capitulo 29
CAPITULO 29:
No quería que Alexis se fuera, porque sabía que luego tenía que enfrentarme yo sola a un montón de sentimientos que no deben de estar dentro del corazón que ahora latía dentro de mi cuando lo veía a él.
Me mordí las uñas con nerviosismo, ideando quien sabe cuánto planes para evitar a Cameron, porque si, eso es lo que haría, después de haberlo pensado y repensado, la decisión más sabia era evitarlo, así, a lo mejor, los absurdos sentimientos desaparecían. Mire el reloj con nerviosismo, como alguien que teme que el tiempo de un examen se acabe cuando no vas siquiera la mitad. Faltaba doce minutos para las siete.
Contárselo a Alexis y que este me hiciera ver las cosas con claridad, había servido solo para atormentarme; porque ahora ese era exactamente mi problema, todo estaba ya claro y yo estaba enamorada de alguien de quien no debía. Tanto tiempo compartido había traído consecuencias fatales para mí. ¿Y si no le abro? Pensé. Cuando llegara podría ignorarle y no salir a abrirle, así, él se iría y yo no tendría que atormentar a mi corazón, haciéndolo latir para luego ordenarle que se callara. Corrí a mi habitación, dispuesta a embarcarme en mi mundo e ignorar los ruidos externos, y eso incluía el llamado a la puerta que en cualquier momento se oiría.
Conecte mi reproductor de música al par de parlantes que papa me había regalado en el cumpleaños número 17 y deje que la música sonara duro por toda la habitación. Mientras sonaba la primera canción de la lista, aquellos golpeteos en la puerta tan reconocibles ya, se escucharon, haciéndome latir el corazón con un palpitar que resultaba ridículo. Trate de ignorarlos y sobre todo, ignorar el pensamiento de saber quién era el que estaba detrás de la puerta. Pero los golpecitos se aferraron a seguir llamando y era como si su sonido me incitara a correr y ver el rostro que ahora proyectaba en mis sueños. Arranque de un jalón el reproductor y conecte los audífonos blancos para luego llevarme cada uno a los oídos, subiendo así todo el volumen y me atronara en los oídos indefensos. Me tumbe sobre la cama y cerré los ojos con fuerza, produciendo una que otra arruguita en el parpado. Enterré la cabeza en la almohada y luego cante algunas estrofas de All the small things de Blink 182, que sonaba con potencia en mis oídos, haciendo de mi voz solo un susurro ahogado que nada más yo entendía.
Así pasaron casi cuarenta y cinco minutos hasta que decidí que no quería quedarme sorda antes de los 30 y baje el volumen hasta desvanecerlo completamente y luego apagarlo. Suspire, ¿con que cara vería ahora a Madison? ¿Podía acaso ser tan hipócrita como para mantenerle la misma sonrisa "sincera"? ella no merecía que nadie le hiciera daño, nadie y mucho menos yo, ella ya había sufrido tanto y ahora, no podía permitirme hacerle daño.
Contemple el techo blanco por un rato, sintiéndome la persona más pérfida como amiga. Entonces oí como la puerta se abrió y luego la voz de Madison y la de Cameron mezcladas. El corazón me latió por dos cosas, de nerviosismo y ansiedad.
-¡Karol! ¿Estás? –pregunto Madison en un sonoro grito.
¿Y ahora que se suponía que debía hacer? ¿Salir y portarme como si nada, siendo hipócrita con Madison y ordenando callar a mi corazón cuando Cameron se acercara o quedarme encerrada en mi habitación y hasta quizá ocultarme en el armario para siempre?
-¡Allí estas! –dijo Madison, con alivio, abriendo la puerta de mi habitación y haciéndome sentir descubierta bajo la mirada verde de Cameron que se mostraba en segundo plano.
Le sonreí, totalmente nerviosa y atontada debido a que no tuve la oportunidad de salir corriendo por la ventana, aunque hubiera sido mala idea por los tres pisos que había antes del suelo. No pude mirar a Cameron, o mejor dicho mantener la mirada en él, mientras el me veía; pero tampoco pude hacerlo con Madison, porque ella quizá podía ver en mis ojos alguna aflicción. Y no estaría del todo equivocada.
-¿Por qué no le abriste a Cameron? –pregunto, entre tanto que yo bajaba de mi cama y me acercaba para salir de la habitación, aunque no quisiera.
-Oh, perdóname –intente mirar al interpelado pero su mirada me derritió el corazón incluso antes de que este pudiera latir, así que me apresure a hablar para quitarla rápido-. Es que me quede dormida con la música a todo volumen- me excuse y luego me dirigí hasta cocina para tomar una manzana, pero más huir de ambos. Porque por el lado que sea, yo me sentía culpable.
-No, no te preocupes –me dijo Cameron y su voz hizo que mis piernas temblaran.
-Lo encontré sentado afuera, quien sabe por cuánto tiempo estuvo allí –musito Madison y por la colilla del ojo mire como se giró y le dio un cariñoso abrazo a él.
El hecho de que no quería admitir que me daban celos, no evitaba que los sintiera. Entonces el timbre sonó interrumpiendo el beso que estaban a punto de darse y corrí alegre a abrir la puerta, dándole gracias a quien sea que este del otro lado. Cuando abrí, un ramo de rosas rojas le tapaba la cara a alguien y solo divise las viriles manos que lo sostenían. Todos nos quedamos observando, confundidos y curiosos, hasta que el ramo de rosas bajo y pude ver el bello rostro juvenil de Brad, sonriéndome.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro