Nubes oscuras se cernían sobre el cielo de Japón. Y en una parte rural del país, había una montaña llena de árboles, donde había una enorme residencia. Grandes murallas rodeaban la residencia, donde dentro se podían ver mansiones de estilo antiguo, pero que mantenían su resplandor y aura antigua y poderosa.

Sin embargo, el lugar estaba todo menos tranquilo.

Gritos se podían escuchar desde una de las mansiones en el lugar.

"¡Basta, Onee-san! ¡No es necesario ir hasta tal punto!", Yuhi grito alarmado, tratando de empujar a Kiyoko hacía atrás. 

Todos estaban rodeando a Murakami Kiyoko. El hermano de Mukihiko, sus hijos, su hermano y los hijos de este ultimo. Guardias y personas con espadas estaban mirando a la aterradora mujer con una espada en su mano.

Y Mikihiko, el padre de Kiyoko, tenía su propia espada en mano, pero una linea de sangre descendía desde su boca y uno de los orificios de su nariz. 

El rostro de Mikihiko mostraba sorpresa al ser empujado hasta tal punto, donde había recibido un golpe de su hija. El pensaba que con la visita de su hija, habrían gritos y problemas, pero nunca pensó ser atacado de esta forma.

Murakami Hizashi estaba detrás de su esposa, vigilando por cualquier ataque con su espada envainada. Y en su corazón, se estaba riendo al ver el estado de su llamado suegro.

"¡Piensas que puedes planear en contra de mi hijo! ¡Viejo perro!", Kiyoko grito enfurecida. "¡No me importa cuanto me insultes, tales palabras ya no me interesan o me importan!"

"¡Pero si tratas de ir en contra de mi hijo, solo te espera una muerte de perro!", su intención asesina inundo la sala, haciendo temblar a los mas débiles espadachines.

"Tu.... ", Mikihiko se enderezo, mirando a su hija con un ceño fruncido. Incluso con lo endurecido que era su corazón y la infelicidad que le había causado a su hija, nunca en toda su vida espero este resultado.

Sabía lo fuerte que era su hija, pero con todo su estado sin entrenar por tantos años, uno esperaría que se vuelva débil pero, ahora mismo, solo parecía ser más fuerte.

"No.... "

Mikihiko entrecerró sus ojos, pensando con cuidado.

"No es que sea débil, ella nunca mostró todo su potencial, nunca nadie la hizo luchar con toda su fuerza........ Yo......... ¿Realmente deje ir tan potencial? "

Mikihiko pensó con resignación. Si el supiera que su hija era tan fuerte como podía ver y sentir ahora, no importaba con quien se casase, ella realmente hubiera llevado al clan Abe a otro nivel. Su nivel de inteligencia, sabiduría, poder.... Todo era superior a su hermano, Yuhi.

Sin embargo, todo eso ahora era inútil, no tenía caso el pensar en todo esto ahora, donde las cosas habían llegado a tal nivel.

"¿Que paso?", la voz de Takuma llego desde atrás, donde entro lentamente, con una sonrisa en su rostro. Pero cuando vio la situación y la estudió, frunció el ceño y contorsiono sus labios en obvió disgusto.

"¡Te través a atacar al anterior jefe de clan! ¡Perra!", el grito enojado. Sin embargo, tuvo que retroceder al escuchar el grito de su guarda espaldas.

"¡Takuma-sama!", el grito de la mujer se escucho, seguido del choque del metal.

"Mide tus palabras, niño.... ", Hizashi estaba mirando con dagas hacía Takuma, como si la mujer que detuvo su espada con dos dagas fuera de poca importancia. 

Takuma tembló al recibir esa mirada de muerte, pero se recompuso rápido, sonriendo con arrogancia mientras gritaba.

"¡Tráelas! ¡Veamos si pueden seguir siendo tan arrogantes!"

Otra persona entró, trayendo consigo a Shinobu y Shiyu.

Los ojos de Hizashi y Kiyoko se abrieron por un segundo, antes de que lineas negras cubrieran sus rostros, mirando con odió hacía Takuma.

"¿Tu clan llego hasta tal punto?", pregunto Kiyoko, mirando a Mikihiki, quien fruncía el ceño hacía las mujeres inconscientes. El sabía lo que había pasado solo con mirar.

Mikihiko no le respondió a su hija, solo miro a su hermano menor, Koutarou.

Koutarou solo podía apretar sus dientes con vergüenza e ira. El camino, grandes pasos hacía su hijo y levanto la mano.

Takuma solo sonrió al ver a su padre acercarse, pero retrocedió en estado de shock. Un fuerte sonido de bofetada había llenado el lugar.

