Compañeros
Al entrar al restaurante Andrés insistió en presentarme a alguna de sus compañeras allí presente.
—Hola chicas, ella es Marcela, una vieja compañera del colegio.-me presenta de una manera cálida.
—Hola. —extendiendo su mano dijo una chica de pelo negro-soy Jessica, trabajo como secretaria para Andrés, vamos chica, adelante siéntate. —me invito levantándose de su asiento viendo de pies a cabeza, me dio la impresión de ser una buena persona, además del gran trasero que tiene, no puedo creer que Andrés trabaje con alguien así sin desviar su atención.
—Y ella es Rebeca, estudiábamos juntos en la facultad.
—Hola, soy Marcela.
—Si lo escuché cuando te presentaron. —Soltó la chica de pelo rojizo Rebeca dejando mi mano tendida en el aire sin ninguna respuesta, lo que me hizo sentir un poco incomoda y no bienvenida.
No pude mover mi mirada de aquella chica Rebeca, su forma de vestir y actuar son tan elegantes, además era obvio que le molestaba el hecho de que estaba sentada allí junto a Andrés.
—¿Estás bien? —me pregunta mi ex compañero ya mas cercano colocando su mano sobre mi pierna.
—Si me gustaría algo de tomar.
—Apenas son las 12 del día. —interrumpe Jessica viendo a Rebeca.
—Creo que yo también tomaré uno. —dice Andrés llamando a un camarero.
—Lindo jean, y con ese cuerpo que tienes.-intento hacer conversación con Jessica quien parece ser la mas flexible de las dos chicas junto a mi,
—Gracias, te diría dónde los puedes conseguir pero creo que...
—¿Qué te parecen si salimos a cenar? —pregunta Andrés interrumpiendo a Jessica, lo que hizo que Rebeca levantará su mirada de su computador, cerrándola, echándose hacia adelante.
—¿A cenar has dicho?-dice Rebeca entrelazando sus manos sobre la computadora.
—Si así es, ¿algún problema? —replica Andrés colocando su brazo alrededor de mi cuello.
—No sé si lo has olvidado pero supone que me ayudarías con los preparativos de la fiesta.-Rebeca le llama la atención lo que me hace ver que ambos son más cercanos de lo que creí.
—Jessica te ayudará con eso, hacen un gran equipo además de solo chismear acerca de lo que hago o no hago.—Él se levanta— vamos Cela.
—No pretenderás dejarme sola con todo el trabajo que ya llevo encima.-reclama la pelirroja levanto su voz.
—¿Quien dice que no? Creo que justo para eso soy el jefe.
—Está es tu fiesta deberías estar un poco más preocupado. —comentó Rebeca.
—Sé que lo harán grandioso, confío en ustedes chicas-se despide Andrés tomando mi mano y empezando a alejarse de aquella dos.
—Creí que habías dicho que era la fiesta de un amigo.—comento.
—Lo es. Esta clase de actividades las suele recomendar Jessica para que el personal de la empresa se relaje y mantener un buen contacto con los demás accionistas pero la verdad a mi no me interesa por eso te dije que no nos quedaremos mucho tiempo.
—Ya veo, pero tú puedes hacer lo que quieras para eso eres el jefe.
—¿Incluso contigo?-lo veo ponerse serio- Solo bromeo, ahora vamos, sube a mi espalda.
—¿Me estás pidiendo que te use como mi silla de montar?-digo subiendo a su espalda.
—Conozco un buen restaurante, está a algunas calles.
—Me gustarían algunos tacos mexicanos o tal vez un poco de comida china.
—Los tacos me parecen bien, los podemos pedir para llevar e ir a mi apartamento.
Me alegre de que él lo ofreciera ya que tenia la misma intención pero me apenaba tener que tomar el primer paso.
/.../
Al llegar al apartamento de Andrés fue mucho más de lo que creí, las altas paredes blancas y la hermosa decoración no es algo que puedas ver todos los días.
—Iré a tomarme una ducha, he sudado un poco ¿te gustaría acompañarme?-me deja saber el chico con las bolsas de comida en mano.
—No estoy bien así, además el hambre me gana.
—De acuerdo, planeaba que comiéramos juntos pero si quieres te puedes adelantar.
