El sol se estaba escondiendo, oscureciendo la ciudad de Tokonosu. Y en una calle del barrio rojo, los cuerpo sin vida estaban tirados en el suelo, todos ellos con un pequeño agujero en sus cabezas, dejando que la sangre fluya hacía el suelo, manchandolo de rojo.

"¡No lo dejen entrar!", grito un hombre alto y musculoso, tenía la cabeza sin cabello y una gran cicatriz desde su cabeza hacía justo debajo de su ojos derecho.

"¡Maten al bastardo!", el grito, enfurecido.

Justo cuando dijo eso, una ventana se rompió y luego el tubo fluorescente que daba la luz a la habitación se apago, crujiendo al ser roto.

"¡Estén atentos!"

Los Yakuza dentro de la habitación estaban apuntando sus armas hacía todos lados, girando sus cabezas para tratar de ver cualquier movimiento.

Todo estaba en completo silencio, nada se escuchaba, incluso algún ladrido de un perro o los pasos de alguien, nada. Hasta que de repente....

Swoosh!

Un repentino movimiento y uno de ellos cayó al suelo, completamente muerto.

"¡Ahí esta!", uno de ellos grito, disparando e iluminando la habitación.

Generalmente, cuando las personas tienen miedo, solo basta una para que el resto lo siga. Este fue precisamente el caso, cuando uno de ellos disparo hacía una dirección, el resto lo siguió, inundando la habitación con los sonidos de las armas siendo disparadas y el fuego saliendo de los caños iluminando por un tiempo la habitación.

El hombre musculoso y calvo frunció el ceño, esto no estaba bien.

De hecho no lo era, sobre todo cuando dos ojos purpura aparecieron frente a el y luego....

Nada... su cuerpo cayó al suelo, sin vida y con un corte en su cuello.

Una figura sombría se veía en la habitación, moviéndose como si flotara hacía fuera. Cuando salió, camino entre los cuerpos sin vida hasta que salió del callejón.

Esta figura, era Genzo, usando la capa que Amarie le envió. Habían pasado tres días desde que salió de la finca y, había eliminado tres pandillas Yakuza contando la de ahora. Cada muerto viviente que se encontraba era eliminado, hasta el punto que todo lo que se podría considerar malo, murió en este sector de la ciudad.

"¿Oh?", Genzo levanto la cabeza, colocando su mano sobre sus cejas, mirando hacía el cielo. El cielo ahora casi oscuro por el atardecer, estaba siendo iluminado por una linea que viajaba a grandes velocidad.

"Ya las lanzaron", Genzo murmuro, viendo como la ojiva nuclear explotaba sobre el cielo.

"Maldición.... ", Genzo se rió, nunca pensó ver una explosión nuclear de gran altura. Cuando la bomba exploto, ilumino todo, como si un segundo sol hubiera aparecido.

"Supongo que ahora tengo que regresar, ellos podrían necesitar ayuda", Genzo comenzó a correr.

"Oto~... ", el se movió, escuchando como un letrero sobre el explotaba por culpa de la bomba, el se movió y continuó corriendo en dirección hacía la finca Takagi.

. . .

"¡Frenenlos! ¡No dejen que pasen por las puertas!", Souichirou grito, extendiendo su mano mientras daba ordenes. 

El portón principal estaba siendo empujado por la gran cantidad de Zombies que usaban su gran fuerza para tratar de pasar hacía la finca, y poder comer a todo lo que se movía.

"¡Todos, apunten y disparen a mi orden!", Tamako también dio ordenes, ahora ella tenía un equipo, que consistía en Kato, Kenji, el otro oficial de policía, Hirano Kohta, y finalmente Takagi Saya, quien estaba entrenando en usar armas. Otro equipo era de corto alcance, con Takashi, Rei, Saeko y las profesoras, quienes estaban más como enfermeras, aunque Kyouko tenía un conocimiento menor en tal tema.

Tamako entrecerró los ojos, a punto de dar su orden de disparar cuando vio que el portón ya no soportaba más, eso fue hasta que vio un objeto ser arrojado sobre la horda.

"¡Esperen!", ella exclamo, llamando la atención de todos.

Cuando el objeto llego frente a la Horda, se pudo ver que era una botella de vidrió con un pañuelo en la boca. Cuando la botella toco el suelo y se rompió, llamas surgieron y comenzaron a quemar a los Zombies.

