes gobernaban. Los rjins fueron capaces de sobrevivir a la extinción mediante la hibernación. Estos insectos se ocultaban en curvas y dormitaba durante largos períodos de tiempo. Una vez despiertos salían en enjambre para alimentarse. Su alimentación se basa en la carne. En enjambre son capaces de devorar a presas varias veces más grandes que un rjin.

Los rjins viven en comunidad bajo las órdenes de la reina, quien se encarga de la reproducción. Un enjambre entero supera los mil individuos, compuesto por rjins normales u obreros, rjins soldados, rjins guardianes y la reina. Los rjins obreros son los que se encargan de alimentarse a sí mismos y luego de buscar alimento para la reina. Los rjins soldados son aquellos que acompañan a los obreros para garantizar su seguridad. Y los rjins guardianes son aquellos que protegen a la reina en todo momento.

Esto era lo que sacaron en claro de todo lo que leyeron, lo más relevante.

- Dice algo de alguna debilidad o algo que les asuste? - preguntó Marco.

- No - le respondió su compañero - pero si que nos dice algo importante. Y es que ellos atacan en enjambre.

- Pero a nosotros solo nos atacó uno solo.

- Exacto. Porque? Porque no vino un enjambre entero de rjins? – pensó un momento - Yo he visto este tipo de comportamiento antes. A veces en una manada se designa una tropa de reconocimiento para ver que la zona es segura o que hay comida. Es posible que ese único rjin sea del escuadrón de reconocimiento. Es por eso que no vimos a más de ellos. La verdadera pregunta aquí es, cuanto tiempo pasará hasta que los rjins se den cuenta de que su compañero está muerto? Y aún más importante, que harán cuando lo sepan?

- Habrá que decírselo al resto, es probable que estemos bajo la amenaza de un ataque rjin.

Timoras y Marco querían juntar al resto de alumnos para informarles de lo que habían encontrado y de lo que podría ocurrir según la información hallada. Para su sorpresa una gran cantidad de alumnos estaba congregada en la sala del comedor. Les resultaba conveniente, extrañamente conveniente a decir verdad. Marco vio a Yuin entre la multitud y lo llamo para preguntarle la razón de tanto alumno reunido.

- No lo sabes? Los profesores dijeron que nos presentemos en el comedor. Que ellos tenían que contarnos, algo importante.

- No me digas que... - estaba a punto de decir Tim, pero fue interrumpido.

- Atención alumnos - dijo Wûseng desde lo alto.

Todos los allí presentes se giraron para prestar atención al anuncio que el gran maestro tenía que hacer. Este estaba junto al resto de maestros, incluido el bibliotecario y el maestro de primeros auxilios.

- He de anunciarles algo de gran importancia. Me han informado de que uno de nuestros estudiantes fue atacado por una criatura que recibe el nombre de rjin. Entre los maestros hemos comenzado a debatir a que podría conllevar este hecho, y a decir verdad, lo que voy a decirles no es nada agradable.

Wûseng les explico a todos lo que eran los rjins y la naturaleza que poseían. Desde su aspecto hasta su sistema jerárquico. Les explico también de que se alimentaban, de su forma de atacar y por lo tanto, se la gran amenaza que representaban. También les explico que una vez un enjambre seleccionaba un objetivo no se detendría hasta haberlo consumido. Pues todo aquello que ello dejasen con vida era considerado automáticamente una amenaza, así que la prioridad del enjambre pasaba a ser la erradicación de esa amenaza. Con solo matar a uno de su especie bastaba para convertirse en una amenaza para el resto. Por lo cual ahora mismo estarían esperando un ataque inminente por parte de los rjins. En cualquier momento verían a cientos de criaturas endemoniadas surcando los cielos en dirección al templo. Wûseng aclaro que habría que pelear para defender el templo, pero que nadie estaba obligado a hacerlo, pero todo aquel que no lo hiciese tendría que abandonar el lugar y no volver.

