Capítulo 16
— Matrimonio Black —
El verano había comenzado y Walburga estaba vuelta loca por la boda de su heredero, quería que fuera la boda de la década y debía ser perfecto y espectacular, después de saber que su primogénito se había casado.
La señora Black se encargo de invitar a toda la comunidad mágica de familias sangre pura, a los mortifagos y claro está, a el mismo Voldemort.
Keira estaba mirando hacia la ventana mientras Narcissa terminaba de retocar su peinado y maquillaje. La rubia sabía que la chica no había tenido ni la opción de elegir su vestido y ella había recibido órdenes de su tía de como quería que Keira luciera ese día.
— Si te sientes un poco mejor — comenzó a decir Narcissa. — Yo tampoco tuve la opción de elegir el vestido o mi peinado, lo que hacía que la boda fuera más fácil fue que Lucius y yo nos amamos, al igual que tú y Regulus.
Keira miro a Narcissa e intento verle el lado bueno a su boda, en la cuál ella no tuvo la opción de nada. Evan y Severus entraron a la habitación, el chico Rosier se limpiaba las lágrimas mientras veía a su amiga.
— No puedo creer que se vayan a casar...
— Oh por Merlin. — Severus dijo mientras le imploraba a Salazar que Evan ya se callara.
— Parecer una muñequita. — Evan decía mientras abrazaba a la chica. Narcissa sonrió al era eso, sabía que su primo era demasiado emocional pero jamás imagino verlo llorando en la boda de sus amigos. — Eres como una hermana para mí, ¿lo sabías?.
Keira negó.
— Lo eres, se que no tenemos mucho tiempo de conocernos pero en realidad te has ganado mi corazón, quiero lo mejor para ti y Regulus así que espero que sea el padrino de su primer hijo.
— Oh cállate Evan. — Keira río.
Cuando Evan se alejo de Keira rodeo con su brazo a su prima mientras se abanicaba el rostro.
— Keira, en verdad espero que tú y Regulus sean felices. Somos amigos, así que al igual que Evan quiero lo mejor para ambos.
Keira sonrió al escuchar las palabras de Severus y más porque sabía que el chico no era de expresar sus sentimientos y en realidad lo agradecía.
∆∆∆
Regulus ya se encontraba en el gran salón dónde se llevaría a cabo la boda, sabía que Keira entraría por la puerta en cualquier momento. El se encontraba en el arco junto al encargado del ministerio que enviaron para que los casará. Todos los invitados se encontraban en su lugar cuando vio a Keira entrar, a su novia con un vestido de color blanco, tenía su cabello recogido perfectamente y su cabeza tenía un gran velo. No pudo evitar sonreír al verla entrar.
Verla de esa manera lo hacía feliz y le alegraba el día aún más el saber que se casaría con el amor de su vida, la mujer que le da felicidad, su luz en la tiniebla y su calma en la marea.
Cuando llegó a su lado ambos se dieron una sonrisa y se pararon uno a lado del otra para dar inicio con el evento nupcial.
Después de varias palabras sobre el matrimonio, responsabilidades y acuerdos de este se llegó al momento de la pregunta.
— Regulus Black, ¿Aceptas recibir a Keira Moncier como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así amarla y respetarla todos los días de tu vida?.
— Acepto.
— Keira Moncier, ¿Aceptas recibir a
Regulus Black como esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?.
— Claro.
Regulus y Keira no perdían sus ojos de vista.
— Por el poder que me confiere el ministerio de magia, los declaró marido y mujer. — Dijo mientras alzaba su varita y los invitados de ponían de pie. — Puede besar a la novia.
Regulus no espero más y tomo el rostro de Keira con sus manos para después darle un beso. Se sintió completo, ambos se sintieron de esa manera.
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