Un sueño es un sueño ¿verdad? La realidad es una y nada más ¿cierto? Quien eres, ¿un Ángel o un demonio?

Una vez que ves algo que despertó interés o miedo en ti es casi imposible olvidarlo, así como cuando ves lo que no quisiste ver solo por curiosidad y ves que no debiste hacerlo, si, yo soy el más claro ejemplo de curiosidad.

Supongo que te estás preguntando qué me pasó.

Lastimosamente, no tengo aún una respuesta.

Debo confesar que estoy asustado, que estoy con la cabeza revuelta, tal vez por el golpe, no lo sé.

Estoy en la oscuridad de mi cabeza, perdido en mis pensamientos vacíos, sensaciones extrañas llenan mi cuerpo y me siento cada vez más abrumado; debería tener miedo pero no, no es miedo el que siento, es inquietud, ansiedad, una ansiedad que me parte poco a poco y me da en su mayoría una sensación... Familiar...

En algún segundo del tiempo que pudo haber pasado, todo se volvió claridad, lo que era oscuro se convirtió en un vacío de color blanco.

Definir el tiempo que pasa en tu propia cabeza es casi imposible, en especial cuando lo que sucede en nuestras propias cabezas puede llegar a ser tan irreal que hasta duele.

Mi cuerpo estaba rígido, me pregunté por qué. Claramente siempre me pregunto por qué me pasan algunas cosas, en especial porque sé que probablemente la gente me vea como un loco que ve cosas increíblemente inexistentes.

Si, todo lo que estoy narrando puede estar siendo irreal para ti si pudieras verlo. Si, todo lo que vas a leer aquí, en estas escrituras se lee, se ve, y se escucha como un cuento tan mitológico que duele y quema como una maldita daga en el pecho.

Que ejemplos tan claros ¿no?

Me ves como un estupido probablemente, pero ¿quién no lo es? Ama lo que eres porque nunca sabes cómo vas a terminar, nunca sabes si lo que ves es real o es una simple ilusión.

Intenté mover mi vista y me encontré con mis pies, tenía los mismos zapatos que acostumbro usar, mi ropa era la misma, con la diferencia de que estaba algo rasgada y en ella se podían ver rastros visibles de un líquido metálico.

Sangre.

Se me hace bastante extraño nombrar esta palabra casi todo el tiempo pero más extraño es ver que estoy sentado, recargado en una pared que no siento.

Mis brazos se sienten pesados y siento frio, por lo cuál me doy cuenta de que no tengo puesto mi saco.

Después de varios intentos puedo moverlos y al hacerlo mi vista encuentra el desgaste en estos, manchas de sangre, los huesos de estos son notables y no me sorprende porque hasta yo mismo se que me veo así.

Recuerdos de lo que pasó llegan poco a poco a mi mente y así es como empiezo a preguntarme.

¿Donde estoy? ¿Estoy consciente o esto es solo producto de mi imaginación?

Pregunta que por lo que te dije, ya me la hice o tal vez no.

Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando oigo una voz que me responde:

Son ambas cosas Michael.

Escucho una risa maquiavélica lo que me recuerda a la risa de ella, algo me dice que posiblemente la voz este relacionado con ello.

Relacionar es fundamental en esta vida, pero no me voy a desgastar dando razones sobre cosas tan obvias.

Aunque tal vez no esté relacionado con ella, porque fue la voz de un hombre, una voz joven, de un muchacho la que soltó esa risa.

Admito que me asusté, y mucho, tanto, que intenté levantarme aunque me dolía hasta el alma.

Fui rápido, tanto que el dolor vino después, mi cabeza dolía, un punzón bastante fuerte se hacía presente en la misma, al estar de pie, me maree y caí nuevamente hacia atrás.

Al caer sentado tosi y hasta eso dolía.

Intenté nuevamente ponerme de pie.

Al final lo logré y ante mi vista estaba un piso blanco, muy blanco, un piso tan blanco que no hubo problema para distinguir que había sangre allí.

