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Advertencia: capítulo con smut y dirty talk 🥵
—Tae, — Murmuró apenas logrando separarse de los mullidos labios del contrario, recibiendo solo un “Mmm” como respuesta, — ¿E-Estás seguro de esto? — Preguntó completamente nervioso, sin siquiera él mismo saber a qué se refería con “Esto”.
¿Se trataba de su cuerpo encima del hermoso castaño que se había autoproclamado su novio?
Oh, Jeon JungKook no quería ser como el típico prototipo de “macho alfa” que sólo pensaba con la cabeza que tenía entre sus piernas, pero su razón estaba de viaje por las Bahamas y no parecía querer volver.
Tal vez era culpa de su dura erección pujando contra la del Kim uno de los tantos causantes de su juicio completamente nublado, o tal vez sería la feroz batalla que sus lenguas estaban librando por ver cuál de las dos tomaría el poder. Sea como fuera, las cosas se estaban saliendo de control y no quería bajo ningún concepto forzar a TaeHyung a que hiciera algo de lo que no estaba seguro o preparado para que sucediera.
JungKook gimió al sentir como el mayor apretaba sus nalgas por encima de la ropa. ¡Dios Santo! Jeon estaba seguro que no era ningún tipo de caballero de brillante armadura, pero tampoco era un neandertal ni quería propasarse con el Kim, ¡Pero él tampoco colaboraba con su poco autocontrol!
¡Necesitaba tener claro lo que Tae sentía y marcar los límites de hasta donde estaba dispuesto a llegar!
Jeon hizo un último intento de quitarse de encima del castaño, lo suficiente como para que pudieran hablar un momento, sin embargo, su novio tenía planes distintos, por lo que volvió a tirar de él, juntando sus bocas.
—Dios…— Murmuró mientras sentía los cálidos dedos del Kim colarse por debajo de sus prendas.
—Relájate Koo… — Esbozó con una sonrisa traviesa. —Sólo déjate llevar… — Su voz sonaba ronca, producto de la gran excitación que estaba sintiendo.
Sus palabras sonaban como una lujuriosa invitación a perderse en las sinuosas curvas de TaeHyung. La carne era débil, y JungKook estaba a punto de perderse en el sinfín de sentidos que proveían sus roces.
Sí TaeHyung quería fuego, ambos arderían juntos.
Animado, Jeon tomó la iniciativa de morder los belfos del mayor, contento cuando sintió un pequeño suspiro de placer escaparse de la boca contraria. Instantes luego, se alejó lo suficiente como para retirar su prenda superior que tanto les estaba molestando.
El joven de cabellos oscuros sonrió triunfante cuando notó que el sonrojo en el Kim aumentaba al ver su trabajado torso, además que su respiración se agitó al continuar bajando la mirada hacía su entrepierna.
— ¿Te gusta la vista de tu daddy, TaeHyungie? — Le provocó. — Sí quieres, puedo darte un show privado... — Sostuvo su cuerpo con una sola mano, mientras que con la otra, desabrochaba su cinturón bajo la atenta mirada de TaeHyung. El castaño tragó grueso, admirando el esbelto y trabajado pecho del menor, pensando en que jamás se cansaría de ese perfecto eight pack que Jeon se cargaba. Lentamente guío su mano hacía el camino en que sus pantalones estaban desabrochados, y el boxer Balenciaga se asomaba, así como también, la erección que estos no podían tapar. — Puedes tocar sí quieres, — Alentó.
El Kim continuó con su exploración, introduciendo su mano por debajo de la molesta tela que tanto estaba apretando el pene del menor.
Jeon gimió por lo bajo al sentir el contacto de la palma del castaño sobre su miembro, deleitándose bajo las suaves e inexpertas caricias del mayor.
TaeHyung tomó su reacción como un aliento a continuar con su exploración, por lo que llevó una de sus manos hacía donde estaban los pantalones del pelinegro, tirando hacia abajo, mientras que su otra mano se aferraba al pene que estaba siendo liberado de su encierro.
Otro suspiro se escapó de JungKook, incitándole a continuar con su toque.
TaeHyung enfocó su vista en el increíble espécimen masculino que tenía en frente; brazos fuertes, pecho firme, músculos prominentes sin ser exagerados y un miembro que comenzaba a hacerle sentir ansioso el hecho de preguntarse cómo “eso” entraría en él y sí sería físicamente posible.
—Koo… —Murmuró con vergüenza.
— ¿Mmm? —Preguntó divertido, teniendo una idea de por dónde estaban yendo sus pensamientos.
