06
Al terminar, fuimos a caminar a uno de los tantos canales. A la fierecilla no le gustó para nada que Sohyun y Hoseok se adelantaran, dejándonos atrás.
Miré la unión de sus manos y la compatibilidad entre ambos, era como si estuvieran hechos el uno para el otro, las sonrisas entre ambos, las miradas, sus gestos, su aspecto; todo era como si al juntarlos formaran un equilibrio, el ying y el yang. Algo golpeó en mi estómago, se sintió como si dentro hubieran tirado una piedrita a alguna de sus paredes. Como cuando un bebé patea, pero no en esa forma tierna.
-Taehyung-Jungkook musitó mi nombre y me giré a mirarlo-. Eres muy distraído, ¿no?-rió.
-¿Disculpa?
-Te llamé como tres veces y parecía como si fueras en tu propio mundo-explicó.
-Oh, sí, perdóname-gesticulé con la mano.
-¿Piensas en algo acerca de ellos?-adivinó, increíblemente rápido, haciendo un asentimiento de cabeza en dirección a su hermano y mi amiga.
-¿Eh? ¿Por qué dices eso?-pregunté, nervioso.
-No sé, quizá porque te les quedaste mirando con profundidad-se encogió de hombros.
Reí, aun más nervioso.
-La verdad, sí-admití-. Pienso que de verdad están hechos el uno para el otro-dije y la fierecilla no estuvo para nada de acuerdo conmigo y me rasguñó allí dentro.
El ceño de Jungkook se frunció y su mirada se posó en el suelo, mirando sus pies al caminar.
-Sí-farfulló.
-No te oyes muy convencido-acusé, repentinamente curioso.
-No, sí lo estoy-balbuceó, pero se le escondía entre su voz algún cierto matiz de resignación-. Sohyun es muy buena-la miró y sonrió-, tiene una sonrisa muy bonita, como muy sincera; sus ojos grandes y cafés son como si de verdad fueran la ventana de su alma; sus lindos gestos cuando te habla te hacen reír... ¿has notado que cuando se encuentra con alguien se emociona muchísimo? Y luego ese abrazo que te da, emocionada-musitó, completamente perdido.
-Espera, espera... ¿tú...?-no pude terminar la pregunta, me llevé las manos a la boca cuando Jungkook me miró con sus ojos cafés como platos, como si haya soltado un secreto que no quería decir.
-¿Qué?-preguntó, con la voz temblorosa.
-¡Tú estás enamorado de Sohyun!-adiviné.
Ahora comprendía lo que Hoseok me había dicho el otro día, lo de que su hermano estaba enamorado de una persona misteriosa. Por supuesto, no le quería decir, porque la "persona misteriosa" era su mismísima novia.
-¡¿Qué?!-bramó, y pude jurar que vi el sudor perlar su frente.
-Por favor, ¡Jungkook,a mi no me engañas!-no sabía por qué pero una sonrisa empezó a expandirse por mi rostro.
-¡Ssshh!-gesticuló, nervioso hasta más no poder.
-¡Entonces es cierto!-la sonrisa se expandió hasta convertirse en un agujero extenso en mi rostro.
-No digas nada, por favor-me suplicó.
Me llevé ambas manos a la boca, tratando de aplacar mi emoción.
-Taehyung, nadie lo sabe-dijo, angustiado.
-Tranquiló, descuida yo no... se lo contaré a nadie-prometí, aún medio emocionado.
-¡Soy un pésimo hermano!-exclamo, gesticulando desesperado- ¿Quién se enamora de la novia de su propio hermano?
-Oye, tranquilo-a juzgar por su expresión, parecía como si estuviera a punto de llorar. La fierecilla cantaba de placer y esta vez yo desconocía el por qué-. No eres el único, he oído bastantes casos-enrosqué mi brazo al suyo, como si ya le tuviera la suficiente confianza para hacerlo; pero él no se quejó.
-Sí, pero no es bueno que me pase precisamente a mí, ¿sabes lo que es tener que soportar cada beso, o caricia entre ellos; cuando por dentro duele?
-Sí-dije, inmediatamente; sin saber por qué, era como si la otra parte fuera la que hubiera hablado.
-¿Ah sí? ¿Te has enamorado del novio de tu hermana?
-Pues no, soy hijo único-reí, pero volví a la seriedad de nuevo-. Pero te entiendo, extrañamente. Sé cómo se siente. Es como si quisieras escapar de la escena cuando ellos se besan, salir corriendo y borrar el recuerdo en tu mente; pero mientras más lo intentas, se vuelve más nítido.
-¡Exacto! Vaya, nunca pensé que hubiera una persona que me entendiera en ese aspecto.
-¿En qué aspecto?-de pronto la voz de Hoseok apareció en la conversación, materializándose con Sohyun junto a nosotros.Ambos los miramos con los ojos abiertos de par en par.
- Hoseok, ¿recuerdas lo que te dije acerca de la privacidad de las personas?-inquirí.
