Hoy tuviste tu primer revés, y déjame decirte que no será el último, pues la vida está llena de ellos. Quizás sientas como si tu mundo se hiciera pedazos, como si cayeras de la nube en que te habían subido, y está bien sentirse así, es normal, es tu primer revés.

Mañana te levantarás sin ánimos, pues el dolor sigue presente, lo sientes brotar por cada poro de tu cuerpo, y te quema, como si te echaran agua hirviendo encima, pero es normal, tu cuerpo y tu mente han comenzado a sanar. Es un proceso doloroso, a veces te darán ganas de rendirte, pero no lo hagas, sufre el proceso, es la única manera de recuperarse, ten el valor de soportarlo todo, hasta que termine.

Los días siguientes pasan como años, no sabes qué hacer con tu vida, te sientes sin fuerzas, pero aún así lucha, lucha con todo lo que tengas para salir de ese hueco en el que has caído.

La lucha no se hará más fácil al pasar los días, ya que que el dolor vendrá a visitarte muy a menudo, pero no huyas de él, enfréntalo, abrázalo y acéptalo, es parte del proceso.

Habrán personas que te endulzarán el oído diciendo sólo lo que te gustaría escuchar, habrán otros que tratarán de herirte aún más, tratando de hundirte, aléjate de ellos. Mantente cerca de aquellos que te ofrecen su apoyo incondicional, ellos no te dirán lo que te gustaría escuchar, pero te hablarán con sinceridad y te ayudarán a plantarle cara a la realidad.

Y así, luego de tu primer revés te encontrarás a ti misma de nuevo, solo que esta vez, es una versión más fuerte, una que no se conformará con menos de lo que se merece, que verá la vida con otros ojos, que enfrentará los problemas venideros con valor, que no aceptará jamás migajas de amor. Alguien que lo dará todo pero solo a quien sea capaz de ofrecerlo todo.