– Hogwarts, Quidditch y fiesta –

Las vacaciones de verano habían concluido y Keira había regresado a Hogwarts a comenzar su sexto año. Se encontraba más nerviosa de lo normal aunque debía mostrarse segura ante Regulus sobre su decisión porque el ya le suplico que no lo hiciera pero debía hacerlo.

– ¡ENTRENAMIENTO MAÑANA A LAS 8 EN EL CAMPO DE QUIDDITCH!. – Vociferó Keira mientras entraba a la sala común viendo al equipo de Quidditch dispersado.

Subió a su habitación, la cuál por ser prefecta es individual, y se acosto hasta que Regulus Black entro por la puerta.

– ¿Porque nos haces entrenar tan pronto?. – Preguntó Regulus mientras se aventaba a la cama.

– Reg, ya es octubre.

Keira le dijo y Regulus volteo al calendario que tenía la chica colgado en su habitación y el sonrió con inocencia.

– El tiempo ha pasado algo rápido.

Keira sonrió y volteo a ver a su novio, no sabía las consecuencias que traería el besarlo al final de un partido de su cuarto año. Pero ahora es feliz con el y eso es todo lo que debería interesarle.

En cambio Regulus parece que se arrepiente de haberle confesado sus sentimientos, y no se arrepiente por ya no quererla, lo hace porque ya la ha expuesto en demasiado peligro pero ella está dispuesta a exponerse con tal de estar con el.

– ¿Viniste por algo hasta aquí?. – Preguntó ella al ver qué el se quedaba pensativo.

– Sabes a qué vengo. – Respondió el y ella se sentó en la cama mientras lo veía.

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Todo el equipo se encontraba exhausto, los entrenamientos de Keira Moncier eran pesados y cansados pero ella decía que cada vez debían aumentar el nivel de intensidad.

Justo ahora todos practicaban sus lanzamientos hacia los aros, Keira quería que su equipo tuviera el mismo rendimiento en todas las posiciones no quería que alguien se ausentará y la suplente del buscador no pueda tomar el de cazador o así.

– ¡No pierdas los aros de vista, Avery!. –Grito ella mientras Audrey Avery acababa la orden y la quaffle atravesará los aros.

La chica Moncier se distrajo cuando vio que James Potter entraba al campo y rápidamente paro el entrenamiento.

– ¿Que haces aquí?. – Preguntó ella mientras bajaba de su escoba.

– Eh quiero hablar con Regulus.

James sonrió y Keira volteo a dónde se encontraba Regulus y solo murmuró un gracias mientras se acercaba a el.

– ¿Que hace un león aquí?. – Llegó preguntando Steve Travers mientras el equipo lo seguía.

– Quería hablar con Reg, hidratense y descansen en lo que terminan. – Les ordenó y el equipo fue a los vestuarios mientras Keira se acercaba a Potter y Black.

– ... a las 9 en la sala de menesteres. – Dijo James y solo dio media vuelta saliendo del campo.

– ¿Que te dijo?. – Preguntó Keira.

– Le harán una fiesta a Sirius por su cumpleaños.

Keira asintió mientras Regulus se encontraba pensativo. Ambos comenzaron a caminar hacia los vestuarios donde Keira dio por finalizado el entrenamiento y todos salieron de ahí.

Keira se cambió y guardo sus cosas, mientras Regulus la espero y comenzaron a caminar con dirección al castillo. Durante el camino se encontró con algunos compañeros de Slytherin y fuera de la sala común estaba Alecto Carrow.

– Hola chicos – saludo ella mientras Keira le sonreía y Regulus nisiquiera la miro –, bueno seguiré buscando a Amycus.

Después de eso la chica se fue y Keira volteo a ver a Regulus un poco enojada.

– Podrías ser más amable no debe ser cuestión si te cae bien o no, es por simple respeto.

– No me cae bien y no quiero aparentar algo que en verdad no. – Le dijo Regulus y Keira simplemente entro a la sala común y se dirigió donde se encontraba Severus Snape y Evan Rosier, dos alumnos de séptimo año.

– Hola. – Saludo ella mientras tomaba asiento y Regulus se sentaba a un lado de ella.

– Cuñada.

– Keira.

Dijeron a la vez Evan y Severus.

– ¿Cuñada?. – Preguntó Keira mientras sonreía.

– Pronto lo serás, estoy seguro po...

– Ni siquiera le hablas – dijo Severus –, así no lograrás absolutamente nada.

– ¿Acaso sabes si ella tiene interés en alguien?. – Cuestionó Evan hacia Keira.

– No, no lo sé y no creo.

Evan solo sonrió.

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El castillo de mantenía en silencio, ya que al ser más del toque de queda todos los que se encontraban infraganti trataban de no hacer demasiado ruido, era la noche del tres de octubre, Regulus caminaba tomado de la mano de Keira con dirección a la sala de menesteres, al llegar vieron que Sirius, Lupin, Potter y Evans se encontraban afuera.