"E- ¿Eh?", Takuma murmuro, tocando su mejilla izquierda con la punta de sus dedos. Sus ojos parecían temblar en estado de shock cuando levanto lentamente la mirada hacía su padre.

"¿P- Padre?"

"¿Padre?", Koutarou pregunto ferozmente. "¡¿Todavía puedes llamarme padre, bastardo?!"

"Esta vergüenza.... ¡Nosotros del clan Abe no tomamos rehenes de forma tan cobarde!", Koutarou rugió enfurecido.

"¡Tenemos a nuestra rama marcial para enfrentar problemas de fuerza y poder físico! ¡No necesitamos rehenes!"

"Y- Yo... ", Takuma bajo la cabeza, sus ojos seguían temblando y tenía una mirada pálida. Nunca había sido abofeteado por su padre, nunca le habían gritado. Pensar que esto ocurriría, esto no estaba en sus planes.

"Levántate, Shinobu", Kiyoko hablo lentamente, mirando hacía la que consideraba su nuera.

Takuma miro hacía atrás, cuando sintió una silueta y presencia detrás de el. 

Kacha!

"¡Argh!", Takuma grito de dolor cuando sintió su mandíbula romperse por un golpe. Su mano sostenía su barbilla, mientra sangre caía de su boca, manchando sus manos.

"Puh!.... ¡Basura!", Shinobu escupió en su rostro, llena de ira y frialdad.

Sus ojos purpura oscuro, que parecían claros manantiales suaves y en calma, ahora estaban llenos de frialdad, como si fueran dos pedazos de hielo.

"¡Hmph!", ella resoplo, mirando a todos. "Pensar que este llamado clan Abe es solo basura de tercera categoría"

"¡Hehehe~!", Kiyoko se rió, entre sorprendida y feliz al escuchar esas palabras, parece que su nuera no era tan simple como pensaba.

"¿Mm?", Shiyu gimió un poco, abriendo sus ojos, confundida por las personas que veía y el lugar desconocido.

"¿¡Shinobu?!... ¡¿Que paso?!", ella se levanto con dificultad, preguntando un poco asustada.

"Tranquila.... ", Shinobu suspiro, mirando y ayudando a Shiyu con cuidado.

"Saquen a ese mocoso.... Creo que es mejor solucionar esto", Mikihiki ordeno a los guardias con espada, mirando a Takuma con enfado.

"¿Sacarlo?", Shinobu pregunto con frialdad. "El se queda, cuando Genzo venga recibirá su castigo"

"¿Genzo? ¿Como sabes que viene?", Kiyoko pregunto frunciendo el ceño.

"Subestimas demasiado a tu hijo, Kiyoko-san... Al final, si no es apaciguado, solo quedara un mar de sangre de este clan"

"¿De que estas hablan-... ", Yuhi había preguntando, pero sus palabras se quedaron atascadas en su boca cuando el rugido de un trueno se escucho seguido de una explosión.

"Parece que llego.... Solo les queda rezar a cualquier dios que crean", Shinobu sonrió con frialdad.

Todos dentro de la sala fruncieron el ceño al escuchar esas palabras.

Booom!!

Bang!

Grandes ruidos se escucharon, y lo que siguió fueron gritos llenos de furia y de dolor. Una sensación fría apareció a los alrededores, como si la temperatura hubiera bajado varios grados en un parpadeo.

"¡Argh!", un grito de dolor y lleno de resignación se escucho desde fuera.

"¡Patriarca! ¡Patriarca! ¡Un intruso acaba de llegar!", un hombre vestido con túnicas y una espada entro gritando mientras el sudor empapaba su frente y sus ojos temblaban de miedo, como si hubiera visto su pero pesadilla.

Cuando todos giraron sus cabezas hacía fuera, donde la puerta se había abierto por el hombre, pudieron ver lo que estaba pasando.

Un hombre, un solo hombre caminaba lentamente mientras guardias y artistas marciales corrían hacía el. Un aura carmesí junto con arcos de rayos purpura rodeaban a un hombre de ojos rojo sangre.

Cuando todos había saltado y estaban sobre el, un impulso aterrador lo rodeo y movió su espada.

En ese momento, el los miro y el tiempo parecía haberse detenido. Los cuerpos de los hombres que habían saltado, fueron cortados en dos mientras salían arrojados hacía atrás. La sangre parecía mantenerse flotando a su alrededor por unos segundos.

"¿Quien fue?...... ", una voz oscura y sedienta por sangre y muerte salió de el cuando abrió la boca.

"¿Quien se atrevió a tocar a mis mujeres?"