Empecé a toser nuevamente y caí sobre mis brazos y mis rodillas.

Intentaba dar una razón sobre el porque me sentía tan ahogado y tosia tanto.

Observaba el piso, mi vista se volvía borrosa por algunos instantes mientras observaba las gotas de sangre que manchaban el impecable piso.

Miré al frente, no divise nada, solo era un gran vacío.

En mi cabeza empezó a parpadear una imagen oscura, negra, algo no muy claro, una imagen que se reproducía lentamente y me dejaba casi claro que hasta podía haber algo en frente de mi.

La imagen se reprodujo nuevamente y divise esa sombra una vez más antes de que desapareciera y la imagen que se reproducía pasó a ser una imagen en blanco.

Justo en ese momento sentí un frío al lado de mi cuello y giré mi cabeza hacia un lado para encontrarme con el color blanco nuevamente.

Se me hizo extraño que no hubiera nada, que todo lo que se supone que siento sea real y a la vez no lo sea.

Aunque ya no se que pensar ahora.

Me senté nuevamente y observé el charco que formó mi propia sangre (o al menos si era sangre mía ¿de quién más sería?)

Volví a sentir esa sensación y pensé que definitivamente había algo en este sitio y aunque se me hizo extraño, no me quejé, pues aunque todo me resultará extraño siempre se me había hecho familiar (wow, que bipolar, siento miedo y termino diciendo esto, que buen trabajo haces Michael)

Si, esa siempre ha sido mi naturaleza y mi realidad, una realidad bastante extraña hasta para mi.

Observé nuevamente el charco que había frente a mi y divise mi sombra, me pregunté por qué.

Por alguna extraña razón, movi mi mano y toqué la sombra. Sentí el piso frío y como la sangre mojaba mi mano.

Me distraje pensando en algo borroso que encontré en mis pensamientos, aunque tampoco alejé mi vista de la sombra. Una imagen de algo, o tal vez alguien en un sitio alto vino a mi mente, no... era alguien... ¿pero quién?... un objeto plateado... una imagen pálida... ojos color canela, avellana... azules... pero había una diferencia... Se veía... ¿mas vida? No, era...susto... no... se veía que no había muerte... pero había un rastro de algo...

Algo como la huida... Huir de algo... o alguien... ese alguien era...

Justo en ese momento mis pensamientos desaparecieron al ver cómo, mi propia sombra, se movió y empezó a tomar figura...

Fue... Tan aterrador que incluso yo, si, yo, el señor No me asusto porque todo me parece familiar casi pego un grito que hasta me daría vergüenza soltar solo por el hecho de que se, que grito como una niña.

Era una sombra, una simple sombra, con la diferencia de que esta sombra, era voluble, es decir, se movía como si fuera agua, si, precisamente agua, no bastaba con la sangre al parecer, además, me quedé procesando toooodo eso mientras me fijaba en sus rasgos físicos.

Si, además, una sombra no es voluble si se supone que es una sombra (aquí nada es obvio mi amigo, que quede claro) todo hasta podría haber sido solo mi imaginación, yo pensé que así era hasta que divise como a esta sombra, si, la sombra voluble, abrió paso a dos ojos, si, dos sombras rojizas.

Óvalos, en verdad, suena simple, pero créeme que si hubieras estado en mi lugar habrías gritado como un niño pequeño.

No bastaba con sus ojos.

Habría tolerado eso, claro, una imagen de una sombra aparentemente muda, no creo que sea tan rara.

Pero no, mientras procesaba todas esas imágenes tan extrañas y de miedo, parpadee.

Si, un error; pues al abrir mis ojos me encontré con la imagen de una aterradora sonrisa, una sonrisa de colmillos afilados, rojizos y aún así, blancos.

No lo soporté más.

Grité, si, un grito tan agudo que hasta mis oídos dolieron.

Y fuera solo eso, al ver que no bastaba con gritar como cantante de ópera desafinado, tuve que "intentar retroceder" y al final solo mi cuerpo calló sobre mis talones.

