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Capítulo 16: El sicario

El hombre se movía sigiloso tras su presa sin darse cuenta de que había otro cazador en esta ciudad. El extraño sacó un cuchillo de su pantalón dispuesto a apuñalar a quien perseguía. Más nuestro héroe dio un disparo certero desde las alturas, dando en el cuchillo y haciendo que este saliese volando. El hombre que estaba siendo perseguido se giró al oír el sonido del metal chocando. Al hacerlo vio a un tipo sospechoso con la mano en alto y a muy pocos centímetros de él, sin dudarlo, echó a correr. El extraño aún confundido por lo de su cuchillo miró a todas partes para ver de dónde había provenido el disparo.

- Escuché algo - se oyó de un guardia a otro - es por aquí.

El extraño rápidamente abandonó el intento de encontrar aquel que había frustrado su homicidio y se escondió en los callejones. Mediante la oscuridad se camufló para no ser encontrado. Este estaba intentando respirar lo más calmadamente posible, quería mantener silencio a toda costa. Sin embargo este no esperaba lo que estaba a punto de ocurrirle. Desde las sombras alguien lo tomó por la espalda, apresándolo.

- Pero qué? - dijo este por lo bajo.

Su adversario lo había tomado con ambos brazos impidiendo que pudiera mover los suyos. Intento abrir sus brazos con fuerza para liberarse. Pero aquel que lo sujetaba era realmente fuerte. Desistiendo de su táctica decidió optar por otra. Comenzó a utilizar su cabeza para golpear hacia atrás. Debió surtir efecto, pues este lo había soltado. Rápidamente sacó un segundo cuchillo del otro lado de su pantalón y se puso en posición para atacar. Sin embargo aquel al que había golpeado le dio una patada en el estómago que lo hizo retroceder. Reprimió un quejido de dolor para no hacer ruido y levantó la vista para ver mejor a aquel que tenía delante de él. Por culpa de la oscuridad no podía ver bien el rostro de su adversario, pero tampoco le hacía falta saber quién era para apuñalarlo. Su enemigo también estaba preparado para batirse en batalla, más no retrocedió ante él. Raudamente dio una apuñalada a su estómago, este la esquivó y dio un puñetazo directo a su rostro. Este cayó en el suelo, pero aun así no se soltó de su cuchillo, se aferró a él como una serpiente a su presa. Se levantó sin perder el tiempo, dispuesto a volver a la acción. Esta vez decidió esperar a que su adversario hiciese su movimiento primero. No parecía impaciente por atacar, de hecho, este estaba sacando algo extraño de su espalda, era... un arco!!! El tipo se vio a si mismo siendo apuntado. Si pensarlo dos veces hecho a correr de nuevo a las calles.

Los guardias vieron una sombra pasar rápido por allí.

- Eh, alto - dijo uno de ellos.

Ambos comenzaron a perseguirlo pero ninguno fue capaz de alcanzarlo, era realmente rápido. Ya pensaba que conseguiría escapar puesto que los estaba dejando atrás, y aunque era consciente de que había más guardias en la ciudad, confiaba en que ninguno sería lo suficientemente rápido como para alcanzarlo, y esa muralla de metro y medio de altura no lo detendría. Sin embargo un extraño cayó desde las alturas justo delante de él. Este le propinó un puñetazo fuerte en el estómago, haciendo que cayese y perdiera el conocimiento.

Pasadas unas horas fue abriendo poco a poco los ojos. Sentía su cuerpo algo pesado y dolorido. Lentamente se fue liberando de la sensación de sueño e intento moverse un poco. Sentía sus brazos raros, algo le impedía moverlos con libertad. Un sonido de cadenas se oía cada vez que intentaba gesticular un movimiento de brazos. Sin lugar a dudas, estaba atrapado por unos grilletes con cadenas.

- Dónde estoy? - dijo en la oscuridad.

De pronto alguien encendió un candil iluminando el lugar. Esto le hizo un poco de daño a su vista, pero poco a poco esta se fue adaptando hasta ver mejor. Se encontraba atrapado en una jaula. Delante de él había un joven con vestimenta de cuero, una capa extraña y un arco y flechas en su espalda. Este estaba junto a dos guardias.

- Tu... - dijo el prisionero adivinando quién era ese joven.

El prisionero se encontraba justo delante de Marco. Este iba vestido con ropas de tela negras y en pequeñas partes grises. La ropa cubría todo su cuerpo, incluso la cara porque llevaba una capucha y un pañuelo para cubrirse el rostro, aun así solo podía verse le los ojos. Los cuales miraban a Marco con desprecio.