— ¿C-Cómo— Se mordió los labios con desilusión, incapaz de continuar formulando su pregunta.
Se sentía estúpido. Virgen y completamente tonto de verdaderamente estar a punto de preguntar algo así, pero era la primera vez que se entregaba a alguien, además que de todas las veces en las que se había imaginado estar sexualmente, nunca se habría imaginado la posibilidad de que no fuera con una mujer.
Decir que estaba perdido, era quedarse corto.
¿Dónde había quedado la valentía con la que se había pavoneado en frente de YuGyeom hacía unos momentos?
Una cosa eran los arrumacos y toqueteos de las últimas semanas, en donde TaeHyung había explorado demasiado de su sexualidad gracias al menor. Había probado de primera mano, lo que el deseo podía llevarle a hacer.
Cosas que se moría de vergüenza de decir en voz alta, pero momentos que hacían que sus piernas quedaran temblando como bambi recién nacido.
Antes de poder continuar con un sinfín de escenarios en donde JungKook le mandaba a volar por su inexperiencia, recibió gustoso un pasional beso del menor, que logró alejarle de cualquier mal pensamiento.
—Escúchame Tae Tae, — Pidió. — Llegaremos hasta donde quieras y te sientas cómodo, ¿De acuerdo? — Mordió sus labios ligeramente. — No tienes que hacer nada que no desees, — Antes de que pudiera hablar, Jeon mantuvo sus labios cerrados con su índice. — Tampoco tienes que demostrarle nada a nadie, esto se trata de dos personas demostrándose cuanto se aman.
El corazón del Kim se estrujó al escuchar la tierna declaración del menor, sintiéndose aún más tonto por haber desconfiado de un alma tan pura como la que tenía a pocos centímetros. — Así que… ¿Vas a amarme, JungKookie? —Preguntó con timidez.
—Con todo mi corazón, TaeHyungie. — El menor rozó sus narices en un tierno gesto de afecto, para luego volver a atacar los belfos contrarios.
JungKook chupo el labio superior del Kim, degustando su sabor, para luego salir al encuentro de su lengua, dejando suaves mordidas a la tierna carne que se le estaba presentando en bandeja de plata. Lentamente, fue subiendo el borde de la prenda superior del castaño, para luego pedirle un silencioso permiso de poder retirarla.
TaeHyung asintió, confiando en exponerse ante su novio y dejando que su piel brillara bajo la tenue luz que se filtraba por la ventana.
Jeon se relamió sus labios al deleitarse con el suave cuerpo del mayor, la tersa piel apenas besada por los rayos del sol conjugada con la temperatura del deseo envolviéndole, estaban causando estragos en su psiquis, hasta el borde de casi babear ante el arte que suponía TaeHyung para sus ojos.
Sin mayores demoras, se dirigió hacia sus mejillas, donde depositó suaves besos en sus prominentes y delineados pómulos, para luego continuar con su cuello. JungKook se tomó el atrevimiento de succionar esa zona, como tantas veces lo había hecho antes, descubriendo que tenía una fascinación por ver el cuerpo del Kim con las marcas de su pasión.
TaeHyung era su lienzo en blanco, y él era un artista dispuesto a llenarlo de colores.
El menor se dejó guiar por sus deseos y atrapó uno de los botones caramelo del Kim entre sus dedos. El castaño gimió al sentir sus pezones siendo estimulados primero con las yemas, y luego con la suavidad de la lengua del Jeon.
JungKook chupó y pellizcó con sus dientes, intercalando entre ambos pezones que se encontraban completamente erectos, siendo los gemidos del mayor, la mejor música que había producido nunca.
Sin previo aviso, llevó una de sus manos hacía la entrepierna del castaño, primero acariciando por encima de las prendas, para luego buscar desprender el botón del pantalón.
TaeHyung le ayudó a desabrochar la tela, sintiendo como la calidez de las caricias del Jeon, comenzaban a descender hacía su miembro.
Sintió que la vergüenza le envolvía completamente cuando notó las intenciones del menor, sin embargo, no hizo nada para detenerle cuando JungKook comenzó a bajar su bóxer con los dientes.
La visión del pelinegro con suaves ondas alrededor de su rostro, mientras la tela era retirada de su cuerpo, dejando al descubierto su hinchado miembro, comenzaba a amenazar con hacer que el aire abandonara su cuerpo.
El menor tomaba nota interna de las facciones de su adorado novio al amar. En lo profundo de su corazón, quería hacer que la primera vez de TaeHyung fuera completamente especial, así como para él lo estaba siendo.