Que yo tuviera presente o que yo recordara, no había nada, ni nadie que tuviera esos rasgos físicos tan aterradores, así que asumí que no era humano.

No hay nada obvio, todo tiene una razón de ser, a pesar de que no la sepamos.

Parapadee y esta vez la sombra no cambió sino hasta el quinto parpadeo, allí su boca se movió.

Disminuyó su aterradora sonrisa pero igual seguía siendo aterrador.

Parpadee otra vez, como si de eso dependiera mi vida, tal vez haya sido porque pensaba en algo sobrehumano, alguna vez oí que la mente puede crear cosas tan extrañas y mitológicas que hasta se podría calificar como esquizofrenia.

Por algo digo que considero que estoy loco, y bastante.

Tal vez por eso parpadeaba tanto, a pesar de que podría haber sido un error.

Mientras pensaba en todo lo que había estado viendo, la sombra, como cada parpadeo cambiaba la manera y la imagen aparentemente física de aquella sombra.

No pensé en nada más, no pude procesar todo eso y me frustró y mucho.

Al parecer los sentimientos sí son detonantes bastante fuertes, pues al sentir como me enojaba, intenté cerrar mis ojos para concentrar mi enojo y así tratar de liberarlo, como acostumbro a hacer, pero al final.

No pude.

Estuve a punto de intentarlo cuando siento un agarre en mis muñecas, lo ultimo que pude ver fue el como me levantaron y me tiraron hacia atrás.

Levantarme no es tan difícil, después de todo no paso de los 50 kg.

Sentía un peso sobre mi a pesar de que solo me concentré en el dolor que se formó en mi espalda al sentir el impacto del golpe.

Mi vista se concentró en lo que tenía en frente.

Sus dientes, su mirada.

Detalle un poco cada parte de su rostro.

Era simplemente aterrador.

Lo he mencionado muchas veces así que no creo que sea necesario volver a repetirlo.

Mi mirada estaba perpleja, observaba el rojizo de sus ojos, dos cuencas rojizas, mis ojos estaban muy abiertos, dos canicas en un paisaje blanco.

Así se interpretaría la expresión de como me vería en ese momento.

No me había fijado en cómo mis brazos estaban aún sujetos a su agarre, con la diferencia de que estaban separados hacia cada lado.

No me movía.

Mi boca estaba entreabierta desde cuando inhale sin más asustado de lo que estaba.

Su sonrisa se cerró y formó una línea aún sonriente.

Duro un momento así y ladeo su cabeza.

Volvió a sonreír.

Y esta vez el trauma no se sintió hasta que sus dientes sangraron aun más y observé como aquél líquido goteo de su boca y cayó sobre mi mejilla.

Sangre helada, tremendamente helada, la sangre de un muerto.

Inhale nuevamente y pude observar nueva y detalladamente sus cuencas oculares, no vi nada hasta que parpadee, empecé a ver un color...

Color verde...

Aquella sombra ocular de color rojo se despejó, dando a conocer que su ojo izquierdo era de color verde.

Verde lima.

Y había un detalle.

Su pupila no era de color negro, era rojiza, y no era una figura incompleta como la de ella la que observaba, era una figura completa, un círculo de color rojizo, tan rojizo como la sangre.

Hay una figura completa, un color llamativo.

Hay más como ella pero entonces volvemos al mismo interrogante de antes.

¿Quien es ella?

Volver al maldito interrogante del principio es aburridor.

Aunque pensando mejor en el como podría haberme sentido en ese momento que deduje eso, podría definirse como, el susto más maldito de mi corta vida.

La sombra se acercó más a mi rostro, enfoqué aún más mi vista en sus ojos.

Y parpadee.

Los malditos ataques de ansiedad en medio de una situación así son bastante agotadores.

Las razones:

Lo que dijo la sombra.

- ¿Que pasa Michael? ¿asustado tan rápido?

Su voz era lenta, algo suave y a la vez profunda, una voz joven.

Fue muy extraño el sentir como su voz empezó a encerrarme hasta llegar a tal punto de no poder pensar en nada más, fue como si mis pensamientos hubieran sido bloqueados.

No podía pensar en nada más.

Por más que lo intentara, no podía.

- ¿en serio? ¿No recuerdas nada? Wow, en verdad soy bueno en esto.

Decir que estaba perplejo no era suficiente.

En verdad no sabía a que se refería.

- el tiempo es capaz de borrar cualquier recuerdo pero no sabia que funcionaría tan bien. Sabes, tu madre hacía lo mismo.

Odio que mencionen a tal persona por razones que no te importan.

No podía pensar en nada, pero si podía sentir.

Y volví a sentir un enojo peor que el que sentí cuando...

Allí todo se paralizó...

Pude pensar...

Y los recuerdos que volvieron a mi cabeza fueron los peores...

》Estaba en mi habitación, era un 19 de julio, tenía 14 años.

Los recuerdos de aquella época los había olvidado, ahora lo recuerdo y podría describir que era una persona algo arrogante, miedosa, no conocía la sangre solo hasta que contemplé algo bastante traumático que no mencionaré ahora.

Era prepotente, me gustaba humillar a las personas, hacer que creyeran que era superior para así romperlas en pedazos en el momento adecuado.

Lo sé, algo diferente a lo que ves ahora.

Pero eso es lo que menos importa ahora.

Estaba revisando mi teléfono, específicamente, las redes sociales.

Si, estaba navegando en la red cuando vibró un mensaje.

Era Nía, la joven que estaba molestando desde hace rato con que me amaba y un poco de cursilerías más. El mensaje era simple:

~Hola.

Pensé en no responderle, pues no me importaba lo que sucediera con ella, pero empecé a pensar que tal vez debía quedarme para ver el mensaje que iba a llegar, después de todo, ver el letrero -escribiendo...- no se ve todos los días.

~ Se que me estas ignorando y créeme que te entiendo.

~solo quiero decirte que a pesar de que te amo, quiero pedirte un favor.

~te prometo que dejarás de verme después de que me ayudes.

~te lo juro Michael.

~Solo quiero que me ayudes, es algo sencillo, hasta pienso que podrías disfrutarlo.

Esa última parte me dejó asqueado, aunque me puse a pensarlo mejor y terminé respondiéndole.

~ ¿Ah si? Entonces, dime ¿en qué te ayudo?

~Buscame en la noche, en mi casa, no van a estar mis padres.

"En conclusión ¿me está diciendo que está sola?"

~ ¿Por qué no me dices que vas a estar sola y ya? ¿Tienes miedo de que sea lo que estoy pensando?

~ Tu y yo tenemos solo 14 años, jamás será eso.

~yo la verdad no le veo inconveniente.

~y si no le ves inconveniente entonces -voy a estar sola y quiero que vengas a mi casa para que me ayudes con algo-

~ Quiero que me digas que quieres.

~ No te lo diré aún.

~Eso tendrá un costo.

~ Un costo que estoy dispuesta a pagar.

~ Ay Nía, no sabes lo que te espera :)

~ Ay Michael, no sabes lo que quiero de ti :)

Y eso fue todo, la dejé en visto y me retire a hacer lo que estaba haciendo antes.

Eran pasadas las 6 de la tarde y decidí que me iría ya.

Lo único que agregue a mi vestuario fue un saco blanco.

Nada del otro mundo.

Salí de mi casa, tranquilamente, después de todo estaba solo.

Era un domingo de verano.

Caminaba despistadamente por la acera mientras vagaba por las calles esperando que se hiciera de noche, o para ser más exactos, estaba esperando que pasaran más de las ocho de la noche.

Quería que fueran exactamente las 9 de la noche, después de todo, a esas horas pasa de todo, de absolutamente todo.

Después de vagar sin rumbo alguno durante más de 2 horas, llegué a la puerta de la casa de Nía.

Por supuesto que no había nadie, las luces de la sala estaban apagadas y solo la luz de su recámara estaba encendida.

Ante todo la decencia.

Toqué la puerta dando unos suaves golpecitos, en menos de 5 minutos observé como Nía abrió la puerta.