– Regulus. – Dijo Sirius.

– Feliz cumpleaños. – Dijo el mientras le entregaba una caja mientras Keira le sonreía.

– Gracias Reg.

Por un momento Regulus olvidó lo sucedido durante el verano de su cuarto año pero no fue mucho porque rápidamente los recuerdos llegaron y las pláticas con Walburga también.

– Deberían pasar e instalarse en una mesa. – Les dijo Lily mientras le sonreía y Regulus mostraba una clara muestra de repudio hacia ella.

– Muchas gracias Evans.

Keira le sonrió a la pelirroja y empujó a Regulus hacia el lugar que se encontraba lleno de estudiantes de las demás casas menos de Slytherin. En cuanto entraron todos los voltearon a ver pero Keira simplemente comenzó a caminar hacia una mesa vacía llevando con ella a el Black menor.

– Pensé que sería una fiesta más reservada. – Dijo Regulus.

– Al ser el último año de Sirius en Hogwarts creo que quería hacer algo grande.

Ambos se la pasaron observando como la gente bailaba o hacia el ridículo hasta que Keira vio que Cassandra y Lupin entraban a la fiesta.

– Veo que vino Cassandra. – Al terminar de decir eso vio la cabellera rubia inconfundible de Marlene tomada de la mano de Aleixander.

– También Harrison con Mckinnon.

Keira asintió y tomo su vaso y tomaba un sorbo el cual escupió al ver quién entro al lugar.

– No sabía que Kiara hablaba con Evans.

– Son de la misma casa supongo hablan aveces.

Después se mantuvieron en silencio, en realidad ninguno quería asistir pero Regulus pensó que sería un lindo gesto de su parte hacia su hermano.

–

No esperaba verlos aquí. — Escucharon de pronto y al voltear vieron a Kiara Moncier muy cerca de ellos.

– Bueno, Potter le mando una invitación a Regulus y como no quería venir solo lo acompañe. – Respondió Keira.

– Oh ya veo.

Los tres comenzaron una conversación sobre temas aleatorios hasta que Regulus hablo.

– Creo que iré a decirle a Sirius que ya nos retiramos. – Después se levantó de su lugar y camino donde vio a Sirius por última vez.

– ¿Y los chicos?. – Keira preguntó ya que desde que entraron no la ha visto con ellos.

– Deben estar con sus parejas, suelen invitarme a todos lados pero ya estando en el lugar me desechan por irse con ellos. – Kiara puso su cara sobre su mano y Keira comenzó a acariciar la espalda de su hermana.

– Deberías tratar de conseguir pareja, Aleix y Mckinnon llevan siete años juntos y Cass con Lupin llevan casi dos años, no te lo digo como consejo pero te la has pasado en Hogwarts rechazando a cualquiera que se atreva a invitarte a salir, atrevete a conocer a alguien que te ame y este dispuesto a estar a tu lado saliendo de estás cuatro paredes.

Y era cierto, Kiara se abstenia completamente de tratar de conocer a alguien y Keira mejor que nadie lo sabía. Ella alzó la mirada y vio que Regulus la observaba mientras señalaba la salida así que sin mas depósito un beso en la cabeza de su hermana y se levantó para ir con Regulus el cual ya la esperaba.

Cuando llegó a su lado tomo su mano y comenzaron a caminar hacia la salida, ya en el pasillo no había nadie.

– Vamos por Severus y Evan. – Dijo Keira a Regulus.

Comenzaron a bajar hasta llegar a las mazmorras dónde entraron a el aula que está más cerca a la sala común y ahí estaban Evan y Severus terminando de acomodar unas sillas.

– ¿Terminaron?. – Preguntó Regulus y Severus asintió.

– Terminábamos de acomodar para que ningún profesor notará algo raro en el aula.

Evan tomo su varita y los cuatro salieron hacia la sala común, ya estando ahí se dirigieron a la habitación de Regulus. Cuando entraron Regulus coloco un encantamiento silenciador y coloco el pestillo en la puerta.

– El partido es dentro de dos días, debemos planearlo hoy.

Los cuatro se voltearon a ver sin decir nada hasta que Keira preguntó.

– ¿Ustedes ya la tienen?. – Cuestionó ella.

Severus asintió pero Evan con su varita alzó la manga de su túnica y se logró ver una especie de tatuaje en su antebrazo.

– No me veas así, en realidad no duele.

Severus miro con reproche a Evan, porque en realidad dolía mucho y no quería que tanto Keira como Regulus estén con una idea errónea.

– ¿Por donde comenzamos?.

Eso hizo que todos tomarán lugar y comenzarán a planear lo inevitable pero era necesario.