Capítulo 26: Día de descanso
El fluir del agua, el susurro del viento y el aliento de los alumnos eran los sonidos que marcaban siempre el comienzo de un nuevo día. Seis días habían pasado desde la llegada del joven, y desde ese entonces no había parado de meditar y meditar siempre que podía. Los primeros días la resultaba algo totalmente aburrido y cargante, pero tuvo que acostumbrarse a ello lo antes posible para que pudiese recuperarse. Poco a poco fue perdiendo la sensación de aburrimiento y comenzó a sentirse interesado. El joven se sorprendió a sí mismo una vez cuando no se enteró del tiempo que había pasado desde cierto punto de la meditación hasta el momento de terminar.
Volvía a ser de noche y todo el mundo se reunía en el gran salón, al cual Marco ya consideraba comedor, a comer juntos en silencio. Esa acción le seguía pareciendo extraña, pero debía admitir que con el paso de los días comenzaba a resultarle menos extraña que antes. Algo que le molestaba un poco era que todo el mundo comía arroz solamente. Nunca había algo más para acompañarlo, aparte de agua y pan. Debía admitir que estaba bueno, pero comer siempre lo mismo le resultaba monótono. Y comenzaba a sentir ese sabor algo insípido. Se preguntaba si todo el mundo se había acostumbrado a comer arroz a todas horas o si sus papilas gustativas estuviesen ya muertas.
Al terminar de comer como era de costumbre todos lavaban sus platos y luego meditaban. Fue un día más, tranquilo, como los pocos que había tenido hasta ahora. Una vez acabaron llego la hora de dormir y esperar a comenzar un nuevo día.
Al despertarse, Marco se preparó para realizar las actividades que siempre realizaba cada día. Desayunar, limpiar sus dientes, y luego meditar, como todas las mañanas hasta recuperarse. Más algo peculiar paso una vez fue a la sala de meditación. Había solo tres personas. Le resultó extraño. Iba a preguntar qué es lo que pasaba, pero antes de hacerlo se recodo a sí mismo que no debía interrumpir a los demás cuando meditaban. Así que tomó asiento y se centró en su tarea. El tiempo pasaba y sentía un ambiente bastante tranquilo. Se paró un momento a pensar en ello. Pues no escuchaba los sonidos de entrenamiento del resto de alumnos. Desde que había llegado, cada día sin excepción escuchaba gente entrenando. La curiosidad fue más fuerte que su sentido por continuar la meditación. Fue así que salió de la habitación en busca de alguien que pudiese decirle que estaba ocurriendo. Había pocas personas por allí. Se acercó al que parecía ser un hada y le pregunto a esta amablemente que estaba pasando.
- Hola, tú debes de ser Marco. Si, hoy es domingo, los domingos en nuestro día libre, y en el cual podemos hacer lo que queramos dentro de los límites establecidos.
Marco abrió la boca soltando una pequeña exclamación, dando a entender que eso lo explicaba todo. O casi todo. Si era el día libre de los alumnos, porque había gente meditando? Se preguntaba él. A lo que el hada respondió amablemente.
- Sí, eso es porque hay personas muy devotas a la meditación, y prefieren usar su tiempo libre haciendo lo que más les gusta, meditar. En el caso de los que hacen entrenamiento físico es distinto. Los maestros prohibieron las actividades físicas este día, pues descansar también es parte del entrenamiento. Los únicos que pueden hacer esfuerzo físico este día son los seleccionados en la búsqueda de alimentos.
- La búsqueda de alimentos?
- Si, cada domingo algunos alumnos que se presentan voluntarios pueden ir a buscar comida para abastecer al templo. Esta puede ser cualquier cosa que consigan en el entorno. Ya sean frutos del bosque o animales. La semana pasada les tocó ir a Yuin y Grok, pero como te encontraron a ti no pudieron continuar su recolección.
Marco se sintió un poco culpable al escuchar eso. Pensaba que solo estaban allí de casualidad. Fue una gran coincidencia que lo encontrasen el único día que ellos disponían de poder salir, de no haber sido así estaría muerto ya.
- Esta semana - continúo el hada - Yuin y Grok solicitaron volver a intentarlo, y el maestro Wûseng les concedió la oportunidad de hacerlo, pero los envío con un poco de ayuda. Gidak y Under fueron seleccionados para ir en su ayuda.
- Gidak y Under?
Mientras tanto en el bosque los cuatro jóvenes estaban en su búsqueda de alimentos. Llevaban dos mochilas para cargar con lo que sea que consiguiesen. Eran mochilas grandes y cada una era cargada por Grok y Under. Under era un minotauro de grandes músculos, tenía pendientes en ambas orejas, ojos color miel, cabello largo con dos colegas a sus costados y dos cuernos con una pequeña curvatura hacia arriba que apuntaban hacia adelante. Un pantalón naranja y largo cubría sus piernas de toro, fuertes y terminadas en pésimas.