Le tomé la palabra y me apresuré a tomar un taco de la bolsa, empezando a caminar por la gran sala viendo algunos cuadros y fotografías familiares mientras mordía el taco y sin darme cuenta noté que había dejado caer algo de salsa para tacos sobre el gran sofá blanco, el mismo sofá donde fue tomada la fotografía familiar que acaba de ver. Me apure en ir por algo de agua y un pañuelo para tratar de removerla sin que quedará alguna mancha antes de que Andrés volviera de la ducha.
—¿Qué estás haciendo?
Me doy la vuelta y veo a Rebeca parada frente a mí.
—Andrés y yo decidimos venir a cenar acá.-Intento cubrir la macha.
—¿Y dónde está él? —Pregunta la pelirroja caminando dentro del apartamento.
—Tomando una ducha, de hecho ya iba de regreso ¿Te puedo ayudar en algo? ¿O prefieres que le avise que estás aquí?
—No gracias, lo esperaré.—me dijo Rebeca tirando su cartera en el sofá. —¿Has sido tú? —Pregunta viendo la marcha en el sofá.
—Si la derramé sin querer, estaba intentado sacarla pero...
—¿Con eso? ¿A caso sabes o tienes una idea de cuánto cuesta este sofá?
—Creo que no perdemos nada con intentar, además solo habían sido unas gotas si no hubieras puesto tu cartera allí no tendríamos que estar discutiendo esto.
—¿Me estás culpando de algo?
—Solo digo que...
—Esos tacos huelen bien. —escucho la voz de Andrés acercarse y apareciendo solo con una toalla amarrada a su cadera. —¡Rebeca! ¿Qué haces aquí? ¿Creí que ya habíamos hablado?
—Solo vine a confirmar que estés bien.-dice la chica levantando su bolso.
—Si lo estoy. No escuché que nadie llamará al timbre. ¿Cómo hiciste para entrar?-cuestiona Andrés tomando un taco de la bolsa.
—Jessica me presto sus llaves de la oficina.
—Cela en la cocina hay jugo, ¿podrías ir por el?-me indica Andrés mordiendo un taco después de escuchar lo que dijo Rebeca lo que parece no gustarle.
Sin querer alejarme del sofá y que él viera la mancha que había hecho deje el pañuelo sobre ella y me aleje escondiéndome tras una pared y poder escuchar su conversación.
—¿Desde cuando has tenido acceso a mi apartamento Rebeca? —pregunta Andrés mostrando incomodidad.
—Unas semanas, a veces olvidas papeles y Jessica tiene mucho trabajo y me pide que venga y los recoja.-contesta la chica intentando acercarse a él.
—No soy una mascota que necesite de cuidado constante. —dice Andrés terminando de acercarse a ella quedando a centímetros de su rostro—Dame las llaves por favor y supongo que con tener esta conversación una sola vez es suficiente ¿no?
—Estás dejando a todos de lado por una tipa que no tardará en desaparecer de tu vida Andrés.
—Después de todo este tiempo conociéndome deberías saber que me inclinó ante una mujer que sabe lo que quiere.—replica él caminado en dirección a la puerta.
—Te vas arrepentir de esto, esa mujer solo te hará daño y no siempre las personas se quedarán a tu alrededor esperando ser vistas o valoradas por ti.
—Lo enfrentaré, buenas noches.
Al cerrar la puerta lo vi regresar al sofá y levantar la toalla de sobre la mancha. Si hubiera sido por la interrupción de aquella chica habría podido removerla o al menos no hubiese quedado tan mal.
—¿Qué estás haciendo? Espiar puede ser de mal gusto.
—Lo lamento. La verdad estaba esperando que se movieran al despacho para ir a limpiar el sofá, le cayó un poco de salsa para tacos.
—¿Te refieres al gran sofá blanco que trajo mi madre de Italia y aparece en casi todas las fotografías familiares y fue su primer regalo al mudarme solo?
—Lo siento, te pagaré por el.
—No te preocupes por eso. —comenta con una pequeña sonrisa. — de todos modos estaba pensando en cambiar la decoración.
—Siempre me salvas, es hora de irme, tengo que arreglar lo usaré mañana y además aún debo terminar con algunos documentos.
—¿En serio planeas irte ahora? ¿me vas a dejar así? —me pregunta señalando con ambas manos su hombría.
—Has dicho que no es necesario que te page.—digo sonriendo y alejándome.
—Estás jugando, ¿no?—lo escucho vocear.
