Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Marcela

Sentía como sus manos tibias se adentraban debajo del polo, sus labios contra los míos como no lo había sentido nunca, mi cuerpo tenia voluntad propia mientras mis pensamientos empezaban a dejar de tener sentido.

Percibía su respiración sobre mi cuello mientras dejaba sus besos alrededor de el, apreté sus brazos contra mi. Cuando en un solo instante empecé a sentir mi pecho desnudo rozar con el suyo.

Se detuvo.

—Ya es hora de que te vayas, arréglate, cuando vuelvas espero estés lista para terminar de ayudarme. —Me da la espalda dejándome sola en la sala, la cuál ahora parece más grande que cuando entre.

Mis sentidos regresaban a mi, mientras me preguntaba que había pasado. Dejé todo mi cuerpo caer sobre la mesa en lo que me cuestioné porque me beso de esa manera.

¿O yo fui quien lo hizo?

Quizás piensa que soy una lanzada, mi sangre caliente no me dejo pensar. Además él y su juego de palabras me cofunden.

Me levante de la mesa arreglándome el polo, ubicando mi mirada sobre el pasillo por el cual se había desaparecido Víctor, esperando que este regresara. Ordené las hojas que estaban regadas sobre el suelo y coloque sobre el computador, todo allí estaba tan ordenado que me molestaba la idea de que yo haya causado algo de desorden allí.

Al ver que Víctor no regresaba y yo ya debía de irme, decidí volver a la habitación por mi ropa, y ver que se encontraba haciendo él allí después de dejarme en medio de su apartamento.

Aquel chico me causa tanta curiosidad, todo respeto a él es tan intrigante, ya sé que no le conozco muy bien pero aún así cuando estoy cerca a él siento que todo sentido cambia, es como si la luz se volviera oscuridad y la oscuridad se volviera luz.

Al entrar en la habitación veo mi ropa tendida sobre la cama, sin señal de aquel chico.

Me dispuse a tomar mi sudada blusa y retirarme el polo verde que llevaba puesto. Iniciando a colocarme el pantalón desgastado que suelo usar para trabajar los jueves siento como mis manos son tomadas y colocadas tras mi espalda.

—¿Qué haces?

—Solo quería ver como gritabas.

—¿Y que esperas hacer con eso?—Intento sacar su agarre.

—Quédate quieta o arruinarás la cola que te he hecho.

—¿Qué me haces? detente—Siento como ata mis manos.

—Te dije que ya era hora de que te fueras y si lo hacías entendería, pero si decidías entrar aquí es porque tú lo entendías.

—¿De qué hablas?

—Ya lo verás.

—No entiendo de qué hablas, desapareciste por el pasillo pero no te vi al entrar, además solo he venido porque es donde se encuentra mi ropa y vine por ella para irme.

—Llevabas ropa puesta, ¿qué te impedía retirarte con ella?

Juega conmigo, ¿por qué juega conmigo?

—No me digas que pretendes que me vaya a mi casa solo con tu camiseta y bermuda, ¿o si?

—Eso es más que suficiente, ademas el asunto aquí es que te sientes atraída a estar aquí. ¿qué buscas pequeña mariposa?

—No busco nada ahora déjame ir.

No sé porque razón pero mi cuerpo empieza a sentirse extraño, empecé a disfrutar de aquel juego retorcido que Víctor había planeado y inicié a desear que volviera a colocar sus labios sobre mi.

—¿Cuando empezó este juego?

No recibo respuesta.

—Me aprietas demasiado las muñecas, suéltame—Intento zafarme—Ya me quiero ir, nunca te dije que quería esto, déjame ir.

Mientras más le pedía que me dejase el deseo en mi de ser tomada por Víctor crecía cada vez más.

—Tienes unos lindos ojos Marcela.

Se acerca a mi apretando la cola que me había hecho en el cabello cuando estuvimos en la sala.

Acaricia mi mejilla, agarrando mi cintura y jalándome hacia él. Nuestras miradas se encontraron mientras sentían el calor de su pecho desnudos junto al mío.

Me dio un apretón de nalgas, lo cual me gusto pero traté de no demostrarle que lo que hacia me empezaba a gustar. Bajo su mano suavemente sobre mi blusa acariciando mis senos.

—Debes parar.—Confesé con pocas ganas.

Lo vi sonreír mientras disfrutaba de tenerme así.

—Estabas pidiendo irte, si aún lo deseas este es el momento.—Empieza a soltar la cuerda en mis muñecas.

A lo que guardé silencio.

Me preguntaba si este era un error que quería cometer mientras su mirada sobre mí me hacían adicta al color de sus ojos.

Esa mirada sobre mi podía hacerme sentir que la piel se me quemaba.

Lo veo agacharse y tomar el resto de mis cosas ofreciéndomelas con esa sonrisa satisfactoria plasmada en su rostro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro