Parte nueve: 3. ¿Eso se puede?
Parte nueve: 3. ¿Eso se puede?
Kai se pasea por el lugar evitando tocar las cosas que su novio ya ha organizado. Está sorprendido, se había jurado que seguiría a Kyungsoo sin importar nada, estaba convencido de que incluso con la peor de las ideas del genial D.O, les iría mejor que con la mejor de las suyas o las de sus compañeros.
Kyungsoo no era ni de lejos la persona emocional, entusiasta y evidente que era cuando recién llegó. Ahora era más distante, e incluso se expresaba menos, pero seguía siempre preocupado del grupo en su totalidad. Todo su esfuerzo estaba dirigido al bienestar de sus seres queridos y, gracias a su inteligencia, ya iban varios años en los que había demostrado no sólo su fidelidad sino su efectividad.
Pero... ¿Irse? ¿A dónde? ¿Por qué? ¿Cómo? No entendía las razones que su novio tenía, pero si le pedía las explicaciones debidas, seguramente se quedaría totalmente convencido. Nada como las palabras de Do Kyungsoo.
–¿Puedo preguntar a dónde nos vamos?– Kai mira de reojo la puerta, está cerrada gracias a lo que le había dicho a Baekhyun para convencerlo de irse, palabras que no tenían por qué ser una mentira.
–Hemos estado ahorrando, era una idea que le propuse a Suho. Él me respondió que lo llevaríamos a cabo cuando yo estuviera en el poder. Al principio estaba desanimado, porque pensé que se refería a que nunca tendría la oportunidad, ahora comprendo de qué hablaba. Cuando él se fuera, tú y yo estaríamos a cargo y podría poner en práctica lo que he estado deseando desde hace mucho tiempo.
–¿Debo sentirme herido porque no me has mencionado este "gran proyecto" que tienes desde hace "tanto tiempo"?– bromea Kai, mientras se acerca un poco más, para no perder la costumbre.
–En realidad, lo creí imposible. Yo no quería darte falsas ilusiones mientras no tuviera algo en qué sostener mis ideas... ahora lo tengo, Jongin. Así que puedo contarte mi plan.
Jongin acepta con una sonrisa y se sienta bien para poder darle toda su atención.
Kyungsoo hacía sus pláticas agradables, ya que explicaba las cosas de manera entretenida y fácil de comprender, para que todos pudieran participar. Era especialmente paciente y lindo cuando quería que su novio fuera parte de sus ideas.
–Soy todo oídos– el menor mueve sus orejas graciosamente.
–Bien... quiero que formemos una empresa.
Kai hace un gesto extraño con la cara entre incredulidad y desconfianza. ¿Le estaba tomando el pelo? ¿Una empresa? ¿Qué clase de empresa? ¿Con quién? ¿Para qué?
–¿Una empresa? Kyungsoo, ¿para qué quieres una empresa?
–Para darles una segunda oportunidad a todos ustedes– expresa como si fuera lo más obvio. –Están acostumbrados a trabajar duro, y lo harán, pero ahora legalmente, con sueldos fijos y derechos de ley.
–Es imposible, todos aquí tenemos antecedentes penales, ¿cómo se supone que un montón de pandilleros formen una empresa, Kyungsoo? Creo que ahora sí te excediste con tus expectativas en nosotros.
–Ahí es donde te equivocas– contradice enseguida el mayor. –Te recuerdo que mi historial sigue limpio, no tengo antecedentes penales. Todo está planeado, no hay un sólo inconveniente en que puedas pensar para el que no tenga ya una solución.
–¿Es en serio? ¿De qué se tratará esta empresa?– quiere saber, todavía sin sentirse convencido.
–Bien, tengo un contacto. Hay un montón de barcos que llegan con mercancía que no logra repartirse por completo, porque traen extra para ventas más al por menor.
No pueden dejar de traer la mercancía, porque tienen un peso mínimo de carga en barcos para partir desde la China a diferentes partes del mundo. Hablé con Lay, y dijo que es confiable y totalmente legal.
Tomaremos todos los sobrantes de los contenedores y nos haremos importadores, para comenzar, luego podremos hacer otras inversiones. Nuestros chicos se harán cargo de organizar la mercancía, repartirla y venderla. Cuando tengamos otro buen capital, tengo otros negocios pensados.
–¿Qué clase de empresa está repleta de pandilleros, Kyungsoo?
–¡Nuestra empresa!– exclama extrañamente alegre.
–Nadie va a confiar en nosotros– explica Jongin tristemente, al ver la emoción de su novio.
–De eso nada. Hablé con una de las organizaciones de inclusión social del país. Están haciendo un proyecto de integración de las personas que han sido privadas de su libertad, o que tiene problemas para conseguir trabajo por sus antecedentes. Los ayudan si sus crímenes no tienen que ver con asesinato, violación o estafa al estado. Como empresa, haremos el servicio social de ayudar a las personas que han cumplido con su condena y quieren superarse. Si demostramos que tenemos muchos trabajadores que han estado en la cárcel o han robado cosas, pero que ahora quieren tener un empleo honesto, incluso podríamos recibir apoyo financiero del gobierno para que esa gente no vuelva a la calle, sino se mantenga ganándose la vida honestamente. Tendremos derecho de admitir o rechazar según los crímenes que se hayan cometido, ellos mismo tienen un programa de selección.
–¿Y de dónde vamos a sacar el dinero para todo esto, Kyungsoo?– esa era la pregunta que había estado esperando. El hombre sonríe satisfecho.
–Ya organicé los números. Con todo lo que hemos reunido, porque desde que llegué designé un fondo para emergencias, con las ganancias de los meses que me tomará inscribir la empresa, con la venta de muchas cosas de las que nos desharemos y el apoyo financiero que estoy seguro que podré convencer... seremos capaces de dar trabajo por lo menos a ciento cincuenta personas en los próximos ocho meses. Al principio, no vamos a ganar mucho, pero luego las cosas irán mejorando, sobretodo si encontramos más fuentes de ingreso.
–¿Ciento cincuenta personas? ¡Pero eso es más del doble que todo nuestro grupo actual junto!– exclama sorprendido Kai.
–Sí, pero si consigo el apoyo del gobierno, seguramente querrán incluir a muchas otras personas. Sin contar que vamos a necesitar contadores, secretarias, gente de limpieza, cocina, etc.
Con la venta de esta casa gigante, podremos comprar un pequeño edificio donde empezaremos a trabajar. Hay uno que llamó mi atención. No es lujoso, pero tiene bodegas grandes y podemos remodelarlo con los años. Revisé los planos, tiene muchísimo potencial.
– No lo puedo creer en verdad estás hablando en serio... has estado pensando esto totalmente en serio...
–¡Claro que estoy hablando en serio! Me he roto la cabeza pensando en todas las posibles complicaciones y cómo solucionarlas. Quiero que salgamos de este infierno, Jongin. Quiero que Baek, Chan, Luhan, Sehun... que todos tengan una oportunidad de tener una vida normal... que Chen y Xiumin puedan volver, porque es legal y no tendrían inconvenientes. Quiero que Suho y Lay también regresen, quiero tener un pequeño departamento con las ganancias de un trabajo bien hecho y que puedas estudiar. Yo sé que siempre has querido estudiar, que llegues a casa y....
–¿Y?
–Tener una cama de verdad, no un colchón en el piso. Tener una oficina de verdad, no un cuarto viejo lleno de polvo y cosas inservibles. Quiero un hogar de verdad y despertarme todos los días a tu lado– Kyungsoo se sonroja al terminar su frase.
–Te despiertas todos los días a mi lado– susurra Jongin y se acerca un poco más, pero Kyungsoo no parece muy dispuesto a besarlo.
–Jongin...
–¿Me estás rechazando? ¿Ahora soy yo el que tengo que rogar por amor?– la broma no tiene los efectos deseados, Kyungsoo frunce el ceño.
–No es gracioso, ni me lo recuerdes... no me hagas enojar.
–Perdón– la sinceridad de su disculpa, sumada a su carita de cachorro hace que Kyungsoo flaqueé. –Sé que dudé en el momento más importante, que no hice lo que debí y provoqué que las cosas se vuelvan solitarias, pero ha pasado un tiempo ya y así me cueste... ahora soy capaz de admitir que tengo un corazón que te quiere. Sigo asustado de tener estos sentimientos, pero mantenerlos en secreto es más doloroso y fastidioso de lo que crees. Lograste conquistarme por completo, Soo, lo lograste.
