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Capítulo 20: Un anuncio complicado

En el castillo la gente acudía para informar de sus asuntos políticos con intenciones de conseguir una solución. Los administradores estaban trabajando un poco más de lo normal ese día. Lo cual se debía a que el alcalde no se encontraba allí. Era un día con un poco más de ajetreo, y como Ken no estaba, las personas del pueblo acudían a otras mesas. Todos se preguntaban dónde estaba el alcalde, ya a esas horas debería haber llegado. No había avisado nada a nadie ni había dejado una nota en ninguna parte. Entre todo eso llegó un guardia con un pequeño anuncio.

- Escuchen, agentes públicos, tengo una carta del alcalde.

Eso atrajo murmullos entre los allí presentes. Mike, que era uno de los funcionarios más devotos, se levantó de su asiento pidiendo calma. Cuando hubo silencio este le indico al guardia con la carta que procediese a leerla en voz alta, este asintió y abrió el sobre.

"Queridos compañeros,

Lamento no presentarme hoy en mi puesto. Debido a unos asuntos de extrema urgencia me he tenido que ausentar hoy al trabajo, probablemente estaré atendiendo este asunto el resto del día, así que les pido que hoy prescindan de mí.

Me disculpo de antemano por la brusquedad de mi mensaje. Espero sepan comprender mis acciones.

Atentamente,

Kenovan, el alcalde".

Hubo pequeños murmullos entre la multitud de nuevo. De nuevo Mike se levantó en protesta pidiendo calma.

- Escuchen todos, que cada quien vuelva a su sitio en la fila y que continúe con sus trámites. Intentaremos atenderlos y resolver sus inconvenientes en la medida posible - dijo animando a la gente a recuperar el orden que había en el recinto - chicos, al menos hoy haremos nuestro trabajo sin la ayuda de Ken, así que manos a la obra - expresó a sus compañeros para animarlos.

Había pasado un rato desde que Ken había enviado la carta al castillo avisando a sus compañeros de que no se encontraba en condiciones de acudir hoy a su puesto. Ahora mismo se encontraban él y Marco en una sala de reuniones secretas donde se celebraban juntas para hablar de temas delicados referentes, normalmente, a la ciudad y sus habitantes. Los acompañaban un pequeño número de guardias en aquella reunión, un grupo de seis de los hombres más confiables del alcalde.

Fue así que se les explico a cada guardia, cada uno de ellos capitán de su propio escuadrón, la situación y la idea a llevar a cabo frente a ello. Dieron un pequeño margen de tiempo para que estos asimilarán la idea. No fue algo fácil de asimilar, pero ellos debían ser fuertes y considerar la idea del alcalde y Marco. Todos ya sabían acerca de la inminente invasión que vivirían, por lo que la única idea a la que habían de hacerse es a la de la confrontación. Hubo pequeñas protestas por parte de alguno de los capitanes. Las cuales fueron acalladas rápidamente mediante explicaciones acerca de porque la confrontación sería la estrategia más óptima y que el tiempo que tenían era limitado e incierto.

Una vez estuvieron todos de acuerdo comenzó la verdadera reunión. La idea estaba clara, pero el cómo llevarla a cabo era el punto. Y lo primero era pensar en cómo le dirían todo al pueblo, tanto los asesinos capturados, la invasión y la batalla que habrían de vivir. Habrían de conseguir que la gente no se alarma de demasiado y convencerlos de acatar todas las instrucciones que darían para tener mayor oportunidad de sobrevivir. Sobretodo habrían de evitar que todo lo mencionado en la ciudad saliese de la ciudad. Si los asesinos se percataban de que la ciudad se prepararía para su llegada es probable que tomasen una contramedida. El alcalde dio instrucciones a un guardia para informar a los demás guardias y al pueblo sobre una prohibición temporal. Habiéndose encargado de la posible filtración de información sobre las medidas, pudieron volver a la conversión. Estuvieron varias horas hablando y planeando hasta que después de repasarlo todo decidieron enviar a varios guardias para informar al pueblo sobre un anuncio importante que se haría en la entrada del castillo.