Una vez acabada su explicación varios de los alumnos presentes no pudieron evitar sentir algo de terror ante la noticia. Algo que pudiese preocupar a los maestros es algo por lo cual sentir temor. Muchos habían venido para volverse más fuertes, pero de poco les valía si un enjambre de bichos sacados de pesadillas los mataba antes. Tenían una importante decisión que tomar, pues su vida dependería de ello. Pasado un rato para que los alumnos decidieran, de los casi doscientos alumnos que había, alrededor de unos cincuenta fueron los que se largaron de allí. Lo presentes intentaron mantenerse firmes ante su decisión y ante la mirada atenta de los maestros.

- Muy bien. Aquellos que han decidido luchar junto a sus maestros por defender el templo, pueden sentirse orgullosos por su valor. A partir de mañana el entrenamiento será más duro que antes, y será mejor que se preparen. Cuando consideramos que estén preparados, comenzarán los combates, así podremos ver mejor sus capacidades y entrenarlos con más certeza. Es todo por hoy.

Wûseng, una vez terminado de hablar, dio media vuelta y abandonó la sala. El resto de maestros también hizo lo mismo, abandonando el lugar uno a uno en orden después del gran maestro. Una vez solos, los presentes comenzaron a dispersarse poco a poco sumidos en sus pensamientos. Varios estaban algo dudosos de haber elegido correctamente, pero se mantenían firmes pensando que si lo hicieron fue por algún motivo. Otros se sentían algo nerviosos pero seguros de haber tomado la elección correcta. Yuin era uno de estos, y así lo demostraba.

- Wow, pelearemos contra criaturas salidas de pesadillas... esto será emocionante - exclamó.

- Estas temblando bastante para estar emocionado - apuntó Marco.

- Es que es muy emocionante. No crees Grok? - preguntó tras de sí a su amigo.

Grok no dijo nada, solo emitió un sonido de concordancia con el joven chita.

- Siempre tan emotivo - dijo Yuin apoyando una mano en el hombro del trol.

- Esta será una gran oportunidad para sacar a relucir mis capacidades - dijo Gidak. Under estaba a su lado - esto ayudará de paso a eliminar a los débiles del templo, serán una buena comida para los rjins.

- Deberías pensar un poco más en tus compañeros y no ser tan arrogante - crítico Marco al joven gárgola.

- No es mi culpa que ellos sean débiles y tengan miedo de unos insectos.

- En primer lugar, qué haces aquí hablando con nosotros? Estábamos solos.

- Pues a decir verdad, yo... - sin saber que decir, solamente soltó - débiles - y se marchó. Under que solo lo estaba siguiendo sin saber porque hizo lo mismo y también se fue.

- Wow Marco. Le diste su merecido a Gidak - felicito Yuin a Marco rodeándolo con el brazo - por cierto, te veo muy tranquilo para saber qué lucharemos contra unos insectos súper desarrollados.

- No es la primera vez que vivo un ataque a gran escala, y la verdad, es que en este caso parece que nuestro lado está mejor preparado para resistir el ataque.

Yuin miro a Marco extrañado, volteo un momento para ver a Grok, como si él fuese a tener la respuesta. Solamente se encogió de hombros mostrando su desconocimiento sobre lo que el chico dijo. En ese momento los recuerdos de Rotchville invadieron la mente del joven. Un momento crítico en su vida, un momento por el cual pasó mucho sufrimiento, pero también mucho cambio. Hoy en día ya estaba preparado para la situación que se le avecinaba, y lo que había dicho era verdad, los alumnos del templo junto con los maestros eran gente mejor cualificada para resistir a un ataque. Pero el enemigo que tenían también era distinto. Él no estaba nervioso, pero si se sentía intranquilo, intranquilo por no saber cómo atacarían esas criaturas, cuántas serían ni cuándo. Pero de una cosa si que estaba seguro, mañana comenzarían el nuevo entrenamiento y esta vez, será más intenso que en la anterior.

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Buenas gente, volvemos otra semana mas. Espero que me hayan extrañado a mi y a su castaño favorito.

En fin, hoy encontramos una nueva amenaza que afronta el templo y los que allí habitan. Que pasara?... pues habrán de esperar para saberlo. Hasta la semana que viene.

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