Parte dieciséis: 28. Terror
Parte dieciséis: 28. Terror
–Estaba vestido enteramente de negro, dijo que quería hacer un poco de ejercicio y hacerse cargo de algunas cosas. Incluso me dio un beso antes de irse. Tengo miedo que alguien lo haya reconocido, los secuestros a cambio de fuertes sumas de dinero son cada vez más frecuentes. Pagaré lo que sea, pero no se han comunicado conmigo para nada en ese sentido.
–Calma, Kyungsoo– le tranquiliza Baek.
El CEO de la empresa tiembla de pies a cabeza, totalmente aterrado, al notar que su novio no ha vuelto. No ha dejado ningún mensaje, su celular está apagado y no avisó nada a nadie. –Luhan y Sehun tampoco están, me aseguré hace un rato. Tampoco contestan el teléfono, tal vez fueron a hacer algo.
–Estoy seguro de que está metido en algo, Baekhyun. Ayer se portó demasiado sospechoso. Debí interrogarlo más, no dejar que se vaya, obligarle a mantener el celular prendido...¡Qué ese yo!
–Esa no es la solución, así sólo lo vas a hostigar y, como los adolescentes, terminará mintiendo más para evitar preguntas incómodas.
–¡Llegaron!– anuncia Chanyeol desde la puerta y el nudo en el estómago de Kyungsoo desaparece por fin. Un suspiro de alivio sale escandalosamente de su boca y Baek acaricia su rostro con dulzura.
–Te lo dije, todo está bien. – Kyungsoo apuró su paso para salir de su habituación junto a su amigo, deseoso de ver a Jongin, abrazarlo, besarlo y más que nada, retarlo por haberle hecho tener semejante susto.
Pero afuera sólo le esperaban malas noticias. Las personas que habían llegado eran Luhan y Sehun, ambos con aspectos cansados y preocupados. Miraron ambos al presidente como sintiéndose culpables. El menor de todos dejó el casco de su motocicleta y era evidente que tenía algo que decir. Kyungsoo no soltó palabra, sólo se dirigió a la cocina y todos fueron detrás de él.
–Hyung– intentó hablar Sehun. –Ayer hablé con Jongin. Me pidió que lo recogiera en un lugar en específico, me mandó la dirección exacta. Lo he buscado desde anoche, Luhan llegó en la madrugada, después de que lo llamé. En ese lugar no hay nada más que pandillas, prostitutas y gente pobre.
Kyungsoo empieza a sentirse mareado, el ardor y la preocupación vuelven a instalarse en su estómago al escuchar las noticias.
–¿Y dónde es exactamente ese lugar?
–El sector de influencia de Ravi– informa el chico con expresión sombría, pero también con molesto, por no haberse dado cuenta de las cosas a tiempo. –Me mandó la ubicación en la noche, bastante tarde, de haberlo sabido antes lo hubiera detenido– se justifica ahora con preocupación.
–No es tu culpa, Sehun. Yo también dejé que se vaya sin preguntarle a dónde iba, sin darme cuenta que tenía una idea tonta a pesar de que vi tantas señales. ¿Lograron averiguar algo?
–No, pero le pedimos a Young Min que averigüe todo lo que pueda sin llamar mucho la atención. Me dijo que por el momento no ha sabido nada. No encontré a Jongin donde me dijo que estaría, es más, no encontré nada ahí, como si hubieran dejado el lugar al apuro.
–¿Qué supones?– quiere saber Kyungsoo.
–Tengo miedo que lo hayan atrapado. Pero tengo la esperanza que quieran sólo dinero y no le hagan daño.
–Yo justamente es eso lo que temo más, Sehun. Sé que le van a hacer daño.
–¿Por qué?– exclama Baekhyun. –¡No seas negativo!
–Está en el territorio de Kris, con eso les digo todo. Es hora de empezar a asustarse: la vida de Jongin está en riesgo.
* * *
Jongin está consciente, sabe que está despierto, sabe que está adolorido, sediento, hambriento, sucio y golpeado, pero no entiende por qué no puede ver nada si intenta desesperadamente abrir los ojos.
Su mano derecha arde, la soga con la que está atada está más apretada que la izquierda, evitando la buena circulación. Después de varios intentos, se da cuenta que no puede abrir mucho los ojos porque están hinchados, lo golpearon tanto que ha perdido un poco la sensibilidad, pero está regresando. Y duele.
El lugar apesta, pero ha perdido el reflejo de vomitar cuando finalmente se ha acostumbrado al hedor. Escucha voces, pasos, gritos, malas palabras, instrucciones, comentarios vulgares. Hay mucha gente a su alrededor, pero al mismo tiempo está aislado, en una parte con poca iluminación y atado. El mareo que tienen no le deja darse cuenta si está sentado o acostado, ese momento ya no importa realmente.