- Han encontrado algo de carne? - preguntó el minotauro.
- Sé paciente Under. Tu imprudencia es lo que hace que no consigas progresar más en tu entrenamiento - dijo serio y severo Gidak.
Gidak era una gárgola, su piel era de color azul oscuro. Tenía pequeñas motas grises en sus hombros, espalda, brazos, cola y alas. Tenía un pico de ave en su cara y orejas puntiagudas. Ojos rojos acompañados de una mirada sería. Este carecía de cabello. Sus manos tenían tres dedos, sus pies dos y todos ellos acabados en puntas. Su cuerpo era fornido, este poseía la capacidad de endurecerse hasta convertirse en piedra.
Yuin era un chico antropomórfico, humano-chita. Tenía ojos café y felinos. Una hocico similar al de los chitas. Orejas en la parte superior de su cabeza. Pequeñas manchas marrones en el pelaje de su cuerpo, el cual era amarillo apagado, en su pecho y parte delantera de su torso era blanco. Poseía garras tanto en pies como en manos. Poseía un cuerpo delgado con una larga cola y unas poderosas piernas que lo dotaban de la capacidad de moverse muy rápidamente.
- Yo creo que podríamos dividirnos para abarcar más terreno - dijo Yuin animado - tu qué crees Grok?
- Jm - respondió el sin más de forma afirmativa.
Grok era un trol de la escarcha. Tenía piel azul pálido con motas blancas en la espalda y hombros. Poseía orejas puntiagudas y ojos puramente verde claro. Dos colmillos que sobresalían de su mandíbula inferior. Cabello blanco y largo, este le llegaba a los hombros. Su cuerpo tenía una complexión tosca y marcada. Poseía tres dedos grandes y gordos en manos y pies. Su piel era gruesa y áspera, lo que lo que le permitía soportar una cantidad considerable de daño en esta.
- La última vez que hicieron algo por su cuenta terminamos sin comida - dijo Gidak en respuesta a lo que dijo Yuin.
Yuin arrugó un poco la cara ante la respuesta de Gidak. Este tenía razón, pero no hacía falta que se lo restregarse su anterior fallo por la cara, pensaba él. Gidak iba delante para ver que podían recoger o cazar. Pasaron por un árbol el cual tenía una gran cantidad de frutos. Dio indicaciones a Yuin para subir a recoger varios y pasarlos. Este corrió rápidamente hacia el árbol y aprovecho el impulso para correr por el tronco y llegar hasta donde estaban los frutos. Les pasó unos cuantos a Grok, el cual los guardo en su bolsa. Una vez que tuvieron suficientes de ese Gadik indico a Yuin que pasase a otro árbol a recoger. Así fueron por varios de las plantas y árboles de la zona. Hasta que la mochila de Grok quedó enormemente llena. Mientras que la de Under seguía vacía.
- Quieres más frutas? - pregunto Yuin desde el árbol.
- No, ahora buscaremos presas - respondió Gidak.
- Por fin - exclamó Under.
Una vez el chico-chita bajo del árbol comenzaron a buscar algunos animales que pudiesen cazar. Durante el camino los jóvenes vieron a varios tipos de roedores y animales pequeños. Yuin intento cazar alguno, pero fue inmediatamente detenido por Gidak. Este le dijo que sería mejor reservar energías para una presa de mayor tamaño.
- En ese caso, porque no usamos animales pequeños como cebo? – propuso Yuin.
- Eso es... de hecho... es una buena idea – admitió Gidak.
Rápidamente Yuin atrapo al primer roedor que tuvo a rango de visión. Era un pequeño animal de pelaje gris, orejas y ojos grandes, patas cortas y cola larga. Yuin, haciendo uso de sus formidables piernas, se posó a espaldas del pequeño animal y de un golpe en el cuello lo mato. Hizo una pequeña oración guardando respetos por la presa cazada y luego tomo el cuerpo.
Usando el olfato de Grok se acercaron a una zona en donde se encontraban los animales de mayor envergadura. Utilizaron una liana para colgar el cadáver del roedor e hicieron una pequeña obertura en su cuerpo para que el olor a sangre emanara de él y atrajese a los depredadores. Todos se ocultaron tras los arbustos y esperaron a que algo apareciese. El tiempo iba pasando y nada ocurría. Under sentía como poco a poco su calma se esfumaba.
- Falta mucho? – refunfuño Under.
- Ten paciencia, o no comerás nada de carne – reprocho Gidak.
