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11

No quería que Jungkook se fuera, porque sabía que luego tenía que enfrentarme yo solo a un montón de sentimientos que no deben de estar dentro del corazón que ahora latía dentro de mí cuando lo veía a él.

Me mordí las uñas con nerviosismo, ideando quién sabe cuántos planes para evitar a Hoseok, porque sí, eso es lo que haría, después de haberlo pensado y repensado, la decisión más sabia era evitarlo, así, a lo mejor, los absurdos sentimientos desaparecían. Miré el reloj con nerviosismo, como alguien que teme que el tiempo de un examen se acabe cuando no vas siquiera a la mitad. Faltaban doce minutos para las siete de la tarde.

Contárselo a Jungkook y que este me hiciera ver las cosas con claridad, había servido sólo para atormentarme; porque ahora ese era exactamente mi problema, todo estaba ya claro y yo estaba enamorado de alguien de quien no debía. Tanto tiempo compartido había traído consecuencias fatales para mí.

¿Y si no le abro? Pensé. Cuando llegara podría ignorarle y no salir a abrirle, así, el se iría y yo no tendría que atormentar a mi corazón, haciéndolo latir para luego ordenarle que se callara. Corrí a mi habitación, dispuesto a embarcarme en mi mundo e ignorar los ruidos externos, y eso incluía el llamado a la puerta que en cualquier momento se oiría.

Conecté mi reproductor de música al par de bocinitas que papá me había regalado en el cumpleaños número diecisiete y dejé que la música sonara queda por toda la habitación. Mientras sonaba la primer canción de la lista, aquellos golpeteos en la puerta tan reconocibles ya, se escucharon, haciéndome latir el corazón con un palpitar que resultaba ridículo. Traté de ignorarlos y sobre todo, ignorar el pensamiento de saber quién era el que estaba detrás de la puerta.

Pero los golpecitos se aferraron a seguir llamando y era como si su sonido me incitara a correr y ver el rostro que ahora se proyectaba en mis sueños. Arranqué de un jalón el reproductor y conecté los auriculares blancos para luego llevarme cada uno a los oídos, haciendo girar el círculo para que el volumen subiera y me atronara en los oídos indefensos. Me tumbé sobre la cama y cerré los ojos con fuerza, produciendo una que otra arruguita en el parpado. Enterré la cabeza en la almohada y luego canturrié algunas estrofas de All the small things de Blink 182, que sonaba con potencia en mis oídos, haciendo de mi voz sólo un farfullar ahogado que nada más yo entendía.

Así pasaron casi cuarenta y cinco minutos hasta que decidí que no quería quedarme sordo antes de los treinta y bajé el volumen hasta desvanecerlo completamente y luego apagarlo. Suspiré, ¿con qué cara vería ahora a Sohyun? ¿Podía acaso ser tan hipócrita como para mantenerle la misma sonrisa "sincera"? Ella no merecía que nadie le hiciera daño, nadie y mucho menos yo, ella ya había sufrido tanto y ahora, no podía permitirme hacerle daño. Contemplé el techo blanco por un rato, sintiéndome la persona más pérfida como amigo. Entonces oí cómo la puerta se abrió y luego la voz de Sohyun y la de Hoseok mezcladas. El corazón me latió por dos cosas, de nerviosismo y ansiedad.

-¡Taehyung! ¿Estás?-preguntó Sohyun en un sonoro grito.

¿Y ahora qué se suponía que debía hacer? ¿Salir y portarme como si nada, siendo hipócrita hacía con Sohyun y ordenando callar a mi corazón cuando Hoseok se acercara ó quedarme encerrado en mi habitación y hasta quizá ocultarme en el armario para siempre?

-¡Allí estás!-dijo Sohyun, con alivio, abriendo la puerta de mi habitación y haciéndome sentir descubierto bajo la mirada almendrada de Hoseok que se mostraba en segundo plano.

Le sonreí, totalmente nervioso y atontado debido a que no tuve la oportunidad de salir corriendo por la ventana, aunque hubiera sido mala idea por los tres pisos que había antes del suelo. No pude mirar a Hoseok, o mejor dicho mantener mi mirada en él, mientras él me veía; pero tampoco pude hacerlo con Sohyun, porque ella quizá podría ver en mis ojos alguna aflicción. Y no estaría del todo equivocada.

