1 (Finalizada)
Bueno, comenzamos.
Voy a iniciar con dos opciones bastante distintas entre sí. Una, siempre la he querido escribir y la otra, me resulta difícil de imaginar. Ustedes sabrán cuál es cuál... y verán si quieren torturarme o no.
¿Merodeadores en luna llena o Wolfstar?
Pueden votar desde el 18 de Diciembre hasta el 24 de Diciembre de 2017.
...
Feliz Navidad. Espero que hayan tenido una hermosa celebración con su familia y/o amigos y que hayan obtenido lo que deseaban, sea material o espiritual.
Mi regalo de Navidad de este año, de acuerdo a los votos, es un fanfic de Wolfstar... 😏 Y lo titularé:
Amor imprevisto
Cuando su amigo Sirius había declarado que dejaría de pensar en chicas por un rato, luego de su quinto fracaso amoroso en sólo seis meses, James pensó que sería algo pasajero. Después de todo, Sirius había asegurado que esperaría a la indicada varias veces, volviendo a las andadas una semana después. Y ya era casi un chiste interno: "Te lo regalo el día que Sirius esté soltero", "Más que las novias de Sirius", "Más rápido que Sirius", eran algunas de las frases que ocupaba James para molestarle.
Y es que él estaba seguro de que Sirius no podría controlar su gusto por las chicas.
Sin embargo, lo conocía como la palma de su mano, o eso pensaba. Y por eso, al llegar el sexto año, comenzó a notar esas extrañas actitudes.
Sirius protegiendo a Remus era cosa de toda la vida, por lo menos desde que estaban en Hogwarts. Bastaba que alguien mencionara algún defecto de Lupin para que Sirius saltara en su defensa. Era el primero en dirigir las ofensivas hacia las personas, fueran de la casa que fueran, que se atrevieran a insultar a Remus. No eran muchas, eso es cierto, pero siempre hay alguien a quien no le agradas, ¿verdad?
Pues bien, las actitudes que al principio James justificaba como las de un buen amigo se tornaban más extrañas con el paso del tiempo.
James comenzó a notarlo cuando Sirius comenzó a ir a la biblioteca sin razón alguna. Antes, cuando Remus quería estudiar, el único que se sumaba era Peter (probablemente queriendo pillar un aprobado en sus exámenes); pero ahora, Sirius iba sin que nadie le rogara. No estudiaba, James había podido conprobarlo: se dedicaba a molestar a Remus con ruidos, lanzarle papelitos y quejarse sonoramente de lo aburrido que era estar allí. Pero no se iba. Aunque James sugiriera planes mucho más divertidos.
Sirius riéndose de un chiste que había hecho Remus sin querer fue una escena que a James le pareció extremadamente esotérica. Parecía un mundo paralelo...
Luego, un día que James no podía dormir, escuchó a Sirius bajarse de su cama e ir hacia la de Remus... para cantarle una canción de cuna...
Y no era sólo cosa de Sirius. James pudo ver que Remus le correspondía, de forma extremadamente discreta, en sus juegos y chistes. De una forma que antes no hubiera esperado de él. Era difícil ver hacia dónde desembocaría todo el asunto, pero James se propuso estar muy atento a lo que pudiera pasar. Quizás, todo era producto de su imaginación...
A mitad del año escolar, Sirius y Remus tuvieron una fuerte discusión. Quizás fue el estrés, ya que la luna llena se acercaba a pasos agigantados, pero Remus no pudo (o no quiso) calmar la situación: respondió con más fuerza y se fue del dormitorio de los chicos de sexto, muy molesto. James notó que Sirius parecía profundamente deprimido con aquello y si bien con Remus eran amigos de toda la vida, cuando él se atrevió a mencionarlo, Sirius pareció molestarse.
- Sé que somos amigos de toda la vida, James... Y eso es todo lo que podríamos ser.
James tuvo que hacer un esfuerzo para evitar una expresión de sorpresa. Sus sospechas se estaban confirmando, entonces. Se sentó junto a su amigo, que había vuelto a quedarse muy callado. Bien, era el momento de ser un buen amigo. Además, él no veía que hubiera un gran problema.
- Si te consuela, creo que Remus es mucho mejor que todas esas chicas con las que has estado- dijo.
Sirius volteó bruscamente hacia él.
-¿Qué dijiste?
- Digo... Si ustedes se casaran, yo sería el padrino de bodas, ¿cierto?- le dio una palmada en la espalda, pero su amigo se apartó.
- No sé de qué hablas.
James le pegó un codazo.
- Claro que sabes. Y me alegro por tí.
Sirius bajó la mirada, apesadumbrado.
- Me gustan las chicas- discutió, inútilmente.
- Y a mí también. No significa que no puedan gustarte los chicos también- respondió James, tranquilamente.
- No me gustan los chicos, sólo me gusta Remus- Sirius se quedó muy callado luego de declarar tamaña verdad y James sonrió, tratando de animarlo.
- Si te anima en algo, creo que a él también le gustas.
Sirius negó con la cabeza.
- En serio- insistió su amigo.
-¿De verdad?- Sirius se veía hasta tierno con esa expresión ilusionada.
- Ve a decirle. Él jamás se atrevería a confesártelo.
- Me... me da miedo... - Sirius negó con la cabeza. James nunca lo había visto así antes. - Es mi amigo, tú lo dijiste, somos amigos de toda la vida. Y... y si no funciona... y lo pierdo para siempre...
- Es Remus, ¿recuerdas? ¿Eres capaz de ser sólo su amigo toda la vida? - James no tuvo que decir más, dejó que Sirius se fuera en dirección al lago, donde Remus debía estar leyendo. No quería ser entrometido (¿más de lo que ya había sido?, pensó); pero peleó consigo mismo para no ir a espiarles. Cuando por fin se decidió a ir, los vio a lo lejos.
Sirius tenía a Remus rodeado con su brazo. Y Remus tenía la cabeza apoyada en su hombro.
Sirius nunca había tenido éxito en el amor hasta ahora mismo. Así que nadie debía temer que los merodeadores se separaran por causa de este amor imprevisto.
Ahora debía correr a decirle a Peter...
Espero que les haya gustado 😄😄😄
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