Un sujeto random de un pequeño poblado en una isla llena de seres mágicos nuevamente se levantaba con el sonar de su despertador, un horario muy específico casi todos los días de la semana.

La rutina que de alguna manera era compleja no era más que otro dia mas para este sujeto, levantarse al escuchar la alarma y esperar otros diez minutos sentado en la orilla de la cama a que suene la segunda alarma como un recordatorio de que se estaba haciendo tarde, de inmediato ir al baño y comenzar a lavarse los dientes aun con los ojos entrecerrados, cuando se percata ya estaba sentado en la taza del baño y casi dejaba caer el cepillo de dientes.

Una ducha rápida de algunos minutos, un poco de gel para el cabello y un cambio de ropa simple y listo ya podía ponerse a trabajar.

Aunque el sol aún no salía él tenía que tener todo listo pues su labor era muy importante o al menos eso se repetía a sí mismo cada día.

Un costal de café recién abierto listo para convertirse en el combustible de la mayoría de los habitantes del lugar, necesitados de cafeína para iniciar su día a día.

Moler los mejores y hacer mezclas para clientes muy quisquillosos los cuales ya empezaban a llegar a esa pequeña cafetería.

Después de una hora de trabajo una alarma sonó nuevamente, pero esta vez como un recordatorio de tener listo un capuchino sabor vainilla y un café triple expreso para un par de brujas.

Normalmente el estaba conciente que su trabajo era una ayuda, un apoyo e incluso un gusto gourmet entre los pobladores pero en este caso el atender a este par de brujas era un honor, una motivación para no dejar de levantarse y tener lista su aportando, su granito de arena y era un gusto, no un deber.

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— Jefe creo que no van a venir — Una joven ayudante le señaló al encargado del cafe.

— ¿Tú crees que les pasó algo? — El señor estaba curioso — Ellas nunca faltan a su trabajo —

—Tal vez solo se tomaron el dia libre — La joven comentó.

Una campanilla indicó la entrada de un par de clientes y se trataba de estas dos brujas quienes por alguna razón estaban radiantes, su charla era alegre y no tenían el mismo semblante de siempre.

— Hoy quiero probar un capuchino con crema irlandesa — Susie señaló.

— Para mi cafe expreso, creo que necesito energía para despejarme —

El dueño de la cafetería tardó un momento para reaccionar y retiró los que ya tenía preparados y se puso a manos a la obra tan rapido que casi atropella a su trabajadora, pues le preocupara que su clienta perdiera la paciencia, ya era bien sabido lo que llegaba a suceder.

Aunque lo curioso es que estas solo charlaban en una mesa, la joven empleada les había ofrecido un postre para que pudiera completar su pedido que a diferencia de otras ocasiones se tomaron su tiempo.

Por más sorprendente que pareciera las brujas no tenían prisa alguna.

En el transcurso del día hicieron el recorrido que tenían contemplado esa semana solo que a diferencia de otros días resolvieron el problema o atendían la solicitud y en algunos minutos se perdían de vista.

Si bien fue en las montañas, en el bosque, el las orillas de la playa e incluso en el lago había una cosa que se repetía incluso en los próximos días venideros.

— Creo que deberíamos de tener más cuidado — Comentó Betsy mientras miraba fijamente a Susie.

— Nadie se dará cuenta — Susie susurro.

— Susie, estamos escondidas en un closet de limpieza de un banco — Betsy susurro.

Susie se acerco y dio un pequeño beso juguetón — mm pero se que te gusta —

Betsy no tardó en responder al pequeño y atrevido beso de su amiga tomando la iniciativa y empezando a juguetear con su lengua — Es peligro —

— pero te gusta el peligro — Susie comentó entre besos — Hoo, te gusta —

Betsy no perdió el tiempo y entre los besos esta comenzó meter su mano bajo la falda de Susie, acariciando la pierna y subiendo directo a sus caderas.

— Estas usando la trusa de hilos — Betsy jadeo un poco mientras los besos continuaban en ese obscuro closet.

— Se que te gustan — Susie comentó mientras guía la mano de Betsy a su entrepierna. — mmmm —

— Nos van a escuchar — Betsy mencionó levemente, aunque no lo admitiera tan abiertamente le excitaba la emoción a ser descubierta.

Le excitaba la iniciativa de su amiga quien ya estaba comenzando a gemir ante su toqueteo, aunque ella no aguanta demasiado pues Susie no tardó demasiado en empezar a manosearla en su entrepierna.

Los besos pararon y solo quedaron quejidos, ahogando la excitación mutua por estar haciendo algo tan arriesgado..

Cuando un ruido llamó su atención.

— Te lo dije, hay que colocar papel higiénico — La voz se escuchaba más fuerte mientras la puerta del closet de limpieza se abría de golpe sorprendiendo a estas dos brujas.

Cuando la puerta de abrió solo se escucho un puf sordo.

— Que tiraste ahora — Se escuchó una voz.

— Yo que sé, acabo de abrir la puerta, de seguro fue tu imaginación — El conserje miro de reojo el closet, localizo el papel higiénico y llevo los cambios sin notar nada raro.

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Un Puf y una nube de polvo de color se dejo ver en el cuarto de Betsy escuchando un par de golpe sordos sobre la cama.

— Auuuu — Susie se quejo — Eso dolió —

— Casi nos descubren — Betsy se quejó.

— Creo que exageras — Susie señaló mientras se levantaba de la cama — llevamos más de una semana haciendo lo mismo y nadie se ha percatado.

Betsy estaba con la cara roja de solo recordar lo intensa que ha estado esta semana, ese día en un iglú en medio de un evento festivo, en medio del bosque disfrazadas de turistas en su casa de campaña, en la playa ocultas solo por una toalla.

— no tienes derecho a quejarte — Señaló Susie — Tu eres la que empieza con las provocaciones —

— Bueno, no solo yo.. — Betsy dudo un poco.

— Estábamos en la reunión y tu me empezaste a juguetear con mis piernas — Susie señaló.

— y tu me arrastraste a ese iglú — Betsy se rio mientras soltaba un leve beso en la mejilla de Susie — Tomare un baño, prometí reunirme con Barb en unos minutos —

— quieres que te talle la espalda —Susie comentó con una sonrisa maliciosa.

— No, ya falte a una reunión por esa misma excusa—Betsy reclamo

— Aburrida — Susie comento molesta mientras se quitaba la ropa y se acomodaba en la cama de Betsy —un pequeño sueño para recuperar ammm energías, el dia que tengamos pequeños en casa no tendremos ni tiempo de... —

— No nada de niños, no ahora es muy pronto — Betsy señalo además no es posible —

— Bueno hay una magi... — Susie fue interrumpida.

— ¡Nada de niños! — Betsy fue firme — ¡No quiero! —

— Si lo que digas... ammm — Susie se dejó llevar por los bostezos y no se percató siquiera en que momento Betsy había abandonado la cabaña.

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Unas horas más tarde.

Susie se levantó bostezando y dirigiéndose al baño para lavarse el rostro y despejar la flojera, aun era muy temprano y Betsy llegaría unas horas más tarde.

Susie estaba aburrida así que se pudo revisar las cosas de Betsy tal vez encuentre algo interesante en que entretenerse, tal vez algún secretillo que pudiera usar en algún momento más adelante.