Capítulo 3
Era un día caótico, las redes de comunicación se hallaban en reparación debido a la tormenta de esa noche; por lo que Amy tendría que esperar dos semanas más si necesitaba la ayuda de Tails.
Por otro lado, le urgía buscar una causa más lógica del estado de Sonic, según los análisis de líquido gastrointestinal, la droga que se utilizó para llevar al erizo a ese estado no estaba en el sistema y, para colmo no lograba coincidir con el registro clasificado de sustancias médicas.
Quien sea que fuese esa persona, había planeado todo para que esa sustancia desconocida consumiera la realidad de Sonic y la volviera una pesadilla. Podía ser un doctor en esa especialidad; y hasta ahora la única prueba de su existencia era del antiguo laboratorio de Gerald Robotnick, pero este no tenía nada de pruebas conectoras al químico usado, en cambio para el proceso de las fórmulas eran similares.
—Puede que sea un familiar cercano al difunto doctor.—pensó ella, mientras realizaba los electros de Sonic; necesarios para comprobar su avance en cuanto a su estado de salud.
Dos semanas, las cuales parecieron una eternidad para Amy debió esperar; por supuesto que nunca descuido el estado del azulado, ya pareciendo una persona más cercana a él.
Hoy tendría su primera conversación con él, pues con los exámenes que necesitaba, se había pasado eso por alto.
—Es por aquí, y no muevas nada—le indicó, haciéndolo sentarse en un sillón.
Una sala casi tan grande como para celebrar una fiesta lujosa de colores beige con uno que otro estante repleto de medicamentos o libros, utilizada para las evaluaciones psicológicas a los pacientes; se cuenta que, desde un comienzo, los encargados del diseño se habían equivocado en el tamaño del salón, sin embargo decidieron dejarlo tal y cómo estaba.
—Quiero que me cuentes algo—le manifestó, sacando de su indumentaria una libreta y bolígrafo para anotar—
—¿Sobre qué? Tengo muchas cosas de las que te puedo hablar.—respondió Sonic llevando sus brazos a su nuca.
Le hizo una serie de preguntas, basadas en los hechos que supuestamente le acontecieron al erizo. Sin embargo, al intentar sacarle más información sobre el accidente, Sonic palideció.
—No…No puedo decírtelo…No quiero arriesgar todo otra vez.—decía temblando las manos, sin dejar de apartar la vista de ella— ¡Tienes que creerme!
De un momento a otro, sus púas y parte de su pelaje cambiaron a un tono amarillo; cerrando los ojos al instante de la transformación. Rápidamente, Amy se levantó de la silla, Sonic levitaba, revelando al instante que trataba del más temido Fleetway.
—Esto no puede ser real…—murmuró ella—
Debía evitar que el escapara, y para su buena fortuna el salón estaba configurado para eso, sin dejar de apartar la vista del erizo (que continuaba con la camisa de fuerza) buscó la palanca para activar el protocolo no poderes, pero, el erizo se interpuso en el lugar.
—¡Sonic! ¡Sé que puedes ganar está batalla!—exclamó Amy, observando como el erizo seguí en el trance, sin embargo con una señal de que guardara silencio comprendió que le escuchaba.
—¡Ahora el amo de la destrucción y el caos llegó!—exclamó con un tono de voz estridente.
En esos momentos tenía que evitar a toda costa que el erizo escapa, haciendo uso de su fuerza bruta; golpeó en el estómago al erizo; dando como reacción que esté se fuera al suelo y soltara un leve quejido.
—Lo siento, Sonic—se disculpó Amy, llevando sus manos a la palanca y posteriormente activarla—ten la plena seguridad que mejorarás.
El sonido de una voz muy cercana lo hizo ponerse en alerta, alzando en seguida sus orejas cuál animal en situación de peligro se hallaba.
Se giró a todas las direcciones, solo para comprobar si estaba en el mismo lugar, sin embargo un terrible dolor en su cabeza lo hizo recostarse sobre la superficie acolchada. No recordaba nada de lo sucedido.
—Tengo que salir de aquí—pensó, observando desde la esquina del blanco cuarto la cámara de vigilancia—
Y coincidencias o no toda la estructura se volvió tinieblas; seguido de un "¡Ohhh!" seguramente, de alguien que no deseaba tal acontecimiento, para luego encenderse las luces de emergencia, sin embargo ya para ese momento él se había dado a la fuga.
(...)
Tuvo que pausar nuevamente la investigación, frustrada y sin otra cosa que hacer se tumbó en su cama, preocupada por tal imprevisto; todavía su teléfono permanecía sin señal, calculando que faltaría alrededor de ocho horas con treinta minutos para que llegará el comunicado de emergencia y ocho horas más para sustituir la planta averiada.
El irritante pitido de su comunicador la hizo volver a la realidad; solicitaban de su presencia en la oficina del gerente; después de ignorar el mensaje otro más alarmante la hizo buscar sus cosas y dirigirse al cuarto en donde indicaba el mapa.
—¿Dónde te habrás metido Sonic?
No terminó de murmurar para si misma, cuando al abrir la puerta se encontró al erizo, al intuir un poco, le pareció que este intentó escapar pero, no se le dió muy bien memorizar la salida.
—¿Haz visto por ahí a Mayard? Lo ando buscando.
Aunque parecieran demasiado incoherentes sus palabras tenía esperanzas en hallarlo sin embargo, el aparato sonó; está vez saliendo el mensaje.
Disgustada por el encargo que le hacían, de un portazo cerró su habitación seguida de Sonic, quién observaba de manera preocupada.
—Amy, cálmate todo esto puede tener algo positivo—aseguró el erizo, quien todavía llevaba la camisa de fuerza, pero está vez desabrochada.
Le hubiese contestado a Sonic de no ser porque vió a Shadow pasar, ya le había advertido de no jugar con su trabajo y, sin pensarlo dos veces condujo a Sonic al cuarto de calderas; luego que pasará estarían seguros.
Por el agujero de la cerradura monitoreo como él avanzaba por el pasillo, asustada al ver que se había detenido; girando cuidadosamente el pomo para posteriormente abrir la puerta, aparentemente no había el menor ruido; por lo que decidió revisar cada esquina del amplio lugar, sin embargo el azabache no consiguió nada sospechoso; volvió a cerrar la puerta, no sin antes dirigirse a una de las ollas y cerrarla como se debía.
—Creo que ya se fué—suspiró Amy, limpiando un poco de sudor que escurría de su frente con la manga de su bata—
—Amy…
—¿Porqué estará tan oscuro?—inquirió, siendo ignorante del murmullo de Sonic. Intentó abrir la olla pero, al parecer había sido cerrada desde afuera.—Rayos, está trabada.
—Amy…
Nuevamente la eriza se posicionó más arriba, buscando un punto débil de dicha estructura, pero seguía sellada.
—¿Qué sucede Sonic?—preguntó, un tanto fastidiada por la situación—.
—Una de tus manos está tocando mi entrepierna.
Intentando retroceder, se fué a la otra parte de la estructura; siendo retenida en los brazos del erizo. La intensidad de los ojos de Sonic parecían congelarse ante la vergüenza de ella, pero dicha posición resultaba incómoda para ambos.
—Ahora soy yo el que está encima de tí Ames—bromeó, pareciendo sonar un poco fuera de sí; dándose cuenta de sus palabras recapacitó—¡No es como si planeara algo! Digo, estamos encerrados, poca distancia entre nosotros, hay mucho calor…¡Por la presión claro! No es como si suene pervertido.
Amy se rió, acercando su rostro al de dicho erizo quien todavía la sostenía; sus respiraciones aceleradas chocaban entre si, al compás del vapor que la estructura les proporcionaba.
—¿Puedo ver tus pestañas? —preguntó Sonic con cierta timidez—.
Sin duda alguna, con la ayuda de Sonic lograron salir de la olla, aunque eso no era lo que la tenía preocupada, su mayor miedo era la explicación que le daría a su hermano sobre el utensilio roto.
— Vamos — ordenó llevándolo a la puerta trasera — debemos evitar que Shadow se percate de tu ausencia.
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