Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Regla 6: Con Lunático las cinco anteriores no sirven.

Era increíble como aquellas miradas parecían fundirse en la otra, la miel y el ónix parecían fusionarse en un hermoso cuadro de sombras y luces doradas.

Esa noche Severus Snape se permitió ser solo Sev, el chico apasionado por las artes oscuras y las posiones, fanático del negro y el buen té de la tarde, se permitió abrirse con Lunático, con un merodeador.

Era casi media noche cuando aún seguían hablando, eran tan extraño para ambos, pero a Severus le hacía bien hablar con el otro joven, a Remus le fascinaba conocer al pelinegro.

El saber que aspiraba a ser un profesor de defensas contra las artes oscuras  o quizás pocionista eran cosas que jamás imaginó que el pelinegro deseaba, y le alegraba saber que era él quien sabría todo eso de él.

Se sintió impotente al saber sobre su pasada niñez maltratada y la perdida de su madre.  Quiso consolarlo en ese entonces, era tarde, pero aún así le dio ese abrazo que tanto necesitó el pelinegro, y éste solo recibió aquel amor que tanto había buscado.

Ya siendo la una de la mañana el sueño comenzó a aparecer en cada uno y Remus  decidió qué debía despedirse, pero la petición de Severus lo dejó sorprendido.

-Quédate conmigo- susurró mirando las suaves y blancas sábanas, esa frase iba más allá dejas noche, era una petición de toda la vida, quizás Remus no se dio cuenta de lo que trataba de decir, o tal vez sí, no importa si lo sabía o no, pero aceptó, esa noche se quedó a dormir en la enfermería con Severus, esa noche durmió en la cama al lado de él, esa noche ambos durmieron con una ligera sonrisa en el rostro.



•••••••••••••••••••••••••••••••

Los ojos avellanas repasaban la escena ante sus narices, su ojos ardían, y trataba de convencerse a sí mismo que no le dolía pero,  ¡demonios! Cómo no le dolería.

Frente a él  un pálido, delgado, menudo y tierno Severus Snape dormía plácidamente en el pecho de un semi sonriente Remus Lupin, el pelinegro abrazaba de la cintura al león, mientras éste le tomaba del brazo y una de sus manos descansaba sobre su cabecita despeinada.

-Duele hermano, pero perdimos, es más que obvio que no tendremos oportunidad contra él - el susurro de Sirius llenó el silencio de la enfermería y James solo apretó los puños cerrando los ojos, evitando así que la primera lágrima cayera.

Para cuando la pareja se despertó se encontraban solos en el sitio,  un sonrojado Severus se separó de un sonriente Lupin, bajó la mirada,  después de esa noche de charlas y platicas, después de notar lo mucho que tenían en común, no le quedaba ninguna duda.  Y para su desgracia lo había aceptado sin ningún problema, se recordaría a sí mismo golpear y abrazar a Lily por mandarlo a la enfermería.

La mañana transcurrió normal, Severus Snape era la misma serpiente sarcástica que destilaba veneno por la boca, los merodeadores siguieron haciendo bromas como siempre, pero para algunos no pasaba desapercibido las miradas de dos chico.

Lily Evans sonreía al ver que en la clase de pociones doble que tenían con Slytherin, el profesor había puesto a Sev con Remus y ninguno puso objeciones, el primero solo se sonrojó bajando la mirada, el otro solo sonrió con victoria a pesar del malestar que le generaba que ese dia fuese luna llena.

Cuando las clases terminaron, cercana a las seis de la tarde, el malestar se intensificó para el León, quien sólo llevó una mochila aparte dirigiéndose con rapidez hacia el bosque prohibido con sus amigos, pero los cuatro muchachos de oro y carmesí lo se esperaron, un desesperado pelinegro corría también detrás de ellos.

Algo dolorido, Remus respondió al gritó que Snape le lanzó, sus amigos se quedaron atrás. Severus Snape se encontraba despeinado, con un poco de sudor en la frente y las mejillas rosada, respirando con algo de dificultad.

-Remus toma ésta poción - pidió con voz suave el pelinegro, el pinchazo de dolor para los tres chicos pasó desapercibido para ambos.

-¿Qué es?- preguntó el castaño haciendo leves muecas de dolor. Severus lo miró preocupado.

-La semana anterior estuve trabajando con esto, no puedo hacer que el dolor se valla por completo, apenas y puede calmarte, es una opción mejorada de la poción matalobos, por favor, cuídate - susurró lo último, Remus sonrió y revolvió sus cabellos, Severus se preocupaba por él,  no podía sentirse más feliz.

-Claro  qué lo haré - dijo para tratar de dar media vuelta, pero en un rápido movimiento Severus lo tomó del brazo y le dio un leve y superficial beso, apenas un roce de labios, pero le supo a gloria a ambos.

-Más te vale que así sea si quieres qué continúe haciendo esto- susurró con una tímida sonrisa coqueta,  Remus solo asintio y se reunió con sus amigos al tiempo que el pelinegro se dirigía a la torre de astronomía para sacar un pequeño cuaderno de pasta dura color negro.

Sonrió al reconocer el título que escribió semanas atrás....  "Manual para no caer en las garras de los merodeadores....






Regla 6: Con Lunático las cinco anteriores no sirven...

Si has sido como yo,  y has roto las cinco reglas anteriores, déjame decirte que estás completa e irrevocablemente enamorado de uno de ellos,  has caído.

En mi caso fue con Lunático, quizás tú caigas con algún cornamenta o un Canuto, merlín te salve de caer ante un colagusano.

Pero has caído amigo/a , y no tienes que seguir negándolo, quizás.... solo deberías hacerle caso a tu Lily Evans y elegir al mejor, al que te haga sentir mejor...  como Remus lo hizo conmigo, aquí  no escribiré las cualidades o los defectos de él.

Aquí te diré que tarde o temprano, con Lunático o con quien te haya tocado, las cinco anteriores sirven.

Y solo espero que siendo tú un Quejicus tan sufrido como lo he sido yo, te abras ante la posibilidad de un nuevo amor,  una nueva aventura, una nueva vida......

              Severus Snape..."


Un pelinegro sonrió al escuchar un hermoso aullido proveniente del bosque prohibido, acaricio sus labios mirando la luna, llena, hermosa, blanca y redonda, no importaba que Remus sea licántropo, eso jamás le importó a él.

Remus lo amaba, lo había nada más que decir, solo eso existía para él en esos momentos.

Paso toda la noche en el barandal de la torre de astronomía, mirando la luna y escuchando la dulce melodía de los aullidos felices de la persona que amaba. Era una noche de luna llena de las muchas que vendrían por qué, jamás abandonaría a ese  merodeador.

Había caído, pero a quien le importaba, amaba a ese hombre y nada ni nadie lo separaría de él.

Una última mirada al bosque prohibido, un ultimo aullido y amaneció, trayendo el sol con su luz nuevas esperanzas para aquella serpiente incomprendida.

Sonrío una ultima vez guardando aquella libreta entre una de las tablas del piso para alguien que las necesite, porqué él.... él ya no lo necesitaba.



              FIN....

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro