Capítulo 9: No olvides tu objetivo.
POV Félix.
- ¡Te lo advertí! - Me regañó Adrien por el teléfono.
Me tomé del puente de la nariz.
- Sabes que no quise hacerle daño. - Gruñí molesto.
- No importa lo que querías, el punto es que está situación era inevitable. En especial por Bridgette...
Lancé un suspiro cansado. Odiaba esto.
Aún no lograba comprender cómo esta situación salió de mi control. Todo pasó tan rápido.
- No debía ser inevitable. - interrumpí. - Yo podía controlarlo.
Quería creer que aún había solución...
- Félix, te vas a casar.
...Pero no era así.
Tragué saliva.
- Necesito pensar en algo para solucionar esto.
- No hay nada que solucionar, se acabo Félix. Ya tomaste tu camino.
- Sabes que esa no fue mi decisión, Adrien.
- En parte sí. Nunca te rehusaste.
Fruncí el ceño.
- Padre nunca aceptó mis negativas. No me dejó tomar ninguna decisión.
- Sé cómo es él pero aún así pudiste haber buscado otras opciones. Tu te metiste en este problema sólo.
Arrugué la nariz intentando convencerme de que Adrien estaba equivocado, pero sabía que no era así.
Todo había empezado con un tropiezo.
«- Creí que habías dejado esos juegos tuyos. - gruñó mi padre tan pronto contesté su llamada.
Había sido la primera llamada que recibí de él desde que había empezado la universidad.
- ¿Disculpa? -pregunté confundido.
- No finjas desconocer sobre el tema del que estoy hablando.
- No comprendo.- Admití.
- ¿El nombre de Bridgette no te suena familiar?
« ¿Cómo lo supo?» fue lo que pensé.
- Si...-Había dormido hace unas noches con ella. Era mi última y primera jugada en dos años.- Padre, no importa, después de todo la prensa no sabrá nada...
- No me importa si la prensa lo descubre o no. - me interrumpió. - Lo que me importa es lo que pueda enterarse su padre .
- ¿A qué te refieres?
- ¿Tienes la más mínima idea de quién es esa chica? -Preguntó molesto.
Giré los ojos.
- No, padre.
- Es Bridgette Ming, hija de Shoawu Ming.
Abrí los ojos de golpe.
- ¿Shoawu Ming? ¿El magnate?
Shoawu Ming era el primer magnate en la lista de todas las revistas de economía. Su gran imperio abarcaba todo tipo de industrias. Pero su principal fuerte, y peso principal en la economía era su industria textil. Una de las más importantes del mundo.
- Exacto. - respondió mi padre serio. - Te acostaste con la única hija y heredera de Ming. Si él llegara a enterarse que eres un Agreste nos arruinará.
Fruncí el ceño.
- Él no lo sabrá.
¿Porqué tendría que saberlo?
- ¿Crees que Ming no vigilaría cada uno de los pasos de su hija desde China? Es conocido por cumplirle todos sus caprichos, mimarla y sobre-protegerla.
Me quedé en silencio y él continuó.
- Así que puedes comprender que al contrario de nuestra situación actual, si dejas de actuar de forma inmadura y formas alianzas con ella, nuestro beneficio será bastante amplio.
Después de conquistarla, y acostarme con ella corté todo tipo de relación. La ignoré a un punto en el que sabía que no me perdonaría.
- Pero padre, ella me odia...
- Entonces reconquístala. - exclamó furioso. - No creas que nunca me enteré que jugabas con las hijas de mis empleados y socios. - Hice una mueca. - No me decepciones Félix, y arregla esta situación...»
Desde entonces mi relación con Bridgette crecía y nunca se detenía. Ella siempre quería más y yo debía obedecer. Y la empresa de mi padre, que alguna vez tambaleó, encontró estabilidad gracias a su nuevo aliado.
- ¿Qué debo hacer? - pregunté a Adrien desesperado.
- ¿Qué te dijo Marinnette?
Tragué saliva con dolor al recordar su rostro ese día.
- Que no quería volver a saber de mí.
- Supongo que fuiste a buscarla. ¿La encontraste?
- No, desapareció. No responde a mis llamadas, tampoco sus amigos. Sus padres me dieron su dirección, pero en cuanto intenté entrar, su casera me echó a escobazos...
Adrien comenzó a reír.
- Te lo mereces.
Ignoré su comentario y continué.
- Pero al hacerlo esa señora me dijo que Marinnette se había mudado. No sé si creerle.
- ¿Intentaste en su universidad?
- Esta en pasantías, y los profesores de su universidad no quisieron darme información sobre su paradero.
Ahora me arrepentía mucho haber botado su carta de petición cuando la vi en el escritorio de mi padre.
Si alguien hubiese descubierto la relación que mantenía con ella todo hubiera sido un caos
- ¿Fuiste con el señor Fu?
- Fue el primer lugar al que fui, no sabe nada. Dice que renunció hace unas semanas.
«El mismo tiempo que desapareció de mi vida.»
- Te odia lo suficiente como para desaparecer completamente.
Bajé la cabeza. Ya lo sabía.
Lo supe desde que vi esa mirada fría y dura en mi apartamento. De pronto los ojos dulces que me miraban con cariño habían desaparecido.
Y yo me sentí pequeño y débil ante ella.
- Debo hacer algo rápido. No puedo dejar las cosas así. - Confesé sincero.
El tiempo se me acababa, pronto se encontraría Bridgette en París, y de esta forma yo volvería a ser un esclavo.
- Ya no tienes tiempo hermano.- habló suavemente. - En tres días llega tu prometida y no puedes escapar de esto con solo correr.
Me apoyé en la ventana y observé el río.
Me sentía frustrado e impotente.
- Te pedí que no fueras a buscarla, Félix. Era inevitable que saldría lastimada, en especial por Bridgette.
Apoyé la frente en el vidrio frío.
Al principio, cuando llegué a París había intentado mantenerme a una distancia prudente de Marinnette y de los recuerdos que evocaba en mi.
Pero cuando fui a tomar café, en un restaurant chino que Adrien me aconsejó, y la vi allí, aún más hermosa que como la recordaba, no pude seguir alejado.
- No podía mantenerme lejos. - me incomodaba confesar lo que sentía. -...y tampoco ahora.
- Estas siendo muy egoísta Félix. - me regañó.
- No lo entiendes Adrien - exclame. - Sé que nunca hablamos sobre esto, y la verdad es que te debo una disculpa por enamorarme de la misma chica que tú en la secundaria. ¡Perdona! Pero ahora es diferente, ya no soy el chiquillo celoso de ti. Ya no soy el idiota que solo jugaba por diversión.
Adrien me escuchaba en silencio.
- Pero aunque no tenga tu ayuda y consentimiento seguiré intentando, porque yo la a...- Sentí que algo atrapaba mis cuerdas vocales sin dejarme pronunciar la palabra - Yo la a...- las palabras no salían de mi boca - La a...- Volví a intentar pero no pude.
Adrien suspiró.
- Te entiendo. - repuso. - Yo igual la quería...- esa no era la palabra que yo buscaba. -...y por eso en cuanto supe que mi presencia podía afectarle decidí partir. Decidí alejarme de ella porque era lo mejor.
Ambos nos quedamos en silencio sabiendo que se refería a mí. Adrien la protegía alejándome de ella.
- Deberías hacer lo mismo y comenzar a pensar en ella y lo que sería mejor. No por mi, ni por padre o Bridgette, si no por ella y por lo que sería lo correcto.
Cerré los ojos con fuerza. La cabeza comenzaba a dolerme.
¿Olvidar a la chica de la biblioteca?
- No quiero olvidarla. - murmuré.
- Entonces no lo hagas, pero deja que ella sí.
Hola queridos lectores!
Quiero disculparme por no actualizar el jueves. De pronto mis vacaciones se llenaron de miles de actividades y fue muy difícil para mí continuar escribiendo.
Espero que esta semana sea más suave para así poder continuar con la historia.
Y sobre eso, ¿qué tal les pareció el capítulo?
Sé que es un poco lento, pero ustedes merecían tener ciertas respuestas.
¿Alguien aún tiene alguna pregunta?
Me gusta saber que me divertiré mucho más escribiendo los siguientes capítulos. Espero que ustedes también lo disfruten.
Espero no hayan olvidado comentar 👁🗨 y dejar sus estrellitas✨
Gracias por leer📚
Los quiero mucho!❤️
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