Así fue como cada ciudadano fue llamado para asistir al discurso de extrema importancia. Fue repentino para todo el mundo, lo cual desconcertaba a la gente. A Ken le hubiese gustado haber podido avisar a todo el mundo con tiempo y calma, pero la situación no le permitía tales lujos. Todo el mundo tuvo que dejar lo que estaba haciendo. Gente comprando, barberos a medio cortar el cabello de su cliente, vendedores que debían cerrar su mercado antes de hora. Los únicos a quienes se informó pero no sé les solicitó ir fue a los médicos, quiénes tenían que cuidar a los pacientes.

Pronto los habitantes se encontraban delante del castillo, arremolinados en las calles. No pasó poco tiempo hasta que los murmullos empezaron. Era muy inusual para ellos ser llamados por el alcalde de esa forma tan repentino. Era de esperarse que la inseguridad comenzase a invadirlos.

Ken viendo el panorama se armó de valor y se paró justo al final de la subida de las escaleras del castillo. Todo el mundo comenzó a fijarse en él, la persona por la cual habían sido convocados. La presión sobre él fue perceptible para sus compañeros que estaban a su lado. Marco, que también estaba allí, le dedicó una sonrisa animándole a darles el discurso a los habitantes. Entre susurros dijo "maceren escuchar la verdad". Este asintió levente y respiro hondo mirando hacia su pueblo.

- Queridos ciudadanos – exclamó, haciéndose un enorme silencio.

El silencio, más que ayudar, solo hizo que Ken se sintiera más nervioso. Sintió deseos de salir de allí. Pero todo el mundo estaba esperando ansioso por saber la importante noticia que él les tenía que contar. No podía defraudarles. Volvió a respirar profundamente e intento continuar.

- Hay algo muy importante que han de saber. Últimamente han pasado cosas en la ciudad, de las cuales no hemos informado – hubo murmullos – entiendo que esto os desconcierte. Pero en cuanto termine de explicarles todo lo que tengo que decir lo entenderán. Hace unas cuatro semanas hubo un nuevo intento de asesinato durante la noche. – todos exclamaron sorpresa – El cual pudo ser detenido por nuestro compañero aquí presente, Marco – este señaló a su izquierda donde él estaba.

Los guardias que estaban junto a él lo ayudaron a levantarse y a dar unos pasos para que el pueblo lo viese. El saludo a todos en respuesta a lo que el alcalde dijo. Todo el mundo vitoreo momentáneamente a Marco, hasta que Ken volvió a tomar la palabra.

- El asesino fue capturado e interrogado por un grupo de guardias, Marco y yo. Lamentablemente no fuimos capaces de conseguir información de él, y antes de que pudiésemos llamar al mago de la ciudad para que nos ayudase, el asesino se quitó la vida a sabiendas de que no sería capaz de eludir nuestras preguntas con la ayuda de la magia – volvió a haber otra exclamación de sorpresa – antes de morir consiguió dejarle una marca a aquel que fue su captor – dijo señalando de nuevo al chico – y fue por eso que el día siguiente Marco fue atacado en las afueras de la ciudad por otro asesino, dejándolo en el estado en el que pueden ver ahora mismo.

Marco bajo un poco la cabeza por la humillación de haber sido tomado por sorpresa y por ello vencido, pero volvió a alzarla porque sabía que no era momento de sentirse humillado. Los ciudadanos volvieron a murmurar de nuevo.

- Ese asesino no llegó a ser capturado, al parecer, mientras estaban peleando, el asesino fue atacado por una bestia del bosque, acabado con su vida. Por esto fue que no pudimos sacar nada del tampoco. Lo siguiente que supimos fue que Marco consiguió llegar en ese estado hasta la ciudad, donde los guardias lo ayudaron a llegar al médico y lo trataron. Lo que pudimos sacar en claro de todo lo ocurrido fue que estos asesinos son pertenecientes de un gremio. Y que ninguno de ellos era el asesino que de señorita Sherry – el murmullo volvió a aparecer – durante los siguientes días Marco tuvo que ser tratado a diario para que sanasen sus heridas lo antes posible. Lo que pasa es que durante ese periodo recibimos una carta. Esa carta... - se le hizo un nudo en la garganta.

