Parte diez: 10. Muy cerca

–¿Acaso te crees Batman? ¡Eres un total idiota!

Sólo había una persona en este mundo que podría atreverse a hablarle a Kyungsoo de esa forma, y ese era Baekhyun.

Él y Chanyeol llegaron de visita, cuando encontraron al CEO de la compañía en una calurosa conversación telefónica con la empresa que le daba el servicio a sus líneas de celular. Se dio cuenta demasiado tarde y tuvo que darle explicaciones a la pareja, omitiendo algunos detalles, pero no todos. Una cosa llevó a la otra y Kyungsoo terminó confesando acerca de algunas cosas que no había comentado a nadie.

–¿A quién le dices idiota? ¿Eh? Sólo estoy haciendo esto porque es necesario, no me voy a disfrazar e ir a cazar payasos... ¡Suficiente tengo contigo!– la acalorada y posiblemente violenta discusión está poniendo ansioso y nervioso al gigante, que intenta mantener la calma y no involucrarse demasiado.

–¡Ah! Perfecto. Me acabas de decir que estás ayudando a limpiar esta ciudad. ¡Es una de las más seguras del mundo sin ti! No necesitas poner todo lo que has construido en riesgo para sentir que haces labor social. ¡Ya la haces con toda tu empresa misma! ¿De dónde salieron estas estupideces altruistas?

–¡De mi conocimiento de causa! Esta ciudad es tranquila y segura, pero no en su totalidad. Sólo contribuyo con un poco de información que tengo acerca de las pandillas, ¡nada más!

–Bueno, bueno... no es necesario gritar– interviene Chanyeol con calma, pero con voz firme. –Tal vez Baekhyun está preocupado que por culpa de eso, algún líder pandillero te tenga en la mira y por eso tu teléfono está intervenido... sólo está preocupado.

–¡Oh, no! No estoy sólo preocupado. ¡Estoy furioso contigo! Ponerte en riesgo de esta manera tan estúpida. ¿En qué demonios pensabas, Kyungsoo?

–¡No es mi teléfono el que está intervenido! Y lo más probable es que esto no tenga nada que ver con los pandilleros– Kyungsoo respira, intentando calmar su corazón. –Creo que es personal.

–¿No es tu teléfono? ¿Personal? Explícate... ¡maldición! ¡Juro que si algo te pasa... voy a salvarte sólo para poder matarte con mis propias manos!

–Cariño eso es absurdo– intenta el más alto, pero es imposible.

–¿Y esto?– Jongin entra en escena y la expresión de Kyungsoo cambia por completo. Perfecto, ahora tendrá que darle explicaciones a él también.

–¡Pregúntale a tu novio!– histérico como estaba, Baek salió zapateando con un consternado Chanyeol detrás, disculpándose entre murmullos y venias. Como vecinos que eran, pudieron escuchar hasta como Baekhyun lanzaba la puerta para cerrarla.

Finalmente solos, Jongin no le quita la vista de encima. Pensó que con su charla en el almuerzo las cosas habían mejorado bastante, pero al parecer había mucho que no sabía y eso no sólo lo enojaba, también lo entristecía.

–¿Y bien? Creo que seguiré el consejo de Baekhyun y le preguntaré a mi novio qué está pasando.

–Tu teléfono fue intervenido. De esa forma consiguieron mi número privado. Baek cree que es un intento de venganza de los pandilleros que he ayudado a atrapar, pero ellos no saben que fui yo, así que no tiene sentido. Pero hay uno, el chico de la cafetería de la universidad, del que desconfío. Tenías razón, tal vez pueda ser él. Pienso eso porque lo vi cerca del edificio observándonos, puede ser él.

Y ahí fue su paz mental. Kyungsoo escuchó a Jongin ponerse frenético, lanzar su celular por los aires. En los últimos años rara vez se ponía así, pero cuando lo hacía, le recordaba a Kai. Al jovencito desesperado que pensaba solucionar todo con puños y gritos.

–¿Ayudas a atrapar pandilleros? Pero...– la expresión de Jongin lo decía todo.

–Ni se te ocurra decir que esa gente es de los "míos". Yo sé que tipo de personas hay que retirar de las calles de Seúl.

–¿Cuántas cosas más me estás ocultando? ¡Entiendo que no tengo que saberlo todo dentro de la compañía! ¡Lo entiendo! Pero esto es otra cosa, Do Kyungsoo, esto se trata de ti, de tu vida, de tu seguridad... de nuestra privacidad y nuestra relación. Si intervinieron mi teléfono, quiere decir que saben algo de nosotros... ¿Cómo es que soy yo ahora el que se preocupa de esas cosas?

Jongin sacude todo su cuerpo y se despeina casi como un lunático, mientras intenta no desquitar su ira contra su novio. Se había jurado jamás ponerle un dedo encima de nuevo, a menos que sea para besarlo o acariciarlo... este momento sólo quería estrangularlo y esos pensamientos ya no estaban permitidos en su mente.

–¿Estás en peligro? Dímelo... ¿estás en peligro?

