¡Hola querido diario! Mi nombre es John Richard Deacon, pero ahora soy conocido como oficial Deacon.
Verás, me gradué de la academia de policías y ya reparto justicia por todo Liverpool.

Según mi mamá, este diario con dibujitos de tostadas en la portada, me va a ayudar a desahogarme y escribir todo lo que pase en el trabajo. Es más, el pasado lunes atrapamos a unos vándalos que le robaron el bolso a una mujer de la tercera edad.
También me dijo que le escribiera cartas para que supiera como me va o si necesito algo.

— ¡Deacon! ¡Mueve tu trasero hacia la oficina! ¡Necesito hablar contigo! — ordenó el comisario desde su habitación —

Oh oh, ¡debo irme! Seguro me van a encargar algún trabajo importante. ¡Adiós diario!

Cerré la libreta y me levanté de mi asiento para dirigirme a donde estaba mi jefe.

¿qué será lo que me van a mandar a hacer?