–Es algo totalmente nuevo para mí. Vaya, no termino de acostumbrarme a que lo digas de esa manera– el mayor acaricia su rostro. –Cada día es una nueva sorpresa, siempre me siento tentado por lo que representas para mi. Eres tan diferente ahora, así otros no sean capaces de notarlo.
–¿Soy diferente?– pregunta sorprendido Jongin. –¿En qué sentido?
–Antes jamás te habría imaginado con una mirada cariñosa, por ejemplo. Te has ido haciendo más humano.
–¿Acaso no era humano antes? Tú me has cambiado, todo esto es tu culpa. ¿Ahora qué vas a querer de mí?– bromea el chico, pero Kyungsoo se ve bastante serio.
–¿Qué quiero de ti? Quiero que hagas que te bese, quiero que hagas que te toque... quiero que hagas que te quiera. Quiero que hagas todos los méritos para que te continúe amando como lo hago. No te conformes con lo que tenemos, quiero que desees más, que pidas más, que me exijas más... Hazlo... haz que te bese y que te ame.
Esa, no era una petición difícil para Kim Jongin.
* *
Ravi está con la sangre en el ojo. La irritación que siente en este momento se ve claramente reflejada en el tono rojo de sus mejillas.
Ha estado recibiendo el apoyo del hombre misterioso. Es increíble como conoce los negocios, las trampas, como es capaz de leer un rostro que parece no decir nada. El líder no es tonto, si esta persona quiere algo en el futuro, se lo dará. Los beneficios que tiene en este momento son incomparables.
Pero eso no es lo que le molesta en realidad. Hay algo que ha sucedido dentro de su grupo, totalmente intolerable. De sólo pensarlo, en serio se enoja. ¿Cómo pudo pasar algo como esto? ¿Cómo permitió que sucediera en primer lugar?
–¿Una estafa? ¿A mí?– murmura enojado, pero una risa ronca se escucha a su espalda.
–No eres el primero, no serás el último. ¿Una estafa? ¿En tus narices? Es un terrible golpe para tu orgullo, ¿verdad?
Típico en él, el hombre tiene un cigarrillo encendido en su mano derecha y cada cierto tiempo lo mete a su boca y deja salir mucho humo.
–No entiendo, revisé todo por mí mismo, tal como me lo habías dicho... pero no sé en qué momento lograron llevarse el dinero– explica Ravi. Con el tiempo y el permiso del mayor, ya lo trata de manera informal. Le costó, pero poco a poco lo ha conseguido.
–Esa es la magia de las estafas, que los demás no se den cuenta. No fueron tan buenos, que los lograste atrapar.
–Esto... esto definitivamente merece un castigo. Los golpearé con mis propias manos y les haré entender que conmigo no se meten.
–Y exactamente aquí, es donde empiezan tus errores– comenta y Ravi lo mira asombrado.
–¿Errores? ¿Por qué errores?– está sorprendido.
Generalmente el de las ideas radicales rayando en la violencia era él, y ahora que tenía ganas de en serio golpear hasta matar, le detenía.
–Tienes que aprender a lidiar con la situación– explica el hombre con calma.
–¡Todos tienen que aprender, no sólo él, que a mí no se me hacen esas cosas!– reclama el líder indignado.
–Por eso, déjalo irse.
–¿Qué? ¡No! Es decir, no entiendo. Tus consejos suele ser muy buenos– dice frustrado. –Pero no voy a dejar que se vaya. Me robó... me engañó, incluso hizo que dudara de algunos de mis hombres más fieles...
–Déjalo.
–¿Por qué?– pregunta Ravi, gritando esta vez.
–No estoy diciendo que no lo castigues, escucha mis razones. Si dejas que se vaya, le harás daño fuera de tu territorio, no dentro. El mensaje es claro, todos saben que siendo parte de tu grupo están a salvo, pero son libres de marcharse si quieren... la cuestión es que no pueden hacerlo sin un castigo.
Ravi está impresionado. Era verdad, si mostraba violencia dentro del grupo, eso no le beneficiaba para nada. Son los que se van los que resultan castigados. Si te quedas vives, si te vas mueres, muy fácil de entender.
A veces, Ravi temía ser controlado por el misterioso hombre y que este lo manipule para hacer lo que le plazca, pero por el momento sólo había demostrado que sus ideas eran los suficientemente buenas, para que ciertos detalles puedan ser dejados a un lado mientras pueda aprender de él.
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