Ken sabía lo que tenía que contarles una de las partes más difíciles de la historia, y esto hacia que se le formase un pequeño nudo, sabía que sería difícil de soltar y de digerir. Pero tenía que decirlo. Trago saliva y respiro hondo.

- Esa carta provenía del gremio de asesinos. Fue escrita por su jefe – poco a poco se volvía a formar un murmullo entre la multitud – allí él nos decía que en cualquier momento... en cualquier momento... harían un ataque a gran escala en la ciudad – el pueblo entero quedo estupefacto e incrédulo ante esa afirmación – hemos estado investigando la veracidad de la carta. Y al parecer, no ha habido ningún tipo de engaño interno o externo. La carta poseía la misma marca que las vestimentas de los asesinos. Por lo cual podemos decir que esta carta es cien por ciento verdadera. El motivo por el cual se les fue ocultado todo esto es porque no sabíamos si todo esto era real o solo se trataba de un mal chiste.

Por un momento solo había silencio, pero solo se necesitaron segundos para que eso acabase. Los gritos comenzaron, la gente cundía en pánico, algunos de ellos comenzaron a llorar, otros se sentían frustrados, y otros estaban estallando de furia por la información que se les había ocultado.

Los guardias, viendo el panorama, intentaron hacer que los ciudadanos mantuviesen la calma. Lo cual era complicado, pues varios de los guardias allí presentes también se sentían en desconcierto por todo lo que estaban escuchando. Ken, a sabiendas de que eso pasaría, necesitaba retomar el hilo del discurso, o sino todo se quedaría en el caos y la incertidumbre. Por primera vez en mucho tiempo, el alcalde se vio obligado a gritar.

- PUEEEEEEBLO!!! – grito el, a lo cual todos se dieron vuelva para volver a fijar sus miradas en aquel hombre – sé que esta noticia es demasiado grande para ser digerida tan rápido, yo mismo aún sigo incrédulo ante las palabras que he leído de esa carta. Pero son ciertas, todas y cada una de ellas, y lamento no poder darles el tiempo necesario para que puedan entender la magnitud de la situación. Pero ahora mismo el tiempo que tenemos es muy preciado e incierto. Es por ello que necesito que me escuchen. Hemos estado buscando una forma de resolver la situación. Huir, no es una opción, creemos que los asesinos que han aparecido en esta ciudad han sido llamados por alguien de dentro, por lo cual sabemos que ellos son sicarios, puesto que ellos mismo nos lo han confirmado. Así que si intentamos huir de la ciudad, lo más probables es que nos maten por el camino cuando más expuestos estamos.

La situación no estaba mejorando a medida que el discurso avanzaba, las caras de los ciudadanos eran todas distintas, de rabia, de tristeza, de incertidumbre. Pero todas ellas expresaban un pequeño miedo hacia la inminente muerte que ellos creían que se les cernía.

- Por todo lo anterior mencionado, hemos estado planeando detenidamente una medida para resolver esta situación. Y el caso es, que quiero que el pueblo entero, con sus guardias y ciudadanos, nos enfrentemos a los asesinos. Sé que es mucho pedir, y que no tengo el derecho a decidir sobre sus vidas, pero es la decisión más óptima y que más posibilidades de sobrevivientes tiene a nuestro favor.

El pueblo simplemente no pudo soportar más escuchar todo lo que su supuesto alcalde les estaba diciendo. Todos comenzaron a abuchearlos, a gritarle de todo, a lanzarle verduras. Todo era un caos, y todos se encontraban incrédulos antes lo que estaban escuchando. Los guardias estaban conteniendo a la multitud que intentaba avanzar hacia el alcalde. Entre todo el bullicio y el caos de la gente hubo algo que rompió la situación, como si de un rayo se tratase. Un rugido feral que se escuchó a cinco cuadras a la redonda alarmó a los ciudadanos. Todos se giraron para ver que había provocado semejante rugido. Se trataba de un huargo de pelo plateado. Este era enorme y estaba enseñando los dientes. El animal comenzó a caminar hacia adelante. La multitud se alejada de su paso despavorida antes esa bestia. El animal subió por las escaleras hasta estar delante de Marco.