- Parece que me reconociste - dijo alegando a su acusación.

- Eres tú quien me atrapó.

- De hecho, solo te reduje. Quienes te atraparon son los caballeros que hay junto a mí.

Se apartó un poco para que esté viese mejor a los guardias. Uno de ellos rompió su silencio.

- Ahora vendrá un compañero a hacerte una preguntas - dijo dirigiéndose al capturado.

De las sobras fue desvelándose la figura del alguien de baja estatura y cuerpo algo robusto.

- Alcalde? - dijo Marco sorprendido - que hace usted aquí?

Este se le giró para verlo y con la sonrisa tan grande que siempre mostraba le respondió.

- Me gusta estar presente en este tipo de cosas, como alcalde necesito conocer lo que pasa en mi ciudad. Y ahora mismo esta es una de las cosas más importantes que podría pasar aquí.

Marco asintió sin medir palabras y ambos se giraron al presunto asesino, el cual miraba con desprecio a todos los presentes.

- Dime Marco - dijo el alcalde - es este el mismo asesino que mató a la Sherry? - también conocida como la mujer del pescadero.

- Eso es lo que me sorprendió alcalde, su aroma no es el mismo.

- Entonces quieres decime que...

- Él no es nuestro asesino.

La situación dio un pequeño giró. El alcalde pensaba que los asesinatos cesarían de una vez por todas, pero ya veía que no sería así. Efectivamente había atrapado a un posible asesino, pero no el que ellos necesitaban. Pese a ese pequeño disgusto comenzaron a efectuar el interrogatorio al sospechoso.

- Quién eres? – preguntó el alcalde amablemente.

- Si creen que les voy a dar mi identidad es que son más estúpidos de lo que parecen.

- Podemos seguir así toda la noche hijito.

- Pero si ni siquiera has empezado, solo me has hecho una pregunta.

- Toooda la noche.

- Acaso es esto algún tipo broma?

Marco vio que probablemente las dotes interrogatorios del alcalde no eran las más elocuentes. Por lo cual decidió tomar cartas en el asunto.

- Oye – dijo el metiéndose en la charla – intentaste matar a un civil, yo mismo te vi con un cuchillo preparado para apuñalarle, así que no intentes hacerte el inocente y responde. Porque querías matar a ese tipo?

- Púdrete.

- Acaso eres un sicario o algo por el estilo.

El tipo no dijo nada, solo permaneció recostado contra la pared de su celda en silencio, impasible. Marco estaba viendo que esto no llevaría a ningún lado. Se le ocurrió una pequeña cosa que intentar.

- Alcalde.

- Si, Marco?

- Tienen algún mago en la ciudad.

- Oh jo jo jo, sí que tenemos uno. Pero porque lo preguntas? Crees que si le enseñamos unos trucos de magia el asesino nos diga quien es – dijo alegremente.

Cada vez Marco notaba más la poca perspicacia que el alcalde poseía. Lo cual era preocupante. Como habría llegado este hombre a ser alcalde de una ciudad? A pesar de ser una cuestión interesante de resolver, la situación ameritaba la atención de los presentes.

- No alcalde.

- Llámame Ken.

- No Ken. A lo mejor si traemos a un mago este puede usar un hechizo de la verdad y así el asesino nos confiese todo.

El tipo que estaba escuchando todo se alarmó. Sabía que los hechizos de la verdad existían y que eran de temer, viéndose comprometido en la situación recordó las ordenes que debía acatar en estos casos. Respiro profundo y se mentalizo para su siguiente movimiento.

- Esperen... no traigan al mago... hablaré, solo... necesito pedirles algo.

- No estás en posición de exigir vulgar asesino – le grito un guardia.

El alcalde lo detuvo un momento.

- Escuchemos al menos lo que quiere.

Este movió su mano hacia el encarcelado para anunciarle que diga su petición.

- Podrían quitarme este pañuelo? después de tantas horas con el puesto respirar se hace difícil.

Todos se miraron entre ellos algo dudosos por la petición del tipo. Sin embargo no consideraron que solo por quitarle un pañuelo este conseguiría escapar o algo. Uno de los guardias abrió la celda y se acercó al encarcelado para quitarle el pañuelo. Este, una vez sin él, mostraba facciones idénticas a las de los tritones.

- Gracias, por fin puedo respirar sin estorbos. Ahora acérquense todos para que pueda contarles quien soy.

