El inicio de todo
Genial, si para pendeja no se estudia. Aquí me ven corriendo como loca a la clase de informática, todo porque doña mensa confundió su hora de clases.
Pues hoy me tocaba las dos primeras horas de artes, me gusta y todo, pero hay veces en que aburre, aparte porque mi papá tuvo que ir a su trabajo a arreglar algo, y me dijo que me dejaría a la escuela cuando me tocara informática, hasta me preguntó a que hora iniciaba esa clase, y pues aquí su servidora le dijo que a las 9:30 a.m.
Cuando en realidad era a las 8:30, es la primera vez que me pasa eso —aunque siempre he sido despistada, pero esto fue el colmo—. Y pues aquí me tienen corriendo hacia el salón de informática, llegué una hora tarde...¡Una hora tarde! Y cuando ya estaba en la puerta del salón, estaba debatiendo si entrar o no...da igual. Así que entré como si nada, bueno no del todo.
—¿Por qué tan tarde? —se empezaron a escuchar risitas. Sip, adiós a pasar desapercibida.
—Silencio jóvenes. ¿Por qué llega tarde señorita? —la profesora me ve.
—Ah, porque surgió un problema y apenas acabo de llegar —respondo tratando no sonar nerviosa. Porque Dios, me moría de vergüenza.
Y gracias a ese pequeño "problema" me tocó sentarme hasta atrás, ¿qué no ven que estoy bien ciega? Todo hubiera estado tranquilo si no fuera por el chico que preguntó. Min Yoongi, mi compañero de clase. Cierto, no me he presentado.
Me llamo Malli, tengo 17 años, pronto los 18, voy en segundo de preparatoria y actualmente vivo en Corea del Sur con mi familia. Chica de tez apiñonada, cabello largo de color negro y medio ondulado, uso lentes, mido 1.70. Nos mudamos por cuestiones de trabajo de mi papá, y para adaptarnos lo mejor posible, nos metieron a clases de coreano —un leve tormento y estrés. Aunque yo me había metido desde antes.
Termina la clase de informática y voy a mi salón, salgo y me dirijo a ver a mi mejor amiga.
—Enana —le hablo y ella voltea. Le hago señas de que viniera.
—Dame razones por las cuales no te vi —se cruza de brazos.
—Si, yo también te quiero —me ve de una manera seria—. Ay, vamos Sofi, no te vas a enojar por eso, ¿o sí?
—¿Tú qué crees? —suelto un suspiro.
Ella es Sofía, mi mejor amiga. Es igual que yo, es más, se los diré en porcentajes, ella es: 25% inglés, 5% sarcasmo y 60% sus locuras. No me culpen, así es ella. Ella igual vive aquí en Corea del Sur, pero en este caso vive con su tía.
—Esta bien, ya calmada niña. ¿Me creerás si te digo que llegué una hora tarde a la clase de informática? —reí muy nerviosa.
—¿Es en serio? —me empiezo a reír por su reacción.
Creo que primero deben saber cómo estuvo ésta situación de cómo dos latinas terminaron viviendo y viniendo a la escuela aquí en Corea.
Flashback
Para empezar, ella y yo fuimos estudiantes de intercambio cuando íbamos en primero de preparatoria, o sea, hace un año. En ese momento ambas íbamos en el mismo grupo. En su momento nos quedamos a vivir con su tía mientras pasaba lo del intercambio. Cuando fue nuestro primer día, nos dimos cuenta que íbamos a estar separadas —terrible, lloremos—, pero la ventaja es que nuestros salones estaban juntos, así que podríamos estar de chismosas en el pasillo. Me dirigí a mi salón y neta estaba súper nerviosa, bueno no tanto pero si lo suficientemente para que mis manos sudaran un poco.
—Muy bien, tenemos a una alumna nueva, por favor, preséntate —indicó el profesor.
—Hola, me llamo Malli, tengo 17 años, me gusta dibujar, jugar algún deporte y leer —dije con mi coreano poco fluido.
—Bueno, por favor, siéntate a un lado del joven Min —me indicó y el mencionado levantó la mano.
Las clases pasaron normales y pues disque empecé a socializar, y con la primera que hable fue con Shin Sun. Chica de cabello corto hasta los hombros, ojos color miel y una tierna sonrisa. Daban ganas de abrazarla.
—Hola, soy Shin Sun —se presentó con mucho entusiasmo.
—Hola Sun, soy Malli —le sonreí.
—Es lindo y a la vez muy peculiar tu nombre —me halagó.
—Gracias.
—Eres suertuda al sentarte al lado de Min Yoongi.
—¿Por qué?
—Porque él es el chico más guapo del salón, y uno de los más guapos de la preparatoria.
—¿Hay más? —sentía curiosidad.
—Si —respondió emocionada.
Salimos del salón porque teníamos clase libre. Lamentablemente Sofi no tuvo esa suerte, así que Sun y yo nos dirigimos a las canchas techadas. Nos sentamos en las escaleras y empezamos a hablar, cuando vemos que un balón rodó hacia nosotras.
—¿Nos puedes pasar el balón por favor? —gritó un chico.
Levanté mi mirada, y pude ver a 6 chicos, 4 de cabello negro y dos de cabello café.
Me levanté, agarré el balón y me dirigí hacia ellos.
—¿Puedo jugar? —pregunté mientras les entregaba el balón.
—Claro —respondió uno de los pelinegros mientras sonreía.
—Soy Malli, un gusto.
—Hola, soy Jungkook —se presentó el segundo pelinegro.
—Yo soy Hoseok —se presentó el tercer pelinegro.
