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Capítulo 1: El inicio de la búsqueda

Allí se encontraba Marco, vagando por una villa, sin rumbo alguno, sin saber por dónde empezar, sin saber realmente nada. Ya era de noche y por la calle no se veía ni un alma.

- Donde puedo empezar la búsqueda? – se preguntó el joven desconcertado - solo tome el primer portal que tuve delante y aparecí en este sitio.

Entre tanto Marco buscaba una respuesta a su pregunta, escuchó un ruido que lo sacó de su pensamiento. *rggrrhh*

- Quien está ahí? – preguntó de golpe mirando a todos lados. Solo vio casas y caminos de piedra.

*rggrrhh* escuchó el ruido de nuevo.

- Se los advierto, se karate y no tengo miedo en usarlo – dijo levantando sus manos en posición de defensa. Estaba algo nervioso por toda la situación que acababa de vivir.

*rggrrhh* volvió a escuchar. A lo que el chico dio un golpe de karate de forma instintiva con la mano y con los ojos cerrados.

- Wachia!!!.

*thnnnnn* se escuchó un ruido metálico. Abrió los ojos y se dio cuenta de que había golpeado un poste.

- Auch, supongo que no hay nadie que busque atacarme – dijo mientras acariciaba su mano por el golpe que había dado. – entonces que hace ese ruido tan extraño?

*rggrrhh* escucho otra vez. Pero en esta ocasión miro detenidamente de dónde provenía el sonido. *rggrrhh*, el sonido provenía de su estómago.

- Jaja, es solo mi estómago, parece que se me abrió de apetito después de perseguir a... - callo de inmediato cuando otro sonido lo distrajo.

- Me buscabas? – dijo una voz femenina proveniente de su derecha.

Giró la cabeza, parecía un espejismo, no esperaba volver a encontrarla tan rápido, sin embargo ahí estaba.

- Heka... - dijo a media frase.

No se lo pensó dos veces, la ira y la furia se apoderaron de él y se precipitó hacia su enemigo. Comenzó a correr hacia ella con los brazos abiertos para atraparla. Pero ella ya se había movido tan rápido que se encontraba detrás de Marco.

- A, a, a – dijo Hekapoo moviendo el dedo negando.

Sintiéndose humillado se giró bruscamente y volvió a correr hacia ella. Donde está, pensó él.

- Vas a tener que hacerlo mejor que eso si realmente quieres atraparme - dijo de nuevo detrás del chico.

Marco no era capaz de seguirla ni siquiera con la vista, y lo sabía, pero eso no doblegaría su determinación.

- Tu!!! – dijo con furia en su mirada y corrió hacia ella.

Hekapoo no se molestó en moverse a gran velocidad, simplemente se dedicó a dar saltos hacia atrás para que no la alcanzara.

- Uyyy! Casi – dijo ante un intento de atrapada.

Lo esquivo con facilidad. Marco continuo intentando atraparla.

- Un poco más chico - decía ella.

Volvió a atacarla, mas esta volvió a esquivar.

- Solo un poco más – reiteró.

Nuevamente la ataco pero sin tener éxito.

- Oye, realmente quieres atraparme? – preguntaba sarcástica.

Marco estaba jadeando por el cansancio, tuvo que apoyar las manos sobre sus rodillas y respirar. Se le hacía pesado mantener el ritmo y su rival parecía que no estar cansado en lo más mínimo. Hekapoo se acercó al chico mientras este estaba cansado, extendió su mano y lo tomó de la barbilla. Le levanto su mentón para así obligarlo a que la mirara a los ojos.

- Nunca podrás atraparme pequeño – le dijo con una sonrisa burlona en la cara.

- GRAAAAA!!! – gritó desafiante lanzando un puñetazo. Pero este fallo, ella ya había desapareció.

Justo detrás de él se encontraba ella, le dio una cachetada en la nuca.

- Jaja, eres lento.

Intentó darle una patada hacia atrás, pero también falló. Ella se había puesto delante de él.

Aburrida del joven, bostezó.

- Hey, no quiero ofenderte ni nada por el estilo, pero me estoy aburriendo. Contaré hasta cinco, y si no consigues apagar esta llama, me iré. Uno.

Marco no lo pensó 2 veces, salto hacia ella con una patada voladora, la cual fue inútil.

- Dos.

- Wachia – grito dando un puñetazo hacia ella, falló.

- Tres.

Se repuso e intentó dar una patada hacia abajo con el talón, pero falló.

- Cuatro.

