Parte doce: 17 Caída
Parte doce: 17 Caída
–Jamás pensé que diría esto de nuevo– Baekhyun retira las latas y se deshace de todas, incluidas las que todavía no estaban usadas. –Pero creo que tienes un poco de sangre en tu torrente alcohólico. No puedes simplemente ahogar -literalmente- tus penas en el alcohol.– Baekhyun apoya su cabeza en su mano y lo mira con impaciencia.
–Fueron un par de cervezas. No necesito que me recuerdes otros malos momentos del pasado justo ahora.
–No quiero entrometerme, pero creo que Baek tiene razón– Chanyeol carga al gato de su novio que desesperadamente quiere arañar a Jongin, como tiene por costumbre, y lo deja lejos para que se distraiga con algo. Regresa para palmear la espalda del deprimido muchacho amigablemente.
–Beber sólo va a confundir más tu mente, y eso no es algo bueno justo ahora. Todas las parejas tienen momentos duros, pero terminar con Kyungsoo sin dejarle oportunidad de explicarse si creo que es algo extremo.
–¿Sin dejar explicarse? Creo que estás un poco desinformado, Chan. ¿Qué harías si las cosas están mal con Baek y, cuando quieres arreglarlo, él decide que no te va a poner un dedo encima durante semanas, o a penas dirigirte la palabra? Me voltea el rostro, me empuja fingiendo que está dormido, me retira los labios. No se pude vivir así, eso no es una relación, es un martirio. Y, cuando le pido explicaciones, me dice que soy infantil y paranoico.
–Nini... Lo que me estás diciendo, ¿es realmente cierto?– Baekhyun ahora tiene una expresión seria, con el ceño fruncido.
–Por eso estoy tan desesperado, no mentiría con algo como esto para causar lástima. Ustedes me conocían antes que él, saben como he sido toda mi vida. No soy una persona que ruega por amor, pero él me ha acostumbrado a tener contacto físico, a conversar, a pasar muchos momentos juntos agradables que pintaban la vida de un bonito color claro. Pero desde que ese maldito pandillero apareció, todas las cosas han estado de mal en peor. Pensé que ayudarlo sería una buena idea, pero al parecer no tengo buenas ideas. Nos estamos desvaneciendo, estoy empezando a pensar que Kyungsoo simplemente ya no está interesado en mí.
–Eso es imposible– contradice enseguida el mayor de los tres, negando varias veces con la cabeza.
–No, Baek, no lo es. Esto podrá ser una pesadilla para mí, puedo estar echándolo ya de menos, pero eso no significa que no sea realista. He pasado por las suficientes cosas malas y desagradables en mi vida como para saber que algo pésimo se avecina.
Baekhyun no sabe si golpearlo o abrir una lata de cerveza él también. Chanyeol se lo adelanta y empieza a beber con tragos cortos y una mirada desconsolada.
Ha escuchado la versión de Jongin por primera vez. Según las cosas que decía Kyungsoo, realmente parecería que estaba siendo un poco infantil y exagerado, pero esa no era la expresión de una persona que quisiera armar una tonta escena de celos. Era el rostro de alguien que estaba devastado por perder algo muy importante en su vida.
–Maldita sea, Jongin– exclama Baek después de unirse al club de la bebida. –¿Por qué ustedes dos no pueden solucionar todo con sexo como lo hacían antes? Ahora son un dolor de cabeza. No deberías refugiarte aquí e intentar escapar de esto. Yo los conozco, les falta revolcarse un poco juntos y todo mejorará.
–Ese es el problema– el alcohol empieza a actuar en el organismo del menor. Tiene las mejillas coloradas y la mirada triste. –¿Cómo puedo arreglar todo con sexo como antes, si ni siquiera me deja besarlo? Por eso no hemos arreglado nada, porque Kyungsoo me rechaza... ¿Ya no soy atractivo?8
–Eres sexy como el infierno, estás más bueno que el pan, para comerte con chocolate, te daría y no consejos.
–Eso fue absolutamente innecesario, Byun Baekhyun.
Jongin dejó salir una risa incrédula. Estaba seguro de que era la primera vez que veía a Chanyeol celoso de él. El gigante no era de los que hacía mucho escándalo, porque Baek en general era muy abierto al expresar quién le resultaba atractivo y quién no. De todas formas, era algo pequeño. Le gustaría tener que lidiar con esos pequeños problemas cotidianos con Kyungsoo, sin tener que huir de casa.
–¡Por favor, Channie! ¿Me vas a decir que estoy mintiendo? ¡Esta buenísimo!
–Puede ser guapo, pero no es necesario que lo digas de esa manera.
Chanyeol mantiene la calma, pero insiste en su punto. La conversación es una pequeña discusión de pareja, que Jongin observa y pone atención, pero también parece totalmente concentrado en sus pensamientos.
Jongin piensa en cómo era su relación con Kyungsoo. Al principio, se negaba a creer que serían capaces de salir de ese submundo tan absorbente, pero lo lograron. Pensó que iba a perderlo para siempre una vez, y logró tenerlo de nuevo a su lado. Logró pasar los mejores momentos de su vida, pero siempre supo que era algo demasiado bueno y que no iba a durar. Bastante había tenido al poder compartir tanto a su lado. Ahora tenía que ver las cosas desde un panorama distinto, uno más completo. Tendría que trabajar duro si quería verlo en un lugar mejor. Lo que les estaba matando era la ausencia.
Jongin aprendió que eran las pequeñas cosas de las que se había terminado enamorando realmente. Un besito en un rincón, papelitos en los cajones, jugar mientras se lavaban los dientes, no mirarse en público... porque de otra manera se terminarían besando frente a quien sea. Pisar las hojas que habían caído de los árboles en otoño y hacer un concurso. Llorar con películas cursis cuando nadie los podía ver. Cantar exageradamente en el auto, trabajar duro para conseguir cosas juntos.
–Jongin... ¿estás llorando?
* *
–Entonces, la razón de que yo haya tenido que estar haciendo todo en este maldito lugar por todo este tiempo es porque... ¿tú estabas trabajando? ¡No me jodas!
Ravi tuvo que limpiarse la colilla que el hombre le había lanzado después de escuchar su explicación, para evitar quemarse. No es que se hubiera desinteresado de su grupo o algo por el estilo, pero tenía que cumplir el pedido de Kyungsoo si realmente quería ganarse su confianza.
–Kyungsoo mismo fue a dejarme en la oficina, se supone que "quiero rehabilitarme" y salir de las pandillas. Estoy en período de prueba, si falto, llego tarde o no me dedico, me sacarán del lugar y no podré ni acercarme a Kyungsoo. Si llegan a enterarse que realmente no he salido de este mundo estaré acabado.
–Tsk, maldito inepto. ¿No dijiste que tenías su confianza y hasta te recomendó?
–Sí – admite el líder con aire desanimado. –Pero me puso a prueba de nuevo. Si me descuido ahora será el fin. Y no estoy exagerando, lo que hemos estado planeando se ira directo a la mierda.
–Entonces anda tu también– responde secamente el hombre. –No puedo estarme haciendo cargo de tu grupo de inútiles mientras tu juegas al rehabilitado para convencer a alguien que igual no va a confiar en ti. Si no debes dormir para lograrlo, es tu problema, pero no me metas más en esto, estoy harto de estar limpiando las cretinadas de tu equipo. Yo te ayudé a llegar, durante todo este tiempo, a donde estás ahora, pero ya no más. Es hora de cosechar lo que he sembrado.
Ravi está realmente impresionado. El tipo está volviéndose cada vez irritante. ¿Lo necesita en este momento? Tal vez para mantener al grupo sin revelarse, pero luego si las cosas salen bien, podrá prescindir de él.
–¿Y qué se supone que has sembrado?
No quiere ir más lejos con su fastidio y le gustaría sacar un poco más de las frases llenas de sarcasmo que tiene en la mente, pero no puede porque podría ser contraproducente, de todas formas es difícil contenerse.
–Te he convertido en una persona influyente para todas estas personas, para que puedas ir detrás de Do y destruirlo. Esa es la cosa que hemos estado esperando, hacer que todo lo que han construido se destruya.
–No entiendo cómo llegar a ser de su confianza lo logre. Tienen todo en regla, no es necesario buscar nada, no se va a encontrar. No podrás acusarlo de nada sucio, porque es legal.
–Eso no importa– el hombre prende su tercer cigarrillo desde que está ahí –No necesitamos buscar algo que haya hecho mal. Eso no me sirve. Necesitamos que HAGA algo malo, meterlo sin que se de cuenta en algún asunto realmente grave, hacer que su gente le de la espalda, hacer que esa empresa se caiga en pedazos y todo caiga sobre sus hombros.
–¿Por qué?
El hombre evidentemente no se esperaba esa pregunta y lo miró desconcertado por unos segundos antes de regresar a su expresión de fastidio de cuando algo no le agradaba.
–No necesitas saber mis razones, lo quiero acabado. Punto. ¿Recuerdas que debías darme lo que yo quisiera cuando te lo pidiera? Pues este es el momento. Vas a tener que acelerar el proceso, ¿escuchaste?
Ravi se quedó parado ahí cuando el hombre se fue. Tenía tanto fastidio. Quería gritarle ahí que no tenía ninguna verdadera razón para obedecerlo, que sabía perfectamente quién era y por qué tenía tanto odio por Kyungsoo y sus amigos. Quería desahogarse y mostrarle que era él quien lo usaba y no al revés. Quería decirle que era un cobarde detrás de su patética máscara de líder, cuando en realidad sólo estaba lleno de miedos y rencores.
¿Qué haría si simplemente le llamaba por su antiguo nombre?
Kris
Pero no se quedaría con todas las palabras en la boca. Antes de que el hombre decidiera irse, se apresuró a hablar.
–Si yo me hago cargo de Do y su empresa, si realmente logro que caigan de lo más alto y se arruine todo su esfuerzo, ¿tú que conseguirías? Si tanto lo odias... mátalo. ¿No? Puedes deshacerte de él y ya. No es tan difícil.
–Tu pequeña mente no lo entendería– escupe el rubio enojado. –Yo no quiero que desaparezca, ahí se terminaría la diversión. Quiero que esté aquí, vivo, agonizando y llorando por perder lo que ha ganado injustamente, a costa de arruinarme a mí.
–Entonces... ¿lo conoces?– se atreve a preguntar Ravi.
–Pensé que era obvio– se burla Kris.
–Sí, lo era. Pero quiere decir que eran cercanos antes, para que haya podido destruirte... dejarte tan abajo. ¿Qué fue exactamente lo que hizo?
–Lograr que yo caiga de lo más alto, tal como yo haré con él.
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