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Le encantaría poder decir que desde ese "fatídico" encuentro cuasi "desliz" de su amada heterosexualidad, las cosas con JungKook se habían vuelto raras y no había vuelto a verle.
Pero la verdad era completamente diferente.
Nada de lo que sentía al lado del menor podía considerarse como raro o incómodo.
Incluso, descubrió que cada día encontraba algo más que lo unía más al pelinegro.
TaeHyung disfrutaba de todo lo que el menor le enseñaba.
Sus nuevos descubrimientos iban desde lo exterior como cambiar su vestimenta y animarse a probar nuevos estilos, dándole la seguridad que el castaño nunca había sentido por si mismo, hasta en formas de pensar y de plantearse el mundo.
Kim había estado trabajando mucho en su "masculinidad frágil" y aprendiendo sobre comunidades LGBTQ+, específicamente sobre el "+"quedándose sorprendido del amplio espectro de posibilidades del ser.
Todavía se negaba a desprenderse por completo de su amada H, pero no podía negar que el menor estaba causando cierto revuelo en su interior.
Lo que sentía por el pelinegro no tenía nombre, y ante estas situaciones era lo mejor para calmar su ansiedad.
Además existía otro asunto que estaba despertando su inquietud.
Miró el calendario en su celular nuevamente, deseando que el número que indicaba fuera un error.
Desgraciadamente por más feo que mirara al aparato, esa fecha no cambiaría.
El verano estaba llegando a su fin y con ello sus vacaciones.
Volver a clases no era algo que le llamara la atención, menos ahora que había conocido a Jeon y tenían... lo que sea que fuera que tuvieran.
Su "amistad", estaba calándose por el centro de su corazón.
No podía comparar lo que sentía por JiMin, a quien consideraba su hermano, con la manera en que su sangre hervía cuando estaba con el pelinegro.
Eso definitivamente hacía saltar las alarmas de peligro en su mente.
Pero uno de los motivos de no querer rotular sus sentimientos se basaba en que dentro de poco tiempo no volvería a ver nunca más a JungKook.
Su vida estaba más allá de este lejano pueblo, incluso sus padres estaban tratando de convencer a su abuela de que se mudara con ellos y vendieran el campo, para poder tenerla más cerca y ayudarle en el día a día.
La matriarca de la familia en las mejores ocasiones era una mujer dura, pero parecía que todo el tiempo sola le había ablandado y estaba considerando esa opción.
Otro motivo por el que no volvería a ver al menor.
¿De qué servía terminar de aclarar su mente sí la única persona que lograba desestabilizar sus patrones, dejaría de estar presente en pocos días?
¿Realmente valía la pena tirar por la borda todo su ideal de como se creía ser y su futuro cuando su principal motor no estaría para verlo?
Millones de dudas rondaban su cabeza pero no había mejor silenciador que los momentos increíbles que pasaba con el pelinegro. Luego tendría tiempo de sobra para ello pero ahora pensaba exprimir hasta el último segundo al lado del pelinegro.
JungKook por su parte no presionaba al castaño acerca de su sexualidad, sabía cuanto podía costar el abrir los ojos y animarse a ser lo que uno deseaba o animarse a amar más allá de las etiquetas sociales en las que podían encasillarle.
Jeon no había sufrido nada de eso, ya que sus padres habían sido bastante abiertos.
Aun recordaba el gran abrazo que su padre le había dado cuando les había comentado de su orientación sexual.
"— Hijo, por mi podrías sentirte atraído por las plantas que eso no cambiaría nada de lo que te amamos y el grandioso ser que eres. — "
Si bueno, el ejemplo había sido excesivo y los tres habían terminado a las risas por las ocurrencias del líder de la familia, pero eso no quitaba lo emotivo del asunto.
La cuestión más importante era el sentimiento de libertad de poder salir por la puerta grande y la posibilidad de amar a quien quisiera, sin un rostro en específico, sin características biológicas particulares y sin un designio particular.
El amor es amor, y eso debería ser una regla universal.
De todas maneras, JungKook no quería forzar a Tae en su autodescubrimiento, sino más bien estaba a su disposición por cualquier duda que pudiera tener.
Claro, no contaba con que la mayoría de incógnitas estarían asociadas a largas sesiones de besos húmedos, los cuales le dejaban con una erección incapaz de bajar solo con agua fría.
Si. Eran los gajes del oficio de ayudar a un "hetero curioso", pero el pelinegro seguía firme con el hecho de "no presionar", por más riesgo de quedarse con las bolas azules que eso implicara.
El simplemente se dejaba a la merced de lo que TaeHyung quisiera descubrir.
Además, para una buena investigación siempre el trabajo de campo debía de estar presente, y eso era justamente lo que el mayor hacía. ¿Quién era JungKook para negarse?
Lo único que comenzaba a preocuparle era el cosquilleo en el vientre que comenzaba a sentir cada vez que estaba alrededor del Kim. Solamente rogaba que fuera excitación y no otra cosa.
JungKook sabía como lidiar con el calor del momento, el problema era cuando el calor persistía luego de que Tae le dejara, y a eso se sumara la tristeza de no tenerle consigo.
¡Mala combinación!
TaeHyung mordió levemente el labio del menor, reclamándole atención. Desde hacía unos instantes sentía al pelinegro ausente en el beso, y eso le molestaba de sobremanera.
— Auch. — se quejó.
— Es lo que mereces por estar en otra galaxia mientras nos besamos. — mencionó indignado el mayor.
— No seas así TaeHyunggie... — le sonrió de forma provocativa — Te prometo que sí estaba aquí contigo. — Jeon le acarició suavemente la mejilla para volver a tomar cautivos esos labios que lo tenían en Plutón.
Conteniendo el deseo que estaba quemando dentro de su ser, JungKook se concentró en explorar la boca del mayor, su lengua salió al encuentro del contrario en donde se unieron en una mojada danza.
TaeHyung tiró de los crecidos cabellos del menor, tratando de demostrar quien tenía las riendas del beso.
Aquello no hizo más que encender más la llama del placer en ambos. El pelinegro no se quedó atrás, sino que respondió tomando al Kim de la cintura y le acomodó a horcajadas suyo.
El castaño se quedó estático durante unos segundos al notar en la posición comprometedora en la que se encontraban. Milésimas pasaron para que comprendiera que se sentía demasiado a gusto de esa manera. Eso y la presión del miembro de JungKook en su trasero, hicieron que pudiera relajarse y volver al desenfreno de una de las mejores sesiones de besos en su vida.
Jeon sentía que las cosas se estaban yendo demasiado de las manos... Literalmente, ya que sus manos picaban por colarse debajo de aquella molesta ropa que TaeHyung todavía tenía puesta. La necesidad de recorrer su cuerpo le estaba carcomiendo y no sabía cuanto tiempo más podría soportar antes de tirarlo sobre el sillón en el que estaban y-
— Oye, — JungKook utilizó la poca cordura que le quedaba para interrumpir el beso— T-tranquilo bebé. — logró articular — C-creo que tendríamos que dejarlo aquí por el momento...
TaeHyung le miró como si estuviera hablando en alguna lengua muerta porque no lograba comprender lo que decía, la excitación se le había subido a la estratosfera y no lograba coordinar un pensamiento más allá de seguir a la merced de los besos del menor.
— No entiendo... — murmuró el mayor. JungKook se rascó la nuca nervioso. ¿Cómo le explicaba? TaeHyung era el más grande de edad pero en tantas cosas parecía un niño.
— Esto — los señalo a ambos — Es muy peligroso Tae Tae. — sin poder controlarlo, su pene dio un brinco como si estuviera quejándose por la falta de atención.
— ¿Peligroso para quién? — El castaño volvió a deslizarse por encima de la creciente erección, haciendo que ambos gimieran por la acción.
— Tae, déjame decirte que en estos meses en los que nos conocimos, no he tenido problemas con tu auto descubrimiento y nuestras sesiones de besos, pero déjame decirte que soy humano y que la sangre corre por este cuerpo. — JungKook volvió a gemir al sentir como el mayor seguía balanceándose sobre su miembro — Especialmente por ese pedazo de carne en el que estás sentado.
El castaño se removió inconscientemente, haciendo que Jeon sintiera una oleada de dolor por tener su miembro apresado se combinara con el placer de sentir el peso de Tae encima suyo.
El menor levantó la mirada para encontrarse con la oscurecida mirada del Kim, pero también pudo visualizar otra cosa. ¡¿Culpabilidad?!
— Pobrecito Koo — llevó su mano a la entrepierna debajo suyo, acariciando suavemente la creciente erección. TaeHyung incluso podía sentirle vibrar por encima de las prendas.—Lamento que tengas que pasar por todo esto... yo... Si quieres puedo buscar a alguien más p-
Tae no pudo terminar la frase, ya que un gruñido le interrumpió. ¿Ese sonido había salido de Jeon?
Por su parte, JungKook desconocía tener un lado tan primitivo, pero estaba totalmente de acuerdo en que no quería que el mayor experimentara con nadie más que no fuera él. Esa posesividad le resultaba demasiado extraña, de hecho jamás había sido celoso o algo parecido con sus anteriores parejas.
Nuevamente Kim TaeHyung venía enseñarle cosas que no sabía que existían en él.
— N-no es eso — respondió algo cohibido por su arranque anterior — Es solo que — chasqueó los labios. — En este momento necesitaría enfriar las cosas un poco, a-antes de continuar.
El castaño se sorprendió ante su respuesta.
— Lamento haber sido tan desconsiderado, Koo. — Era un egoísta, tan solo pensaba en si mismo y en perderse en los besos de JungKook, sin pensar en sí el realmente estaba de acuerdo o sí en este caso sufría. Juzgando por el gran bulto que sentía debajo suyo, podía darse cuenta del sufrimiento del menor.
Sus mejillas se tornaron de un dulce sonrojo mientras una idea surgía de su mente. ¿Podría ser capaz?
— D-desc
— ¡Déjame ayudarte! — Le interrumpió.
Era lo mínimo que podía hacer luego de todo lo que Kook le había ayudado. Eso, y que en el fondo se moría de ganas de seguir explorando hasta donde podía llegar.
Decidido, el mayor se movió hacia atrás para tener más espacio y poder maniobrar con total libertad. El pelinegro casi chilla al notar como las manos temblorosas del contrario se posaron peligrosamente sobre el cierre de su pantalón. Instantes que parecieron durar una eternidad, JungKook pudo sentir como su erección parecía prácticamente saltar pidiendo ser liberada de la ropa interior.
— ¡¿C-Conejitos?! — el menor se sonrojó abiertamente. Se maldijo por haber utilizado la opción que su madre le había regalado por su cumpleaños. — Es lindo, va contigo chico rudo. — se burló tímidamente.
JungKook era tan masculino y hermoso que ni siquiera un bóxer de conejito rosa le quitaría sensualidad alguna.
— ¡¿Q-Qué vas a h—
— Shhh— el castaño colocó su dedo indice sobre sus labios para hacerle callar. — Déjame ayudarte, Koo.
Tomando un nuevo impulso, TaeHyung tomó valor para acariciar el miembro por encima de la tela.
Primero fue un suave roce, acostumbrándose a la idea de tocarlo.
Luego, sintiendo mayor confianza se animó a subir y bajar su mano en toda la longitud mientras escuchaba los suaves suspiros del pelinegro.
Sintiéndose más seguro, llevó su mano debajo de aquella molesta prenda, maravillándose al sentir la humedad que le recibió al tacto.
— Koo... — tragó grueso — ¿Puedo? — el aludido le respondió con un leve asentimiento. Sus ojos brillaban oscuros y sentía su pene estallar ante la tortura de sentir las manos de Tae rozarle.
Con cuidado, bajó la molesta prenda para poder darle paso a la libertad del miembro.
— Mirate Koo... Estás muy mojado. — la cabeza del pene dio un brinco hacia las manos que le estaban acobijando. Una pequeña gota de líquido pre seminal brillaba en la punta del miembro. Inconscientemente, Tae llevó su dedo hacia allí, tocando la humedad. — Me pregunto que sabor tendrás... — Curioso, se llevó la prueba de la humedad para comprobarlo. —¡¿Dulce?! — Kim sonrió animadamente ante su descubrimiento.
Pareciera ser que no había nada en su Koo que no fuera especialmente hecho para él.
— Tae... — JungKook no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. ¿Se había quedado dormido y estaba soñando con el castaño? Ya que no encontraba ninguna otra explicación para lo que estaba viendo.
— Sh... — el mayor llevó nuevamente sus manos hacia el miembro que tenía en frente, posicionando una de ellas en la cabeza y otra sobre la base de sus testículos.
Lentamente comenzó a acariciar la rosácea punta, subiendo y bajando hasta el fondo, acompañando con suaves toques circulares en la base.
Roncos gemidos salían de la garganta del pelinegro. La parsimonia y lentitud del vaivén en sus caderas estaba llevándole al borde de la locura. Tampoco ayudaba ver al Kim llevarse sus dedos a su boca y saborearle tan provocativamente.
Con mayor confianza, Tae sustituyó una de sus manos por la calidez de sus labios.
No era tonto, se había dado cuenta del gran deseo del menor de sentir su boca alrededor del miembro. No podía negarse a su silencioso pedido, ni tampoco quería detenerse.
Su lengua salió al encuentro, fascinado por el increíble sabor que tenía. Succionó la punta mientras apretaba los hinchados testículos.
— ¡V-Vas a matarme, Tae! — Era cierto, apenas y podía seguir respirando correctamente. Estaba tomando todo de sí mismo de no explotar en cualquier momento. No quería que su castaño creyera que era un adolescente precoz e inexperto. Hablando de experiencia, ¿De dónde había aprendido TaeHyung esa técnica?
Subir, bajar, tragar y apretar.
Lento, suave, duro y luego rápido.
Su lengua haciendo círculos sobre su longitud, sus dientes rozando y dejando una que otra mordida juguetona. La mezcla del placer y la agonía en conjunto con el orgasmo que estaba agolpándose en su interior.
— ¡T-Tae! — JungKook logró alejarse justo antes de terminar a chorros. TaeHyung se sorprendió al sentir como gotas de semen le corrían por la cara. Tomó un poco de los restos en su mejilla y se las llevó a la boca.
Jeon volvió a gemir al sentir los espasmos y al ver al mayor continuar saboreándole. — ¿Por qué me empujaste? — preguntó el Kim curioso.
— T-Tenía miedo de ahogarte. — el castaño asintió.
— Koo... No vuelvas a hacerlo, para la próxima quiero saborearte completamente.
El aire dejó los pulmones de Jeon en ese mismo instante.
Ahora no tenía dudas, su muerte tenía nombre y apellido: Kim TaeHyung.
omg
Omg
OMG
No sé ustedes pero yo ya quiero llegar al meollo del asunto.
Y no hablo solamente del frutifantastico, o si? e.e
Gracias por darle una oportunidad a mi humilde historia gente, no saben lo feliz que me hace cada uno de sus comentarios.
Espero estén teniendo un hermoso día/tarde/noche/madrugada, aplica para el momento en que estén leyendo esto.
Les amo
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