Y a su mente vuelven muchas ideas que lo atormentaron los últimos años. ¿Cómo es que va a morir? Siempre pensó que lo haría en un lugar horrible, en medio de una pelea, traicionado por un compañero o a golpes por parte de algún abusivo. Sólo en los últimos años pensó que no, que ya no había vuelta atrás, que sería capaz de llegar a viejo y simplemente dejar de existir.
Vaya si estaba equivocado. Incluso con todos los esfuerzos que había hecho Kyungsoo, terminaba su vida en un lugar oscuro y sucio. Ya ni siquiera tiene ganas de llorar o sentir compasión por sí mismo. Sólo quiere que esto se acabe, porque cuanto peor lo dejen, su novio y sus amigos más van a sufrir.
–¿Estás vivo todavía?– una voz que no logra reconocer del todo retumba en sus oídos.
Ha cerrado los ojos nuevamente para evitar el dolor. Sus intentos de no moverse demasiado fallan cuando reconoce a la persona que ha hecho la pregunta.
–¿Dónde está Kris?– quiere saber, pero sólo un hilo de voz sale de su garganta.
–Te lo diré si me dices algunas cosas interesantes– Ravi suelta una carcajada. –¿Es tu empresa corrupta?
–¿Qué pretendes, idiota?– el ataque de rabia va directo a sus costillas que le hacen saltar de dolor.
Pero no piensa dejar que le hagan decir cosas sólo porque esta en ese estado. Una bofetada fuerte recae en su rostro magullado y aún así, Jongin responde.
–No importa si tengo que escupir todos mis dientes, maldito asqueroso traidor y malagradecido. No voy a mentir, esta empresa fue hecha a base de dolor, esfuerzo y sudor. Mátame si quieres, pero no vas a arruinar el trabajo de Kyungsoo a mi costa.
–¿Cuántos negocios turbios tenías con diferentes pandillas o grupos corruptos?– insiste el muchacho con terquedad, Jongin no responde.
Por cada ausencia de palabras recibía un golpe, cuando reaccionaba para escupir o decirle "idiota mal intencionado", generalmente le atinaba una patada.
Jongin ya sabía que iba a morir, ya nada le daba miedo en este momento. Así que se calló, no dijo nada, por más que lo torturaran y lo amenazaran. No iban a ser capaces de herir a Kyungsoo o a sus amigos, porque no eran idiotas como él, no se expondrían a algo tan peligroso son pensarlo.
No sabe cuánto tiempo ha pasado. Días, horas, minutos, segundos. Su mente ya no está funcionando correctamente, no sabe si las cosas que recuerda son reales o elaboraciones. Sólo está seguro de que hay algo en su cuerpo que duele con locura.
–Buenos días, Kim Jongin– por primera vez, en todo el tiempo que piensa que ha estado esperando, por fin escucha la voz de Kris. –Parece que estás mejor el día de hoy. Te tengo un regalo.
Young Min.
El chico está golpeado, pero incluso ante Jongin y su mirada borrosa se nota que no es nada grave. Pero teme que lo torturen, aunque sabe que no va a poder hacer mucho para evitarle aunque sea un poco de dolor al pobre chico.
–Te explicaré exactamente lo que necesito, Jongin– explica Kris, con un tono sereno y sin insultar. Era una mala señal. –Necesito grabar tu voz, Necesito que digas que tu grupo y el mío hacían muchos intercambios divertidos. Tráfico de personas, venta de drogas, lavado de dinero, cosas por el estilo. Si lo haces, te permitiré a ti y a Kyungsoo compartir la celda y que se amen mientras se pudren en la cárcel y yo arruino su imagen. Si no, los matará a todos, uno por uno, dejándote a ti para el final. Serás capaz de verlos caer en la primera y única fila de este show dedicado sólo para ti.
–No vas a tener acceso a Kyungsoo. Él no va a caer en tus trampas, es mil veces más inteligente que tú.– Jongin usa lo que le queda de fuerza para decirlo en todo fuerte y decidido.
–Oh, pero si le digo que te liberaré por unos cuántos millones de wons, no va a dudar dos veces en hacer el intercambio. Ya aprendí de la primera vez, tengo que fingir que quiero algo insignificante para conseguir algo más grande. Créeme, voy a encontrar la manera de traerlos a ti, así tenga que mantenerte con vida por más tiempo del esperado.
–Sólo mátame... Eso es lo que quieres, ¿no?
