¿Cómo hacer que se ame a si misma?

Chicos, idiotas. Nada cuesta hacerle saber a una chica lo hermosa que puede llegar a lucir con una simple sonrisa. ¿Acaso por hacer eso van a perder parte de su orgullo varonil? ¡Oh, vamos! Por personas como ustedes es que mis amigos me han pedido escribir éste manual.

Cuando hablas de la persona que amas debes hacerlo con orgullo, después de todo, es el centro de tu total atención, ¿No? Hazle saber cómo te sientes. Puedo asegurarte que no va a acostarte nada.

Porque nada cuesta si se habla con el corazón.

—No soy bueno con las palabras, sinceramente, soy un asco —admiti— pero una de las cosas que más me caracteriza es mi sinceridad, y nunca me he sentido más sincero que cuando digo que te quiero, Alicia. Y no por como luces, por como caminas, hablas o te vistes. Te quiero porque, ¡No lo sé! ¿Y sabes qué es lo mejor de todo eso? —acaricié su mejilla— que no me decido porqué te quiero. Cariño, son tantas las cosas que me gustan de ti que ni siquiera me había fijado que tenías defectos. Te adoro, ¿Okay?

Dile qué adoras de ella.

—A mi me encantan tus ojos.

—Son cafés. No tienen nada de...

Y si se rehúsa a aceptar lo hermosa que es, usa la artillería pesada.

—Lo son —la interrumpi— en ellos aprendí a ver todas tus facetas. Desde las arrue... arruechas hasta las que tanto adoro. Adoro tu sonrisa, adoro tu nariz, adoro tus pestañas, tus párpados, barbilla, labios... —acaricié sus labios con mi dedo pulgar— pero amo aún más tus ojos... ya que sólo te basta una mirada para hacerme sentir todo lo que siento.

Hacerlas sentir como las princesas que son, es lo mínimo que merecen y no por eso seremos menos hombres.