Este recuerdo sería atesorado en su memoria por siempre ante la dicha de haber podido yacer con el castaño.
JungKook llevó sus grandes manos hacía la dura erección del Kim, en donde sostuvo la dura carne contra su rostro, para luego cruzar miradas con el mayor.
—Disfruta del show, querido. — Murmuró para colocar el pene en su boca, sintiendo el sabor de la excitación del castaño con todos sus sentidos.
—J-Jung-g— Intentó decir, sin embargo las sensaciones amenazaban con desbordarlo. Jeon tomó su falo con una de sus manos y comenzó a masturbarlo con parsimonia.
TaeHyung se aferró a las sabanas mientras Jeon se abría paso entre sus piernas, engullendo su miembro de una manera que nunca antes había sentido.
Primero arriba, luego abajo, completamente tortuoso, mientras se enfocaba en la punta de roma del Kim, que chorreaba pequeñas gotas de líquido pre seminal.
—Eso es, — Alentó mientras saboreaba al Kim. —Déjame escuchar tus gemidos, amor.
JungKook fue un poco más allá, llenando de saliva el tronco del castaño, mordiendo lo suficiente como para arrancarle pequeños sonidos de amor pero sin causarle daño verdadero. TaeHyung llevó sus manos hacía las hebras negras del Jeon, incapaz de callar su voz y el deseo que amenazaba con quemarlo vivo.
El menor continuó su exploración hasta los testículos del castaño, lamiendo suavemente al comienzo y luego chupando la piel debajo.
—Mhgm. —Esbozó perdido. — ¡K-Koo! — Jaló de sus cabellos, causándole una leve y oscura risa, para luego volver a su tarea de devorarle.
JungKook continuó su recorrido, tomándose el tiempo suficiente con cada lamida que proporcionaba, buscando llevar al límite a su novio, preparándole para un placer mayor.
TaeHyung sintió el momento justo en el que un cálido aliento se posó sobre su entrada, reconociendo las claras intenciones del menor. El Kim trató de correrse de lugar para evitar que el pelinegro continuara, sin embargo, JungKook se había adelantado al aferrarse a sus muslos lo suficiente como para mantenerlo en su lugar.
— ¿A dónde crees que vas, bebé? — Le dio una nalgada lo suficientemente fuerte como para llamar la atención del Kim. —Sé un niño bueno TaeHyung, así daddy no tendrá que castigarte…— JungKook se estiró lo suficiente como para pellizcar uno de los pezones del mayor como parte de su juego. —Ahora abre las piernas para mí, déjame probar tu dulce culo por las buenas. — El brillo oscuro del deseo bramó en su mirada completamente decidida a cumplir cualquier tipo de amenaza que el Kim se estuviera imaginando, así que de buena gana relajó sus músculos lo suficiente como para que el Jeon enterrara su rostro en su punto más sensible.
Sin terminar de acostumbrarse a la húmeda sensación sobre su ano, JungKook dejó un hilo de saliva que iba desde sus bolas hasta el interior de su estrecho agujero.
Jeon penetró su entrada con gran habilidad, su lengua entraba y salía sin darle tregua alguna, mientras que su pene también era estimulado por las manos del menor.
— ¡K-Koo! — Chilló, incapaz de formular alguna otra palabra más allá de su nombre.
—Eso es bonito, gime mi nombre. — gruñó con dificultad mientras admiraba lo excitante que se veía TaeHyung completamente desarmado en la comodidad de sus sabanas, en su cama, en su territorio y con todo su perfume rodeándole completamente.
Era un hecho.
Kim TaeHyung sería suyo en esta velada.
JungKook escupió sobre la entrada del Kim, para luego introducir una falange en el estrecho agujero.
El castaño se erizó al sentir la nueva intromisión por parte del pelinegro, pero lejos de disgustarle, se encontró acoplando sus caderas al suave vaivén, buscando profundizar el contacto con los dedos del menor.
—Mírate nada más… —JungKook volvió a lubricar sus dedos con su saliva. — Te retuerces bajo mi toque como una completa perra, TaeHyungie… —Sumó otro dígito a su labor.
—J-Jung-ag. — Se mordió los labios al sentir como su próstata era alcanzada.
— Tu culo me pide cada vez más. —Aseveró. — Pero igual sigues estando estrecho mi amor, — Señaló mientras movía sus dedos en forma de tijera para ayudar a estirar su ano. — Debemos prepararte bien para que sólo sientas placer. — Sin previo aviso, JungKook le dio la vuelta, dejándolo en posicionado sobre sus codos y rodillas, brindándole una excelente vista de su trasero.
