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Reencarnación.

Se van a estar mencionando y usando personajes del manga fan-made Gold Saint Ares chapter.  Que como saben, amo los personaje de esa cosa. 

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En todo el trascurso de la guerra santa del siglo XVIII, todo el santuario de Athena fue falleciendo poco a poco quedando con una cantidad totalmente reducida de sobrevivientes, en lo que seguramente pasara a la historia como una de las guerras más sangrientas que Athena ha visto. Dejando en claro la fuerza de voluntad que a las almas de los poderosos Saint de Athena acompañada, pero con el precio de privarse de muchas cosas que un humano comúnmente aspirada.

Algo que afecto enteramente al joven Santo de Leo; Regulus, desde lo más profundo al desde temprana edad terminar envenenado con el deseo de muerte hacia una sola persona, un odio que pasaba oculto en lo profundo de su ser, pero que para su fortuna casi no salía a flote. O hasta lo más "Superficial"

En este último caso, los ojos de Regulus muchas veces se quedaban clavados en el Santo dorado guardián del templo de cáncer, Manigoldo.

Un ligero amor mezclado con la admiración que el hombre italiano le proyectada con bastante frecuencia, pero nunca llego ni llegara a algo concreto entre los 2. Por más que Regulus haya visto a Manigoldo como un interés que hacia despertar los sentidos que como adolescente estada experimentando, era justo por eso, había 10 años entre ellos, no creía que lo viera como algo más.

Por más que, al momento de estar uno junto al otro podía sentir la confianza que Manigoldo dejada sobre él, esa calma que era acompañada de felicidad al tener la compañía del otro.

Eran almas destinadas uno para otro. Así como las Moiras podían decidir la vida de una persona solo cortando atreves de un hilo, había otro tipo de Hilo que unía las almas de las personas. La de Pegaso estaba unida siempre con Hades y Athena, la de el santo de Leo estaba unida a la cáncer, pero eran tipos de conexión diferentes.

Al momento de morir, las almas de todos que pelearon por el Santuario de ese siglo, fueron encerradas en las prisiones del infierno. Más específicamente donde todo estaba congelado en lo que se podría describir como una eterna era glaciar hasta el momento que la próxima Athena, Saori, destruyera a Hades y todo el infierno con este, todas las almas tanto de humanos como de los Santos de Athena, fueron liberadas otorgándoles la oportunidad de reencarnar.

Todas al lado de las personas que más apreciaban, unidas por esos hilos del destino como una segunda oportunidad. Pero esos hilos solo iban a ponerlos frente a frente, lo que la vida tenga para ellos era un factor diferente. Dependía de ellos otra vez.

Qué curioso que el destino haya dictado el nacimiento de Regulus como el hijo de un Santo de Leo 2 veces, en el siglo 18 el héroe Ilias de Leo, en el siglo 20 como el segundo hijo del peligroso Ikki de Leo.

18 años pasaron de su nacimiento, aunque Ikki, Shun, Seiya, Hyoga y Shiryu aun seguían fungiendo como Santos de oro en servicio cada uno asistía lejos del Santuario en otro tipo de oficio, habiendo estado de acuerdo de cada decirle a sus hijos sobre el santuario y viva como Santos, querían darles la opción de elegir, suspirando aliados cuando optaron por mantener una viva humana.

Esa mañana ambos hermanos se habían quedado solos debido a que su progenitor había tomado la responsabilidad de asistir al santuario por ese fin de semana, su hijo mayor ya estaba cerca de los 22, por lo tanto confió en dejarlos solos sin que nada grade pasara pues ya sabían cómo cuidarse.

Y si no, por lo menos les dejo condones, sabia como era el mayor de sus hijos con su novio.

¿Qué? No tenía derecho a detenerlo de ser gay, ya que el antiguo Santo de Fenix también tuvo sus noches con algunos hombres, no era tan raro en el santuario a decir verdad. 

De ellos 5, Shiryu e Ikki se quedaron con mujeres, Hyoga se había desaparecido como antes era costumbre del propio fénix, Shun estaba en su trabajo como médico, Seiya fue el único que propiamente se quedo con un hombre.

Sentando en la sala, Regulus había querido probar suerte dibujando, enteramente concentrado en cierta persona que desde hace ya unos años conocía. El destino los había acercado nuevamente después de todo. Aunque no lo supiera, el dibujo mostrada un recuerdo del pasado.

El papel reflejada un dibujo hecho con devoción de un hombre de cabellos azules cortos, usando solo un pantalón negro con los ojos clavados en una persona junto a él. Sonriendo de una forma que cualquiera pensaría que es sugestiva.

- ¡¿Nicolás?! - Regulus salto del puro susto cuando noto que su hermano estaba parado junto a él. Mirando escéptico la imagen que sobre el papel su hermano menor había gradado.

Estaba muerto de la vergüenza.

- No sabía que estabas enamorado de él. - Sin prestarle mucha atención a su hermano sujeto el cuaderno, era palpable el esfuerzo que su hermano había puesto sobre este. Hasta le sorprendía este nivel de experiencia para dibujar a una persona y que se distinga a la perfección de quien era. 

Manigoldo, un chico un poco menor que Nicolás que había sido la mayor influencia de su hermano menor en los últimos años. En él buen sentido, claro. Más no esperada que a este punto.

- Ya llegaste a esa edad. - Nico se burlo. - Te seré honesto nunca te creí del tipo que dibujada a sus amores platónicos de forma sexy. Eres bueno, de hecho se ve mayor. - La cara que tenia Regulus solo hizo reír a Nicolas, su inocente hermanito había perdido la capacidad del habla.

- No es... Ese... Tipo de dibujo. Es imagen que tengo en la mente hace tiempo.

- ¿De tu amigo en poca ropa?

- ¡Se supone que está herido! - De forma inconsciente alzo la voz, sentía a Nicolás juzgándolo en ese momento. A pesar de que nunca fue ese tipo de hermano, siempre era visto más como un completo lobo solitario, aunque algo rebelde eso que quitada siempre había estado para él, rezada por que actuara así esta vez ya que Regulus siempre proyecto ser un chico inocente ante ese tipo de temas.

Se sentía entre la espalda y la pared.

- Entonces te faltaron las heridas, apenas noto un par de cicatrices en este dibujo. - Volviéndole a entregar el cuaderno a Regulus le hizo saber, logrando que este se relaje por el tema. Por lo menos unos minutos hasta que volvió a hablar. - ¿Vas a pedirle una cita? Creo que no tardaría en aceptarte una. Se nota que te aprecia.

- Ahh... - Bueno, ni para que negar que si, si amada a Manigoldo, y siendo casi exagerado con el tema, diría que desde el primer momentos que sus ojos vieron los de él por primera vez. Relajándose frente a su hermano. - Me encantaría eso. Decirle que lo amo. 

Haciendo una señal con la cabeza Nicolás lo invito a la sala para ver cómo podía ayudar a su hermanito con esto.

- Y bien...  Se conocen hace unos 3 años ¿Me equivoco? - Regulus asintió. Los 2 hermanos estuvieron mucho tiempo en prácticas deportivas por ofrecimiento de su padre, más específicamente una jugada del basquetbol, siendo una de esas veces donde el muchacho de origines italianos empezó a conocer a Regulus. 

De hecho, esa tarde estuvieron hablando por más de 3 horas, siendo críticos Nicolás debía esperar que esto pasara. 

- ¿Qué piensas hacer? Ya dijiste que lo amadas, ¿Sabes si tiene algún otro interés?

- Manigoldo no tiene pareja, ni tampoco me ha dicho que está interesado en una. - Hizo saber. Eso le daba algo de confianza sobre la idea de decirle que se había enamorado. - Umhm... Creo que tienes razón,  tal vez, no me vaya a rechazar.

- Amo esa confianza, será tu primer novio después de todo. - Alago. Para su suerte Ikki nunca fue un tipo de padre estricto, por lo menos no ha un grado extremo ya ambos hijos tenían de su confianza.