Under hubo de aceptar las palabras del joven gárgola, pero cada vez le resultaba más difícil mantener la calma. Pero fue más pronto que tarde que un depredador se acercó, curioso y guiado por el olor a sangre, al pequeño roedor muerto. Era una serpiente de gran envergadura. A ojo los jóvenes podrían decir que este mediría alrededor de unos ocho metros, y su cuerpo era grande y grueso. A todos les sorprendió que esta se acercase por un roedor tan pequeño, pero las ansias del minotauro le impidieron pensar claramente y solo sintió la necesidad de cazar a su presa. Under cedió a sus instintos y salió disparado de los arbustos dando un grito de batalla. Con sus cuernos apuntando hacia el gigantesco reptil cargo con gran poderíos. La serpiente vio al minotauro antes de que este justo después de su grito. Esta dio un rápido rodeo al mastodonte y utilizo su cola para hacer que este tropezase. Este rodo en el suelo y quedando recostado en él. La serpiente rápidamente ataco contra el tipo intentando morderle con sus enormes y afilados dientes. Under usó ambas manos para atrapar la boca de la criatura y sujetarla. Mientras estaban forcejeando él, con un fuerte movimiento de brazos, consiguió estamparla contra el suelo. La serpiente, un tanto aturdida, sacudió su cabeza y llena de furia fue directo por el minotauro. Rápidamente se enrollo en el joven. Este intentaba liberarse usando su gran fuerza, pero la serpiente se enroscaba cada vez más y más. Under estaba perdiendo el aire que tenía, estaba a punto de ser aplastado por la serpiente, cuando del cielo se escuchó que algo caía. De las alturas cayo de golpe Gidak con su mano convertida en piedra y con esta uso el poder de la caída para caer sobre la cabeza de la serpiente y atravesarle el cráneo. Su cabeza se desplomo en el suelo con Gidak encima. Under sintió como el cuerpo que lo apresaba dejaba de hacer presión. El joven intento liberarse pero aun no podía.
- Un poco de ayuda por favor – pidió Under.
Yuin y Grok se acercaron para desenroscar al minotauro de la prisión de piel en la que se hallaba. Gidak saco su mano del cráneo del animal, esta estaba convertida en piedra, aun así era capaz de moverla junto con sus dedos. Solo con su voluntad hizo que la piel de piedra fuese bajando desde su brazo a su mano hasta volver a ser carne otra vez.
- Cargaremos el cuerpo en la mochila de Under, yo lo ayudare puesto que este no entrara por completo. Con el cuerpo de este bicho tendremos comida para varios días – indico Gidak.
Estos obedecieron las indicaciones del joven gárgola. Una vez oraron dando gracias por su caza estuvieron dispuestos a dirigirse de nuevo al templo. Pero una cosa llamo la atención del joven-chita. Gidak noto la al chico distraído y le pregunto el motivo. Este dijo que había visto algo que debía de recoger y que luego los alcanzaría. Una vez llegaron al templo sus compañeros lo recibieron con alegría. Wûseng se acercó al pequeño grupo para felicitar a los jóvenes por la recolección de alimentos. Marco, que estuvo invirtiendo su tiempo en meditar, se acercó a ellos para ver lo que habían conseguido. Se emocionó un poco al ver la caza del grupo. No pudo evitar pensar en Krun y los momentos que paso con el cazando a las diversas criaturas que habitaban el bosque de las bestias. Yuin, cuando pudo avistar a Marco de entre la pequeña multitud de alumnos que fueron a felicitarlos por la caza, se acercó a él.
- Hey Marco he encontrado algo que creo que te pertenece.
- Hola Yuin, que pasa?
Este busco en su espalda y saco un objeto que hizo que Marco abriese los ojos de par en par. Yuin había encontrado el arco del joven. Se lo extendió con ambas manos y el chico lo tomó. Le agradeció de corazón a chico-chita por encontrarlo y traérselo. No se lo había esperado. Ya solo debía recuperar su sudadera en cuanto le fuese posible, y también sintió la necesidad de algún día formar parte de un grupo destinado a cazar, como el de hoy. Y así se lo comento a Yuin, diciéndole que algún día cuando se recuperase iría con él a cazar juntos. Este le dio una sonrisa y un apretón de manos en señal de aceptación, tanto a la propuesta como al entusiasmo del joven. Wûseng, que escucho lo que el joven humano dijo, no pudo evitar acercarse un momento para llamarle la atención.
- Perdonen que les interrumpa jóvenes. Marco, podrías venir con migo un momento? – pregunta amablemente el maestro.
Marco asiente y acompaña a este, el cual lo lleva a un sitio un poco apartado de los demás.
- Que es lo que quiere maestro Wûseng? – pregunta el joven.
- Marco, tú has asesinado a alguien alguna vez, verdad?
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Que es esto, Recktar ha subido el nuevo capitulo a tiempo?... pues no, porque acá son las 1:45 AM, así que llego un poquito tarde, pero peor es no traer nada jaja.
Hoy hemos tenido un pequeño acercamiento a otros alumnos del templo y hemos visto un poco sus habilidades y forma de ser, pero aun queda mas por ver en este sitio y así sera, hasta la próxima semana.
PD: les deseo a todos una feliz navidad.
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