- William – dijo contento – has vuelto, donde has estado todo este tiempo amiguito? – preguntó acariciándole la cabeza.

El animal con gusto recibió las caricias de su compañero. Marco miró detrás de William y vio al pueblo entero estupefacto ante lo que veían. Pensó que lo mejor sería aprovechar la situación.

- Ven chico, has llegado en el momento indicado.

Marco se subió al lomo del animal, con ayuda de los guardias, y este bajo las escaleras con su compañero en su espalda. Todos se alejaron dejándole un espacio en el que se sentían "seguros" del animal. Marco miró a todo el mundo, y supo que debía actuar.

- Escúchenme. Se lo que estarán pensado ahora, yo he pasado por lo mismo. Estos días que he estado en el hospital no he hecho más que pensar en la inminente muerte que se me viene encima. Me he sentido lleno de miedo, terror y frustración. Me he rendido a la idea de morir en más de una ocasión. Pero me he cansado, me he cansado de temer y me he cansado de estar tirado sin hacer nada. Sé que todos estarán asustados, yo lo he estado. Pero les pido que piense, que piensen en sus seres queridos, en las personas más importantes que tienen en sus vidas. Es por ellos por quienes luchamos, por quienes damos la cara, por quienes estamos dispuestos a sacrificar todo. Sé que todo esto es algo complicado de entender y de hacerse a la idea. Pero les pido que confíen en su alcalde, el más que nadie ha pensado en ustedes, el más que nadie se ha preocupado por su seguridad, y les puedo asegurar que el mejor que nadie eligió lo que considero mejor para todos. Si creen en él, y en el motivo por el cual fue elegido, por favor, crean en que todo lo que está haciendo ahora mismo es por su bien, el de toda la ciudad.

Todos comenzaron a murmurar otra vez, pero este era un murmullo más calmado, un murmullo en el que la gente estaba sintiéndose más decidida y más comprensiva ante las palabras del chico. Más la situación hacia que la incertidumbre aun siguiese vigente en ellos.

- Ciudadanos – dijo Ken volviendo a tomar la atención de todos – todo lo que Marco a dicho es cierto, solo quiero que el pueblo este bien y que todos sobrevivan, así que por favor, por lo que más quieran en este mundo, luchen, luchen por su ciudad, luchen por su familia y amigos, luchen... por la vida.

No supo cómo, pero aun entre toda la incertidumbre, y entre todo el miedo que había allí, Ken había conseguido alentar al pueblo. Este respondió con gritos de aprobación. Muchas personas se sentían motivadas por la devoción de Ken. Otras seguían inseguras frente a todo ello, pues era muy grande como para solo aceptarlo y ya, pero por lo que podían ver, luchar era lo único que les quedaba.

Viendo que el pueblo había aceptado sus palabras. Ken volvió a pedir calma, y procedió a explicar cómo comenzarían a prepararse para la llegada de los asesinos. Lo primero que se dio a saber, es que nadie enviaría información, así se impediría que se supiese cosa alguna de la preparación del pueblo ante el ataque de los asesinos. Fue así que antes de haber comenzado el discurso Ken ya había avisado a los guardias de que informasen a los ciudadanos que ningún ave saldría de allí. Nadie podría salir de la ciudad, puesto que podría tratarse de algún infiltrado del gremio o de algún cómplice. Avisados de la situación interna, se les informó que a partir de mañana se comenzaría un entrenamiento para todos los hombres y mujeres dispuestos a luchar. Al resto se les instruiría en medidas de seguridad a llevar a cabo durante la invasión. Fue así como la ciudad entera, poco a poco, comenzó a prepararse para la llegada de sus enemigos. Y fue así como pasaron dos meses desde el día del informativo.

Mientras tanto en una cueva alejada de la ciudad. El jefe del gremio de los asesinos estaba sentado en su trono descansando en un sueño profundo. De pronto abrió los ojos de par en par.

- Es hora.

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Bueno gente, es un poquito tarde, pero aun sigue siendo viernes. SI!!! he cumplido.

En el siguiente capitulo podremos ver por fin la batalla entre el gremio de asesinos y los ciudadanos de Rotchville. Espero que estén ansiosos por leerlo. Hasta la semana que viene ;)

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