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Capítulo 4

De todas las cosas que le sucedían a la doctora, hubiese preferido que el erizo no saliera de su celda, puesto que en un mínimo error que la vieran con él pensarían que intentaba ayudarlo a escapar.

— Lo que pasó hace unos minutos... ¿Qué fue? — preguntó ella, mirando a otra dirección —

El aludido siguió con la mirada a su acompañante, olvidándose de su plan.

— ¿El beso en la frente? — sonrió relajando sus brazos situándolos detrás de su nuca — En estos últimos meses te he tomado cariño.

No terminó de hablar cuando escucho un extraño ruido en el cuarto de limpieza, dudando de su procedencia llamó a Amy, quien nuevamente encendió la linterna de su teléfono.

— Esto no es para nada bueno, si Shadow ve esto...

— ¿Qué voy a ver yo? — interrogó una voz —

Sorprendida ante la inesperada presencia del azabache, la eriza respiró profundamente calculando en su mente con qué estrategia saldría de esta.

— ¡Una sorpresa para la llegada de Tails! — exclamó el azulado, tirándose en el suelo y haciendo un gesto coqueto — Cuanto tiempo sin vernos guapo.

Shadow siguió manteniendo su expresión neutral hacia el de iris esmeralda, suspiró y permaneció de brazos cruzados por unos minutos observando el rostro de pánico de Amy.

— Voy a confiar en sus palabras, pero que les quede claro. Ya están advertidos, sobre todo tú — amenazó, señalando con la mirada a Sonic —

Luego que el de vetas rojas se fuera, la angustia y el temor era presente en el par de erizos. Especialmente en Amy, quien esperaba no encontrarse algo peor en el cuarto de limpieza sin embargo, ya estaba allí y sin titubear lo abrió de un portazo en compañía del azulado.

Solo trozos de vidrios empapados en sangre fresca estaban esparcidos, pero algo no andaba bien... Una línea cobre brillaba con el reflejo de la linterna.

— No hay nada aquí... — murmuró, observando con más detenimiento el pequeño cobertizo.— Por lo visto, todo está en su lugar es... Demasiado extraño.

No recibió una opinión de Sonic. Salvo ver qué este frunciera el entrecejo. Tomando cierta distancia, la observó a los ojos.

— Sabes de quién pertenece esa púa...— trago saliva y continúo — si mal no recuerdo, aquí los cubiertos son de plástico y las ventanas de un material resistente, pero no son así los vidrios de las oficinas externas.

Volvieron a permanecer en silencio hasta llegar a la recámara del erizo, no servía de nada darle vueltas al tema, puesto que carecía de más información.

— Bueno, aquí es. — comentó ella — Una lástima que no encontraramos a Mayard, pero... No debe estar lejos.

Movió su cabeza con curiosidad ante el murmullo de la doctora, escuchándola atentamente. Nuevamente con una enigmática energía Sonic decidió cambiar el tema, quizás lo pensaría luego con respecto a la interrogante del tema.

— Mejor ve a que tu jefe — bromeó el azulado — quizás te descuente la impunidad por mi culpa.

Era cierto, principalmente porque desde hace unos meses — antes de su fuga — las pocas veces que le había visto escribir no sabía descifrar sus palabras, en cambio la nota de la que murmuró ella no parecía hecha por él ¿O sí?

— Bien, bien tú ganas — comentó Amy, siguiéndole el juego — pero esto lo conversamos después.

— Mierda — cuchicheo Sonic —

La eriza frunció el entrecejo, extrañada por dicha palabras, sin embargo el azulado no hizo más que mirar hacia otro lado.

— ¿Qué dijiste? — preguntó ella —

  Un camino de sangre dejaba en el pasillo, se detuvo ofuscado por las tinieblas y su poco sentido del oído, en una situación así no era algo conveniente entrar en pánico sin embargo, sus acciones corporales lo delataban. Se detuvo al ver la pintura de la recepción; escasos fragmentos de sus recuerdos se apoderaron de su conciencia y sin querer dispersó el líquido carmesí por toda ella.

Llevó sus manos a la cabeza, por instinto fueron clavadas en sus púas, quejándose al instante.

— ¡Maldita sea!

Limpió un poco sus manos en la andrajosa camisa, estaba ardiendo en fiebre ya no podía volver atrás y colocándose nuevamente la desgastada máscara atenuó los pensamientos confusos que lo bombardeaban. Sintió un terrible escalofrío, volteó encontrándose con unos iris carmín en la obscuridad. No lo vio, pero no podía confiarse, sabía perfectamente que ese no era su poder.

— Hay alguien aquí — afirmó el de ojos brillantes —

Su corazón, igual que un animal perseguido retumbaba en su pecho ¿Y si lo descubría? ¿Cómo reaccionaria si ni siquiera recordaba su poder?

— Talvez solo esté un poco cansado.

Dicho esto, el mayor se retiró a paso apresurado solo el sonido de sus botas retumbaba en el pasillo, aunque dentro del enmascarado sentía desfallecer.

— ¿Cómo fue que llegue hasta aquí? — murmuró entre jadeos, estaba pasando por una crisis asmática —

Cayó reposando sobre sus muslos, se le veía cuesta arriba tener que salir solo del lugar y su estado actual era delicado. Dándole vueltas al asunto, se le ocurrió una idea.

— ¿Será bueno confiar en ella?

 (...)

Lo único que agradecería era encontrar nuevamente el conducto de ventilación del cuarto de limpieza, ahora solo faltaba ubicar la recámara de la rosada. Ponía en duda si confiar en ella, pero, a fin de cuentas le pareció una tontería sus inseguridades si había cuidado de Sonic entonces se podía llegar a un acuerdo.

— Podría ser en cualquier lado...

Prestó atención a los sonidos, alguien leyendo un periódico, otra hablando por teléfono y por último una chica intentando cantar. Al juzgar por su voz se trataba de ella.

Había tres canales divididos, ¿Cuál era el correcto? Agudizó sus oídos, la desafinada melodía parecía venir del centro.

"Vete por la izquierda"

Objetó ante la decisión de su conciencia, sin embargo la fiebre lo hacían sentirse tan mal que frenó a tiempo; algo en el conducto izquierdo tapaba su funcionamiento.

— Apesta a muerto.

Avanzó hacia al centro, se escuchaba más la desentonada voz, sin embargo. Cayó al vacío cerrando los ojos; no quería pensar en algo peor.


La penumbra no dejaba dormir al azulado, y no era porque le tenía miedo era otro motivo: ¿Qué pasaba si creían que ella era la responsable de la fuga de Mayard? O más importante ¿Ella sería capaz de delatarlo?.

— ¿Por qué me estoy preocupando demasiado?

Se asomó a la ventanilla, solo la escasa luz de la luna iluminaba el cercado patio junto al sonido de las olas del mar y el compás de la serenata de un grillo.

— ¡Tengo que ir con ella! — exclamó decidido — sacando nuevamente el broche que le había quitado a Amy para abrir la cerradura, pero la luz había llegado causándole una pequeña descarga — ¡No me jodan!


— ¿Así que eras tú el que se intentó escapar?

Confundido por la interrogante, observó al cristal era él...

— No... No puede ser.













Nota de la Autora
Saludos tesoros de valor infinito y lectores fantasma 👻 después de un largo tiempo he venido con un nuevo capítulo de este querido fanfic, creo que el hecho de que se fuera la luz en el fanfic fue combustible de inspiración para pasar a este capítulo; y siendo sincera estuve así 👌 de cerca de cancelar el fanfic pero luego no iba a concentrarme como se debe en mis estudios así que... ¿Porqué no continuar a mi manera? En fin, les dejo con suspenso pero al menos tengo un capítulo actualizado 😅 les leo pronto

Chao, chao ✨




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