Barry los dejó en una cafetería que Harry le indicó, Louis bajó con él y ambos entraron a la cafetería, Barry se fue a otro lado, diciéndole a Louis que le llamara cuándo terminará y qué lamentable no durará tanto porque debían regresar a Londres esa misma tarde. Louis había asentido sin prestar mucha atención. Le sonrió a Harry y caminaron dentro, sentándose en una mesa al fondo.

──Gracias por aceptar el cortejo, Harry. ──sonrió, tomó la mano de Harry y acarició el dorso de este. ──De verdad me hace muy feliz y me seguiré disculpando siempre que pueda por todo lo malo que hice.

Harry negó, apretó ligeramente la mano de Louis, el Omega sonrió.

──No pasa nada ya, Lou. ──sonrió. Una chica bajita y de cabello negro llegó a atenderlo.

──¿Qué van a ordenar? ──preguntó con una sonrisa mientras sostenía una libreta y un lapicera. Louis observó a Harry.

──Eh, quisiera una malteada de chocolate y unos pastelitos, gracias. ──la chica se dirigió a Louis.

──Yo quiero lo mismo, gracias. ──La chica lo anotó y se fue.

──¿Cómo has estado, cariño? ──preguntó Louis, Harry hizo una mueca.

──No tan bien. ──susurró. Louis suspiró. ──Pero me alegra que hayas venido, Lou. Yo-de verdad creí que no podía pasar nada más entre nosotros porque tengo dieciocho.

──Cariño, lo lamento tanto. ──besó el dorso de la mano de Harry. ──Lo siento, de acuerdo, perdóname. Yo, en el momento que dije todo eso, me arrepentí, pero pensaba que era lo mejor. No quería someterte a una vida con alguien tan mayor cómo yo.

──Louis, creo que eso sería decisión mía.──habló Harry, Louis asintió apenado. ──Pero entiendo que te asuste, tú tienes dieciocho años más que yo, sé que eso puede ser malo.

──No es malo, solo difícil de digerir, nunca estuvo en mis planes ni mucho menos en mi mente que me llegase a gustar demasiado un joven cómo tú. ──Harry se sonrojo. ──Pero es algo que quiero intentar contigo. Mi Omega adora a tu Alfa.

──¿En serio?, ¿mi Alfa se comunica con tu Omega? ──preguntó.

──Sí, al parecer. Un día me sentía muy triste luego de dejarte aquí en Doncaster y sentí un alivio de la nada. Digo que fue tu Alfa, porque mi Omega no lo hizo. ──sonrió. Harry apretó su mano.

──Quiero besarte. ──susurró Harry cómo si de un secreto se tratase, Louis sonrió y cuándo iba a aceptar, la mesera llegó con sus cosas. ──Bueno, será después.

Louis rió.

──Come, cariño.

Louis tomó de la mano a Harry cuándo salieron de la cafetería, había pagado él, se excuso con parte de cortejo cuándo Harry se rehusó. El Alfa caminaba tranquilamente a su lado.

──¿Y?

──¿Qué? ──preguntó Harry. Louis resoplo.

──El inicio del cortejo, ¿te gustó? ──preguntó Louis.

──Estuvo bien, Louis. Me gustó, no la parte en la que pagaste, yo podía hacerlo. ──Louis negó.

──No funciona así el cortejo, Harry. Pero si te hace sentir bien, la próxima pagas tú. ──Harry sonrió.

──Está bien.

Harry abrió la puerta de su casa, invitando a Louis a subir hasta su habitación, hizo una broma sobre el último beso que tuvieron ahí, cuándo estaban por llegar a su habitación, Harry decidió verificar si había alguien más en su casa, Gemma por ejemplo.

Abrió la puerta de la habitación de la chica y entró, se dirigió al baño tocando la puerta solo par darse cuenta que estaba medio abierta, asomó la cabeza y Gemma estaba en el suelo, y un frasco de pastillas en su mano.

──¡GEMMA! ──lo podía abrir del todo la puerta porque el cuerpo de Gemma estaba obstruyendo su paso.

Louis llegó hasta él.

──¿Harry?

──¡Mi hermana, Lou-por favor, ella-¡Mierda! ──golpeó la pared por pura frustración.

──Cálmate, cariño. Llamaremos a emergencias. ──Louis marcó al 911 dándose cuenta que sus manos temblaban.

──Gemma. ───llamó. ──Gemma, despierta, por favor.

Louis dio la dirección, y avisaron que una ambulancia ya estaba por llegar

──Debes llamar a tus padres, Harry. ──Harry estaba llorando. ──¡Harry! Necesito que me veas, necesito que respires, necesito que tomes tu celular y llames a tus padres

──No puedo, no puedo. Yo-joder ella.

──Cariño, necesito que respires, hazlo conmigo. ──lo tomó de los hombros.

Harry se calmó y aviso a sus padres y cuándo la ambulancia llegó, Harry y Louis tenían miedo.