TaeHyung notó como el cuerpo del menor comenzó a envolverlo, primero tuvo un atisbo de JungKook depositando un leve suspiro en su oreja, para luego llevar una de sus manos hacia sus pezones mientras mordía su cuello y estimulaba su entrada.
—Y-Yo-aah—Gimió. —Dios, —murmuró.
—Dios no tiene nada que ver aquí, bonito. —Mordió su clavícula, —Pero en poco tiempo te haré visitar todos los cielos. — Tae sintió como los dedos del Jeon eran retirados de su entrada, y antes de que pudiera chillar ante la falta, la gruesa erección del menor rozaba su culo.
Tragó duro al pensar en cómo demonios tremendo miembro entraría en su interior.
JungKook se movió lo suficiente como para alcanzar un cajón al lado de su cama, en donde tomó lo que necesitaría para continuar con sus planes para con el mayor.
Escogió al azar un gel íntimo, el cual le serviría como lubricante además de aportarle cierto efecto que aminoraría le daño al momento de poseer al castaño, así como también sacó un preservativo XXL a juego para más tarde.
—Oh… —Esbozó. Jeon sonrió victorioso al notar que el pote que había escogido, también traía una mágica sorpresa. —Creo que esto va a gustarte demasiado, bebé… — El menor abrió el frasco y dejó una buena cantidad sobre sus dedos. —Ahora, abre tus piernas para mí. —Ordenó.
TaeHyung asintió mientras se dejaba desarmar bajo su toque. Un grito de sorpresa se escapó de su garganta al sentir como el frío y espeso líquido se transformaba en una sensación que producía un profundo calor en su interior.
— ¿C-Cómo-Mmgh— La pregunta quedo atorada entre sus labios mientras era embestido por 3 dígitos del Jeon.
— ¡¿Te gusta, verdad?! — Pellizcó uno de sus erectos botones. — Ni siquiera trates de negarlo, tu cuerpo responde por ti, bebé.
Sus mejillas estaban completamente sonrojadas, producto de los toques del pelinegro sobre sí, además de los restos de vergüenza que quedaban en su consciencia.
— ¡M-más! — El pedido se escapó de su boca, por lo que tuvo que morderse los labios pero JungKook estaba lo suficientemente cerca para escucharle.
—Oh… ¿Así que quieres más todavía? —Preguntó con sorpresa.— Parece que alguien ha estado jugando a solas consigo mismo, y es por eso que unos simples dedos no te satisfacen. — Se burló. —Colocó una cuarta falange en su entrada, haciendo la suficiente presión como para que TaeHyung gimiera con fuerza. — ¿Quieres que te monte como un maldito chucho en celo? — Jeon retiró sus dedos, haciendo que el mayor chillara ante la falta de su cuerpo. — ¿Quieres que te daddy te entierre todo su grueso miembro? — El castaño asintió eufórico, sintiendo como el menor rozaba su entrada entre sus nalgas. — Dilo. — Demandó. —Di cuanto deseas mi verga. — Pronunció mientras jugaba con la punta de su miembro, masturbándose a sí mismo.
— ¡TE DESEO, M-MALDITA SEA! —Gritó— ¡T-TAN SÓLO MÉTELO Y DEJA DE JUGAR CONMIGO!
Una oscura risa fue lo que recibió como respuesta antes de escuchar como un ruido de un papel abriéndose para luego sentir como sus nalgas eran abiertas y el ardor en su centro, correspondiente al pene de JungKook abriéndose paso en su interior.
Ambos gimieron ante la intromisión.
— ¿V-Verdad que no era tan d-difícil pedirlo? — El Kim no respondió a sus provocaciones, ya que se encontraba incapaz de pronunciar palabra alguna mientras la arrolladora sensación de ser llenado colmaba todos sus sentidos.
Ahora entendía a YuGyeom y por qué no había querido dejar nunca a JungKook.
Su miembro llenando su interior era más de lo que cualquier mortal pudiera soportar, además de su gran habilidad para rozar el punto exacto en donde se encontraba su próstata.
Jeon se movía lentamente, consciente de que el virginal cuerpo de TaeHyung se estaba acomodando a su tamaño, por lo que procuró distraer el dolor que pudiera sentir con estimulaciones sobre su punto máximo de placer, así como también, depositando suaves besos a lo largo de su cuello y espalda, esperando que el mayor le brindara una señal para continuar.