–¡NO!–grita terroríficamente Kris –¡No quiero que mueras! ¡Quiero que vivas! Que estés vivito y coleando, sintiendo cada cosa dolorosa, llorando por cada ser querido perdido, gritando por cada golpe. No quiero que tu sufrimiento acabe de forma rápida, eso arruinaría el sentido de mi venganza. Ahora, te voy a dictar lo que debes decir y lo harás. Si tu propio dolor no te afecta, empezaré por el de los demás. ¿Reconoces a la ratita?– señaló a Young Min, Jongin empezó a sufrir con anticipación por el jovencito. –Pues desde hace un tiempo ha tenido unas actitudes extrañas, ha ganado peso, se ha hecho más inteligente, ha hecho amigos, sale con frecuencia. Descubrimos a penas hoy que es tu aliado. Tu cara me lo dice, estás apenado de que le haya hecho daño, ¿verdad?
"Voy a protegerte, Young Min. Tienes mucho potencial, eres joven y fuerte. Cuando todo esto acabe vamos a ser una familia y no tendrás que escaparte de ese lugar para pasarla bien. Esta será tu casa, Kyungsoo y yo te cuidaremos, te ayudaremos a superarte. ¿Estás de acuerdo?"
Choi Young Min había estado de acuerdo, había ayudado a los chicos y había sido cuidadoso. Los había guiado y ayudado a conseguir tanta evidencia para atrapar a Kris y a Ravi, se había expuesto a tantos peligros y Jongin lo había arruinado. Ahora lo iban a golpear y no iba a ser capaz de cumplir su promesa de protegerlo.
Jongin no contestó.
–Te estoy grabando en video, Jongin. Tu rostro estará protegido, tapado. La denuncia ya está hecha, los testigos falsos ya están pagados y han ido a confesar las terribles cosas que han estado haciendo el grupo de pandilleros que se creen empresarios. Tu nombre no está ahí, porque supongo que te anunciarán como desaparecido, pero Kyungsoo estará tras las rejas en un abrir y cerrar de ojos. Hasta que la investigación empiece yo tendré suficientes pruebas fabricadas.
–No puedes probar al final, Kyungsoo logrará salir de esta.
–Has tu confesión. Si el vicepresidente lo dice, va a ser más creíble. ¿Cierto?– Kris tose con fuerza después de hablar.
–No voy a traicionar a Kyungsoo, olvídalo.
–Mataré a la ratita sino lo haces, Jongin. Así que repite después de mi: "Nuestra empresa estaba aliada a la mafia..."
–¡Ni el un millón de años.... imbécil!– exclama furioso y por primera vez hace fuerza en las sogas con las que está atado.
La mirada de Kris es terrorífica, le hace temblar nuevamente y parece poseída por alguna clase de poder maligno que nadie puede controlar. Como si de verdad se estuviera convirtiendo en un monstruo, en un demonio.
–Entonces, dile adiós a la ratita.
Después del estruendo, el cuerpo juvenil y lleno de vida de Choi Young Min cayó al piso rebotando por la fuerza del impacto de la bala. Jongin ni siquiera tuvo tiempo de hacer nada. De sus ojos saltan lágrimas de la impresión, del dolor, de la impotencia y la desesperación.
No es la primera vez que ve a alguien morir frente a sus ojos, pero ha pasado tanto tiempo, como si fuera otra vida que ha querido desesperadamente eliminar de su memoria. Y ahí estaba, torturándolo de nuevo.
Jongin empezó a gritar, a llorar con locura como si se tratara de alguien de su familia, alguien a quien amara. Porque Choi Young Min representaba su amor por lo demás, sus ganas de proteger a los otros, era la persona que representaba su humanidad.
Le recordaba a Kyungsoo y cómo era cuando recién llegó. Era una mezcla entre su antigua vida y su actual. Quería verlo evolucionar con sus propios ojos, algo que había deseado para Ravi en un comienzo, pero que no consiguió. Y gritó, llorando con histeria, porque era sólo en comienzo. Kris iba a hacer eso con los demás también y el no tenía el poder para detenerlo.
–Tranquilo, lo peor aún no sucede– le explica Kris. –No llores tanto por alguien más, puedes hacer que Kyungsoo tenga celos. La pesadilla apenas empieza, Jongin. Quiero que veas algo, ya que llegó justo a tiempo.
Un viejo televisor con mala señal y una antena rota tapa el cuerpo de el chico que nadie se molesta en tocar, mientras el gran jefe no de la señal. Hay un noticiero que está hablando de algo que no le interesa ni escuchar. Insisten una y otra vez que están en vivo, Jongin no presta atención por varios minutos, hasta que Kris exclama "por fin".
–Estamos en DG Inc. En vivo, la policía tiene los papeles necesarios– explica el alterado periodista a través del aparato. –Escuchemos lo que se le dirá al CEO.
Jongin alza un poco la mirada, nublada por las lágrimas y en la pantalla defectuosa es capaz de reconocer esos rasgos tan familiares, tan queridos, tan afectados por las malas noticias, por las malas noches, por su culpa
–Señor Do, usted está bajo arresto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro