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Capítulo 7

Una familia, siempre lo había querido añoraba sentir la protección, que le hicieran reir y sentirse amado en los momentos más difíciles: cuando ocurrían sus crisis de ansiedad o sus ataques espontáneos que estuvieran para él, brindándole como en las películas un hombro en el cual apoyarse.

Había pasado un largo día y con ello la presencia del pálido astro acompañado del manto azul oscuro se hizo presente, ambos adultos dormían por lo que su hora de sueño se cortó sin avisar haciendo que el de pelaje cobrizo se levantara de la colchoneta. Yendo directamente al baño, tal vez con un poco de suerte después de una ducha lograría conciliar el sueño. Dejando de lado los lentes de contacto su esclerótica verde intenso revelaron su verdadera identidad.

—Si tan solo... —tomó una bocanada de aire dispuesto a continuar la frase pero, un sollozo ahogado reprimió las palabras— ¡Ahg! ¡Maldita sea! ¿Por qué no pude tener una vida normal?

  El espejo se volvió añicos, intentando mejorar la situación el joven erizo apoyó sus manos descubiertas en la loza de la habitación, sus lágrimas derritieron parte de esta y le causaron quemaduras en la piel, destruyendo parte de su tejido muscular.

—¿Por qué soy un estorbo? ¿Porqué? ¡¿Porqué!? —gritó, resbalando por las emociones y cayendo en el áspero suelo— Es verdad, no debería hacer mucho ruido.

Se paró con dificultad, a diferencia de su visión "normal" esta no era muy precisa, todo en su lugar se veía en movimiento y eso era un gran problema que tenía.

Esa era la problemática con la que convive, aunque decidió mentirle a Sonic sobre sus orígenes ya que los tenía muy claros: él era hijo de una paciente del psiquiátrico le gustara o no y eso fue algo que le confesó A114 en la hora del almuerzo o Alan como siempre apodaba al lobo de pelaje gris, este había sido testigo desde que internaron a su madre hasta la desaparición de ella. Nunca la llegó a conocer pero argumentó que Mayard tenía crisis similares pero reducidas en comparación a los ataques que le daban a ella.

Abrió los ojos completamente, estaba asustado ante lo que le mostraban: todo el baño estaba destrozado. El tiempo que pasó pensando en parte de su vida había derretido con sus lágrimas parte del suelo y su ropa. Intentando avanzar, sus piernas temblaban dejando de responder y caer de pecho, frente a la tina.

—Mi cuerpo…Duele —se quejó, sobando un poco su espalda a gatas logró meterse en la tina y abrir la llave, sumergiendo de a poco su cuerpo hasta dejar la mitad de su cabeza en la superficie— creo que con esto lograré mejorar.

Con la escasa luz del baño observó sus brazos, tenían varias cicatrices de ácido o mejor dicho sus lágrimas que estaban marcadas con intensidad en sus maltratadas manos. Cerró los ojos, en comparación a como estaba hace unos minutos el arrullo del agua le generaba una tranquilidad marchita, podía llorar a gusto ya que los ácidos que desprendía de sus cuencas eran vulnerables a ese disolvente.

Abrazó su cuerpo adolorido, el forcejeo del erizo de vetas rojas le había dejado una horrenda marca en el cuello, tardaría en recuperarse pero, podía ocultarlo con un suéter o maquillaje.

Recordó cuando había podido salir de su asquerosa habitación, el aire era totalmente distinto a como lo sentía en ella, el árbol de naranjillo y, al erizo azulado que a pesar de tener delirios mentales más avanzados que él, en el período de sus alucinaciones no le agredió. Lo sintió como un verdadero padre.

Y la eriza rosa no parecía muy amigable sin embargo, teniendo la oportunidad de llamar a los encargados no lo hizo; aceptando las consecuencias y teniendo una ardua batalla con Shadow salió igualmente herida pero no tanto como él. Pero, otra cosa que más lo inquietaba: ¿Ella le preguntaría sobre su vida? ¿Ella lo trataría de manera inhumana? Podía ser, estaba en todo su derecho pero… Rebuscando en sus recuerdos solo vió una mirada amable y suave como la de una madre.

—Me siento estúpido pensar así —musitó, sacando una de sus aletas del agua, el pelaje cobrizo había sido reemplazado por escamas escarlatas con las mismas tonalidades, un espectáculo que era reflejado en la luz de la luna— creo que debería salir, ya está amaneciendo.

Salió con cuidado de la tina, su pelo había vuelto a su aspecto natural mientras que tanteando consiguió los lentes de contacto. Siendo asaltado por el intenso frío de la madrugada, llevando sus palmas para entrar en calor, se sorprendió al sentir una cálida manta cubrirlo por completo.

—No deberías salir a estas horas —regañó Sonic, ayudándole a avanzar a paso rápido por la sala— es peligroso y… —no terminó de hablar, su mano izquierda tapó instantáneamente su nariz— ¡Eww! ¡Apestas a pescado!

Ante el comentario imprudente de él, Mayard volteo hacia otro lado, le había dado vergüenza que descubrieran su manía sin embargo, Sonic continuó a su lado hasta llegar a la habitación.

—¿Puedo dormir con ustedes? —preguntó Mayard, dentro de sí mismo se sentía el ser más patético del universo pero, aquella necesidad de ser acompañado, de ser amado no paraban de atormentarlo y eso era algo que percibió paulatinamente el adulto—

—Puedes hacerlo, hace frío esta noche —respondió, acariciando su cabeza— Pero, en la mañana si te vas a bañar bien ¿Okey?

—¡Ya mamá! —exclamó, casi gritando llevando sus manos a la boca sorprendido ante sus palabras— Yo…

Muy tarde fue para arrepentirse, el erizo lo cargó como si no pesara nada y saltando de felicidad rebotó en la cama despertando levemente a la rosada. Los brazos del azulado rodearon su cuerpo envuelto en un abrazo.

—¡Uhg! Sonic, ¿Qué sucede? —preguntó todavía adormilada la adulta— ¿Porqué huele tanto a pescado?

—¡Me dijo mamá Ames! —vociferó el, dándole un corto beso en el cachete a ella— ¡Mayard me quiere como su madre!

Amy se levantó de golpe, enmarcando una ceja extrañada por las palabras de Sonic.

—¿No querrás decir papá? —cuestionó, viéndole raro— Suena muy gay.

El azulado negó, esperando respuesta por parte del más joven lo cual no hubiera pasado si no le da un leve golpe con el codo.

—¡Bien! ¡Lo admito! —dijo Mayard, lanzándole una mirada de odio a Sonic quien seguía sonriendo emocionado— ¡Te dije mamá porqué…!

No pudo terminar la frase, un fugaz recuerdo le causó un terrible dolor de cabeza ocasionando que sus lágrimas brotaran por instinto ésto, no pasó desapercibido por parte de ambos adultos quienes al verlo así apoyaron sus manos en los descubiertos hombros del joven.

— No lo digas, es paso a paso —alentó Amy, el de pelaje cobrizo buscó con la mirada a Sonic, encontrando una sonrisa sincera de apoyo.— algunas veces necesitamos drenar el dolor.

El sonido de los grillos y las intermitentes luces de los insectos nocturnos transmitían tranquilidad al ambiente, apenado por su constante llanto cubrió su rostro con la manta pero, esta se deshizo en la parte que caían las lagrimas; se quejó apretando sus labios para no deshacer todo, al verlo así ambos adultos lo rodearon en un abrazo, solo la respiración entrecortada de Mayard acompañaba aquella rara melodía.

—Si se los dijera...—murmuró el joven, llevando su atención a los ojos de ambos adultos— ¿Seguirían confiando en mí?

El canto de un gallo en la lejanía dió a entender la hora en que se habían despertado, poco le importó a la pareja de erizos ya que su atención se había centrado en el de pelaje cobrizo que continuaba derramando las últimas gotas de ácido en la colcha.

—Si lo dijeras...—habló en voz baja el erizo, siendo escuchado por la rosada y el cobrizo— está bien, después de todo te aceptamos en nuestra travesía... Sería una traición que te dejáramos a la buena de Caos.

Amy colocó su otra mano libre en el hombro de Sonic, éste captó la señal que ella le daba respondiendo con una sonrisa relajada, todavía abrazaban al joven erizo cuando se quedó dormido en el cálido ambiente.

—Vamos, —sugirió Sonic—
durmamos un poco.

Se levantaron a eso de las diez de la mañana, Mayard seguía plácidamente dormido. Amy fue la planta baja para buscar agua y limpiar el desastre del baño, Sonic pues, se encontraba disfrutando del hermoso clima chapoteando en la orilla de las olas con una actitud pensativa.

—¿Fue Mayard el causante del desastre en el baño? —interrogó el azulado, recibiendo una afirmación por parte de la eriza— Vaya... No pensé que fuese tan peligroso.

Amy lo acompañó, quitándose las botas dejando sus descubiertos pies en el agua, el azulado se tapó el rostro, avergonzado.

—Eres muy bonita —comentó Sonic con timidez observando los orbes jade de ella, agarrando uno de los pelos de Amy y acariciarlos con delicadeza acercándose más a ella haciendo que esta se paralizara, soltando una risa coqueta—. Tu pelo ha crecido un poco.

Ella correspondió a la risa, a solo milímetros de distancia y sus respiraciones sentirse, el aliento de Sonic chocaba en la cara de ella, ambos se miraban, incapaces de hacer algo. Parecían transcurrir horas, hasta que Amy lo tomó de las púas apegándose a él, sintiendo su corazón palpitar frenéticamente como el de un animal asustado, escuchando las pausas de la respiración del erizo en su oído. Se detuvo antes de rozar los labios de Sonic, éste tenía un tic nervioso en la pierna derecha.

—Ame... —tartamudeó este, todavía fijando su mirada en la de ella— Y-Yo...

El continuó en la misma posición, apretando con suavidad el pelo de ella jugando un poco con ellos. Dejó a un lado aquello, centrándose en la enrojecidas mejillas de ella rodando un poco la vista.

—¿Que pasa? —preguntó ella.

Un leve sangrado en la nariz del erizo se hizo presente, el mantuvo la vista por un largo tiempo hacia otro lado, todavía estaba nervioso.

—Tu...No usas... Ehh ¿Brasier? —preguntó Sonic, el temblor en su voz era evidente—

Ella se apartó de él, abochornada por el comentario cubrió su pecho con sus manos. Dándose cuenta de lo que hizo, Sonic la tomó por la cintura llevándola hacia él.

—No he convivido con otra mobian, perdóname. —confesó susurrando al oído de ella— Es algo que... No digo a los cuatro vientos.

Amy entendió perfectamente a qué se refería, lanzándose hacía él, haciendo que ambos cayeran al agua. Este la observó, tímido encima de ella.

—¿Podrías dejar de hacer eso? —preguntó fingiendo estar molesto, recibiendo un beso de ella— ¡Bueno, bueno! Pero este asunto va para otro día...

Nota de la autora

Si, lo sé, les prometí que haría un dibujo pero mejor lo dejó para el final del fanfic. Algunos detalles de este lo podrán encontrar en otra actuación de uno de mis libros "DebboisArtis"

Y que me dicen?
Se viene lemon o no 🧐

Próximamente, trataré los cabos que aparentemente se ven sueltos al igual que un futuro desenlace de la primera parte OJO no estoy diciendo que tendrá segunda temporada... Es una aproximación, no un spoiler

Nos leemos en una próxima actualización
Chao, chao ✨

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