— Medio año —

Habían pasado demasiados meses desde el asesinato de Caradoc, Keira parecía volverse de las seguidoras favoritas de Voldemort por el desempeño que comenzó a demostrar en las distintas misiones que le asignaban.

Pero todo eso se vio interrumpido porque ella estaba embarazada. No era algo que la pareja tenía planeado, simplemente sucedió y Regulus estaba feliz con la noticia.

Ambos se enteraron que Sirius y Kiara habian tenido a su primera hija y estaban felices por ello.

El mes de Junio comenzaba y gracias a la magia la mansión Malfoy mantenía una temperatura agradable. Narcissa invito a Keira que se quedará ahí al menos hasta que ambas ya hubieran tenido a sus hijos, ahí tenían siempre ayuda y Narcissa no quería que ocurriera un inconveniente y Keira se encontrará sola.

Mayormente Narcissa siempre tenía cosas que hacer para que ambas se encontrarán con la mente ocupada la mayor parte del día. Lo que Keira más disfrutaba eran los paseos por los jardines de la mansión.

Durante la noche del cuatro de Junio Narcissa empezó en labor de parto, así que Lucius consiguió rápidamente un medimago ya que no querían arriesgarse a ir a San Mungo.

Keira trato de mantenerse despierta pero Regulus le dijo que estaría bien que descansará, ya que debía dormir por su estado.

A las tres de la mañana nació el primogénito de los malfoy, Draco Malfoy, nombrado así por la constelación de Draco.

Cuando Keira fue a ver a Narcissa en la mañana, la rubia le dijo que le gustaría que el matrimonio Black fueran los padrinos de Draco y obviamente ella acepto.

Draco era simplemente adorable y Keira no podía dejar de verlo, era tan bello.

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Lord Voldemort llamo a todos sus mortifagos y en esos incluía a Keira, así que decidió reunirlos en la mansión Malfoy. Cuando el llegó todos hicieron una referencia y cuando el señor oscuro paso frente a Keira dejo una caricia en su ya vientre abultado.

— ¿Alguno sabe dónde se encuentran James y Lily Potter?. — Voldemort preguntó hacia sus seguidores, todos negaron mientras Voldemort asentía. — Necesito matarlos, debo encontrarlos y solo les ordenó que si alguien sabe el paradero de los Potter me lo informe inmediatamente.

Ordenó que todos se marcharan y Keira regreso con Narcissa, aún pensaba cuál podría ser la razón por la que el señor oscuro quería asesinar a los Potter, no debía ser solo por pertenecer a la orden ya que parecía encontrar un poco de pánico en su voz.

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Keira salió de la habitación de Narcissa cuando se quedó dormida y comenzó a caminar hacia el jardín aún el sol no se ocultaba y le apetecía caminar un poco.

Cuando estaba por cruzar la puerta del jardín se le atravesó la persona que menos quería ver.

— Pero mírate. — Fue lo único que dijo Alecto al verla.

Keira no respondió ya que no sabía con que fin decía eso. Keira trato de rodearla pero ella siguió hablando.

— Jamás comprendí que fue lo que miro en ti Regulus. Eres tan insignificante y tan poca cosa que me confundo. — Keira alzó una ceja.

— Pues algo tuvo que encontrar en mi. — Keira respondió igual de calmada que siempre.

— Yo era la candidata perfecta, yo debía casarme con el y yo debía estar embarazada. — Alecto decía mientras parecía querer llorar.

— Estás loca Alecto.

— Loca de amor. Estoy loca y quiero que Reg este conmigo debo sacar a ese bebé. — Keira la miro sin entender y comenzó a alejarse mientras Alecto tomaba un cuchillo.

— ¿Que plan... ¡NOOO.

Keira no logro terminar la pregunta porque Alecto se fue encima de ella. Trataba de no dejarla acercarla pero ella estaba en total desventaja, ya que no tenía su varita y tampoco algo para defenderse.

Cuando Alecto ya estaba a nada de encajar el cuchillo, alguien la quitó de encima. Keira suspiro y sentía querer llorar.

— Vete de aquí. — Evan le dijo a Alecto y la encamino hacia la salida. ,— Procuraré que el señor oscuro sepa de esto.

Regreso con Keira y la abrazo mientras acariciaba su panza. El chico Rosier siempre se mostró más emocionado por el embarazo que Keira o Regulus. Todos recuerdan que cuando le dijeron lanzo fuegos artificiales al cielo y no paraba de brincar.

— Si te hacía algo, la mataba aquí mismo. — Rosier acaricio la mejilla de la chica.

— Solo si hace algo, dice que está loca de amor y parecía una desquiciada, casi como Bellatrix. — Rosier asintió a lo que dijo la chica.

— Jamás se debe perder la cabeza por amor y creo que a ella le hizo falta escuchar esto.

Añadió el y después acompaño a Keira a caminar en el jardín de los Malfoy.