-¿Es el primer día que se conocen y ya tiene secretos entre ambos?-preguntó, queriendo sonar divertido, pero pude identificar en su voz algún tono amargo muy bien escondido.
-¡¡Uuuyy!!-bromeó Sohyun, atada de la cintura de Hoseok.La fierecilla refunfuñó palabras ininteligibles.
Miré a Jungkook, quién mantenía su mirada fugaz, primero mirando el piso, luego a mí, después a Sohyun y por último a Hoseok, para después volver al piso. Imaginé que estaba ideando alguna forma de salir del embrollo.
-¿Sabes Sohyun?-dije, como si nada- Creo que invitaré a salir a Yoongi-solté, no muy seguro de lo que estaba haciendo; pero si algo había que distrajera a Sohyun de emparejarme con Jungkook, era emparejarme con alguien más.
Funcionó, la mirada de todos se posó sobre mí. La de de Jungkook, agradecida por haber cambiado de tema; la de Sohyun, resplandeciendo de emoción; y la de Hoseok, sería, rara.
-¿En serio?-gritó de emoción.
-Sí, la verdad es que es un chico muy agradable y muy lindo además-dije, al fin y al cabo eso sí era verdad.
-¿Y cuándo?-se soltó de la cintura de Hoseok y ató su brazo al mío, haciéndome caminar y separándome de Jungkook.
Ellos nos siguieron muy de cerca.
-No lo sé, mañana quizá-me encogí de hombros, indiferente.
-¿Entonces te gusta Yoongi?-preguntó y miré por la colilla del ojo a Hoseok, quién iba un paso atrás de nosotros junto con Jungkook; repentinamente atento, de nuevo.
¿Qué iba a decir? si decía que sí, Sohyun especularía bastante hasta llegar a los planes de boda, era capaz; si decía que no, entonces no concordaría en nada con lo que yo había dicho antes, y quedaría como... un tonto.
-Pues... emm...-tartamudeé.
-¡Chicos miren eso!-interrumpió Jungkook, señalando hacía una góndola- ¡Quiero subir!
-¡Yo también!-dijo Sohyun.
-¿Qué dicen, chicos?-preguntó Jungkook.
-Emm... bueno, yo... paso-musité, no tenía muchos ánimos de subir y andar sobre las aguas.
-Yo también-dijo Hoseok, con las manos en los bolsillos-. Vayan ustedes, nosotros los esperamos.
Capté la situación entonces, Hoseok y yo, solos de nuevo. La fierecilla brincó de alegría, y su grito era completamente entendible: ¡Sí, sí, sí, sí!
-¿Quieres ir, Sohyun?-preguntó Jungkook.
-Sí, hace mucho que no me subo a una, pero quiero que Hoseok y Taehyung vengan también.
-Perdóname, Sohyunie; de verás, yo paso. Puedes ir tú, Hoseok-dije al interpelado-. No se preocupen por mí, yo los espero.
-No, vayan ustedes-dijo él-. Esperaremos aquí-sonrió y besó la frente de Sohyun.
-Aguafiestas-se quejó Sohyun, pero igual se alejó junto con Jungkook hacía la góndola.Pero antes, Jungkook me miró y me guiñó un ojo disimuladamente, entonces caí en la cuenta de que había hecho lo mismo que yo había hecho antes con él; sacarme de una situación incómoda.
Cuando se perdieron entre la multitud, me giré a mirar a Hoseok.
-¿Por qué no fuiste?-pregunté.
Se encogió de hombros.
-Ya me subí la vez pasada, me gusta más estar en tierra-dijo.
-Ya somos dos.
Nos sentamos en una de las bancas, sintiendo cómo el aire movía mis cabellos.
-¿De qué hablaban Jungkook y tú?-preguntó, como quien no quiere la cosa.
Me solté a reír.
-Ya recordé que eres curioso-musité.
-Qué bueno que lo sabes, así que dime ahora-quiso sonreír.
-No, no te voy a decir. Eso es entre tu hermano y yo-no sabía por qué, pero la fierecilla se sentía demasiado bien provocando celos en Hoseok, o al menos, creyendo que lo hacía.
-Me voy a enterar, ya verás-amenazó y luego sonrió.
-Ya veremos-reí.
-¿Quieres un helado?-preguntó.
-¿Intentas sobornarme con helado?
El rió.
-¿Puedo?
-Lo siento, no-negué con la cabeza, divertida.
-Bueno, entonces te lo invitó, ¿quieres?
Le miré, entrecerrando mis ojos en él.
-Sin mañas-alzó las manos.
-Está bien.
Nos paramos y nos dirigimos a la pequeña heladería que estaba enfrente.
-¿De qué lo quieres?-me preguntó.
-Chocolate.
Me sonrió y luego se dirigió hacía el chico rizado detrás del mostrador.
-Due gelato al cioccolato, per favore (= Dos helados de chocolate, por favor) -musitó, con ese acento italiano ferozmente irresistible.
-Subito (= Claro)-dijo el chico y se dio la vuelta, tomando dos copas y depositando en ellas dos bolas grandes de helado de chocolate en cada una.
Le colocó chispas de chocolate arriba y luego nos lo entregó. Yo le agradecí con una sonrisa. Hoseok le pagó al chico y éste se dio la vuelta de nuevo para tomar el cambio.
-Che bella coppia che fate (= Que hermosa pareja hacen) -dijo él, cuando le devolvió el cambio a Hoseok y luego me sonrió.Hoseok rió y guardó su cambio en el bolsillo trasero de su pantalón.
-Grazie-musitó.
Me sentí tonto, definitivamente tenía que aprender italiano. Cuando salimos del establecimiento me mordí el labio inferior, indeciso de preguntarle a Hoseok, qué era lo que había dicho el chico.
-¿Está rico?-me preguntó él, con esa sonrisa burlona en su rostro.
-¿Eh? Sí-dije.
-Ni siquiera lo has probado-observó y luego comenzó a reír.
Qué torpe.
-Ah, sí, cierto-reí, sintiéndome de verás tonto-. Oye, ¿qué dijo el chico cuando te devolvió el cambio?-pregunté, tratando de no verme curioso.
El rió.
-¿Por qué quieres saber?
-Es bueno recopilar palabras en italiano para aprenderlo-qué excusa tan tonta.
Rió por lo bajo.
-Bueno, te digo si me dices lo de Jungkook-negoció.
-Olvídalo-me negué.
-Eres duro-rió.
-Sí, y tú muy curioso. Así que olvídalo.
-Está bien. Ya veremos quién sedé primero-especuló, divertido.
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No llevaba la cuenta de los días en un calendario, pero ya eran más de dos semana las que habían pasado desde que yo había llegado a Venecia, y con ello; la amistad crecía por varios caminos.
Yoongi, se había vuelto una persona muy comprensible y amable conmigo, incluso, cuando lo invité a salir yo, se mostró emocionado y dispuesto; ahora nos veíamos para tomar un café cada vez que queríamos, o si no, simplemente nos poníamos a platicar en el pasillo antes de entrar a nuestros respectivos departamentos. Había descubierto además, que tenía espíritu de poeta.
Con Jungkook era distinto, había muchísima confianza, debido a que yo era la única persona que había descubierto su secreto y ahora, contarnos cosas era parte de una plática casual entre ambos.
Era bastante atento y siempre me preguntaba por Sohyun. Cuando salíamos a pasear, nunca nos faltaba de qué hablar y al final del día, terminábamos contándonos secretos pequeños.
Jimin era otra de las personas con las que había logrado una bellísima amistad en menos de una semana; su simplicidad y simpatía habían sido fundamentales para ello. Era muy animado y siempre, me contara lo que me contara, me sacaba una sonrisa.
Además de que yo tomé por costumbre ir al negocio de su familia a revelar mis fotografías. Tenía apenas diecinueve años, pero su mente era tan madura que parecía incluso mayor que yo.
Hoseok, ese era un caso muy distinto a todos. Él se había vuelto un gran amigo, el tiempo que compartíamos juntos era mucho más grande que el de cualquier otro, debido a que cada noche a las siete tocaba el timbre y pasábamos una hora riendo, hablando y a veces jugábamos con la baraja de cartas que Sohyun conservaba de su padre.
Sí, la amistad entre él y yo crecía cada vez más; pero junto a ello, crecía también una extraña emoción cuando le veía, una extraña sensación cálida en mi estómago y un entusiasmo palpable al oír el timbre sonar cada noche. Pero sólo hasta que llegaba Sohyun, porque luego, la fierecilla se apoderaba de mí y podía sentirla en mi fuero interno perfectamente disgustada, ella quería más tiempo con Hoseok.
Todo aquello comenzó a darme cierto temor, estaba experimentando sensaciones bastante extrañas, al menos las denominaba así porque no tenían que pertenecerle al novio de mi mejor amiga.
Miré el reloj en forma de gato que pendía de la pared cercana a la cocina, eran las cuatro y media de la tarde. Tomé mi mochila y me dirigí al estudio de fotografía de los Agnelli, para que Jimin me ayudara con las fotos, como siempre. Al salir me encontré con Yoongi quien al instante me regaló una bonita sonrisa.
-¿Vas a algún lado?-me preguntó.
-Sí, al laboratorio de fotografía de los Agnelli.
-Oh, ¿quieres que te acompañe?-se ofreció.
-Sí quieres, a mi me encantaría.
Así, salimos hasta allá. Yoongi era muy inteligente y la verdad es que bastante apuesto también. Sohyun me había mencionado varias veces que era muy obvio que yo le atraía a Yoongi; sin embargo, era como si mis ojos hayan quedado cegados por un meteoro, y ya no pudieran ver las estrellas. En este caso; Hoseok sería el meteoro y Yoongi la estrella.
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