Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22: Mantente Firme

POV Marinnette.

Mi celular comenzó a sonar y no tuve que ver la pantalla para oprimir el botón de "ignorar".

Claude levantó una ceja hacia mí mientras el camarero se alejaba de nuestra mesa.

- Si alguien se merece tu desdén es porque hizo algo bastante malo. - susurró tomando la botella de vino y llenando mi copa.

Hice una mueca.

- No es algo realmente malo -intenté defenderla- ,pero no deseo hablar con ella ahora.

Al terminar con mi copa siguió con la suya.

- Supongo que es tu amiga.

Asentí con la cabeza.

No quería admitirlo, pero la verdad me sentía muy enfadada con ella.

Abrió mi bolso sin mi permiso, se atrevió a ponerse de lado de Félix en vez del mío e incluso a Nino se adentro en la conversación, obviamente, juntándose con su esposa.

En momentos como estos, cuando peleaba con ellos dos, sentía ese horrible vacío en mi interior agrandarse aún más; porque después de todo eran mis únicos amigos.

Había alejado a todos mis conocidos desde hace años, sin sentirme lo suficiente confiada como para integrar a alguien más a mi círculo cercano.
Y aunque haya llamado en su momento "amigos" a Adrien y Félix, nunca los llevé a conocerme del todo.

Claude vacío la última gota de vino en su copa y me sonrió.

Le devolví la sonrisa agradecida de que no preguntara nada más sobre mi problema.

«Podría incluir a Claude a mi círculo de amigos.» pensé, pero aún no sentía la suficiente confianza como para hacerlo.

«Tal vez pronto..» seguí «Junto a Allegra»

- Es normal pelearse con los amigos. -intentó tranquilizarme- Después de todo lo que cuenta es la reconciliación.

Mi sonrisa se volvió sincera.

- Lo sé, gracias.

El camarero volvió y dejó la cuenta en las manos de Claude quién, por supuesto, no me dejó pagar ni un centavo.

- Te debo mucho Marinnette. -dijo plantando un beso sorpresivo en mis labios antes de que comenzara a discutirle.

Me quedé tiesa ante el acto. Nunca me había besado en público, no de esa forma.

Claude terminó de llenar la cuenta y volvió a entregársela al camarero quien se retiró prudentemente.

El ambiente comenzaba a tensarse, pero mi acompañante (experto en evitarlos) comenzó a hablar.

- ¿Sabias que antes Else y Gabriel Agreste eran amigos?

Rápidamente olvidé su acto descarado y me concentré en lo que me decía.

- ¡¿Qué?!

- No te miento -intentó convencerme- eso fue cuando los dos eran aún muy jóvenes.

Pestañeé incrédula.

- Dicen que Madame Else fue en un inicio la primera modelo que contrató Gabriel junto a su esposa. Dicen que eran inseparables y los mejores amigos. Inclusive Else comenzó a dar ciertas ideas para los diseños Agreste.

Intenté imaginarme a Madame Else joven, hermosa y llena alegría junto a un atractivo Gabriel Agreste que comenzaba a surgir. Imaginé a los dos frente una mesa llena de papeles en blanco, llenándolos de tinta y creando obras maestras.

Mi corazón palpitaba de la emoción, pero no duró lo suficiente recordando todo el daño mutuo que se hacían hoy en día.

No quería pensar que Alya y yo terminaríamos de esa forma.

- ¿Entonces porqué se odian tanto? -pregunté.

Claude tomó su copa y bebió un poco antes de dejarla en la mesa.

- No lo sé. -Se encogió de hombros- Ese es un misterio para todos.

Aún no podía salir de mi sorpresa.

- ¿Cómo te enteraste de todo esto?

Ante mi obvia curiosidad, él esbozó una atractiva sonrisa.

- Cuando Else prácticamente me adoptó dándome trabajo en la empresa, aún era muy chico.

- ¿Qué edad tenías?

- Diecisiete años. -confesó maravillándome- Fue después de que Bridgette Ming me rompiera el corazón y volviera a Francia avergonzando a mis padres.

Muy pocas veces Claude me hablaba sobre su pasado. En definitiva el vino comenzaba a surtir efecto, por lo que decidí dejarlo continuar sin interrumpirlo.

- Al llegar estaba sin estudio, ni familia, ni oportunidades, así que tuve suerte de que una vieja excéntrica descubriera mi talento.