Llevaba su ropa corriente.

Una franela azul, unos shorts negros y unos tenis blancos.

Su cabello estaba recogido de manera sencilla, una coleta con unos cuantos mechones por fuera de su atado.

La miré a sus ojos verde claro y sonreí.

Una sonrisa nada inocente.

Ella solo me dio una mirada fría y me dio espacio para pasar.

Cerró la puerta y se dirigió hacia las escaleras, yo por supuesto la seguí, no precisamente para preguntarle por qué no saludaba.

Claramente, tenia una idea más o menos clara de que era lo que quería Nía.

Entramos a su habitación.

Ella se dirigió a la ventana rápidamente y se quedó mirando hacia afuera.

Es bastante impaciente ver como estas parado en un rincón observando como alguien que te prometió que ibas a hacer algo que te gusta está mirando hacia afuera en vez de hablarte.

A pesar de que me fastidiaba, me dediqué un momento a observar el cuarto y su decoración.

Cortinas de color lila, una cama con cubiertos de color gris, una habitación con bastante espacio y una ventana de gran tamaño.

En la mesa de noche encontré al encargado de llamarme a este lugar. Su teléfono.

Me aburro rápido de las cosas, así que decidí acelerar un poco la situación. Le pregunté:

- Y bien, ¿no me vas a decir para que me necesitabas, o más bien, para que me buscabas?

No me respondió, asi que bueno, me fastidió un poco pero al mismo tiempo me llevó a pensar que tal vez Nía no me había mentido con respecto a que haría algo que me encantaba.

Me dirigí caminando hasta donde estaba y acerqué mi rostro al suyo desde atrás y le volví a preguntar en un tono de voz más bajo:

- Ay Nía, en verdad me voy a divertir un buen rato.

Seguía sin responderme así que supuse que ya podía empezar el juego.

Así que acerqué mi brazo lentamente por su cintura y la agarré fuertemente. Con mi otro brazo dirigí mi mano a su cuello y lo levanté.

No hizo nada para defenderse, supongo que también lo disfruta, hay razones ¿no?

Acerqué mis labios a su oído y le susurre a modo de pregunta:

- ¿Por qué me ignoras Nía? ¿Acaso tienes miedo de disfrutarlo?

No habló, no dijo nada así que retrocedi poco a poco, la solté y me paré frente a ella, agarré sus brazos, los levanté y la empujé hacia atrás.

La hice caer con mi peso sobre la cama que estaba detrás de ella y aún conmigo encima, me atreví a preguntar:

- ¿Que pasó Nía? ¿Tanta prisa para nada?

Sonreí.

Ella cerró sus ojos, lo cual, resultaba tentador, había que admitir que Nia era linda, muy linda, así que no te sorprendas si ves como quiero hacer cosas bastante indecentes con ella.

Jamás pensaste que era inocente ¿verdad?

Bien, para tener 14 años tenía pensamientos de adulto, no voy a negarlo.

Aunque, ¿en verdad crees que haría algo como eso con Nía?

Yo la verdad no lo creo.

Es confuso lo sé, cambio de parecer muy rápido así que no es nada del otro mundo.

Ella abrió los ojos nuevamente y habló:

- ¿Que entendiste por "hacer lo que te gusta"?

- No lo sé, se podría interpretar de cualquier manera.

- Pues adelante, puedes hacer lo que quieras conmigo.

Eso me hizo reír.

- ¿Y que crees que haría contigo?

- No lo sé, aunque si no vas a hacer nada conmigo, perfecto, alguien más lo hará.

Era de esas personas que les gusta tomar el control y que no permiten que alguien más haga lo que ellos pueden hacer, asi que en cuanto ella se intentó levantar, la agarré más fuerte y me acerqué más a ella hasta tal punto de estar a centímetros de sus labios.

- Alto ahí Nía, jamás dije que te podías ir.

Su expresión fue algo muy de pelicula, sus ojos se abrieron a un ritmo lento hasta llegar al punto de estar muy abiertos.