En un último intento saltó hacia ella para atraparla y cuando su dedo estaba a punto de tocarla esta desapareció en el último segundo. Este sintió como alguien le daba una cachetada en la nuca.

- Y cinco. Adiós pequeño, sé más rápido la próxima vez – dijo justo antes de desaparecer sin dejar rastro.

Marco estaba jadeando y sudando en abundancia. Con sus últimas fuerzas gritó hacia el cielo.

- HEEEKAAAPOOOOOOOO!!!

- Cielos porque tanto escándalo? - dijo un monstruo que salió de golpe de un bar en la villa. Este vio a un niño humano gritando al cielo – un mewmano!

- Aléjate de mí o te golpearé – le dijo al ser sorprendido por su presencia.

- Oye, oye, tranquilo, no voy a comerte, no me gustan los mewmanos... además soy vegetariano.

Marco no dijo nada, solo se quedó mirando al monstruo en posición de defensa mientras respiraba pesadamente. El tipo tenía piel escamosa, branquias en el cuello, lo que pareciera ser aletas en las orejas, y tanto en sus manos como en sus pies tenia membranas, parecía un tritón. Este era alto y robusto, y llevaba puesto un delantal.

- Lo digo enserio. Por qué no entras? Pareces cansado y hambriento – dijo el tritón extendiéndole la mano al chico.

No sabía si aceptar su oferta, pero ahora mismo no tenía muchas opciones, así que cedió y tomó su mano.

- Soy Marco – dijo estrechando la mano del tritón en señal de buena fe – y soy un humano.

- Conque humano eh. Pues mucho gusto Marco, yo soy el dueño de este bar y me llamo Nerpheluis Kradius Quinto.

- Emmm, puedo llamarte Nerph?

- Claro, ahora pasa.

Marco entró al bar junto con su anfitrión. Allí vio a varios monstruos, la gran mayoría tritones. Algunos con rasgos de pulpo, otros con rasgos de tiburón, otros de cangrejo, había una gran variedad, el resto parecían monstruos del pantano. Todos estos lo miraron, se sintió intimidado por la situación.

- Tranquilos chicos, él está conmigo – dijo Nerph para calmar a los clientes.

- Ahhh! – respondieron todos al unísono con alegría.

- Saluden a Marco.

- Hola Marco!!! – dijeron todos.

- Je je, hola chicos – saludó Marco nervioso.

- Hey chico, que estabas haciendo ahí fuera? te ves cansado – dijo un tritón morsa.

Este tenía la cara de una morsa y un cuerpo enorme, este estaba sentado en una mesa junto a otros dos tritones más, un tritón tiburón y un tritón pulpo

- Acaso tuviste una pelea?

- Emmm, algo así – respondió.

- Y ganaste?

- La verdad es que no – dijo cabizbajo

- Al menos no parece que hayas sido apaleado, ven siéntate.

Marco estaba dudoso de aceptar la invitación del extraño. Nerph le dio un pequeño empujón de para que vaya con ellos. Se fue aún con dudas, pero decidió sentarse. Junto al tritón.

- Mucho gusto, soy Lanus, y ellos son Rampelius (tritón tiburón) y Ted (tritón pulpo) – dijo el tritón presentándose y presentado a sus amigos.

- Q-Qué tal? Yo soy Marco – dijo saludando con la mano un poco nervioso. Estos le devolvieron el saludo.

- Dime Marco, con quien estabas peleando?

- Pues... con una tal Hekapoo, - dijo en un tono medio bajo.

Al decir esto último todos los monstruos del bar se giraron a verlo. Este se sintió más intimidado que antes.

- Jaja, que buen chiste chico, dudo mucho que ella pelease con alguien como tú.

- Acaso saben quién es ella?

- Que si sabemos quién es? – dijo Ted levantándose de su silla. Este comenzó a entonar su voz y dijo cantando – Eeeeeeeella es la gran forjadora...

- Espera, vas a cantar?

- Ejem, sí. Soy un tritón cantarín.

- Nadie quiere escucharte cantar, Ted – dijo Lanus para quitarle la ilusión.

- Oh, nadie quiere escucharme cantar – dijo Ted cabizbajo.

- Es lo que acabo de decir.

Ted volvió sentarse y siguió tomando su bebida.

Lanus volvió a dirigir su atención hacia Marco.

- Si la conocemos. Ella es la forjadora de las tijeras dimensionales. Son uno de los grandes artefactos mágicos de Mewni, da igual quien o que seas, si demuestras ser merecedor, ella te forjará unas.

- Si, lo sé, eso fue lo que me dijo.

- También es parte de la Alta Comisión de Magia.

- Bien... eso no lo sabía, que es la Alta Comisión de Magia? – preguntó confundido.

- Son un grupo de individuos que se encarga te mantener en contacto la magia con lo mewmanos. Esta comisión está compuesta por 5 miembros. De estos 5, Hekapoo es la que tiene más carácter y rectitud.

- Wow – dijo marco con los ojos bien abiertos – parece que he dado con alguien difícil de tratar. Pero como es que sabes todo eso? No pareces el tipo de persona que conozca estas cosas, es decir, esta villa está en un bosque.

- Eso no tiene importancia, cuando pasan cosas gordas uno acaba enterándose. Además, yo no sé todo esto por ser alguien culto, todo esto lo sé porque he vivido muchos años.

- Qué edad tiene?

- Mucha.

Ambos se quedaron mirándose sin decir nada durante unos segundos.

- En fin niño, por todo lo anteriormente dicho es por lo que no creo que Hekapoo tenga necesidad de pelar contigo.

- Pero eso verdad, mira – Marco se giró para mostrarle su nuca al Lanus. Esta mostraba una marca de quemadura en forma de mano.

- Que te paso ahí chico? – dijo el monstruo sorprendido ante lo que vio.

- Fue Hekapoo, mientras que yo intente dale algunos golpes ella solo me daba una cachetada en la nuca. Y no logre siquiera tocarla... - dijo apenado por no ser lo suficientemente bueno como para atrapar a Hekapoo.

- Dios santo, así que realmente has peleado con ella.

- Bueno... a decir verdad no es una pelea, más bien es un juego.

- Ahora sí que no te estoy siguiendo chico.

- Ella tiene algo que yo quiero. Me dijo que si conseguía apagar la llama de su cabeza me lo daría... bueno, su llama y las de los clones que ella hizo.

- Cuantos clones.

- Decenas de ellos.

Lanus miro a Marco de forma inexpresiva durante un momento. Le parecía que Marco había pasado por algo un tanto desalentador, y no quería desanimarlo más, pero...

- Chico, no me gustaría estar en tus zapatos. Y eso que no llevo zapatos.

- Deja al pobre que tome un respiro, no ves que ha pasado por un mal día. – dijo Nerph. Este traía un plato de comida y un trozo de pan – ten come algo debes estar hambriento.

- A decir verdad yo... - *rggrrhh* - aceptaré tu comida con gusto.

Cuando tuvo el plato delante suyo lo miro detenidamente. Veía lo que parecía ser agua y algunas... algas?

- Disculpa Nerph, que es esto? – dijo desconcertado.

- Sopa de algas, es una de mis especialidades.

- Oh, muchas gracias.

- Que tengas buen apetito.

Probo un poco de la sopa... arrugo un poco la cara. No estaba mal, pero la sentía un poco amarga, aun así pensó que era mejor que nada, necesitaba comer.

- Que tal está? – preguntó Nerph.

- Está buena – respondió intentando dar una sonrisa creíble.

- Come cuanto quieras, hay mucho más en la cocina. Ah, y si quieres puedes quedarte a dormir aquí, tengo un cuarto de invitados.

- Muchas gracias Nerph, de verdad. No sé cómo pagártelo.

- Bueno, podrías ayudarme a pescar mañana, necesito pescado para hacer la comida.

- Ustedes comen pescado?

- Mis clientes sí, yo no porque soy vegetariano.

- Pero... ustedes también son peces. Eso no sería canibalismo?

- Si pero realmente no nos importa – dijo Rampelius dando opinión y hablando por primera vez desde que Marco se sentó con ellos – Entre los tirones el canibalismo es algo muy común. De hecho me comí a mi primo hace dos meses, me había robado la novia.

- Wow eso es... peculiar – respondió Marco un poco incómodo.

- Acaso los humanos no se comen entre ellos?

- Que? No – dijo Marco con firmeza.

- Pues que suerte tienen. Aquí cuando alguien se acerca a un bebe y le dice a su madre que el niño esta para comérselo la madre no sabe si sentirse alagada o preocupada.

Hubo un silencio incómodo.

- En cualquier caso... yo no sé pescar Nerph – dijo intentando dejar el tema de lado.

- No importa, yo te enseñare – le dijo con una sonrisa.

- De acuerdo, haré lo mejor que pueda – dijo devolviéndole la sonrisa.

Bueno, pensó Marco. Mañana será otro día.

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