Al decir la palabra "Novio" Regulus sonrió cual niño travieso, codeando a su hermano.

- Linux también es tu primer novio. - Nicolás rio. Ya sabía por dónde iba. - Y creo que la única persona que ve tu lado "Dulce" y "Vulnerable" aparte de mi. - De los 2, quien heredo la cara de pocos amigos de Ikki claramente fue Nicolás.

- Bueno, siendo honesto ando considerando irme a vivir con él. Ya somos adultos y me falta muy poco para graduarme. - Se encogió de hombros. - Por más que sea bastante egocéntrico, sabes que lo amo. Me gustaría probar el vivir juntos como pareja. 

- Solo es egocéntrico cuando se trata de coquetearte. - Corrigió, Regulus conocía a su cuñado y el fornido hombre rubio siempre fue un hombre bastante carismático, de hecho recordada que rara vez no lo había visto sonriendo.  - Te extrañare si eso pasa. - Regulus le abrazo. - ¿No han hecho nada indebido? Porque vi lo que te dejo papá jajajaja.

- Yo igual te extrañare. Y sobre lo otro, pues la verdad es un más o menos. - Regulus arqueo las cejas pues esa respuesta no le respondió nada. A lo que su hermano se lamio los labios, esclareciendo sus dubas con ese simple gesto.

- ¿Fuiste...? - Mejor ni preguntada nada más. Sonriendo pícaro el hermano mayor se encogió de hombros, sin volver a tocar el tema, dejando todo a la imaginación de su hermanito.

- Volviendo al tema, ¿Cuándo piensas declarártele? - Regulus pasó de un estado de shock a uno de pura vergüenza, buscando rápidamente tener su teléfono en manos donde tenía el número de Manigoldo guardado.

- ¿Crees que en este momento este bien?

- Si tu estas seguro de querer hacerlo ahora, iré contigo para apoyarte. - Poniendo su mano sobre su hombro, Nicolás busco la mirada de su hermano, meditando las palabras que iba a usar en ese momento hasta expresarlas.

- Vamos.

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Si bien ese no era su nombre real, Manigoldo siempre había preferido ese sobrenombre desde que se mudo a las calles de España, donde tuvo la dicha de conocer al Regulus. En el primer momento de verse, tuvo una ligera sensación de nostalgia, mezclada con una extraña felicidad que no supo distinguir, pero apenas lo tuvo frente, solo no lo pensó y le hablo.

A diferencia de Regulus el era hijo único, no tenia familia en esa ciudad más allá de sus padres, pero eso no evitada las insinuaciones que algunos tenían sobre su relación con el joven castaño. "¿Quién rechazaría a una chica preciosa por un simple amigo?" Por más tonto que pareciera él había tomado esa decisión. Que si, la mujer estaba bien buena pero no le llamada la más mínima atención. El por sobre todo quería a Regulus, era palpable como se habían hecho cercano en menos de un años.

- Acepto, pequeño rey. - Fue su declaración, luego de que Regulus le había admitido amarlo. Aunque no podía negar que para su persona represento un pequeño Shock, varios recuerdos de los 2 se amontaron en su mente, dejándole aceptar con facilidad. 

- ¿Pequeño rey? - Ese apodo lo tomo por sorpresa, terminando sonrojado pero muy alagado. Acercando a Manigoldo a su ser para besarlo por primera vez. Sintiendo una sentimiento totalmente reconfortante cuando sus cuerpos se juntaron en un beso.

Las acciones y decisiones tomadas en esa viva fueron las correctas para que el hilo que los unía floreciera en su unión al contrario de su vida pasada  donde no se logro nada por las circunstancias en las que se conocieron. Ahora no había ninguna atadura que los separe y con eso les impida amarse por el resto de sus vidas.  

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Este fanart es de Marco Albiero: 

Una de mis amigas digo que la descripcion del dibujo era similar al fanart, así que para que no se queden con las ganas, dejo el arte. 

Recuerden, todo eso es de Regulus (?)

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