Capitulo IX. ¿Why not smile?
¿Why not smile?
•☆•
¿Por qué no sonríes?
Recuerda que:
<<La vida es una reacción química que solo requiere de equilibrio>>
Priyavrat Gupta.
24 de abril/ 2004
Alejandra.
Esto es difícil.
Fue lo que pensé al observar la hoja que tenía en frente, no todos los días te encuentras con exámenes sorpresa.
Y bien, ¿qué se supone que toca hacer?
Genial, 15 preguntas, 30 minutos para resolverlas y un profesor observando de pie desde una de las mesas a cada uno de sus estudiantes, se había tomado muchas molestias según yo.
Sujetaba el lápiz en mis manos.
El impulso de temblar era algo que estaba empezando a hacerse muy difícil de controlar, y, la grandiosa idea de implementar nuevas ubicaciones no contribuía en nada, ya no podía arriesgarme a ese impulso, aunque algunas veces se había vuelto inevitable y claro, había comenzado a llamar la atención, que feo.
Estaba intentando pensar con claridad pero básicamente tenía dos opciones, o pienso y hago que paren el examen por culpa mía, o simplemente busco algo que me distraiga.
¿Qué es más "recomendable"?
Pregunta 7.
Raíz cuadrada de 16
Es fácil ¿no?
Au, mi mano, se va a romper el lápiz.
¿cuánto era?
—Tienen 5 minutos para culminar con el examen, recuerden marcar con su nombres, no se aceptan reclamos si las respuestas están escritas con lapiz.
Vamos... Solo esa... Vamos ¿cómo se hacía una raíz cuadrada?
Debajo de la pregunta habían diversas opciones de respuesta, selección múltiple después de todo, y al lado me fijé que había un recuadro en blanco que en la parte superior tenía escrito: Realiza el procedimiento en el siguiente recuadro.
Ay vamos ¿es en serio? Para qué el procedimiento, al fin y al cabo nadie va a pasar el examen.
—Se acabó el tiempo, cada uno deje su hoja boca abajo sobre el escritorio.
Bien, valió la pena.
Volteé la hoja y me cruce de brazos sin soltar el lápiz, me puse a pensar en que sería lo peor que podría pasar por haber dejado una pregunta sin responder, demasiadas preocupaciones para mi agotado cerebro. Es bastante agotador tener que preocuparse por mantener una imagen apropiada ante las personas, cierto, no es algo que me preocupe en verdad pero culminar la secundaria con una vida más o menos tranquila es uno de mis objetivos.
Y es que ¿a quien no le ha preocupado en algún momento de su vida su imagen social? Claro, todos hemos pasado por situaciones claramente, muy vergonzosas, demasiado vergonzosas, situaciones que quedan en tu cabeza por muchísimo tiempo, incluso llegas a pensar que tus compañeros van a mantener esa imagen en su cabeza al igual que tú cuando en realidad ya lo olvidarán con el paso del tiempo (menos de una semana en la mayoría de los casos)
Es difícil mantener una vida tranquila cuando entre todos se conocen.
Esa es la conclusión más obvia.
¿Por cuál situación vergonzosa has pasado esta semana?
Cualquiera podría preguntarte eso y claro, a pesar de que todos se lo toman como un juego, tú no. Tú no. Pensar en eso puede ser hasta divertido.
Sonó la campana.
Con mucho esfuerzo de mi parte logre soltar el lápiz, me levanté y salí con ánimos de dejar el salón y alejarme un poco a pensar detenidamente. Donde nadie me viera, nadie, absolutamente nadie podía verme.
Transparente ¿no te trae recuerdos esa palabra?
Preguntó esa voz burlona en mi cabeza, no era momento de detenerse a pensar en ello cuando Yo, tenía la oportunidad de comenzar a construir algo nuevo, alejado de ello, pues ya no había nada que me detuviera.
Tendrás que aparecer frente a mi si quieres que te haga caso.
Respondí en mi mente a aquella voz mientras caminaba hacia el Locker que me habían asignado, para mí, una perdida de tiempo. Para los estudiantes nuevos esto era de lo más común, recién llegados a este lugar, pero, para estudiantes como yo, acostumbrados a estar en un vaivén de maleta y cambio de salón, además de un horario acorde a nuestras necesidades, esto, es un infierno.