"¿Una Molotov?", Hirano se pregunto, sorprendido al ver la escena.

Luego de eso, más botellas fueron lanzadas y se rompían en el suelo, creando una gran pared de fuego.

Y, justo en ese momento, una figura oculta con una capa saltó sobre la Horda, sus brazos se extendieron mientras disparaba una ronda de balas desde dos pistolas semiautomáticas. 

Con todo el ruido causado, no había necesidad de silenciadores. Grandes sonidos se escucharon hasta que aterrizo frente a la horda, girando su cuerpo mientras guardaba sus armas en su espalda, ocultas por su capa.

"¡¿Todo bien, Takagi-san?!, Genzo se giro, mostrando su rostro con una pequeña sonrisa.

Souchirou sonrió ferozmente, ahora parecía que tenían oportunidad.

"¡Rápido! ¡Eliminen a los bastardos!", El grito con todas sus fuerzas.

El sonido de las armas del equipo Tamako se escucho enseguida, y bajo la gran intensidad de disparos, los muertos vivientes fueron cayendo uno tras otro, mientras eran incinerados por las llamas de las Molotov.

Bajo la gran puntería del equipo, Souchirou, Saeko y Genzo no tenían problemas con cargar hacía delante, cortando a cada uno que se cruzara frente a ellos.

Los ojos de Genzo se volvieron rojos, pero su deseo por sangre estaba siendo retenido de forma efectiva. Sin embargo, un aura de fatalidad era expulsada de su cuerpo, como si fuera un dios de la muerte, dando castigo a todos sus enemigos.

Genzo desapareció repentinamente de su posición, moviendose de un lado a otro a grandes velocidades, usando la primera postura del aliento del trueno, pero escondiendo sus rayos. En unos segundos había eliminado a más de 15 zombies.

Los tiradores seguían disparando, eliminando poco a poco al resto, dejando el entrada llena de cuerpos podridos y, en poco tiempo, la horda había sido eliminada sin bajas.

"¡Fue un buen momento, Murakami-san!", Souchirou se acerco a Genzo, extendiendo su mano para un apretón.

Genzo acepto el gesto, asintiendo.

"En el momento que vi explotar la bomba nuclear a gran altura, me moví hacía la finca, pensé que podrían necesitar ayuda"

Souichirou lo miro asintiendo antes de hablar: "¿Que paso con la base militar?"

"Nada... vacía... se movieron hacía otro lugar, lo cual no es sorprendente"

"Pero pude encontrar un poco de información...  Hay dos operativos en el aeropuerto de Tokonosu, en la isla"

"Ya veo... ", Souichirou asintió. El se giro, mirando a todos dentro de la finca.

"¡¡Quemaremos estas cosas!!... ¡Luego de eso trataremos de arreglar y fortificar mejor la finca!"

. . .

"El se vuelve fuerte a gran velocidad", Amarie sonrió, mirando desde su pozo.

"Sin embargo, ¿Tiene que actuar tan genial siempre?... ¡Hmph!", ella resoplo, mirando como Genzo había aparecido, salvando a todos de la situación desesperada.

"Tendré que enviarlo a otro mundo, quizás pueda actuar como Maou... ¡Nah!", ella sacudió la cabeza, pensando algunas cosas.

"Amarie-sama", una figura oculta por una niebla apareció detrás de ella, inclinando su cuerpo en respeto.

"¿Que pasa ahora?", Amarie frunció el ceño.

"Una reunión.... Ellos actuaron una vez más.... "

La diosa frunció el ceño, lineas oscuras marcaron su rostro mientras miraba hacía el espació oscuro frente a ella. 

"Vete... Iré de inmediato"

La figura se volvió a inclinar antes de desaparecer como si no existiera en primer lugar.

"Mira que manipular el Karma y el destino.... ¡Incluso nosotros los dioses no estamos exentos de tal cosa!", ella suspiro con resignación, tendría que ir a otra reunión tediosa, pero esto era importante, no podían dejar que 'Ellos' sigan causando molestias en sus dominios.

"Aiss.... ", ella suspiro mientras se levantaba.

"Desde que el se fue.... Todo se convirtió en un desorden.... ¡¿Más bien, por que decidió hacer eso?!", ella gruño antes de teletransportarse hacía el templo, ahora no tenía ganas de caminar. Sin embargo, sus ojos mostraron un destello de gran tristeza y melancolía.