Me da curiosidad saber realmente cual es la relación entre Rebeca y Andrés pero no me quiero entrometer y crea algo que no es, lo último que quiero es que se haga una idea errónea acerca de esto.
Al llegar a casa sabia que no tenia nada bueno que usar, y no podía dejar de pensar en que usarían esas dos, revise mi armario y me encontré con aquel vestido rojo que use la vez que acepte la invitación del chico de ojos cafés. En ese momento busqué mi libro de respuestas y pensé a que se refería Víctor al decir que viviría mis respuestas conmigo, tal vez lo haría desde el más allá como un ángel de la guardia, el sentimiento que se crea en mi cada vez que sostengo este libro o llega a mi algún recuerdo estando en la heladería es tan nostálgico.
Llegue a la conclusión de que mi única opción era Clari, mi hermana menor, para ayudarme a conseguir que vestir en la fiesta de mañana.
— Necesitaré de tú ayuda, es Andrés. —le hago una llamada.
—¿Tú viejo compañero de la escuela?
—Si, nos volvimos a reencontrar y arreglado.
¿Tendrás algo que pueda usar?
—¿Aún sigues teniendo las mismas tallas?
—Si así es. —me levanto y miro en el espejo—¿Tienes algo que puedas traerme? Estaré en el trabajo así que podrías por favor entrar y tenderlo sobre la cama.
—Como siempre trabajas demasiado siempre te lo he dicho, nunca has traído un hombre a casa, y además me haces cuestionarme si alguna vez has visto un hombre desnudo y los de las telenovelas no cuentan. Espero Andrés no siga siendo aquel bobo de antes.
Créeme que no lo es.
—Te dejaré las llaves escondidas entre las flores de afuera y lo que vayas a traer lo puedes dejar encima de la cama, además escuché que durante el colegio tu y el eran muy cercanos.
—Ni creas que me meterás en eso—me cuelga.
Tiro mi teléfono a un lado de la cama y me acuesto justo al lado del vestido rojo que había dejado tendido sobre la cama.
Al llegar a casa al día siguiente el día se había ido muy rápido. Llegue a casa y entre directo a la habitación ansiosa por ver lo que Clari me había dejado. Veo dos vestidos tendidos más el que había dejado en una esquina de la cama doblado con una nota encima.
Me alegra que lo hayas usado, por favor esta noche se una perra y ten mucho sexo".
Me hizo feliz ver su nota tan directa como siempre, devolviendo la atención a los vestidos, levante el rojo vino de escote y ajustado, Cari ama el rojo, y el otro de color crema de espalda totalmente descubierta y al lado de cada uno de ellos se encontraba una caja.
Mientras me terminaba de arreglar escuche como llamaban a mi puerta, seguir seria Clari para asegurarse que usara alguno de los vestidos y estuviera bien arreglada.
—¿Qué haces aquí Andrés? —digo abriendo la puerta viendo Andrés bien arreglado frente a ella.
—Ya que no tuvimos un baile de graduación creí que sería lo justo venir a buscarte, además no sabes dónde será la fiesta.
—¿Qué pasó con tu apartamento?
—¿De verdad crees que llevaría a un montón de gente aburrida a mi pequeño rincón? Valoro mi privacidad.
—Entiendo, por favor dame un momento.
Andrés luce tan bien, no entiendo cuando empezó a verse así, ese pantalón negro que lleva con la camisa por dentro el quedan tan bien.
—Luces grandiosa ¿sabes?
—Gracias, tú también.
Al subir al auto Andrés tomo mi mano y la sostuvo durante todo el viaje de camino a la fiesta.
Al llegar al lugar de la fiesta lo primero que vi al entrar en ella fue Jessica con un largo vestido blanco recibiendo a los invitados.
—Buenas noches bienvenidos.—nos da la bienvenida cordialmente.
—Buenas noches, aparentemente todo va bien.—comenta Andrés.
—Así es, y me gustaría que se mantuviera así hasta acabar, por cierto el señor Rusbell estaba preguntando por ti.
—Gracias, en un momento iré a verlo ¿Cela te gustaría algo para tomar?
—Si.
—Me esperas aquí, iré por unos tragos. —dice y se aleja dejándome junto a Jessica.
—Lindo vestido.—intento hacer conversación.
—Gracias, el tuyo también te queda muy bien. ¿podrías ayudar con los tragos? Los podrás encontrar en el pasillo a la izquierda, no hay forma de que puedes perderte.
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