El Kim absorbió en lo profundo de su alma el momento de completa entrega que estaban viviendo. No sólo se trataba de sus cuerpos fundiéndose el uno con el otro, sino más bien, de sus almas conociéndose a un nivel de entrega completamente nuevo que no había conocido con nadie más que con el pelinegro.
Las palabras que el menor le había dicho alguna vez, inundaron su mente...
— Sabes que te gusta alguien cuando quieres estar todo el tiempo con esa persona.
TaeHyung sabía que sus días tenían colores y risas gracias a JungKook.
De hecho, ni siquiera quería pensar como volvería a su rutina sin la sonrisa del menor llenándole cada instante.
— Cuando sientes la necesidad de que tu cuerpo se roce con el suyo en cada instante.
Le dolía pensar en su inminente separación.
Luego de esta noche, dudaba cuando realmente volverían a verse.
Podría significar el adiós a su romance de verano, pero eso no negaba que JungKook se quedaría con su corazón.
— Sabes que estás perdido por alguien cuando lo único que quieres hacer es pasar días y noches besando cada recóndito lugar de su cuerpo,
Probar sus labios había sido algo de lo que jamás se arrepentiría. ¿Qué sí le gustaban los hombres en general o sólo JungKook? ¿Qué sí también le gustaban las mujeres? ¿A quién demonios podía importarle algo así cuando cada vez que los belfos contrarios le rozaban, perdía la razón?
Jeon movía sus caderas de forma sensual, así como su voz sonaba ronca producto del deseo.
La habitación se llenó de respiraciones entre cortadas, gemidos de placer y chapoteos de sudor mezclados con lubricantes.
TaeHyung reconoció la familiar sensación de cosquilleo en su vientre, señal de que pronto terminaría rendido ante los pies de un arrebatador orgasmo que haría que perdiera la noción de todo lo que no fuera el pelinegro poseyendole.
JungKook pudo sentir como las paredes internas del castaño comenzaban a apretarle, en conjunto con el movimiento errático de la mano del mayor sobre su miembro, imitando los embistes que el pelinegro hacía sobre él.
Jeon gruñó, aferrándose a los muslos de su novio, profundizando las estocadas hasta que sus testículos chocaban con el culo del Kim.
—¡K-Kooo!— Gritó mientras buscaba con desesperación los labios del pelinegro, estando a segundos de explotar en un cosmos de sensaciones.
La punta de roma del miembro del menor comenzó a cosquillear, indicándole que estaba a punto de terminar, por lo que llevó una de sus manos hacia el pene del mayor, ayudándole a marcar el ritmo.
JungKook respondió al toque de su novio, fundiendo sus lenguas mientras sus cuerpos llegaban a su ansiado orgasmo.
El menor calló el grito de placer del castaño con su boca, mientras sentía como parte de la semilla del castaño se derramaba por su mano, así como también, la suya propia era contenida por el preservativo que envolvía su miembro.
Durante unos instantes, ninguno pronunció palabra alguna, ambos embebidos en el romance y las hormonas del amor que flotaban en el aire, así como también el aroma a sus cuerpos mojados.
Segundos después, cruzaron miradas cómplices para luego estallar en carcajadas.
—TaeHyungie...— Murmuró Jeon al apoyarse sobre su hombro.
—¿Mmm? — Preguntó mientras continuaba con los efectos post orgasmo en su cuerpo.
Definitivamente podría hacerse adicto a esa sensación...
— Te quiero.— La declaración enterneció su corazón completamente. Nuevamente la culpa le llenó durante un instante, mientras otra duda se formaba con mayor presión.
¿Cómo demonios se suponía que le diría adiós a alguien así?
La respuesta era clara.
Simplemente no lo diría.
— Y yo a ti, Koo...— Murmuró con sinceridad. — No sabes cuánto te adoro...— TaeHyung se dejó abrazar por el calor que desprendía su novio, mientras trataba de guardar todo en su memoria para cuando ya no le tuviera durante todos sus días y noches.
De todas formas, ninguno de los dos podía negar que ambos habían cambiado, que sus almas se habían reconocido la una a a la otra y que era innegable que sus corazones estaban entrelazados.
— Hasta que no tenga conciencia de nada más que el hecho de que te pertenece.
Hola gente preciosa, 🥺 lamento haber colgado la historia. Muchas cosas pasaron pero volví decidida a darle mucho amor y a terminarla prontito! No teman, desde un principio era una historia corta pero con mucho amor.
Pd: me estoy muriendo de amor por JungKookie aquí 🥺 amo todo.
¿Cómo están ustedes?
Espero que súper bien, les amo ❤️
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