Otra vez, todos se miraron sospechando de él. Más otra vez pensaron que estando esposado no podría conseguir mucho, simplemente se acercaron lo suficiente como para escuchar atentamente pero no tanto como para que el asesino los alcanzase. Más sin que ellos se dieran cuenta este estaba haciendo algo que no pudieron percibir. En su boca este poseía un diente falso de color negro. Con ayuda de sus otros dientes arrancó este de su sitio y lo mordió hasta romperlo. Un líquido negro se comenzó a esparcir por su boca. Mientras ellos ya se encontraban a una distancia adecuada de él. Este miró directamente a Marco, infló sus labios y se preparó para escupir. Marco sospechó de ese gesto y cuando el asesino escupió el líquido negro hacia el consiguió esquivarlo, pero le dio a su arco. Humo comenzaba a salir del sitio en donde el líquido había quedado adherido, pero la madera no se quemaba ni nada, solo emitía un olor extraño. Al igual que del arco, de la boca del asesino también comenzó a salir humo negro. Este tosió un poco, parecía estar perdiendo el conocimiento gradualmente. Aun así con sus últimas fuerzas intento decir unas últimas palabras.

- No obtendrán nada de mí - dijo a todos con una sonrisa llena de ese líquido negro - y tú - dijo mirando a Marco - pronto ellos vendrán por ti.

- Quienes? - dijo este ante la alegación del tipo.

- El gremio - dijo este acabando en unos golpes de tos.

Los ojos del asesino se cerraron, su boca quedó abierta y de ella no paraba de salir ese humo negro. Este se filtró por los barrotes y salía al exterior.

Mientras tanto, en la noche, un cuervo sobrevolaba la ciudad haciendo círculos en el aire. Este percibo el humo negro que comenzaba a salir de un edificio. Tan pronto lo vio el cuervo rompió su constante vuelo en círculos y salió de la ciudad. Desapareciendo en la lejanía.

Los cuatro miraban atónitos a aquel que acababa de quitarse la vida.

- El gremio... - dijo Marco recordando las últimas palabras del fallecido.

- Nunca había escuchado nada similar antes - respondió el alcalde.

- Sea lo que sea, debe ser algo muy importante para dar su vida con el fin de evitar darnos información.

- Será mejor que todos volvamos a casa, podremos pensar esto mejor por la mañana.

Marco asintió. Este se sentía cansado ya por la hora que era y por el escándalo que había vivido en las calles. Más este se fue a su cabaña con la cabeza en alto, habían conseguido algo, por insignificante que fuese, y también le había salvado la vida a un hombre. Mientras tanto el Ken y los guardias llevaron el cadáver del difunto con los demás.

- Bueno chicos, ayúdenme con esto.

- Esta es la parte que no me gusta de este trabajo - se quejó un guardia.

- Tranquilo, luego podemos tomar un poco de té y galletas.

Estando ya en la cabaña Marco se propuso a dormir. Pero antes se fijó en William, que estaba durmiendo tranquilamente en la alfombra.

- Hace algunos días que no le doy mucha atención al pobre. Supongo que mañana después de hablar con el alcalde pasaré un tiempo con él.

Dicho esto cerró sus ojos y dejo que el sueño lo invadiese.

Tal y como había pensado había ido a buscar al alcalde por la mañana. Estuvieron discutiendo acerca de lo sucedido ayer. Este le había comentado que estuvieron investigando sobre algún gremio o algo así. Pero no tuvieron suerte. Lamentablemente lo que quedaba era esperar. Pero el sol brillaba, el día era precioso, y por primera vez en mucho tiempo Marco iría a divertirse con su amigo. Estuvieron jugando toda la tarde. Corrieron juntos, William buscaba el palo, comieron carne y luego se bañaron juntos. La tarde había pasado rápidamente, dando paso a la noche. Marco estaba preparando la cena, mientras tanto William corría por el bosque. Pero ajeno a todo ello había una sombra que asechaba oculta en la noche.

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Bueno chicos, por fin pude sacar este capítulo. Quiero sobre todo disculparme por la tardanza, esta semana ha sido un poco alocada, han pasado cosas en mi ciudad y ademas de eso he tenido temas personales que atender. Pero no quiero aburrirlos mas con mi vida.

Un asesino que se suicida antes que dar respuestas, y un misterioso ser que aparece en el bosque, mas preguntas aparecen pero respuestas ninguna. El misterio nos espera en el siguiente capítulo.

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