-¿Por qué no le abriste a Hoseok?-preguntó, entre tanto que yo bajaba de la cama y me acercaba para salir de mi habitación, aunque no quisiera.

-Oh, perdóname-intenté mirar al interpelado pero su mirada me derritió el corazón incluso antes que éste pudiera latir, así que me apresuré a hablar para quitarla rápido-. Es que me quedé dormido con la música a todo volumen-me excusé y luego me dirigí hasta la cocina para tomar una manzana, pero más para huir de ambos. Porque por el lado que sea, yo me sentía culpable.

-No, no te preocupes-me dijo Hoseok y su voz hizo que las piernas me temblaran.

-Lo encontré sentado afuera, quién sabe por cuánto tiempo estuvo allí-musitó Sohyun y por la colilla del ojo miré cómo se giró hacía Hoseok para darle un abrazo cariñoso.

El hecho de que no quería admitir que me daban celos, no evitaba que los sintiera. Entonces el timbre sonó interrumpiendo el beso que estaban a punto de darse y corrí alegre a abrir la puerta, dándole gracias a quién sea que estaba del otro lado.

Cuando abrí, un ramo de rosas rojas le tapaba la cara a alguien y sólo divisé las viriles manos que lo sostenían. Todos nos quedamos observando, confundidos y curiosos, hasta que el ramo de rosas bajó y pude ver el bello rostro palido de Yoongi, sonriéndome.

-Hola-me dijo.

-Hola-musité, aun confundido.

-¿Puedo pasar?-preguntó.

-Adelante-animó Sohyun, esperando ver la escena que ya imaginaba.

Recordé las palabras de Jungkook de esta mañana, y me esforcé de verás por no sacarle provecho al asunto. Al menos no a propósito.

Yoongi condujo sus pies hasta quedar atrás de mí, y luego yo cerré la puerta, temiendo por lo que pudiera pasar a continuación.

-Ten. Es para ti-me dijo cuando le miré y me extendió el ramo.

No quería, pero no pude evitarlo y miré por la colilla del ojo a Hoseok, quien tenía un ceño ligeramente fruncido. Luego a Sohyun, quien con ojos como platos contemplaba la escena, ajena a la expresión de su novio y completamente emocionada; como de esas niñas que ven un espectáculo de navidad en primera fila y apenas pueden esperar para saludar al sujeto gordo vestido de Santa Claus.

-Gracias, Yoongi-tartamudeé, tomando el ramo.

-Te dije que lo haría y bueno, yo siempre cumplo-musitó.

Antes de que pudiera yo decirle algo, Sohyun habló, pero para Hoseok.

-Oh, amor, eso me hizo recordar-dijo-. Gracias por la rosa-besó su mejilla.Hoseok, desconcertado, frunció el ceño.

-¿Cuál rosa?-preguntó.

Oh, oh. Pensé.

El corazón se me aceleró en un intento de explotar de nerviosismo y las manos desprendieron un poco de sudor frío.

-¡Eh, Hoseok!-dije, adelantándome a la situación-. La rosa que le dejaste a Sohyun ayer, como disculpa porque no pudiste venir, ¿recuerdas?-rogaba por que Hoseok me siguiera la corriente y también porque no se molestara conmigo.

Miré de reojo a Yoonfi, quien sabiamente guardaba silencio y su rostro me decía que trataba de comprender lo que estaba sucediendo.

Los ojos de Hoseok me miraron, extraños. Fue una mirada que no supe describir, sus ojos algo me dijeron pero yo no entendí, estaba demasiado nervioso como para ponerme a descifrar el mensaje que me gritaban. Luego de un silencio, Hoseok retiró su mirada de mí y le sonrió a Sohyun.

-Sí, ya recuerdo-musitó-. De nada-dijo.

Suspiré de alivio.

Después de eso, Sohyun volvió al ataque.

-Y Yoongi, ¿a que se debe tan gran detalle con Taehyung?-preguntó Sohyun, preparada quizá para la bulla.

-Emm...-tartamudeó.

-Porque somos excelentes amigos, ¿verdad, Yoongi?-interrumpí.

-Claro-dijo el interpelado.

-Chicos, les daremos privacidad. Yoongi y yo iremos a mi habitación-tomé la mano de Yoongi mientras que con la otra aun sostenía el ramo-. Vamos, Yoongi-lo llevé hasta mi cuarto, mientras que éste trataba de comprender mucho más todo lo que había ocurrido antes.

