Parte diez: 6. Promesas
Parte diez: 6. Promesas
Jongin presionó el botón del ascensor cromado y se volteó para mirarse en el espejo. Las ojeras ya no estaban tan marcadas, pero seguían presentes. Su celular empezó a sonar cuando se acomodaba el cabello y lo rebuscó por unos desesperantes segundos, antes de finalmente atraparlo y contestar.
–¿Llegaste a casa?– pregunta a Baekhyun ni bien termina de aceptar la llamada.
–El ascensor se está abriendo– responde con calma y efectivamente sale hasta el pasillo.
–¿Puedes darle de comer a Nunmun?– el pedido suena como un ruego desesperado de una madre que no puede llegar a tiempo para ver a su hijo. –Tengo una reunión muy importante, no le dejé su tazón lleno y seguro va a llorar.
–¿Chanyeol?– pregunta Jongin mientras se desvía para subir las gradas que le llevan al departamento de Baekhyun.
–Llegará como a las cinco ¡No vas a dejar a mi bebé sin agua o comida hasta las cinco de la tarde, Kim Jongin!
–Estoy entrando, estoy entrando. ¡No grites!– Jongin abre la puerta después de teclear la clave y se acerca al lugar donde sabe que está la comida del animal. –Es un puto gato, Baek. Si se muere va a tener seis vidas más para hacer la mía imposible, deja de lloriquear.
–Yo sé que amas a Nunmun, pero te tomará mucho tiempo aceptarlo, como te pasó con Kyungsoo– le recrimina Baek al otro lado de la línea.
–No compares a Kyungsoo con tu bola de pelos, ¿escuchaste? Además, ese gato es mimado y exigente, tan insoportable como tú. Kyungsoo es un adulto sexy, la única persona que he querido en este mundo. ¿Entiendes la diferencia?
–¿A mí no me querías?– Jongin puede imaginar el puchero del odioso de Baekhyun. –Bueno, pensaré positivo, por lo menos se parece a mí y no a Kyungsoo. Con eso me aseguro que no violes a mi bebé.
–¿Por qué demonios haría algo así? ¿Por qué escucho esto siquiera? Debo estar loco para hacerte caso. ¿Por qué violaría a un gato, tarado?
–¡Todo es tu culpa! Si sólo llenaras su tazón de agua y el otro de comida sin quejarte y cerraras la maldita boca, yo no tendría que decir todas estas cosa innecesarias.
–Sí, sí, lo que sea. Al final todo es mi culpa. Tu gato tiene sus estúpidos tazones rosa con comida y agua hasta la raya marcada para que mantenga la línea. ¿Contenta, princesa?
–Te amo, guapo. Me tengo que ir. ¡Gracias!– la llamada se corta y Jongin bufa enojado.
–Idiota. Pero más idiota yo, que sigo haciendo lo que me pide. Estúpido Baekhyun.
Jongin baja las gradas y marca su propia clave para entrar a su casa. Por fin. Un delicioso aroma a chocolate invade el lugar y se dirige a la cocina para ver que el horno marca tiempo en reversa, Kyungsoo seguramente le preparó algo rico ese día, es maravilloso comer de él desde que entró en un curso de cocina de verano, para relajarse de la empresa.
En ese momento sólo quería saludarlo, darse una ducha, comer algo ligero y dormir lo que no había podido en toda la semana por culpa de los exámenes finales.
La imagen que encuentra el entrar en su habitación es de lo más excitante. Kyungsoo tiene unos lentes sobre la punta de la nariz, mientras revisa algo en su MacBook de cubierta negra que descansa sobre sus piernas. Tiene unos pantalones de deporte grises y una camiseta blanca con un escote bastante grande. Como para comérselo con el chocolate de la cocina.
–¿Cómo te fue?– pregunta al notar la presencia de Jongin en la habitación y este lanza su mochila a un lado para dejarse caer sobre la cama. Le cuesta un poco avanzar a gatas hasta su novio.
–Fui el último en salir. Quería que esté perfecto ese maldito examen, nadie podrá superarme en notas esta vez. Nadie.
–Eres uno de los mejores estudiantes de tu carrera, Jongin. No sé por qué te preocupas.
–Porque no tengo que ser "uno de ellos", tengo que ser el mejor. De esta forma daré el discurso de despedida en la graduación y podré dedicártelo. Las revistas se volverán locas cuando se enteren.
–No me des dolores de cabeza, Kim Jongin– advierte el mayor, pero no es escuchado. –Sabes como odio lidiar con la prensa.
El chico toma los lentes ajenos y los pone a un lado. Se asegura de que Kyungsoo guarde los archivos y cierre la computadora. Su cama es de tres plazas, pero aún así el exagerado de su novio la va a dejar en un lugar seguro para regresar y encontrar a Jongin en pleno proceso de sacarse la ropa.
–Pensé que querrías darte una ducha– comenta mientras se sienta en una esquina.
–Voy a darme una ducha, pero no voy a darme una ducha para terminar sudando de todas formas. Prefiero hacerme cargo de ti primero y luego ducharme.
–Te hice cupcakes de chocolate como premio por terminar tus exámenes. Tendré que salir en diez minutos para sacarlos del horno– le dice Kyungsoo, como aviso previo para que no se queje cuando se levante.
