Capitulo 14: Afirma tu dominio.
POV Marinnette.
Me despedí de la señora Nihla, quien barría en el pórtico del edificio, y levanté el brazo.
Con una seña de mi mano el taxi paró.
Me subí a él y sentí los nervios aflorar en mi estomago.
"Hoy se los diré." Me repetía a mí misma durante todo el trayecto.
"No puedo seguir posponiéndolo, debo decírselo." Continué al bajar y llegar al restaurante de la madre de Alya.
Tomé la parte inferior del vestido, la alcé para poder caminar con libertad y corrí hasta la entrada.
Los invitados comenzaban a llegar por montón, y sabía que entre ellos estarían pronto mis padres.
Me mordí el labio con nerviosismo.
"Hoy es el día, hoy se los diré."
Entré a la recepción y me encontré con la madre de Alya arreglando un ramo de flores.
Me acerqué y la saludé.
- Hola Marlena.
Ella me miró y me abrazó.
- ¡Querida! -exclamó- Pasó mucho tiempo desde la ultima vez que nos vimos. -Me encogí de hombros- ¿Viste la revista de Alya el día de hoy? -preguntó emocionada.
Negué con la cabeza.
- ¿No te dijo que le dieron las primeras páginas?
Abrí los ojos sorprendida.
- No, no lo hizo. -respondí.
Marlena sacudió una mano sin importancia.
- Entonces te lo mostraré después de la ceremonia. -alegó y suspiró-
Me alegra que por fin llegaras, Alya está bastante nerviosa.
- No se preocupe -la tranquilicé- La ayudaré a calmarse.
Marlena Césaire me sonrió y me dio la dirección que debía tomar.
Le agradecí y me fui al baño en el que Alya se alistaba para su gran día.
Al abrir la puerta sus dos hermanas me miraron y soltaron un suspiro de alivio mientras mi amiga saltaba dando trompicones para acomodarse el vestido.
- ¡Marinnette! -gritaron al unísono- Nos alegra que ya estés aquí.
- Alya está insoportable.
- ¡No estoy insoportable! -se defendió intentando alcanzar el cierre sin éxito.
Me acerqué y la ayudé a cerrarlo.
- Gracias chicas por cubrirme. -les dije- Ya pueden irse.
Las gemelas no esperaron ni un segundo más para salir corriendo.
Negué con la cabeza divertida.
- Veo que estás atormentando a tus pobres hermanas. - Reí mientras la ayudaba a acomodar bien su vestido.
- No las atormento -susurró malhumorada y luego suspiró- La puerta del taxi arruinó el vestido. -se entristeció.
Bajé la mirada para observar la cola del vestido, y noté una pequeña rasgadura. Era casi invisible.
- No te preocupes, todo tiene solución.
Abrí mi cartera, saqué mi pequeño neceser, y luego hilo y aguja.
Me acuclillé y comencé a cocer mientras Alya se miraba en el espejo.
- ¿Qué pasa por tu mente? -le pregunté preocupada.
Alya inhaló y después exhaló.
- Mari, estoy muy nerviosa. -confesó.
Sonreí.
- Lo supuse; pero no hay razón para estarlo. -hice un pequeño nudo en el hilo y luego lo rompí, terminando con mi trabajo- Esperaron este momento desde hace más de un año.
- Lo sé, pero por eso existen más probabilidades de que todo falle. ¿Y si un florero cae y hace que alguien tropiece en el ponche y este llegue a mi vestido?
Reí ante sus ocurrencias.
- Alya, Nino y tú organizaron esto solos. Ustedes pagaron hasta la última vela y arreglaron todo para que esté perfecto. -la animé- Nunca vi que algún proyecto te saliera mal, o que alguna nueva canción de Nino tenga fallas. Lo que hacen siempre es perfecto, en especial cuando trabajan juntos.
Alya sonrió.
- Eres una cursi. -me abrazó- Muchas gracias, Marinnette.
Correspondí a su abrazo; y al separarnos giramos para observarnos en el espejo.
Ella vestía de blanco, y yo con el mismo vestido verde que sus hermanitas.
- Hablando de nervios... -Empezó - ¿Ya les dijiste a tus padres?
- Aún no. -Confesé y Alya levantó una ceja - ¡Pero se los diré hoy!
Mi amiga puso su mano en su frente.
- ¡Ay Marinnette! Deben saberlo lo antes posible.
Bajé la cabeza.
- Lo sé...
Mi mente pensaba rápidamente en alguna excusa, cuando su madre entró al baño salvándome.
- Ya es hora. -dijo y se fue.
Alya volvió a darle una mirada al vestido dándose coraje.
Suspiró y abrió la puerta.
- Vamos. -susurró y la seguí.
Pero antes de continuar se detuvo.
Levantó su dedo meñique y me miró desafiante.
- Prométeme que les dirás hoy a tus padres que dejaste la universidad.
Arrugué la nariz, pero aún así lo tomé.
- Lo prometo...
Sabía que mis padres comprenderían la situación en la que estaba, y hasta tal vez se pondrían felices; pero se sentía una derrota aunque no lo aceptara.
Ya había terminado mis pasantías. Nadie se despidió de mí, ni yo de ellos; y eso me llenaba de vacío.
Puse tanto empeño en mis tres meses en Else's, para que terminara velozmente.
Así que no era de esperarse que el primer día de vuelta a clases fuera de mal humor.
Gruñía mientras subía las escaleras para llegar a la puerta principal; y al momento en el que puse mi mano en la puerta mi celular sonó.
Contesté el celular y descubrí que era Claude.
- Ven, estás tarde. -dijo rápidamente.
Fruncí el ceño.
- ¿De qué hablas? Ya no trabajo allí.
- Ven, Madame Else quiere verte.
- Estoy tarde, Claude. -intenté convencerlo pero él ni me escuchó.
- Tienes diez minutos. -terminó y colgó.
Me mordí el labio.
Levanté la mirada a mi mano en la puerta y cerré los ojos.
«Me arrepentiré de esto.» Pensé.
Giré el cuerpo y corrí a la calle para tomar el primer taxi que pasaba.
- Muy bien chicas... - habló el padre de Nino acomodando a las pequeñas damas de honor. - Ustedes llevarán las flores y los anillos -les dijo a las gemelas y luego me miró a mí.
Me entregó un pequeño ramo de ilusiones y me acomodó al frente de las niñas.
- Y tú vienes acá con tu acompañante. ¿Dónde está el Best Men? -gritó moviendo los brazos al aire.
- ¡Aquí estoy! -gritó una voz a lo lejos.
Giré la cabeza y vi a un chico rubio corriendo y acomodándose la corbata.
- Perdón por llegar tarde. -Se disculpó con el padre de Nino- El vuelo de retrasó.
- Bueno, no importa. Ahora acomódate con ella. -me señaló y sus ojos se agrandaron.
Sus labios se estiraron en una sonrisa y le respondí del mismo modo.
- ¡Marinnette! -Exclamó.
- Hola Adrien.
Se acercó a mí y nos abrazamos.
- Wow, pasó mucho tiempo desde la ultima vez.
- Bastante...
Entonces unas manos nos separaron.
- Abrazos luego...-refunfuñó nervioso el papá de Nino- Boda primero.
Ambos reímos y nos encogimos de hombros obedeciendo.
Entonces la música comenzó a sonar y todo el salón se silenció.
Adrien levantó su codo a mi dirección y preguntó:
- ¿Lista?
Miré hacia atrás y le di a Alya una última sonrisa reconfortante antes de tomar su brazo.
- Lista. -Sonreí y comenzamos a caminar por el pasillo improvisado entre las sillas.
•____________________________•
Aquél día corrí, y corrí sin detenerme.
Ni siquiera esperé a que Allegra informará sobre mi llegada. Solamente entré al despacho de Madame Else con la respiración agitada.
- ¿Me mandó a llamar? - pregunté con la voz entrecortada.
La mujer me miró de pies a cabeza y levantó una ceja.
- No puedes venir a trabajar de esa forma. -habló seria, sorprendiéndome. -A partir de ahora usarás sólo el vestuario de la marca de la compañía, podrás usar lo que desees del Armario en días laborales.
Abrí los ojos sin creer lo que me estaba diciendo.
- ¿Qué?
- Escuchaste lo que te dije. -respondió seca.
Pestañeé intentando despertar, peor no era ningún sueño.
- Pe-pero Madame Else... -tartamudeé- Ni siquiera terminé mi carrera.
La mujer levantó un dedo lleno de anillos y negó.
- No me importa, te necesito en la empresa lo antes posible.
Entonces bajó la mano y abrió un cajón. Sacó varios papeles llenos de diseños.
Abrí la boca.
Eran varios de los bocetos que no consideraba irrelevantes, y siempre terminaban abandonados en algún lugar.
- ¿Son tuyos? -preguntó y yo asentí con la cabeza. - Estos bocetos siempre aparecían en la basura, y tengo suerte de que el hombre de la limpieza creyera que eran de utilidad y me los entregara. - Su mirada se volvió amable.- Imagínate el desperdicio que hubiera podido ocurrir.
Sentí que mi respiración fallaba.
Esto no podía ser real.
- Marinnette - dejó los papeles en su escritorio- Si consideraste esto basura, debo admitir que cometería el más grande error en mi carrera al no contratarte. - No pude evitar sonreír- Y no puedo dejar que tu talento se desperdicie ni un día más.
La mujer morena se levantó de su silla y caminó alrededor de su mesa.
Se acercó a mí y me tendió mis diseños.
- Tienes un día para corregir lo que creas necesario. -informó - Mañana mismo los enviaré para que estén listos en la semana de la moda.
Mi corazón se detuvo.
- ¿La-la semana de la mo-moda?
Else asintió con la cabeza y volvió a su silla.
- Ahora retírate. -ordenó señalando la puerta- Tienes un día bastante lleno.
No me atreví a decirle nada más. Por lo que sólo me incliné en forma de respeto y caminé hacia la puerta.
Al abrirla su voz volvió a detenerme.
- Marinnette...
Giré la cabeza.
- ¿Si, Madame?
- Bienvenida a Else's.
¡Buenas noches hermosos lectores!
¿Qué tal les está pareciendo la lectura hasta ahora?
¿Y qué opinan del regreso de Adrien?
¿Alguien puede adivinar qué sigue? ¿Alguna teoría? ¿Algún bardo en mente?
¡Woah!
Ayer me pasé todo el día escribiendo uno de los capítulos cerca al final (Si, me gusta escribir en desorden), y debo admitir que me emocioné y que mi corazón dolió.
Creo que no es sano para mí meterme mucho en los personajes, porque después termino destrozada 😂
En fin, eso no iba al caso.
Muchas gracias por leer📚, dejar sus comentarios👁🗨 y hermosas estrellitas ✨
Los quiero mucho mucho!💚❤️
PD: Soñé que moría y que le contaba a Ma-Chan95 el final de todos mis fics (en proceso y en borrador), para que ella pueda terminarlos 😂
Te tengo mucha confianza amiga escritora!😘🙌🏽❤️
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