La mirada inquisidora de Sohyun estaba a mis espaldas y la de Hoseok, desconcertado, también nos seguía, hasta que nos deshicimos de ambas al cerrar la puerta.

Cerré los ojos y suspiré.

-Dios...-murmuré, aliviado.

-¿Qué acaba de ocurrir allá afuera?-preguntó, Yoongi.

Le miré y suspiré de nuevo, era hora de contarle todo.

-Tenemos que hablar, Yoongi-dije y le hice seña de que se sentara sobre la cama entre tanto que yo me sentaba a su lado y ponía el ramo sobre la almohada.

-¿Qué pasa?-preguntó, inquieto.

-¿Recuerdas ayer cuando te dije que si alguna vez te había gustado alguien prohibido?-inquirí, en voz baja.

Él asintió.

-Bueno...-guardé silencio por un minuto, mientras que los ojos chocolate de Yoongi esperaban que siguiera hablando- creo que estoy enamorado de Hoseok-admití, casi con un hilo de voz.

-¡¿Qué tú qué?!-farfulló.

-¡Shhh!-exclamé, para que bajara su tono de voz-. Jungkook me hizo darme cuenta de ello.

-Pero es el novio de Sohyun, y ella es tu mejor amiga-musitó, con un leve tono de desesperación.

-¿Y crees que no lo sé?-dije, triste- Pero uno no decide de quién enamorarse-cité, lo que hace unas horas había aprendido de Jungkook.

-¿Y lo de la rosa?

-Bueno, Sohyun llegó ayer y la vio tendida sobre la mesa de centro, me preguntó que si fuiste tú quien me la había dado y dije que no, ya sabes, no quería que empezara a especular más de lo que ya lo hace; entonces le dije que era Hoseok quien se la había dejado a ella, porque no podía decirle que su novio me la había dado a mí-expliqué.

-Eres una gran amigo, Taehyung-me acarició el hombro.

-Claro que no, ¿qué clase de amigo se enamora del novio de su mejor amiga?-dije, en un chillido ahogado.

-Bueno, exceptuando eso. Entonces, ¿te molesta que yo...? Ya sabes.

-Yoongi, no quiero usarte para darle celos a Hoseok-bajé la cabeza.

-No siento que me uses. Aunque Hoseok sí se pone celoso, cosa que no debería.

-Eres un gran amigo para mí, Yoongi. Es así como yo te veo. Discúlpame.

-No tienes que pedir perdón por eso, Yoongi-sonrió-. Eres muy lindo, claro, pero también eres una amigo para mí.

-Gracias, Yoongi.

-¿Y ahora qué piensas hacer?-me preguntó.

-Trato de ignorar a Hoseok.

-¿Por eso no le abriste la puerta?-rió.

-¿Cómo sabes eso?

-Mi tía me dijo que lo vio sentado allá afuera, como si esperara.

Suspiré.

-No siempre podrás evitarlo, Taehyung-me dijo.

-Ya lo sé.

-¿Sabes? A lo mejor no es enamoramiento, simplemente es... deslumbramiento muy profundo-trató de animarme.

-¿Qué diferencia hay?

-Que en uno estás enamorado, en el otro no-rió, pero su broma no provocó nada en mí e inmediatamente volvió a la seriedad-. Cuando me ocupes, sabes que voy a estar allí-me acarició la rodilla.

-Gracias, Yoongi. En serio, gracias.

Una vez aclaradas las cosas, Yoongi y yo pasamos el rato riéndonos, aunque mi risa no fuera con mucho sentido.

-Creo que ya es hora de irme. No quiero perderme la cena-dijo Yoongi, sobándose el estomago.

-Está bien. Ojala podamos vernos mañana-sonreí.

-Claro.

Me paré para abrir la puerta de mi habitación y Yoongi me siguió. En cuanto la madera me dejó ver la escena exterior, deseé cerrarla de nuevo de un solo portazo. ¿Cuántas veces se necesitaba ver la escena amorosa entre Hoseok y Sohyun para que mi corazón se rompiera por completo?

Me paré en seco y Yoongi detrás de mí. Hoseok y Sohyun se separaron y sus bocas volvieron a ser dos. Algo dentro tironeó mi corazón.

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