–¿Esa cosa no es automática? Siempre compras esos artefactos raros que ahorran trabajo para mí, ¿no?
–No pensé que llegarías tan pronto– se justifica el mayor. –Por eso tengo que hacerlo a la antigua, Jongin. Sabes que cocinar es mi terapia para la tensión.
–¿Podré hacer que te corras en los diez minutos que tengo?– se pregunta el chico en voz alta y Kyungsoo se ríe.
–Mejor hablemos de algo mientras esperamos. Iré, los sacaré del horno y regresaré a ver qué tan bueno eres haciendo que me corra. ¿Qué opinas?
–Trato hecho– Jongin se saca la camisa y jala a su novio para abrazarlo con fuerza, mientras le mete mano y comenta cosas acerca de su día.
–Espero que Baekhyun no se demore todo el día en esa estúpida reunión, no pienso ir a darle de comer a ese estúpido gato de nuevo. ¡Estúpido Baek!
–Amas a Nunmun Jongin, acéptalo.
–Cambiemos de tema. Yo definitivamente prefiero un perro– se queja el menor.
–No podemos tener un perro aquí. Ellos necesitan espacio y no voy a dejar que arruine mis muebles o babeé en la alfombra.
–Lo sé, cuando tengamos una casa con patio, quiero un perro– el puchero adorable consigue un beso en la frente.
–Claro que si, Nini.
–No me llames así. Lo he dicho hasta el cansancio– se queja enojado. –Nini y Kai ya no van conmigo.
Una risita y el lugar se queda en silencio, mientras están echados cómodamente en la cama. Jongin está tan sumido en sus pensamientos que Kyungsoo se preocupa.
–¿Pasa algo?
–Ya son cinco años, Soo. Cinco. Realmente, para haber vivido tantos cambios, estoy impresionado de lo rápido y fácil que ha sido adaptarse.
–Tal vez los has disfrutado, por eso piensas que ha pasado tan rápido– comenta el mayor y el otro asiente con la cabeza.
–Lo que voy a decir es muy vergonzoso, sabes que no soy bueno para estas cosas. Pero, por favor, escúchame e intenta comprender lo que te digo.
–Jongin... ¿qué pasa?
–Yo siempre pensé que amar era estúpido. Era algo para los débiles y terminaría estando en mi contra. Por eso es que te odiaba tanto cuando te conocí, no tenía ni la experiencia ni la confianza en mí mismo. Me sentí absurdamente atraído hacia ti desde el principio. Me preocupaba eso de que me gustabas, por eso te hacía la vida imposible.
–Tiempos memorables– se burla Kyungsoo, pero Jongin se mantiene serio.
–Hemos pasado por muchas, muchas cosas juntos. Buenos y malos, tengo un cariño especial por todos esos recuerdos. Ahora que estás a mi lado siempre, cuidando de mí, ahora que estamos avanzando juntos, sólo quiero decir que estoy agradecido por tu confianza... por tu amor por mí. Un amor que sólo tu has sido capaz de sentir.
–¿Tu graduación te está poniendo sentimental?– Kyungsoo acaricia su rostro y le deja un suave beso sobre los labios con una sonrisa divertida.
–He madurado frente a tus ojos. Sé que no ha sido mucho, pero a pesar de que has sido testigo y causante de mi avance, quiero demostrarte mi compromiso con esto. Voy a dar ese discurso. He luchado casi cuatro años por este título universitario y quiero que este tu nombre esté ahí, decir frente a todo el mundo palabras como "me gustas" y "te amo". Son frases que a penas si puedo decir, siempre con torpeza. Yo... te lastimé mucho cuando no podía hacerlo y quiero arreglarlo. No voy a dejar de quererte nunca, cada parte de ti. No puedo cambiar, es difícil, pero es una ocasión especial, ¿verdad?
–Vaya, decir que estoy conmovido es poco, Jongin. ¿Acaso tú te quedas atrás? Desde que estamos juntos has sido la pareja más fiel. Tu apoyo incondicional no tiene precio y me sigues queriendo y deseando como la primera vez. Estoy increíblemente orgulloso de ti, de tus logros, de las cosas que has conseguido, de cómo nos hemos ayudado mutuamente para llegar a donde estamos.
–Voy a ser una ayuda aún mayor para ti. Me ganaré más que nadie ese amor y esa confianza– el sonido de la máquina y el olor hicieron que Kyungsoo se diera cuenta que ya pasaron los diez minutos.
–Ya lo eres, pero estaré igual de agradecido por todos tus esfuerzos. A tus veinte y seis años, Jongin, vas a ser un profesional y yo estaré ahí para aplaudir y probablemente emocionarme hasta las lágrimas ese día. Ahora voy a ver los cupcakes, ¿si?
–¿Me traes uno?– pide cuando Kyungsoo está en la puerta de la habitación. –No sé si pueda hacerte gemir con el estómago vacío.
* * *
*El gato se llama Nun Mungchi (bola de nieve) pero Baek le dice Nunmun de cariño*
*Con respecto a las edades. Kyungsoo se escapó de casa más o menos cuando tenía 18. Dos años en la pandilla, dos más entre las cosas que les pasaron en "Mío" y los cinco años más en esta historia, entonces ahora tiene 27 y Jongin 26, sólo para que se hagan una idea*
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