Y es que hasta habría sido mejor que hubieran empezado con eso a inicios de año, mira el mes, no es mucho pero bueno, para mi, esto sigue siendo una responsabilidad más. Hacerme responsable de una llave, de cualquier puesto que, vaya uno a saber de quién es en realidad, soportar infinitas clases y cortos descansos es algo a lo que nunca me voy a acostumbrar.
Inevitablemente una sonrisa se formó en mis labios cuando me detuve a pensar en como le estaría yendo a cierto personaje que no me volví a cruzar desde hace días, casi semanas.
Michael.
La última vez que lo vi fue en orientación, y eso que fue de reojo, hasta donde sé, tuvo un ataque de pánico y golpeó a una de las jóvenes que se encontraban junto a él, burlándose y amenazando con golpearlo.
La última vez no estaba así, hasta donde recuerdo se encontraba siguiendo a Esteban ¿Que le habrá hecho?
Para ser sinceros no sabía si reírme o añadir eso a mi lista de pensamientos, nunca sabía que esperar de mi hermano. Si, también me estaba siguiendo a mi pero esa, es otra historia.
Gran trauma que se llevó ¿no crees?
A veces no sabía si amar u odiar a esa voz, cierto, a veces hasta me hacía reír con sus comentarios, ahora lo único que me preocupa es que de verdad tenga algo que ver con lo que me está pasando.
Abrí el Locker y retiré la mano rápidamente, había algo filoso y pues, claro, me corté. La herida aparentemente era leve y nada de lo cual preocuparse. Llevé el dedo a mi boca para chuparlo y evitar que siguiera saliendo sangre, vaya día.
Habían pasado días, mucho tiempo, no interactuaba con casi nadie y extrañaba de cierta forma esa sensación de tener a alguien, normalmente culpaba a mi mente de escuchar ciertas voces pero decidí que había algo raro allí, extraño ¿no crees? Pues sí.
Ese mismo día lo conocí.
¿Le crees a lo que tus ojos ven o a lo que tu mente te dice que veas?
De nuevo, su voz, por reflejo giré mi rostro hacia el reloj que se encontraba en lo alto de la pared al final del pasillo. 3:50. Por alguna razón sentí que mi pecho se oprimía al ver los números. Sentía que algo iba a pasar, y no en el buen sentido. Con el pasar de las horas, al caminar siempre me giraba en algún momento porque sentía que me estaban siguiendo u observando.
Comencé a escuchar voces al llegar las 5:53 en el reloj, oía murmullos, incluso risas, el mundo a mi alrededor se estaba haciendo tan irreal con el pasar del tiempo, cada vez sentía que dejaba de oír por unos breves minutos, que después de convirtieron en horas, el tiempo comenzó a transcurrir lento, muy lento.
Sonríe.
Su voz de nuevo. Me desperté.
Me había dormido sobre el escritorio, había gente a mi alrededor, podía sentirlo, no era necesario abrir mis ojos para saberlo, podía sentir el aire helado circular sobre mi piel. Mi nombre resonaba en mis oídos y el olor a alcohol antiséptico se coló en mi nariz haciendo que girara mi rostro en otra dirección.
— Tienes que levantarte Alejandra, no te encuentras bien.
Eso ya lo sé.
Me respondí a mi misma. Podía distinguir la voz de la orientadora Lucía, su voz dulce se oía tan lejana para mí. Sentí su tacto sobre mi brazo y mi hombro. Moví mi mano aún sin abrir mis ojos, la apoyé sobre mi otra mano y a simple vista se notaba que estaba temblando, ya, de verdad que se había salido todo de control, me detuve a pensar en que era lo que había pasado en realidad, me distraje lo suficiente para sobresaltarme al sentir el frío tacto de Lucía en mi rostro.
Una imagen se abrió paso en mi mente como un lapsus que me recordó que desde luego, había algo estancado en lo más recóndito de mi mente.