Estaba asustada.

Y claro, suficiente razón tenía.

Y si, pensaba hacer algo con ella, aunque no fuera eso, de todas formas haría algo con ella.

Quité mi vista de sus ojos y pasé a sus labios, estaban entreabiertos y estaba respirando muy rápido, definitivamente estaba asustada.

Y claro que eso 《me encantaba》.

Quería que se asustará aún más aún sabiendo que eso me llevaría a recurrir a opciones de alto riesgo si ella llegaba a gritar.

Solté una de sus muñecas y dirigí mi mano hacia su abdomen.

Por supuesto que se asustó aún más ¿qué interpretar si hago eso? Nada bueno ¿verdad?

Me quedé quieto.

Observé como su expresión se suavizó de un momento a otro, lo cuál me sorprendió.

- Escucha, se que siempre serás una mentira, hasta puede que quieras que hagas esto conmigo, algo irrelevante en este momento para mí, solo quiero... Que esto se convierta en una mentira, con la que puedas recordarme...

- ¿Quieres que te diga otra mentira más verdad?

- Quiero algo justo como esto.

- Una dulce mentira que ojalá nunca hubiera contado.

- El ideal justo para perder el control.

- dime otra hermosa mentira más.

- Un toque más y detonare.

Eso fue una mezcla de frases ocultas, tal vez canciones, quien sabe.

Lo que pasó después podría ser resumido en una historia.

Que diría esto.

》Nía era una dulce joven, asustada de este grande y vasto mundo, vivió toda su vida encerrada en las paredes de su castillo, hasta que un día decidió salir y se fue al bosque, sola.
Le advirtieron que no saliera, porque hay criaturas que se esconden en la oscuridad, cuando ella intentaba despertar, algo se acercó a ella y le dijo: "Sígueme a donde quiera que vaya, arriba de las montañas, abajo en el valle, te daré lo que quieras, solo... Dejame Entrar"...
Ella pensó en correr, pero no lo hizo... el le prometió algo... "Será la historia mágica que te han contado, tendrás todo lo que sueñas y estarás a salvo bajo mi control, solo tienes que dejarme entrar"...
Ella sabía que estaba hipnotizada y aún así aceptó, el le dio todo lo que quiso, la llevó a los cielos en sensaciones y sentimientos, sabia que estaba caminando sobre hielo frío y delgado, y entonces se rompió y ahora ella por fin se despertó. Su mundo estaba en un objetivo, una vida deseada.
Él se dio cuenta de que ella despertó e intentó atraparla, entonces ella empezó a correr muy rápido y empezó a gritar "¿hay alguien ahí? Por favor vengan a buscarme" el la siguió mientras le susurraba "sigueme a donde quiera que vaya, arriba de las montañas, abajo del valle, te daré todo lo que quieras, solo déjame entrar... Será la historia mágica que te han contado, tendrás todo lo que sueñas y estarás a salvo bajo mi control" entonces ella se detuvo, se giró al recordar cual había sido sido siempre su objetivo real, aún asustada, cayó de rodillas, el le dijo "no te preocupes..."
Ella decidió terminar su historia, cerrar su libro, con un simple... "matame por favor".

<<Sígueme a donde quiera que vaya, arriba de las montañas, abajo en el valle, te daré lo que quieras, solo déjame entrar.
Será la historia mágica que te han contado, tendrás todo lo que sueñas y estarás a salvo bajo mi control...
Solo tienes que dejarme entrar...>>

Susurró sobre su cadáver ensangrentado.》

-Bienvenido de nuevo al lado oscuro de la vida Michael.

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We are Walkers.
Listen to my heart and...
Just follow the beat of my drum [ ¿? ]
Hello.

This chapter is dedicated to all the Walkers who understood the beautiful references in this chapter. Every Walker will translate this if he follows his gut:

《the blood moon is on the rise and fire burning in my eyes no, no body but me can keep me safe. Is my way, are in danger... Is my way but i don't wanna go.》

was that a preview?

Dedicatoria especial.
¿?
-DB-