Parte dieciséis: 29. Atrapado sin salida
Parte dieciséis: 29. Atrapado sin salida
–¡Tengo una foto de nosotros dos! La tengo en mi teléfono y la veo cuando te extraño. ¡Es tan patético que hasta me hace llorar!
Kyungsoo se lo había dicho una vez, en un auto, totalmente ebrio. Nunca lo admitió, pero esas palabras quedaron en su mente para siempre. Desde entonces, Jongin ha tenido una foto de Kyungsoo en su teléfono también, para verlo cuando lo extrañaba. Y en ese momento, lo extrañaba con locura, pero su celular estaba a un par de metros de él, totalmente despedazado en el piso.
Así que intentó recordar, cada detalle de su aspecto físico: sus cejas pobladas, su cabello suave, su nariz delicada, sus ojos rasgados, sus labios de corazón, su rostro delineado, su cuello largo, su expresión seria, sus dientes ordenados.
Recordó desde la primera vez que lo había visto hasta la última imagen que tuvo cuando dejó la habitación. Revivió cada golpe que le había dado, así como cada beso, cada caricia, cada palabra dicha.
"Saranghae, Jongin-ah"
Las palabras que pronunció cuando lo atraparon, pensó en ese entonces que sería la última vez que lo vería. Esta vez tampoco le dijo que lo amaba antes de salir, porque no pensó que ya no habría un próximo encuentro.
Y empezó a sollozar de nuevo, porque habían matado sin compasión a Young Min, todo por su culpa, se desesperaba al sólo pensar que pudo ser tan estúpidamente ingenuo en seguir pensando que Kris era un humano.
Porque no lo era, era un maldito monstruo.
–Si algo le pasa a Kyungsoo, estaré solo para siempre, así muera enseguida... me sentiré solo para siempre– empezó a repetir aquello como una oración dirigida a un dios malvado y cruel. No podía detener las palabras que salían de su boca, las decía una y otra vez, como un tonto. Mental y emocionalmente ya no estaba bien, estaba abrumado, confundido y perdido.
Sólo podía pensar en Kyungsoo, en el día a día mientras pudieron ser felices. En las cosas pequeñas que lo hacían ponerse contento sin razón.
En cada conversación alegre y en sus chistes sin gracia. En la gente que había logrado cambiar para bien y que terminaron siendo su familia. En los momentos aburridos y en los tristes también. Pero en los felices, sobretodo los felices. Quería dedicarle sus últimos pensamientos a cosas bonitas.
Kyungsoo iba a seguir con vida, eso era lo único que debía importarle ahora.
* *
–¡Apaga esa cámara! ¿Bajo arresto? ¡Qué clase de tontería es esta! ¡Fuera cámaras!– furioso, Baekhyun aparta a los periodistas y exige respuestas mientras intenta proteger a su jefe.
–Llama al abogado, Baek. Esto seguro es obra de Kris. Quien nada debe nada teme. No desesperes. Si es una trampa, tenemos todos los papeles que nos respaldan.
–¡No pueden llevarte preso si lo tienes todo! ¿Cuáles son los cargos? ¡Exijo una explicación!
Kyungsoo apretó la mano de su amigo y negó con la cabeza. Estaba actuando de esa manera tan histérica, porque seguramente estaba muerto de miedo. Había algo muy extraño en esta situación, Kris y Ravi no tenían conexiones ni dinero para hacer que la policía lo arreste, pero los medios de comunicación presentes sí, por lo tanto el pacto debía ir por ahí.
La cosa era simple, si no se dejaba arrestar, las cosas se iban a poner feas y a empeorar. Kyungsoo tenía todo en orden, no había forma en la que le pudieran involucrar en algo sucio. Lo máximo que podía pasar es que alguno de sus empleados ex convictos haya hecho algo, pero no tenía mucho sentido puesto que esto también estaba controlado y las posibilidades de algo realmente grande e ilegal o que mueva demasiado dinero eran muy bajas, es decir, casi nulas.
Otra cosa de la que el CEO estaba casi seguroera que su arresto estaba íntimamente ligado a la desaparición de Jongin, y eso involucraba también a Kris. Si esto era parte de la tan ansiada venganza, por lo menos su primer paso lo había jugado bastante bien.
Do Kyungsoo obedeció con tranquilidad todas las peticiones de los policías, que lo trataron con la cordialidad que estaban recibiendo del mismo presidente de la empresa.
Cuando finalmente llegaron a la estación respectiva para interrogarlo, los buenos tratos se acabaron. En cuanto estuvo a solas con uno de los investigadores, el tipo empezó a lanzar amenazas y decir que el dinero no iba a salvarlo.
–Tú cómplice al parecer a cantado como un pajarito, Do. Yo soy de esos policías que creen que a confesión de parte, relevo de pruebas, así que es mejor que lo digas todo.
–¿Mi cómplice?
–Exacto. Estamos comprobando la información que recibimos de su vicepresidente. Puede enojarse si quiere porque lo han traicionado, pero yo mismo redactaré su sentencia– confiando, el hombre siguió masticando algo mientras Kyungsoo pensaba que era uno de los agentes menos profesionales y más vulgares que había conocido.
–Entonces, ¿me dice que ustedes tienen la información dada por mi vicepresidente, que indica que estoy acusado de qué... exactamente?
–Lavado de dinero, cuentas millonarias en el extranjero, negocios sucios a cargo de terceros, ya sabe, lo común.
–¿Mi vicepresidente está aquí? ¿Él ha dicho todas esas cosas?– el abogado de Kyungsoo se estaba tardando, sabía que no debía decir nada sin él, pero el tipo le estaba sacando de quicio.
–Tenemos información que nos indica que su vicepresidente le ha denunciado, para mejorar su sentencia está aceptando todos los crímenes por sí mismo. Es típico.
–¿Y está aquí?
–Esa información es irrelevante. Ante la aceptación del crimen no hay vuelta atrás–insiste el policía y Kyungsoo rueda los ojos.
–Entonces, si yo digo en este momento que maté a 45 policías, pero no hay cadáveres, arma homicida, ni pruebas que me incriminen, ¿igual debo ir preso? ¿Sin investigación? ¿Sólo porque lo acepté?
–Señor Do, cuide mucho sus palabras– amenaza el policía.
–Sobretodo si me va a hacer defenderlo– tarde, pero el abogado finalmente estaba dentro del cuarto de interrogatorio. Dijo que tomaría medidas por empezar sin él y entre otras cosas, Kyungsoo decidió exponer sus ideas.
–Con mi abogado aquí presente, quiero hacer notar unos pequeños detalles. Me acaban de decir que estoy bajo prisión preventiva debido a que mi vicepresidente me ha traicionado, contando todas las supuestas cosas corruptas de la empresa. Hoy dejamos la denuncia de que Jongin está desaparecido, no prófugo. Estaba en medio de una investigación con la misma policía, para encontrar a unos pandilleros que estaban amedrentando a uno de mis empleados, Choi Young Min. La información es reciente, me la dieron esta mañana.
El abogado de Kyungskk suspira, sabe que debe intervenir, y lo hace.
–Acabo de hablar con el grupo con el que colaboró, ellos dejaron la denuncia anoche de su posible secuestro o desaparición, porque llegó al lugar al que debía, pero no han recibido señal. Irrumpieron en el lugar y estaba abandonado.
El policía salió sin decir nada y se demoró un buen rato. Cuando regresó, masculló furioso informando que, efectivamente, la policía estaba en busca de Jongin e incluso se prestaron a servir como testigos, pero la investigación tenía que demostrar que las denuncias eran falsas para dejar ir a Kyungsoo.
–Ya que se ha demostrado que es poco probable que Jongin haya hecho las denuncias, el Sr. Do debería quedarse en la comisaría y no ir tras las rejas mientras no se haya probado nada.
–Si no confían en mí, deberían hacerlo en todos los policías que nos apoyan por cuánto hemos ayudado en las investigaciones anteriores. Soy de los tipos que ponen a los malos en la cárcel. Represento a una empresa que da trabajo a la gente que busca una segunda oportunidad. Si hay gente que me ha traicionado es la que quiere cambiar, no Jongin.
El abogado y el agente salieron para discutir sobre algún tema, mientras más uniformados que habían estado trabajando en cubierto con Jongin llegaban para dar sus testimonios voluntariamente. Kyungsoo esperaba con impaciencia, poco después su abogado entró con mala cara.
–¿Qué ha pasado?
–Tengo pésimas noticias, Kyungsoo– le dice, el chico sintió como el mundo entero se le venía encima. Sabía que no era nada grave con respecto a Jongin, o las cosas fueran diferentes, pero algo malo podía pasar después.
–Por favor, sólo dilo.
–Han estado buscando a Jongin por la zona, encontraron algo... terrible.
–¿Qué pasó?– exige saber atemorizado el CEO.
–Encontraron el cuerpo de Young MIn. Al parecer alguien le disparó y no tuvo la decencia de deshacerse apropiadamente del cuerpo. El lugar parece recientemente abandonado, suponemos que las personas que estuvieron ahí tienen a Jongin.
–¿Y por qué yo sigo preso? ¡Esto es absurdo!
–Mientras no desmientan las denuncias, no puedes salir. Tu gente está mostrando todos los papeles y será fácil salir de esto, porque tienes todo en orden, pero debes ser paciente.
–¿Cómo quieres que sea paciente? ¡Maldición!– Kyungsoo pierde los estribos y eso sorprende al abogado que lo mira con estupor.
–Tranquilo, te voy a sacar de aquí. Sabes que no encontrarán anda que pueda inculparte.
–¡Ese no es el problema! ¡No me importa este rato nada! Sólo quiero salir para poder ayudar a Jongin.
–La policía lo está buscando, para rectificar que él no puso la denuncia y como persona desaparecida. Lo va a encontrar.
–No entiendes– solloza Kyungsoo –Si mataron a Young Min, Jongin está en serio peligro... porque seguramente es el siguiente en la lista.
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