Capítulo 5
– Sobre aviso –
Cada cierto tiempo los alumnos tenían permiso de ir a Hogsmeade tal vez a tomar una cerveza de mantequilla a las tres escobas, a comprar dulces a Honeydukes o ir por artículos de broma.
El gran comedor estaba lleno apesar que era sábado a las nueve de la mañana, pero mayormente todos iban a Hogsmeade y tal vez los cuatro Slytherin serían los únicos que no asistieran.
Keira había terminado su desayuno cuando entraron unas cuantas lechuzas y comenzaron a entregar cartas o paquetes. Evan Rosier fue uno de ellos, su madre cada cierto tiempo horneaba y le mandaba galletas y algunos pasteles pequeños, aunque cuando menos lo pensaron una carta cayó en la mesa con el nombre de los cuatro chicos, Regulus la tomo y solo tuvo que mirar el sello para decirle a los chicos que salieran del gran comedor.
– Envío una carta. – Soltó Regulus. – Imagínense que hubiera sucedido si alguien nos ve.
– Hay ojos y oídos por todos lados, Regulus. – Severus miro hacia un pasillo. – No sabemos si hay alguien espiandonos mientras se resguarda en una columna o una pared.
Evan corrió hacia el pasillo y vio que se encontraba totalmente vacío.
– No hay nadie. – Dijo el, pero Severus camino y tomo la caja que le habían enviado. – ¿Para que la quieres?.
– Alguien puede tener alguna capa de invisibilidad. Es obvio que lanzaré la caja, Rosier.
– Estás loco, Snape. Agarra cualquier otra cosa pero mi caja llena de galletas y delicias culinarias de mi madre no, simplemente no. – Evan se aferró a la caja y se alejo de Severus.
Severus resoplo y saco su varita mientras lanzaba un encantamiento revelador, el cual no les mostró nada y estuvieron más tranquilos.
– Abrela. – Regulus miro a Keira y comenzó a abrir la carta.
Su contenido era breve, solo una oración contenía y solo esa fue necesaria para hacer que toda la tranquilidad que sintieron por unos instantes se fuera.
"Gran pena que hayan fallado, saben que yo no lo haré".
L.V
Keira miro a Regulus el cual miraba a Evan y a su vez miraba a Severus.
– ¿Es capaz de...
– ¿Torturarnos?. -– Evan asintió. – Es capaz.
∆∆∆
Los cuatro estaban en la habitación de Regulus mientras comían lo que mando la señora Rosier.
– Keira. – Ella volteo a ver a Evan que le había hablado. – ¿Tu tendrás que escapar de tu casa, verdad?.
– Tengo que hacerlo, solo los pongo en riesgo. – Respondió ella y después sonrió. – A lo Sirius.
Evan soltó una risa y Severus solo sonrió mientras Regulus miraba a Keira.
– Perdón. – pidió ella y el solo negó mientras mordía una galleta.
– ¿Y le dirás a tus padres?. – Preguntó Regulus.
– Si claro, llegaré con mi madre y le diré que planeo fugarme con mi novio clasista, narcisista y extremadamente purista. – Respondió Keira con sarcasmo. – No les diré nada, ellos evitarán que lo haga y estoy segura que tratarán de buscarme después.
– ¿Clasista, narcisista y purista?.
– ¿Fue lo único que te importa?.
– No, sabes que no solo que... bueno... ¿creen que la gente me vea de esa manera?.
– Claro que no, yo jamás te he visto así. – Respondió Keira mientras Severus hacia una mueca.
– Aunque alguna vez lo hayas visto de esa manera no se lo dirías. – Soltó Snape.
– ¡Severus!.
∆∆∆
Keira sentía que la movían y cuando abrió sus ojos vio nuevamente el aula de la profesora Mcgonagall, durante las noches no podía dormir pero en las clases solía quedarse dormida, Regulus la despertaba cuando notaba que los profesores comenzarían a dar vueltas por el aula.
Ella se veía cansada y lo estaba, aparte de eso estaba nerviosa y estresada ya que las vacaciones de Navidad se acercaban y sabía que tenía que irse de su casa.
No quería irse sin dar la verdadera explicación, no quería que su familia estuviera con una idea errónea sobre ella, pero así debían ser las cosas.
La campana sonó anunciando el fin de las clases y ella tomo sus cosas mientras Regulus la esperaba y salieron del aula.
Los pasillos estaban abarrotados de gente ya que el final de las clases del día había llegado y todos se dirigía. a su sala común, sin embargo la pareja comenzó a caminar hacia la biblioteca.
Cuando llegaron notaron que solo había una alumna, Lily Evans, y caminaron hacia la sección prohibida y cuando llegaron ahí ambos se detuvieron.
– Es obvio que estaría cerrada. – Dijo ella.
– La abriré y tomaré lo que necesitemos.
Ella asintió y comenzo a caminar por los pasillos mientras Regulus abría y entraba, ella sacaba libros de los estantes y luego volvía a colocarlos en su lugar. Camino hacia otro pasillo donde se encontró a Amycus Carrow, el hermano de Alecto.
– Moncier, ¿que tal?.
– Amycus, hola.
Ambos se saludaron pero ella trato de pasarle por un lado para seguir pero el la tomo del brazo pero al ver hacia atrás de ella la soltó.
Ella lo miro pero el se marchó cuando Regulus la tomo de la mano.
– ¿Nos vamos?. – Preguntó y ella asintió mientras daba una última mirada por dónde Amycus se había marchado.
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