—Hola, soy Namjoon —aaah, tiene hoyuelos, soy fan de los hoyuelos.
—Me llamo Jin —se acercó el segundo castaño.
—Soy Jimin.
—Y yo soy Taehyung —miré al chico del principio.
—Un gusto conocerlos —les dediqué una sonrisa.
—¿De dónde eres? —preguntó Jungkook mientras empezábamos a jugar.
—De México.
—Que interesante —comentó Jin.
—¿Y viniste sola de intercambio? —miré a Jimin.
—Nop, vine con mi mejor amiga, ella también está aquí, solo que está en un salón diferente.
—Tu coreano es muy fluido —halagó Nam.
—Vaya, pues gracias. Aunque siento que no es tan fluido.
—Pero se te entiende perfectamente lo que nos dices —apoyó Jin.
—Si ese es el caso, pues gracias —le pasé el balón a Jimin.
—¿Oye? —miré a Hoseok—. Puedo decirte algo, ¿pero no te enojas?
—Adelante.
—Eres muy bonita.
—Yo opino lo mismo, me encanta tu cabello, se ve hermoso —dijo Tae.
—Ay, gracias.
La verdad nunca fui de recibir halagos, y más por parte de los hombres.
Se puede decir que empecé a hablarles a todos los de mi salón, les digo, soy sociable; pero solo en ámbitos de trabajos en equipo o para aclarar alguna materia, también cuando quiero jugar, etc.
Cabe recalcar que he hablado con todos excepto con uno, Min Yoongi. Con él solo he hablado como 3 o 5 veces, y de ahí en fuera no. Aunque llama la atención del porqué no habla, tampoco es que lo quiera obligar a hablar conmigo, pero tampoco es de que no nos dirijamos la palabra, de hecho, él es el único que me saluda y se despide de mi, de ahí en fuera nadie hace eso, pero me da igual.
Me hice amiga de los chicos y Sofi igual. De hecho nos hemos vuelto inseparables.
Fin del flashback
Y con eso más o menos resumo mi vida el año pasado, y como Sofi y yo somos excelentes estudiantes, la preparatoria de Corea del Sur nos ofreció quedarnos a vivir aquí con nuestros familiares, y nosotras tipo "que ofertón". Al principio si lo pensé por mi familia, pues aquí entre nos, no me suelo despegar de ellos. Pero por obra del destino, papá llegó con la novedad de que lo habían transferido a Corea del Sur —que conveniente—. Y con eso por fin decidí aceptar la oferta junto con Sofía. Sofi se está quedando con su tía, ya que ella tiene un hermano menor y pues sus papás querían que siguiera estudiando allá en México. Pero su tía se enteró y ella aceptó En darle alojamiento en su casa.
—Sí, pero mi error. No sé que andaba pensando que me confundí de hora —admito.
—Eres todo un caso —se ríe.
—Si, búrlate, pero hay algo que se llama karma —me cruzo de brazos.
—Mejor vamos a comer que ya me dió hambre —nos dirigimos a la cafetería.
—¿Entonces si nos vamos a la playa Hamdeok? —la miro.
—No sé, todavía tengo tareas y proyectos pendientes por hacer.
—Bueno, lo podemos dejar para un día en que ni tú ni yo tengamos tantos trabajos —aclaro.
—No estaría mal. Hay que invitar a los chicos.
—Claro, no creo que nos digan que no —pero hay que planearlo muy bien.
—Sería cuestión de reunirnos y ver cómo va a estar el plan. Por cierto, ¿me explicas un ejercicio de matemáticas? Es que no le entiendo a la maestra Min-Ji. Te entiendo más a ti que a ella —me río por su situación.
—Claro, solo dime que problema es el que no entiendes y te ayudo.
—¡Muchas gracias, eres un amor! —me da un abrazo.
—Ahora deja que coma, porque quedé con Taehyung y Jungkook buscar un peluche.
—Déjame adivinar, rompieron el peluche favorito de tu hermana.
—Mejor dicho, lo perdieron. Y ella está molesta con ellos, les aplicó la ley de hielo.
—Pobres. Y con eso de que tú hermana va en serio con no dirigirles la palabra, han de estar sufriendo.
—Ni que lo digas, pero ellos se lo buscaron. Ella claramente les dijo que no jugarán con sus cosas y es lo primero que hacen. Parecían dos niños que no se están quietos con nada —ambas nos reímos.
—¿En vacaciones piensan ir a México?
—Probablemente, si mis hermanos siguen insistiendo, yo digo que sí.
—Me avisas para pedirles permiso de que me dejen viajar con ustedes.
—Bien sabes que ellos te consideran como parte de la familia, así que no habrá problema si les dices que quieres ir —aclaro—. Es más, te apuesto a que te van a decir. Bien sabes que son un amor.
—Lo sé. ¿No me pueden adoptar? —ambas nos reímos.
—Esa es una buena pregunta. Hay que preguntarles.
—Pero les preguntas tú —la miro—. ¿Qué? Soy penosa.
—Dime algo que no sepa —me empiezo a reír.
I'm back!
Después de mil años desaparecida, he regresado. Quería desestresarme subiendo otra historia. Y ya sé, no aprendo Dios mío. En fin, es un caos mi vida de universitaria, me daría de baja jajaja, pero ya estoy más cerca de terminar mi uni que otra cosa.
Ésta será la historia que más se actualice porque es una de las que ya había publicado en mi cuenta anterior y que mandé a borradores. Solo que le ando modificando algunas. Espero la disfruten mucho, besos!!!
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