Una imagen borrosa, el recordatorio de un cabello largo y rubio, el color azul oscuro acompañaba la imagen.
Nieve...
Se esfumó la imagen e intenté abrir mis ojos.
Lo conseguí, pero en vez de girarme a ver a Lucía miré hacia la puerta, estaba allí, de pie, no tengo ni idea de como llegó hasta aquí pero en sus ojos vi algo que me aterrorizó de inmediato.
A sus espaldas apareció un sujeto de cabello negro y ojos azul claro, agarró el hombro de mi hermano con gentileza y le dio un apretón sin dejar de mirarme, una sonrisa se formó en sus labios mientras me le quedaba mirando, pensamientos no deseados comenzaron a abrirse paso en mi mente y estoy segura de haber escuchado cierta voz en mi cabeza como si estuviera a mi lado.
Shhh... ¿No te trae recuerdos esto? Es increíble, que inestabilidad.
Me atreví a imaginar que tenía una conversación con aquella voz y pensé.
Y ¿qué tiene?
Increíblemente me respondió.
Que eso, de alguna retorcida manera, me emociona, y no en el buen sentido — juro que escuché una risa— no olvides tu pasado, porque puede ser el presente, te estoy observando, estoy jugando contigo.
Mi hermano estaba pálido, de seguro yo también lo estaba ¿quién no? Algo pasó, y estoy segura de que ahora sí no tengo oportunidad de escapar.
Game over Alejandra, yo gano.
Su voz irrumpió con odio mis pensamientos.
***
En estos momentos me atrevo a decir que la relación que tengo con mi hermano es de lo más hipócrita que puede existir. ¿Por qué? Porque literalmente, hace meses que no nos hablábamos aquí estoy, hablando con el.
En fin eso no importa.
Justo ahora estoy paralizada en una habitación, sentada en una silla con mis dedos entrelazados, mi hermano es un espejismo, la misma posición y estoy segura de que en su cabeza, están pasando pensamientos de verdad terribles.
Lo peor de todo, yo estaba allí, en frente de ellos cuando mi padre comenzó a relatar lo que pasaba con Lucía, quien al final le dijo que no se sentía capacitada para llevar un caso como ese.
>>Señor Datsun, soy sincera al decirle que no puedo llevar un caso como el suyo, está fuera de mis manos pero al ver que su hija está involucrada, puedo aún en mi cargo como psicologa y mi oficio de psicoterapeuta remitir este caso a psiquiatría.
>>Es su decisión señor Datsun, puede congelar los estudios de su hija o puede llevar un proceso aquí, donde le aseguro que no seré yo quien remita su proceso a otras entidades.
Las monedas tienen dos caras, conque Lucía es el sello, no me lo esperaba.
En estos momentos la única medida que Lucía tomó fue una tal "terapia de interacción" según ella y yo para ver la reacción que teníamos al estar juntos en una sola habitación, esto me trae recuerdos...
Basta, no.
¿Saben que es lo peor? Que en estos momentos quiero ir hasta donde está a interrogarlo como si fuera la persona más indicada para hacerlo, que hipocresía, nos tratamos mal y a la vez bien. También tengo una duda: ¿se supone que hay cámaras aquí?
Digo, si nos encerraron al menos que nos graben, me quiero hacer viral.
— ¿Que quieres que te diga?
De la nada rompió por completo la red de pensamientos acumulada en mi cabeza, sin embargo, parecía que me hubiera leído la mente, otro de mis inconvenientes. Puedo estar pensando en miles de cosas pero el epicentro de todas esas ideas nunca se va, es como un montón de hojas de colores regadas en una mesa, a pesar de que te gustan todas siempre hay una que te gusta más que las otras, una que capta por completo tu atención.
En este caso, esa pregunta era un camino de ingreso a toda la fuente de información que quería recolectar, mi cerebro parece una memoria USB, siempre tiene espacio para guardar archivos, pero al paso que voy, voy a terminar quemando esa USB con tanta cosa que mantengo acumulada.
De cierto modo quiero dejar de pensar, dejar de sentir esa necesidad de pensar para entenderlo todo.
>>Pensar es una trampa mortal, porque siempre hay alguien que está esperando una distracción para acercarse.
Justo ahora, quiero preguntar algo, pero de verdad... No sé que preguntar
El problema de las personas directas es que son tan directas que van directo al grano y te bloquean por completo.
Sentí su mirada sobre mí y luché contra el impulso de querer mirarlo, de desafiar su temperamento, no era el momento...
— Mírame.
Su voz de verdad que era mandona, me pregunto si en verdad es mi hermano. Porque no parece.
Sin más que decir levanté la cabeza encontrándome con su mirada, a veces me asustaba el hecho de verlo frente a frente, me recordaba a mi reflejo, debe ser por eso que no me gustan los espejos ¿no? Digo, ¿a quién le gustaría tener que verse a si mismo sin la necesidad de un espejo? A nadie, o por lo menos a mi no.
— No sé a que estás jugando pero necesito que pares.
Estoy segura de que mi expresión decía: ¿Que yo que?
Soltó un suspiro de cansancio y se agarró el puente de su nariz con su dedo índice y pulgar, cerró sus ojos como si pensara.
— Bien. Lo voy a resumir:
>> Encontraron dos cuerpos en el río y hay fotos que indicarían que fui yo, pero no fui yo ¿Quien más queda en la lista?
Apoyó el codo en su otra mano y soltó su nariz moviendo sus dedos en mi dirección con cierta sutileza, un claro: ¿no es obvio?
No fui yo, eso sí está claro, tampoco fue el, entonces ¿quién fue?
— Que te parezcas a mi no significa que puedas echarme la culpa de tus matanzas.
Bueno, no debí decir eso.
— Tampoco tienes por qué estar llamando la atención, no tienes nada, solo llamas la atención y mira, ahora estamos bajo cargo de retención de menores.
Básicamente, ya me lo dijo todo.
En primer lugar: ¿como por qué se supone que terminamos allí?
En segundo lugar: ¿yo como que culpa tengo? No es justo, no es mi culpa. No la es.
Un momento... Eso, no es bueno.
Lo sé, tardo mucho en pensar las cosas, consecuencias del paso del tiempo.
— No fue mi culpa, nunca ha sido mía.
Hablé y ni cuenta me di.
¿Que me pasa?
— Piensa... Esto en definitiva nos va a llevar a ambos al calabozo.
Hizo énfasis en la palabra "ambos"
— ¿Y es culpa mía? No, no y no.
— Escúchame — apoyó sus codos en sus rodillas — el niño que nos estuvo siguiendo de encuentra en psicoterapia, y ¿adivina quién lo mando allí?
Sonrió con malicia.
— Esto se está volviendo muy divertido ¿lo sabías? Disfruto cada día más de ver como me acerco al dulce clímax de manipular una persona.
Desvió su mirada apoyando su barbilla en su mano, había un brillo en sus ojos fascinante y a pesar de que no lo hacía podía jurar que estaba oprimiendo una sonrisa por la forma en la que juntaba sus labios tensando su mandíbula.
Yo podía estar loca pero no soy tan poco inteligente como para no saber que él está peor que yo.
Hasta donde sé tiene una psicosis que lo mantiene un tanto ido de la realidad, lo lleva a tener tendencias homicidas constantes y de vez en cuando se acuerda de que está bajo medicación.
Ahora todo se fue por una cañería.
Yo sinceramente no se que tengo, no he vuelto a verlo, lo cuál es extraño, me refiero a alguien que tu no conoces, alguien que veo a veces y que hasta donde sé, es una ilusión mía, nada más. Lo que si se es que si mi padre se encuentra aquí me esperan cosas no del todo buenas...
Iniciando por él, es un hombre que ronda los 45 años, se ve más joven de lo que es y para cualquier mujer es un buen partido el cual pueden aprovechar, hacía tiempo no tenía cierta cercanía con él, ya que normalmente yo pasaba días sola en su casa, después de todo, estaba bajo su custodia, corrección, estoy bajo su custodia aún.
Tengo que cumplir 18 años para poder salir y ser libre de cierta forma, hasta el momento, aún falta para eso.
Solté un suspiro y ciertas imágenes se cruzaron por mi mente.
Su camisa blanca, el hoyo en su pecho... Gracias... necesitaba esto...
Shhh, nunca digas mi nombre...
Aquel cuchillo... quedó botado en la habitación... su reflejo estaba pasmado en el suyo...
Aquel hombre la vio... la observó y ella supo que tenía que correr porque esa, sería su muerte...
Su cabello canoso observó con curiosidad sus ojos, y una expresión de terror cruzó su rostro, ella salió corriendo, dejando atrás las puertas de su iglesia..
Basta...
— ¿Como se llama la niña que mataste?
No me di cuenta de que se me había quedado mirando con curiosidad.
— Eso no importa Esteban, no importa ya.
— Todo importa Alejandra, no podemos dejar nada, ningún rastro.
— ¿Como esperas que no deje ningún rastro cuando yo a veces hasta me olvido de mi propio nombre?
— ¿ Encontraste alguna nota ?
— La verdad, sí, y no es nada favorable lo que encontré escrito.
— Escondiste la nota ¿cierto?
— Esta escondida con el resto, esta vez fue muy lejos.
— ¿Que hizo?
— No encuentro mis guantes y mi saco desapareció.
— ¿Eres lo suficientemente consciente como para saber que es un hombre el que manda las notas cierto?
— lo sé pero no entiendo que quiere, la mafia kale no tiene nada que cobrar conmigo, hasta donde sé...
— A veces pienso que debería hacerte lo mismo que hice con el niño, colapsó y desde luego supe que había alguien dentro de él.
— Supongo yo, tienes imágenes ¿No?
— En realidad no, aunque... —se me acercó aún más— Estoy sospechando de quien es aquel que habita dentro de ti.
— No ha vuelto a aparecer, para mi no es real, nunca lo ha sido.
— Si lo es, y puedo comprobarlo.
— ¿Como?
— La Iglesia.
— Es un pecado tener pensamientos como estos, la iglesia jamás perdonaría que alguien como tú y yo haya hecho un pacto con un espíritu, un ser no muerto.
— Un demonio.
Sonrió ladinamente.
— Entonces si no fuimos ni tu ni yo entonces ya hay algo que investigar, es un conclusión básica.
— puedo apostar que la persona que está detrás de todo esto, va a quitar la cortina que nos cubre, y créeme que, serás tu quien va a llamar la atención.
— ¿Por qué?
— Intuición.
— Vamos a tener que hablar con él ¿no?
— Ya se dieron cuenta de todo lo que hemos hecho y de nuestros problemas, no van a descansar hasta comprobar que tienen todo el derecho a cortar nuestras cabezas y a colgarlas en las puertas de la iglesia, eso, como muestra de que los demonios existen.
— ¿Y como se supone que vamos a evitar tooodo eso?
— Sabes que eres muy hermosa ¿no?
Trazó mi el contorno de mi rostro y mi cuello con su índice y siguió hablando.
— Eres ese As en este juego, después de todo ¿por qué no darles lo que quieren?
— ¿A que te refieres?
— Eres muy ingenua cuando consigues lo que quieres.
— Explicate.
— las mujeres tienen su encanto, ¿por qué no corromper esto un poco?
Sonrió ladinamente y miró mis labios.
— Apuesto a que si conocieras a un hombre sadomasoquista te darías cuenta de que lo que digo es cierto. Todo consiste en la magnitud.
Palidece mi rostro, entendí a la perfección eso.
— Vamos a cambiar, después de todo, aún con solo un rey y dos peones se puede ganar la partida.
Acercó sus labios a mi oreja y susurró:
— No intentes olvidarlo, pues aún está presente, nunca lo olvides.
Ese recuerdo llegó a mi cabeza.
Lagrimas rodaban por sus mejillas mientras se arrodillaba, su cuerpo temblaba mientras sonreía de una forma retorcida, era increíble que aún siguiera vivo...
Ya no más. Esto, no va a ser más una tortura.
<<Él tiene razón... Esta sociedad necesita saber que lo que pasa a su alrededor es muy real.>>
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Gracias por llegar hasta aquí.♡
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