–No, Jongin– la espeluznante calma de Kyungsoo logra desconcertarlo. –No estoy en peligro. Creo que es un loco con amigos, tu teléfono ya es seguro de nuevo y yo cambié los míos. La seguridad en el edificio está más estricta que nunca y voy a averiguar que pasa. Tu graduación va a seguir como si nada y después de eso todo va a cambiar, para bien. Estarás tan informado como desees y todo estará controlado. Acabo de escuchar una cantaleta odiosa de Baekhyun, hoy sólo quería estar contigo en los buenos términos en los que quedamos en el almuerzo. ¿Tienes idea de cuándo fue la última vez que me besaste como cuando nos despedimos?– el suspiro de Kyungsoo calma un poco al menor. –No es la primera vez que alguien quiere arruinarnos, Jongin. Estamos involucrados con una empresa que acepta gente que ha estado en la cárcel. Muchos piensan que pueden hacer lo que quieren y es un dolor de cabeza con el que tengo que luchar. Pero esa es sólo una pequeña parte de lo que es nuestra vida ahora. Tenemos muchos otros negocios sin ese tipo de inconvenientes y yo logré mi cometido: sacarte de esa asquerosa vida y darte una llena de felicidad. Al menos al principio era así, por eso tengo que trabajar más duro si quiero que siga siendo de esa manera.

–Yo soy feliz, Kyungsoo. No necesitas llenar mi vida de nada que no sea estar contigo y hacer lo que me gusta. Me agrada mucho estudiar y trabajar, disfruto de mis amigos y de las cosas que hago. Siempre soñé con una vida normal y tú me la diste pero, ¿a qué precio? Si vas a ponerte en riesgo, prefiero que simplemente vayamos a un lugar donde podamos estar tranquilos. Kyungsoo, esta pequeña y extraña familia que hemos formado es todo lo que tenemos. Yo voy a poder estar bien mientras todos estén a mi lado, pero principalmente si estás conmigo... y no puedo hacerlo si no confías en mí.

–Ha sido un día largo y pesado ¿verdad?– el mayor suspira e intenta respirar con calma. –Hemos recorrido un largo y doloroso camino para llegar hasta aquí, este es un problema menor comparado con todo lo que hemos experimentado, pero tienes razón. Te contaré todas las cosas en las que estoy involucrado...– Kyungsoo le da una rápida mirada al chico. –Y no pongas esa cara, porque no haría jamás nada malo. Te lo diré todo en su momento. Mañana puede ser, ya que será un día de cosas importantes.

–¿Mañana en mi graduación?– Jongin rueda los ojos y cruza los brazos. Quería respuestas y las quería ahora.

–¿Podrás esperar un poco? Digamos que... será parte de tu regalo.

–¿Regalo?– el menor repentinamente siente una curiosidad inmensa, pero sabe que cuando Kyungsoo ha decidido cerrar la boca, no hay poder humano que la abra.

–N-no es necesario que me des un regalo, Kyungsoo... yo...

–Tú eres el mejor graduado. Baek me estuvo ayudando con ideas y había una que me involucraba a mí y esa cama en nuestra habitación. Como quien dejamos en claro algunas cosas y te doy un adelanto, ¿qué opinas?

–Que repentinamente... se me pasó el enojo y Baekhyun me resultó muy simpático.

–Entonces, ¿empezamos?

* *

Ravi cierra los ojos con fuerza, conteniendo su ira, cuando una colilla cae muy cerca de sus zapatos. El hombre prende otro tabaco mientras niega con la cabeza, evidentemente inconforme con lo que habrían escuchado.

–¿Crees que Do Kyungsoo es uno de los tantos idiotas con los que estás acostumbrado a tratar? Estás totalmente equivocado– una nube de humo aparece y por un momento no permite que el joven líder sea capaz de ver a quien le habla. –Te han descubierto espiando al novio de tu objetivo, muy inteligente– unos burlones aplausos acompañados de una expresión igualmente humillante hacen que Ravi se muerda los labios para no soltar toda su rabia.

–Sólo lo hice para poder obtener su número personal... no podía imaginarme que tenía más de un teléfono.

–Te voy a dar un consejo, para que dejes de fracasar estúpidamente como hasta ahora– una tos interrumpe sus palabras. –En primer lugar, tienes que entender el ambiente en el que se maneja ahora, la forma en la que hace las cosas. Tienes que verte débil, vulnerable... ganarte su confianza, moverte hasta que logres ser su amigo. Una amistad es un vínculo, muchacho. Y si logras que ese vínculo sea lo suficientemente fuerte para que él piense que no se va a romper, estarás en ventaja. Pero tienes que entender que una amistad jamás va a ser más que un amor, así que no intentes sobrepasar tus límites. Hazle entender que respetas eso, que no vas a cruzar las líneas establecidas, que puede confiar en ti. No dejes que tus propios sentimientos se involucren cuando hayas llegado ahí, entonces acuérdate que estoy ahí y me haré cargo desde entonces.

–Yo no quiero lastimarlos físicamente... no quiero herirlos o matarlos– Ravi comenta, intentando sonar calmado para no alterarlo. –Sólo quiero obtener algunos beneficios, ya que sabemos cosas de él que ellos no quieren que la gente se entere, sobretodo la gente del gobierno, es sólo una extorsión... nada más.

–Quiero que entiendas esto bien– la voz del hombre se vuelve más grave y aterradora, algo que quedaba a la perfección con su mirada. –Si decides meterte en esto, van a haber momentos en los que las cosas no saldrán como esperas, podrán ser mejores o peores, debes estar listo para cualquier cosa. Además, pronto vas a ser capaz de darme lo que tanto he estado esperando de ti, ¿entendido?

–Entendido.

–Bien. Es hora que te dejes de niñerías. Do Kyungsoo no es una persona fácil de convencer y peor de engañar. Si no haces las cosas bien, todo se vendrá abajo. No sé cuál es exactamente tu motivación para hacer esto, pero yo sé cuál es la mía y... vas a tener que cumplirla.