- Madame Else...

- Exacto. -afirmó- Cuando comencé a trabajar con ella, cierto aire de misterio llenaba su entorno. Era claro que ocultaba miles de secretos y yo, un niño curioso, estaba dispuesto a descubrirlos todos. Justamente de ese modo se inició mi atrevimiento a parecer callado, serio y distraído cuando en realidad estaba escuchando cada conversación que se producía en el edificio. Era bastante inteligente.

Me mordí el labio evitando que mi nerviosismo surgiera.

¿Podría haber usado la misma modalidad conmigo?

- Y de esa forma descubrí muchos de sus secretos.

Una vocecita en mi cabeza me aconsejó que no le preguntara cuáles.

- ¿Else sabe que conoces sus secretos?

Claude estiró su labio en una sonrisa cínica y levantó su copa indicándome que hiciera lo mismo.

Obedecí y las chocamos.

- "Nada grandioso fue jamás conseguido sin peligro." -respondió citando a Machiavelo.

Mi instinto se activó y dejé que Ate interviniera.

- ¿Entonces lograste llegar hasta donde estás por esos secretos?

- Mi talento fue sólo el cincuenta por ciento del trabajo realizado...

- Y el otro cincuenta por ciento fue la manipulación y mentira. -afirmé.

Claude asintió con la cabeza.

- "Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira".

El ambiente se volvió frío, al igual que nuestras expresiones. Estábamos frente a frente hablando con nuestros jugadores internos.

- Ya veo. -entrecerré los ojos y terminando mi copa de vino continué: - Eso significa que todo esto es un juego...

- Así es.

- ¿Entonces cuál es mi rol en tus planes?

Claude fue bastante amable conmigo desde el inicio, me ayudó a obtener la confianza de Else y a conseguir un puesto fijo en la empresa.
Siguiendo la lógica que empleaba Claude cuando manipulaba, toda esa actitud debía tener un objetivo; y yo era una pieza más.

- ¿Desconfías de mí, Marinnette?

- Desconfío de tu juego. ¿Qué buscas de mí?

Las copas estaban vacías.

- Nada que tú no lo sepas. -respondió con tranquilidad levantándose de la mesa y ofreciéndome su mano para seguirlo.

La tomé y nos dirigimos a la salida.

- Tengo el puesto que siempre deseé. -Siguió sin soltar mis dedos- Estoy donde quiero estar y mi lealtad está al cien por ciento con Else. Todo lo que beneficia a la empresa me beneficia a mí.

Abrió la puerta de la salida y dejó que yo pasara primero.

- Tu llegada a la empresa fue un milagro. Caíste del cielo a salvarnos.

Levanté una ceja.

- ¿A qué te refieres?

- Else empezaba a perder ganancias, estábamos al borde de entrar en una crisis similar a la de Gabriel's. ¿Sabes cuántos accionistas teníamos antes de que llegarás? -negué con la cabeza- Teníamos doce, y muchos pensaban en abandonarnos.

Nos dirigimos hacia dónde había estacionado su auto.

- Yo no podía seguir manteniendo a los que teníamos y conseguir nuevos, sólo. Else intentó que Allegra atrajera a algunos pero era un total desastre.

- Entonces yo llegué...

- Y juntos logramos que el número de accionistas llegara a los veinticinco.

Una pizca de orgullo calentó mi pecho.

- No eres una pieza de mi juego, Mari. -susurró deteniéndose y mirándome a los ojos- Eres más que eso.

«¿Qué?»

El horrible sentimiento de pánico creció rápidamente en mi garganta.

Claude subió su mano libre y cuidadosamente alejó un mechón de cabello de mi rostro, para luego acercarme a él y presionar sus labios contra los míos.

«¡Oh no!»

¿Claude estaba enamorado de mi? ¿Yo le gustaba?
No podía ser posible, desde el inicio habíamos acordado que esta relación no iría más allá del sexo sin sentimientos. Fue un acuerdo silencioso y mutuo.

«¿Qué hago? ¿Qué hago?»

Lo primero que debía hacer era cerrar los ojos. Era de mala educación no hacerlo, y no quería que nadie me viera mirando el cielo mientras me besaba con intensidad.

Intenté seguir su ritmo, pero no podía responder a todo lo que expresaba.

Me sentí una basura; la misma sensación venía a mí cuando les rompía el corazón a los chicos cuando aún estaba en la escuela.

Al separarnos, Claude apoyó su frente sobre la mía y sonriendo susurró:

- ¿Hoy vendrás a dormir?

Evité hacer una mueca.

- No, debo ir a ver a unos amigos. -mentí señalando el lado contrario en el que se encontraba su auto estacionado.

Al hacerlo logré ver de reojo, una sombra que dio media vuelta en la esquina y huyó.

- Es tu peor excusa hasta ahora. -soltó una risa encantadora- Pero te dejaré ir.

Presionó una última vez sus labios en mí.

- Buenas noches, Marinnette. -se despidió y caminó hacia su auto dándome la espalda.

A pesar de que mi corazón latía a mil lo llamé:

- ¡Claude! No te olvides de llamar a Fannu Bloc para su reunión.

Después de todo el trabajo era primero.

El chico alto y de cabello castaño levantó su pulgar indicando que me había escuchado, sin dirigirme la mirada.

Acepté su respuesta y giré sobre mis talones para caminar al lado contrario.

Me permití a mí misma soltar un suspiro y poner mi mano en la frente al doblar la esquina cuando supe que nadie me vería.

- Oh no...-me dije a mí misma acelerando mis pasos.

No. No. No.

Los nervios aumentaron y se fundieron junto a mi pánico quemando mi interior.

Claude no podía sentirse de esa forma hacia mí. No lo hacía.

«No lo hace» intenté convencerme analizando su actitud durante toda la cena, y durante todos estos meses.

Pero todo indicaba lo contrario; y yo había sido lo suficientemente estúpida como para creer que ninguno de los dos saldría lastimado.

Sentí que poco a poco el aire me faltaba así que, desesperada, busqué un lugar donde sentarme.

A lo lejos, alumbrado solo por un farol defectuoso, yacía un banco y un chico sentado en él.

Tenía la cabeza entre las manos.

Pero no me importó, después de todo quería descansar un poco antes de volver a casa.

Me acerqué a la banca y con toda confianza me senté ignorando al muchacho. Ni siquiera me atreví a mirarlo más de dos segundos.

Inspiré y exhalé unas cuantas veces, calmando mi respiración y mis latidos, hasta que mi humor volvió a ser el mismo de siempre.

Mi cabeza dejó de sentirse como un desorden de hilos y con claridad me recriminé por haberme asustado.

«Es una tontería, Claude jamás se enamoraría de ti» me tranquilizó la vocecita y yo le creí.

Solté un suspiro y supe que todo iba a estar bien, que ya estaba mejor.

Entonces me digné a ver al chico rubio a lado mío y lo miré con tristeza al verlo encorvado y sin percatarse que yo me encontraba allí.
Parecía intentar controlar su respiración del mismo modo que yo lo había hecho.

Se veía devastado.

Una punzada de dolor aprisionó mi corazón y sentí la necesidad de ayudarlo.

Así que puse una de mis mejores sonrisas y le saludé:

- Buenas noches. -hablé con tono dulce.

Y me arrepentí en cuanto levantó su mirada para verme con la misma sorpresa que yo a él.

- Marinette. -suspiró aliviado.

Mi sonrisa desapareció al instante.

- Félix.

Buenos días, tardes y noches, queridos lectores!
Me alegra poder actualizar este capítulo por fin. Hace tiempo que tengo el borrador pero no sabía cómo expresar las emociones que quería mostrar.

Espero haberlo logrado.😅

¿Que tal les pareció el capítulo? ¿Nuevas preguntas? ¿Algunas respuestas? ¿Teorías en camino?

Me gustaría saber su opinión sobre el desarrollo del personaje de Claude, es un poco difícil para mí escribir sobre él.

¿Qué opinan sobre Marinnette? Sobre su actitud, forma de pensar, y acciones.

¿Sobre Claude?

¿Félix?

¿Algún otro personaje?

Recuerden dejar sus estrellitas y comentarios 👁‍🗨 si les gustó la historia, o si tienen alguna duda o algo que compartir conmigo y entre ustedes 😁

Gracias por leer!📚
Los quiero mucho!😘

Hasta la próxima actualización 👋🏽

PD: no sé olviden visitar el nuevo One-Shot que hice. Pueden encontrarlo entre mis historias.
Me gustaría conocer sus opiniones y recomendaciones.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro