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Parte diez: 9. Pensamientos

Parte diez: 9. Pensamientos

–¿ESE ES TU REGALO? ¡Estoy absolutamente impresionado!

Baek habla con la boca llena mientras acaricia con ternura a Nunmun, quien acababa de llegar a su regazo y perezosamente se acomodó ahí.

–A veces siento que está mal darle esto como un regalo– comenta Kyungsoo con preocupación. –En todo caso, ha trabajado mucho para conseguirlo, decir que es un regalo le quita por completo la idea de esfuerzo para llegar hasta donde ha llegado.

–¡Oh vamos! Este tipo de cosas tienen tu nombre por todas partes. ¿Recuerdas su cumpleaños? Le regalaste la entrada financiera de su auto y le ayudaste con los trámites para que renueve su licencia. Con su sueldo, Jongin siguió pagando las cuotas de su auto con su trabajo en la empresa, cumpliendo además con las pasantías de su carrera. Recibe un incentivo, se vuelve responsable, hace esfuerzos y además reafirmas tu maravillosa y positiva influencia sobre él para que mejore. Esto es lo mismo, le estás dando un regalo que va acorde con la situación. Se está graduando con honores en su carrera afín a la empresa... por lo tanto nombrarlo vice presidente no sólo le hace partícipe constante, sino también siente que le estás dando tu confianza, ese es el mejor regalo...

–Baek– Kyungsoo está emocionado con las palabras de su amigo, casi al borde de las lágrimas, pero Baekhyun siempre puede encontrar la manera perfecta de arreglar su propia cursilería.

–También puedes dejar que te coja toda la noche sin parar en sus posiciones favoritas. ¡Ese si fuera el mejor regalo! ¡Que te de con un látigo! ¡Vístete de enfermera sexy! ¡Cómprate una tanga!

–Te odio– toda la emoción, el orgullo y la confianza que había ganado con el discurso previo, desaparecieron con la misma facilidad con la que llegaron.

–¡Oh vamos! Niégalo, si yo le digo a Jongin: vas a ser el vice presidente de la empresa, seguro se infarta y salta de la terraza por la felicidad. Pero, si le digo que puede hacerte "cosas" como él quiera, cuando quiera y donde quiera... no va a haber forma de controlarlo y te encerrará en el cuarto hasta el día de su graduación.

–¡Eso es pasado mañana!– exclama sorprendido Kyungsoo, pero Baek se enoje de hombros.

–¡El tiempo que sea! Yo sólo te estoy dando ideas para los regalos. Piensa en lo de la tanga...

–Me limitaré a recordar sólo las palabras tan acertadas que dijiste al principio y no los absurdos desvaríos de ahora.

–Como siempre– bufa el mayor. –Tomando lo que te conviene y desechando lo demás. Pero de eso se trata ser el gran jefe, ¿no? Deshacerte de los grandes problemas, de todas las horribles personas de afuera que quieren aprovecharse de tu éxito. Pero yo no tengo esa intención. Últimamente se han alejado un poco, ambos están llenos de trabajo y Jongin te extraña como un loco, así sea tan idiota que no te lo dice, como siempre. Si ha estado actuando extraño, ahí está tu respuesta, pero eso se acabó. Ahora trabajarán juntos en horarios parecidos y todo va a mejorar. ¿Qué opinas?

–¿Jongin me extraña y no me lo dice?– los grandes ojos de Kyungsoo encuentran los suyos y Baek sabe que abrió inconsciente su bocota otra vez para arruinarlo todo.

–Es decir, es lo que pienso yo... Kyungsoo, en serio necesito que entiendas algo. Cualquier cosa que hagas por Jongin será bienvenida, ¿cuántos años están juntos ya? ¿Cinco, seis, siete? Ustedes son una pareja, una de verdad. Viven juntos, trabajan juntos, se apoyan y se aman. Pasar por problemas normales es algo reconfortante después de la vida que tenía Jongin, esa horrible vida de donde lo sacaste.

–Yo sólo di las ideas... ustedes fueron quienes han puesto todo el esfuerzo en el proyecto, por lo tanto no pueden seguir dándome todo el crédito. Mis ideas pudieron quedarse en el aire y nada cambiar, pero ustedes quisieron mejorar, avanzar...

–Porque teníamos la seguridad que lo haríamos bien con tu guía– interrumpe Baek. –De otra forma, nadie se metería en algo que no tiene una finalidad o un objetivo real. Ahora, vamos a dejar de hablar de esto. ¿No dijiste que Luhan estaría abajo en la oficina esperándonos para los últimos trámites de Jongin?

* *

Kyungsoo tiene una importante reunión con uno de sus tantos socios temprano en la mañana. Al siguiente día, Jongin iba a graduarse formalmente y tenía que llegar pronto para terminar los últimos preparativos.

Ya en su auto, el joven empresario sale del subterráneo hacia la avenida principal. Un semáforo lo detiene a penas llega, y aprovecha para colocarse el aparato de manos libres y dejar su celular a la mano. Distraídamente mira por la ventana, cuando una imagen llama su atención.

El chico, evidente pandillero, que lo había abordado en la universidad hace un tiempo, estaba parado cerca de sus oficinas y sus departamentos. Parecía inofensivo, simplemente observando la edificación, pero Kyungsoo sabía que algo malo podría venir de eso, así que tomó medias inmediatas.

–Seguridad, buenos días.

–Buenos días, señor Lee– saluda educadamente el CEO cuando contestan su llamada. –Soy Do Kyungsoo, tengo un pedido especial.

–¡Presidente, buenos días!– el jefe de seguridad reaccionó de inmediato al oír la voz y la presentación del hombre. –¿Qué puedo hacer por usted?

–Le ruego que a partir de hoy la seguridad sea mucho más estricta. Sé que lo he dicho antes, pero quiero que nadie entre o salga sin identificación, ni siquiera las personas que conozcas, incluido yo mismo. Que las cámaras de seguridad no tengan puntos ciegos y que nadie pueda obtener información de mi paradero o de mi horario sin mi previo conocimiento y permiso. Ante cualquier inconveniente, quiero ser el primero en enterarme y llamar a las autoridades.

–C-claro, señor. Me encargaré que todos sean muy cuidadosos.

–Que todos estén alertas, especialmente cuando no esté dentro de la empresa.

–SÍ, señor– repite el empleado obedientemente.

–Perfecto, muchas gracias señor Lee. Que tenga un buen día.

–Igualmente, señor.

Kyungsoo tiene el ceño fruncido. ¿Por qué, de la nada, vendría alguien de quién sabe qué pandilla? Tiene varias opciones, tal vez quieran pedir dinero intentando chantajearlo con su pasado. Tal vez quieran hacer algún tipo de negocio sucio aprovechándose de su estatus.
Sumido en sus pensamientos, contesta el teléfono que suena en manos libres, sin revisar quién era la persona que estaba llamando.

–¿Hola?

–¡Te fuiste sin despedirte! Acabo de despertarme solo en la cama– la voz de Jongin se escuchaba efectivamente, como si recién hubiera regresado del coma al que se somete cuando se queda dormido.

–Te di un beso en la frente, Jongin. El problema es que estaba apurado y despertarte es un martirio total.

Mientras Jongin seguía quejándose amargamente de haber sido abandonado y tener que desayunar solo, Kyungsoo recuerda las palabras de Baekhyun.
Jongin lo extraña, actúa raro y lo necesita, pero no es capaz de decirlo. Tal vez si es capaz, llamarlo a quejarse porque no se ha despedido correctamente para irse, es una queja obvia. Que Kyungsoo no ha sido capaz de entender de inmediato es otra cosa.

–¿Quieres que almorcemos juntos? Come algo ligero en la mañana, descansa bastante y te recogeré al medio día, ¿te parece? Igual, no tienes mucho que hacer hasta mañana, ¿verdad?

–¿En serio comeremos juntos hoy? ¿No vas a estar ocupado al medio día?– la preocupación del chico le hace sentirse miserable. Ha estado descuidando a Jongin, era evidente. ¿Cómo es que no se dio cuenta?

–Si no te importa salir de la casa, tienes que estar listo a las doce... ¿te parece?

–Estaré listo... Kyungsoo. Hace tiempo que no hacemos este tipo de cosas– el tono serio de Jongin sólo aumentó su ansiedad y sentimiento de culpa.

Como siempre, cumplió su trabajo con diligencia y se encargó de todos los asuntos que tenía pendientes de la mejor manera, pero no podía dejar de pensar en Jongin y en las palabras que Baekhyun le había dicho. Sí, su novio había estado actuando de manera extraña, pero el supuso que se debía a todas las ocupaciones que el joven tenía. Estudiaba, trabajaba a medio tiempo y tenía sus propias ocupaciones y pasatiempos. Jamás se le habría ocurrido que se sentía solo.

Finalmente se hizo hora de pasar por Jongin y Kyungsoo decidió dejar algunas de sus ocupaciones para luego. Realmente quería verlo y pasar un tiempo que se pueda llamar de calidad. No estaba en sus planes dejar que su relación se enfríe o se distancie, necesitaba a Jongin en su vida, era un pilar fundamental para su felicidad, como persona, como pareja.

–Llegaste a tiempo– el menor se sube al auto mientras se saca los audífonos. –¿Te desocupaste pronto?

–Hago todo lo posible para siempre llegar a la hora– responde con tranquilidad un pensativo Kyungsoo. Tiene muchas cosas en la mente como para acelerarse a decir lo primero que se le ocurre.

–Sí, siempre eres así de cuidadoso– Después de ese comentario, el mayor se limitó a conducir, mientras el otro se preocupaba de buscar música que ambos disfruten. Además de las canciones seleccionadas, nada más se escuchaba, ya que no estaban conversando. Jongin parecía ensimismado con su arduo trabajo de DJ y Kyungsoo no podía evitar seguir perdido en sus preocupaciones.

–Jongin– le llama después de más de cinco minutos de no interactuar y el menor da un ligerísimo brinco de sorpresa al escuchar su nombre.

–Dime– con una sonrisa, espera las palabras de su pareja casi con nerviosismo.

–¿Hay algo que te moleste últimamente?

–¡Varias cosas!– exclama de inmediato el chico, soltando un bufido. –He estado tan ocupado con la graduación, que Luhan ha tenido que ayudarme con el trabajo en la empresa. He tenido que hacer el discurso y, a pesar de estar contento por los resultados de mi tesis, todavía no me recupero de tantas malas noches y el sufrimiento que el proyecto me causó en su totalidad. No he dormido lo suficiente y tampoco he hecho ejercicio– una sincera carcajada se escapó de la garganta de Kyungsoo al escuchar las quejas de su pobre novio, pero enseguida retomó el tema inicial.

–Lamento mucho escuchar eso, pero seré más específico con mi pregunta, si no es un problema. Yo, bien. En serio me gustaría saber si hay algo en nuestra relación que ya no te haga feliz... es decir...

–Soy otra persona, Kyungsoo- le interrumpe. -El chico problema, el pandillero de hace tantos años ya no existe. Todos los sufrimientos, los cambios, los avances... toda esta vida nueva se encargó de deshacerse por completo de ese sujeto. Incluso si lo que me ha pasado me ayudó a ser quien soy hoy, he cambiado. No vas a encontrar rastro de Kai. No quiero volver a ser él nunca– Jongin suspira con fuerza. –Dentro de ese cambio está esa persona incapaz de relacionarse correctamente con los demás. Todavía me cuesta muchísimo admitir lo que siento, lo que me importa... pero por lo menos si soy incapaz con las palabras, lo hago con mis actos. Respondiendo tu pregunta, creo que sí, hay cosas que me gustaría mejorar con respecto a nosotros.

–Por favor, continúa– le invita Kyungsoo con tono tranquilo.

–Yo quiero ganarme tu corazón de nuevo. Quiero estar a tu alrededor otra vez. Soy yo quien ahora quiere saber lo que sientes. Es decir, estás en todas partes y en ningún lado al mismo tiempo. Últimamente me paso todo el día imaginando a que hora vas a llegar, si podremos dormir juntos, o ve una película, cosas por el estilo. Sé que a veces necesitas tiempo, voy a esperar lo que quieras pero...

–Un... un momento. Estoy un poco confundido, ¿me estás diciendo que te hago falta?

Kyungsoo no quiere quitar la mirada ni la atención del camino, pero se voltea a mirar a Jongin, que está sonrojado.

–Ya no puedo ocultar lo que siento, Kyungsoo. No puedo evitar sonreír cuando te veo, no puedo evitar intentar llamar tu atención con pequeños detalles. Como usar ropa que quede a juego con la tuya– la expresión de Kyungsoo lo decía todo, ahora Jongin estaba avergonzado por admitirlo en voz alta. –Me siento ridículo a veces, pero mis sentimientos no hacen más que crecer. Así como llegaste a mi vida sin darme cuenta, también te has incrustado en ella increíblemente y ahora estamos juntos. ¿Algo te molesta a ti de nuestra relación? ¿También te sigo gustando? ¿Cuánto?

–Jongin...

–Dime, ¿sí o no?

–Lo he dicho interminablemente, niño inseguro. Yo te amo, aunque muchas veces tal vez no soy capaz de hacer que lo entiendas como me gustaría, tal vez soy bueno con mis palabras, pero no con mis actos. Sí, te he descuidado, al parecer no has sido el único en darse cuenta. He convertido mis esfuerzos en hacer tu vida feliz en exactamente lo contrario. Si trabajo duro es para que todos tengan la vida que tienen ahora, pero no puedo hacer que eso nos separe. Entiendo mi error, haré lo posible para arreglarlo. Si tan sólo pudiera... aunque puedo arrepentirme luego... si tan sólo pudiera...

–¿Si tan sólo pudieras qué... Kyungsoo?

–Tenerte más cerca...– el mayor no quería arruinar su regalo. Como vice presidente, tendrían exactamente el mismo horario, así podrían pasar sus ratos libres juntos.

–Me tienes a tu lado todas las mañanas y todas las noches, Kyungsoo. Despiertas y yo estoy ahí, pero no puedo decir lo mismo de ti. Tal vez son esas cosas las que debes cambiar para que lo nuestro siga bien. ¿No lo crees?– Fue un golpe duro escuchar esas palabras en ese tono, pero Jongin tenía razón.

–Estoy avergonzado. Jamás pensé que tendría que escuchar un sermón de Kim Jongin acerca de cómo hago las cosas mal en una relación amorosa, pero sí, estás en lo correcto. Aprenderé a seguir apreciando y amando lo que tengo.

Con la mano izquierda, Kyungsoo acaricia la pierna de Jongin con cariño y le regala una bonita sonrisa de corazón. El chico no puede evitar sentirse aliviado al sacar sus preocupaciones y estar satisfecho al saber que su novio entiende cómo se siente, sostiene con su diestra la mano que lo acaricia y decide entrelazar sus dedos.

–¿Algo en particular que quieras comer?

–Cualquier cosa está bien ahora, en realidad me muero de hambre. Me quedé dormido y a penas si desayuné. Los últimos meses han arruinado la rutina que tanto te ha costado hacer que cumpla y que me acostumbre.

–Entonces, elegiré algo de comida casera. Nada de chatarra, ¿te parece bien?

La conversación, al tornarse mucho más casual y ligera, fluyó mejor y la comodidad al estar juntos regresó a la normalidad.
Habían muchas cosas que tenían que mejorar, y que debían cambiar, pero Kyungsoo estaba seguro de que Jongin dentro de la empresa a tiempo completo sería el cambio que tanto necesitaban. Mientras bajaban del auto en el parqueadero del restaurante, el celular de Kyungsoo empezó a sonar.

–¿Quién es?– preguntó Jongin al ver su ceño fruncido.

–Número desconocido– responde en voz baja. –Nadie, aparte de personas seleccionadas tiene este número.

–Pueden estar llamando sin querer... es decir...– Jongin no termina de hablar cuando el mayor corta la llamada sin contestar y guarda su celular.

–Si es algo importante, llamarán al normal. Pero esto no me gusta para nada– el menor empieza a atar cabos y se pone en alerta.

–¿Tiene esto algo que ver con el pandillero del otro día?– pregunta, alterándose de inmediato.

–No lo sé, pero no creo que un pandillero como él sea capaz de algo como esto. Necesita acceso algo más grande para conseguirlo. Primero comamos, ¿si? Luego nos ocuparemos de esto.

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